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La Fiscalía General del Estado es una institución autónoma, que dirige la investigación preprocesal

y procesal penal, procurando el acceso a la justicia con sujeción a los principios de oportunidad y
mínima intervención penal, con especial atención al interés público y a los derechos de las víctimas.

La Fiscalía, ejercerá la acción penal pública cuando tenga los elementos de convicción suficientes
sobre la existencia de la infracción y de la responsabilidad de la persona procesada.

El Fiscal realiza o manda a ejecutar los actos de investigación que correspondan. No solo indaga las
circunstancias que permitan comprobar la acusación, sino también las que sirvan para eximir o
atenuar la responsabilidad del imputado. Para algunas actuaciones, el Fiscal pide al Juez las medidas
que sean necesarias.

Corresponde a la Fiscalía General de la Nación, de oficio o mediante denuncia o querella, investigar


los delitos y acusar a los presuntos infractores ante los juzgados y tribunales competentes. Se
exceptúan los delitos cometidos por miembros de la Fuerza Pública en servicio activo y en relación
con el mismo servicio.

Si no se llegaren a establecer elementos de convicción, la investigación penal se archivará


definitivamente dentro de un año en los casos de delitos sancionados con prisión y dentro de dos
años en los casos de delitos sancionados con reclusión.
En Ecuador desde 1830, se puso de manifiesto que la expresión debido proceso recién figura en el
texto de la Constitución Codificada, aprobada el 5 de junio de 1998 en la ciudad de Riobamba, y
publicada en el Registro Oficial No. 1 del 11 de agosto del mismo periodo anual. En efecto, en este
texto constitucional, en su título III correspondiente a los derechos, garantías y deberes, capítulo II
de los derechos civiles, Art. 23, se garantiza a la ciudadanía, entre otros, el derecho al debido proceso
y a una justicia sin dilaciones. Seguidamente y en el Art. 24 se establecen diecisiete garantías básicas
que son de obligatoria observación a fin de garantizar el debido proceso, sin menoscabo a lo dispuesto
en los instrumentos internacionales, las leyes o la jurisprudencia (República del Ecuador. Congreso
Nacional, 1998).

El derecho de defensa como una garantía procesal se encuentra íntimamente ligado con la noción de
debido proceso, tanto en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante CADH)
artículo 8 como en la Jurisprudencia de la Corte. Se presenta en este artículo una selección de
pronunciamientos relevantes de la Corte IDH por medio de los cuales se han perfilado no solo el
contenido del artículo 8 ut supra indicado, sino además de las nociones básicas que se contemplan
como constitutivas de ese derecho de defensa. (Montero)

El derecho a la defensa en el ámbito constitucional y en los instrumentos internacionales de


protección de los derechos humanos, garantiza un equilibrio en las facultades que tiene el sujeto
procesal, básicamente para contradecir la prueba de cargo, aportar medios de prueba que consoliden
su condición e impugnar las decisiones legales que le sean contrarias, objetivo político de un Estado
constitucional de derechos y justicia.

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