¿Qué se reconoce como agotamiento o crisis del modelo?
Los sistemas económicos no funcionan en el aire, sino que están bien anclados a principios o creencias que, en cada contexto cultural, social e histórico, sustentan las decisiones de los agentes que participan en ese sistema. Principios que, repetidos sin cesar, acaban asumiéndose como dogmas. Por ejemplo, la idea de que el trabajo, la tierra y otros bienes puedan ser objeto de compra; la superioridad del mercado para determinar valor y precio; o la supremacía de la propiedad privada, parecen haber estado ahí siempre tal y como lo entendemos ahora. Pero no es así. Por ejemplo, los economistas fisiócratas configuraron en el siglo XVIII una ciencia económica que tenía como objetivo central promover las creaciones de la tierra, como única fuente de riqueza, «sin menoscabo de la fuente de su producción», decía François Quesnay (de modo sostenible, podríamos decir hoy). Sin embargo, esta perspectiva de la economía fisiocrática fue quedando en desuso y, aproximadamente un siglo después, la ciencia económica se ocupaba ya sólo de aquello que podía ser objeto de propiedad y de valoración monetaria, de aquello que podía incorporarse a los procesos productivos Así pues, en la base del funcionamiento de la economía está nuestro modo «ilustrado» de ver el mundo.Dicho de otro modo: si nos imagináramos a nosotros mismos observando esa burbuja desde fuera, podríamos ver que la crisis actual es una consecuencia natural de la evolución histórica que han seguido el pensamiento económico y el modelo capitalista de producción y consumo. Este homo maximizador de utilidad, hedonista e individualista encaja perfectamente con el funcionamiento de una economía que resulta incompatible con la sostenibilidad global por varias razones: 1. Simplifica bienes, necesidades y escaseces al homogeneizarlo todo en un único tipo de valor: el monetario. 2. Atribuye al proceso económico la creación de riqueza (valorada en términos monetarios) y, en coherencia, mitifica el crecimiento económico como un fin en sí mismo. 3. Al excluir procesos no monetarios y tener en el centro de su atención al crecimiento económico, conduce a la sobreexplotación de los recursos naturales, subordina el razonamiento moral al económico, y desatiende dimensiones de la vida no mercantilizables, como la contemplación. 4. Pone el énfasis en las necesidades (o, más bien, en los deseos, que nunca quedan saciados) expresadas a través de los mercados. Por tanto, se priorizan las necesidades más ligadas a “tener” que a “ser” o “cuidar”. 5. Privilegia la perspectiva individual del ser humano frente a su dimensión social. Y aún menos relevante para el modelo del homo economicus es la dimensión espiritual del ser humano, que supone sentirnos identificados con otros seres humanos y no humanos, así como con la Tierra como un todo. Sin embargo, la vertiente social y espiritual son tan reales y tan propias de la naturaleza humana como la dimensión individual. La prueba se encuentra en su permanente expresión a través de comportamientos altruistas, del cuidado de los otros y de sentimientos compasivos. Compasión que implica, más allá de entender el sentimiento ajeno, experimentarlo como propio.
En definitiva, el homo economicus produce un mundo teóricamente coherente, pero simplista,
miope y, en la práctica, autodestructivo. Ciertamente, la crisis de sostenibilidad se basa en una economía que funciona al margen de los procesos y los ritmos de la Naturaleza; una economía que ignora que vivimos en un planeta finito, marcado por complejas interconexiones. Y la supervivencia de nuestra especie, así como el reconocimiento de los seres no humanos, implica fluir con los procesos de la Naturaleza.
¿Crisis económica. . . o agotamiento de un modelo de pensamiento? –
Economistas sin Fronteras. (s. f.). Recuperado 7 de octubre de 2022, de
Iniciativas para la sustentabilidad. Transformando personas, construyendo país: Experiencias y aprendizajes desarrollados en el marco del Diplomado en Educación para el Desarrollo Sustentable de la Universidad de Santiago de Chile
Simkin, H. Azzollini, S. & Voloschin, C. (2014) - Problemáticas Psicosociales y Autoestima en La Infancia, Adolescencia y Juventud. Psocial, (1) 1, 59 - 96