Está en la página 1de 15

RESPETABLE LOGIA

EDUARDO SCHÜTZ SCHROEDER NUMERO 238


JURISDICCION LLANQUIHUE.

“La necesidad de avanzar hacia una economía de la solidaridad y


cómo puede participar la Masonería”

AUTOR : Pedro Krautz Ruiz

GRADO: Tercero

FECHA : 13.07.2021

1
A:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.

Introducción:
El concepto de economía de la solidaridad se acuña desde los albores de la
humanidad; desde el mismo instante en que surgen las primeras ideas, corrientes
de pensamiento e incluso prácticas que podrían considerarse como críticas a
diferencias sociales básicas, inaceptables para los parámetros morales de las
distintas épocas y que provocaban efectos extremos, incluso de mayor o menor
posibilidad de sobrevivencia, con presencia del factor económico como constante
más o menos permanente.

Sin buscar una explicación para los orígenes del concepto utilizando una mirada
excesivamente retrospectiva, debe bastar retrotraerse a comienzos del siglo XVI,
en donde Tomás Moro, con su obra Utopía, plantea una sociedad que abraza los
valores de la igualdad y de la justicia social, por medio de una perspectiva
cuestionadora del statu quo, como punto de inicio a una serie de acciones
posteriores, necesarias para alcanzar ese ideal propuesto.

Y ese parece ser el camino de inicio; sí los resultados no son los que se buscan,
resulta válido cuestionar el cómo se están haciendo las cosas porque,
probablemente en la mayoría de los casos, su sustento principal de permanencia
es la afirmación que, esas cosas siempre se han hecho así y no se pueden
cambiar.

El Dr. Pablo Guerra define la economía de la solidaridad señalando que

“bajo esta denominación se pretende hacer referencia a aquellas


experiencias y comportamientos económicos que, así como por sus lógicas,
racionalidades e instrumentos concretos de gestión, se distinguen tanto de
la economía privada capitalista, como de la economía estatal.
De este modo, la economía de la solidaridad se emparienta con otro
concepto también de mucha notoriedad en los últimos años: el tercer sector.
Justamente desde esta óptica se entiende que, las prácticas de la economía
solidaria conforman un verdadero tercer sector de la economía que,
coexiste junto a los otros dos sectores, cada cual con sus particularidades,
conformando lo que David Ricardo y luego Gramsci llamaron el “mercado
determinado”, esto es, la situación histórica concreta en la que operan las
diferentes lógicas en materia económica”.

2
Desarrollo.
Podemos rescatar de la definición anterior que, la economía de la solidaridad
parece buscar desmarcarse de las economías centralizadas en el Estado y de las
economías capitalistas en todas sus variantes.
Ante el fracaso del modelo socialista en casi todo el mundo y la falta de
respuestas del sistema capitalista a problemas esenciales, se plantea como
alternativa este concepto que, no siendo nuevo como ya se ha dicho, busca
hacerse cargo de aquellos problemas no resueltos por los sistemas antes
mencionados tales como, una distribución más equitativa de la riqueza, el
desempleo y su extrema dependencia a variables de mercado y una integración
social casi inexistente. Y a lo anterior debemos agregar las nuevas y crecientes
demandas sociales y la necesaria protección del medio ambiente y de los recursos
naturales.

Resulta inevitable relacionar la economía de la solidaridad con lo se conoce como


economía social y algunas corrientes de pensamiento han teorizado sobre esto,
principalmente en Europa. La comisión científica del CIRIEC – España ( revista de
economía pública, social y cooperativa) define a la economía social como el
“conjunto de empresas privadas que actúan en el mercado con la finalidad
de producir bienes y servicios, asegurar y financiar, no estando la
distribución del beneficio y la toma de decisiones, relacionada directamente
con el capital aportado por cada socio”.

En el transcurso de la historia la economía social ha pasado por diferentes


épocas, con particulares altibajos y es a partir de la década del 70 del siglo
pasado, donde vuelve a resurgir en distintos países de Europa y Latinoamérica,
siendo las principales causas la pérdida de capacidad de los estados como
impulsores de las economías, la falta de empleos y la exclusión del mercado del
trabajo en algunas áreas específicas generando autoempleo y la aparición del
emprendimiento. Así es como comienza a adquirir preponderancia el factor
solidario entre los actores económicos, especialmente en aquellas regiones de
menores recursos; el surgimiento cada vez más protagónico de la tercerización de
las actividades productivas y principalmente de servicios relacionados a esas
actividades productiva, todo esto unido al desarrollo de acciones para favorecer el
medioambiente, como el reciclaje por ejemplo.

De este modo surgen diferentes tipos de organizaciones con variadas formas


jurídicas que no siempre coinciden con las formas clásicas de la economía social,
menos aún con aquellas de la economía clásica pero, que tienen un objetivo y un
punto de llegada que aquellas no tienen. En lo principal estas organizaciones
ubican su accionar entre la economía capitalista tradicional y la economía pública,
3
combinando recursos mercantiles y no mercantiles, trabajo remunerado y
voluntario, procurando integrar la lógica del mercado con la solidaridad y la
redistribución, incorporando los siguientes principios valorativos

- Adhesión voluntaria y abierta


- Primacía de la persona sobre el capital
- Control democrático de sus miembros
- Comunión en los intereses de los miembros con el interés general
- Defensa y aplicación del principio de solidaridad
- Independencia de los poderes públicos
- Destino de los excedentes a nuevos objetivos de desarrollo sostenible y de
interés común.

I) ¿ La pregunta es, por qué hablamos de economía social y solidaria


en un escenario mundial regido por sistemas económicos
tradicionales ?

Las economías mundiales históricamente se han desenvuelto con la adopción de


sistemas económicos que buscan organizar, gestionar y distribuir los recursos
limitados de los que se dispone. Y estos sistemas que, básicamente son dos, se
diferencian uno de otro en la mayor o menor participación del Estado en las
decisiones económicas o en otra perspectiva, en la mayor o menor libertad a las
personas para que adopten sus propias decisiones económicas.

Así nos encontramos con un sistema capitalista, que tienen sus orígenes
cercanos en el siglo XVIII, con las ideas de Adam Smith quien desarrolla las
teorías clásicas liberales sobre el funcionamiento y las reglas del mercado y
también de las actividades productivas privadas como dueñas y gestoras de los
medios de producción (lo que el denominaba el “orden natural” y la “mano invisible
del mercado”), procurando como fin principal la obtención de riqueza.

A partir de las ideas de Smith surgen diferentes corrientes de pensamiento entre


las que se destacan las de John Maynard Keynes, a quién le quitaban el sueño
la oferta y la demanda agregada; es decir, que ocurría con estas variables, en un
lapso de tiempo acotado y sujeto a incidencias excepcionales. Keynes,
contemporáneo a la gran depresión, planteó que, en épocas de crisis, más que
falta de recursos se generan recursos sobrantes y lo que corresponde hacer es
estimular la demanda pero, el mercado en sí mismo no tiene la capacidad para
hacerlo. Es el momento de golpear las puertas del Estado.

4
El Estado debe aumentar el gasto fiscal en beneficio de una mayor demanda,
dado la incapacidad del mercado.

Citando un ejemplo cercano, Chile en pandemia:

Cómo se aumenta el gasto fiscal ? A través del otorgamiento de bonos y


subsidios. No fue una decisión política fácil pero, se hizo,

Cuál es la consecuencia probable ? Recuperación de la demanda aumentando (o


manteniendo) los niveles de consumo. Así ocurrió,

Resultado: mejoramiento de los indicadores de crecimiento (lo que no implica


recuperación real de la economía). Está pasando.

En este caso, la intervención del Estado (aunque en mayor medida, los retiros de
las AFP) han incidido poderosamente en la demanda, siendo los resultados del
Imacec de un 14,1% en abril y de un 18,1% en mayo, con lo que la proyección de
crecimiento del Banco Central para el 2021 se acerca a un 7,5% (Se debe tener
presente que, todo esto en función de una base de comparación muy baja, como
lo es el primer semestre del 2020).

Entonces, el modelo de Keynes parece funcionar en Chile (más aún con los
retiros de las AFP) pero, no es sostenible en el largo plazo.

Otra corriente de pensamiento capitalista proviene de la Universidad de Chicago y


se impone en dictadura en Chile. Se trata de la inspiración del Premio Nobel de
Economía 1976, Milton Friedman. Fundador de la teoría monetarista, según la
cual las fuerzas del libre mercado son más eficientes que la intervención pública a
la hora de fomentar un crecimiento económico estable sin tensiones inflacionarias.
Es decir, todo queda sujeto a las leyes del mercado, sin ningún tipo de regulación.

A modo de ejemplo, Milton Friedman opinaba que, para terminar con el


narcotráfico había que legalizar todas las drogas, sin excepción y un destacado
economista neoliberal chileno de los 70 manifestaba que, si fuera posible, habría
que privatizar el aire.

Comenzamos a conocer el neoliberalismo que, en lo principal promueve una


refundación extrema del paradigma liberal de los siglos XVIII y XIX.

La instauración de este modelo en Chile, a partir de 1974, se explica por la


desastrosa situación económica que arrastraba el país, efecto de la ineficiencia
estatal de las administraciones anteriores y por otra parte, la concentración de
poder del nuevo gobierno, con ausencia de un poder legislativo elegido

5
democráticamente y por supuesto de una oposición organizada que pudiera
cuestionar su instalación.

Y para extremar el modelo, se agrega el dogma ideológico del rol subsidiario del
estado, instaurado en la constitución de 1980 y que plantea, inicialmente en lo
económico pero después extendido a todo lo social, la intervención del Estado
solo en aquellos casos en que los privados sean incapaces de hacerlo, sin
tipificación, casi en una suerte de “privatización del estado”.

El balance final después de 47 años del experimento neoliberal, es un país con un


mercado irregular, con elevada concentración del capital que atenta contra la libre
competencia, desigual en lo económico y en lo social, dividido y con fuerzas
políticas fragmentadas, provocando una aguda crisis de representatividad.

Del modelo de economía centralmente planificada no es mucho lo que interesa


aportar, salvo como concepción histórica, considerando los fracasos rotundos que
exhiben los países en que se ha implantado.

Se trata de un modelo económico inspirado en la Teoría Marxista que concentra la


propiedad y todas las decisiones en el Estado, propendiendo la igualdad social y
económica; regular y distribuir con equidad los beneficios como también, el
control absoluto de los precios.

Probablemente las únicas ventajas vienen dadas por una inversión estructural
relativamente estable y una distribución de los beneficios, en teoría, más o
menos equitativa, asegurando vivienda, educación y salud gratis.

Respecto de las desventajas de este modelo, son muchas y diversas, destacando


escases de recursos, fijación de precios que facilita el mercado negro, falta de
incentivos en la producción y el desarrollo, excesiva burocracia en la gestión
efecto de la concentración del poder.

Lo que sí es relevante es que, este modelo deriva del pensamiento socialista de


Karl Marx, quien, entre otras cosas, plantea que “el capitalismo se
autodestruirá, en la medida que explote a los trabajadores y de ahí surgirá el
proletariado quien construirá un nuevo estado socialista”. Puede parecer
retórica del siglo pasado (en realidad los es del siglo antepasado) pero, responde
a las insatisfacciones de una clase social en particular, en un momento específico
de la historia, donde no encontró respuesta a sus necesidades y esta es una
situación que puede repetirse, en cualquier momento, en otro contexto y en otro
lugar, en la medida que sigamos ignorando las señales que nos dan los ciclos de
la historia.
6
Existen también las llamadas economías mixtas que, en realidad no es más que
un sistema económico que busca combinar las bondades del Estado y del
Capitalismo.

Sí conviene profundizar en el concepto que se conoce como Estado de


Bienestar; está representado por un sistema capitalista pero, con fuerte
participación del Estado en el mercado laboral, en educación, en salud y en el
sistema de pensiones. Se trata del sistema económico adoptado por casi todos
los países europeos no socialistas, post 2ª guerra mundial. En definitiva, el
mercado para quién pueda pagarlo y quienes no puedan, tienen asegurada
la cobertura de sus necesidades básicas. Los resultados del modelo se han
visto afectados en el presente siglo, principalmente en los países del sur de
Europa, básicamente por la crisis de los sistemas de pensiones provocada por las
bajas tasas de ahorro en esos estados, el aumento de la esperanza de vida y la
caída en la tasa de natalidad.

II) Entonces, ante la pregunta del por qué hablamos de economías


sociales y solidarias, una probable respuesta está dada por las
ineficiencias de los modelos tradicionales para satisfacer aquellas
necesidades consideradas básicas y que afectan a parte
importante de las distintas poblaciones. Pero surge una nueva
pregunta … ¿ las economías sociales y solidarias, son la respuesta
a las ineficiencias de los modelos tradicionales ?

La economía solidaria es por antonomasia una tercera vía, diferente al mercado y


al estado pero, en un rol que debe asumirse como complementario y necesario
para el otorgamiento de soluciones concretas a los sectores más desfavorecidos
de la sociedad y este sector hoy se ha visto incrementado por los efectos de la
pandemia mundial y el deterioro económico subyacente.

Thomas Piketty, economista francés contemporáneo, cuya bandera es la lucha


en contra de la desigualdad, en su libro “Capital e Ideología” propone “No es la
lucha de clases, ni la mano invisible del mercado, ni menos aún la historia de los
grandes líderes y batallas lo que mueve el mundo, sino las ideas” y agrega que “la

7
desigualdad es ante todo ideológica”. Plantea derechamente gravar con impuestos
a los superricos y asegura que, elevar los impuestos no va a terminar con el
capitalismo.

Por su parte, Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, perteneciente a la


nueva corriente Keynesiana, plantea (al igual que Piketty) que, el desarrollo de
los países no debe medirse exclusivamente en función del crecimiento económico
y que las falencias del mercado han quedado al descubierto con esta pandemia.

En otra cita, Mariana Mazzucato, economista del London Business School,


destacada por sus publicaciones sobre innovación, plantea en su obra “El estado
emprendedor” que, la participación del Estado en innovación es relevante y
propone que el Estado no solo participe en los riesgos sino también en los
beneficios. Destaca la gran cantidad de fondos públicos que se están destinando
al desarrollo de tecnologías verdes, biotecnología y nanotecnología, entre otras.

Ninguno de estos economistas abogan directamente por la tercera vía que


proponen los economistas sociales pero, todos coinciden en una mayor
participación del estado por sobre el mercado.
En esta nueva realidad tal vez es conveniente generar los espacios para que, las
empresas solidarias sean valoradas por el Estado como un agente económico
relevante y se reconozca que, tienen un rol preponderante en el combate a la
desigualdad, principalmente a través del empleo, pudiendo también ser un aporte
en innovación.

Es el momento de incorporar la solidaridad en la economía y generar una


nueva racionalidad económica.
CIRIEC-Internacional ( International Centre of Research and Information on the
Public, Social and Cooperative Economyes ), divide a las empresas sociales en 2
subsectores:

8
1.- Subsector de mercado:
Conformada principalmente por cooperativas y mutuales pero también por
sociedades de responsabilidad limitada, en la medida que el capital pertenezca a
los propios socios gestores. Probablemente la gran mayoría de las pymes de
nuestra economía están en esta categoría.

2.- Subsector no de mercado:


Básicamente sociedades sin fines de lucro, como corporaciones, fundaciones y
asociaciones sin fines de lucro, oferentes de servicios a terceros, como familias,
hogares e incluso a otras empresas.

Condiciones para ser consideradas como empresas sociales:


- Entidades privadas,
- Con personalidad jurídica,
- Con libertad de adhesión,
- Autónomas en sus decisiones,
- Distribución de las utilidades no vinculada al capital,
- Que ejerzan una actividad económica,
- Que sean organizaciones esencialmente democráticas.

Empresa social no es sinónimo de empresa popular y no busca pertenecer a


un área social (menos estatal) políticamente definida como tal.

Y la economía solidaria se relaciona estrechamente con la economía social y


con las empresas sociales y frente a la lógica del mercado, del capital y de la
maximización de los beneficios antepone relaciones permanentes de producción,
distribución y financiamiento sostenidos en la cooperación, la reciprocidad, la
ayuda mutua y la justicia.

Ubica en el centro valores trascendentales como la solidaridad, equidad,


responsabilidad participativa, respeto por el medio ambiente y una forma diferente
de interpretar las relaciones sociales, así como una nueva forma de llevar a cabo
el trabajo como aporte esencial al quehacer económico.

9
III) En respuesta a la segunda pregunta planteada acerca de que si, las
economías sociales y solidarias son la respuesta a las ineficiencias
de los modelos tradicionales, la respuesta es sí, como un
complemento necesario para el estado y para el mercado, desde
una posición más secundaria pero, como agentes activos en
empleo e innovación.

Economías circulares.

La definición técnica es que, se trata de un concepto económico que se


interrelaciona con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los
productos, los materiales y los recursos (agua, energía,…) se mantenga en la
economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la
generación de residuos. Se trata de implementar una nueva economía, circular, no
lineal, basada en el principio de «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los
servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.

La economía circular es la intersección de los aspectos ambientales,


económicos y sociales.

El sistema lineal de nuestra economía (extracción, fabricación, utilización y


eliminación) ha alcanzado sus límites. Se empieza a vislumbrar, en efecto, el
agotamiento de una serie de recursos naturales y de los combustibles fósiles. Por
lo tanto, la economía circular propone un nuevo modelo de sociedad que utiliza y
optimiza los stocks y los flujos de materiales, energía y residuos y su objetivo es la
eficiencia del uso de los recursos.

La economía circular se dirige tanto a los actores públicos encargados del


desarrollo sostenible y del territorio, como a las empresas que buscan resultados
económicos, sociales y ambientales, como a la sociedad que debe interrogarse
acerca de sus necesidades reales. La economía circular es también generadora
de empleo.

https://economiacircular.org/economia-circular/

10
Si pensamos en la economía de la solidaridad como un conjunto de empresas
de economía social que administran su negocio en base a principios como la
equidad y la responsabilidad social y con el ecosistema, siendo además
generadora de empleo, observamos que, los puntos de encuentro con la
economía circular son casi absolutos pudiendo convertirse ambas en un solo
macrosistema.

Pero también esta ecuación se puede complementar relacionando ambos


sistemas económicos, circular y solidario, con un tercer concepto, como los son
los sistemas B, aceptando que el lucro perfectamente puede estar presente en
este círculo virtuoso.

Sistema B es una organización que cree que los gobiernos, las organizaciones
de la sociedad civil, los movimientos sociales, los ciudadanos y la responsabilidad
social de los negocios, todos juntos, no son suficientes para resolver los
problemas sociales y ambientales actuales. Promueve a las Empresas B y otros
actores económicos en América Latina, para construir una nueva economía en
que el éxito y los beneficios económicos incorporan bienestar social y ambiental.

La Empresa B aspira a ser la mejor empresa para el mundo y no solo del


mundo.
Las Empresas B son empresas que cumplen con los más altos estándares en
términos de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad
empresarial. Lideran un movimiento global de personas que usan la fuerza de los
negocios para generar un impacto positivo.

Todas las Empresas B miden su impacto social y ambiental y se comprometen de


forma personal, institucional y legal a tomar decisiones considerando las
consecuencias de sus acciones a largo plazo en la comunidad y el
medioambiente.

Son empresas B aquellas que han obtenido la certificación B Corporation de


desempeño social y ambiental.

https://www.sistemab.org/?gclid=EAIaIQobChMI6crH5PDZ8QIVxwaRCh11gwAgEAAYASAAEgIi6P
D_BwE

11
Conclusiones.

1.- La solidaridad debe estar presente en todos los ámbitos de la vida en sociedad
como un valor intransable. Es lo que nos convierte en seres con humanidad.

2.- El bienestar de las personas tiene su punto de partida en la satisfacción de sus


necesidades básicas.

3.- Los Estados son responsables del sistema económico que decide adoptar en la
administración de los recursos de las naciones y este sistema debe propender al
bienestar de toda la población. Cuando esto no ocurre, el Estado debe intervenir.

4.- Las ineficiencias de los sistemas económicos tradicionales son cada vez más
evidentes. Ante un mundo global con una población en expansión progresiva y
recursos naturales en dirección opuesta, el capitalismo y más aún el socialismo
manifiestan sus debilidades respecto de sus capacidades para garantizar equidad,
igualdad de oportunidades y justicia.

5.- La solidaridad no puede estar ausente de las decisiones económicas de los


Estados. No como un sistema económico paralelo organizado, sí siendo parte
integrante del modelo económico adoptado.

6.- La economía solidaria no tiene espacios diferenciadores con la economía


social en cuanto a los objetivos perseguidos. Pueden encontrarse diferencias en
cuanto a las formas de organización y en la administración de beneficios
económicos.

7.- La economía de la solidaridad es un concepto que debe entenderse


complementario a las economías de las naciones y su ámbito de acción debe
estar en aquellos espacios en que las personas no ven satisfechas sus
necesidades básicas ni sus derechos esenciales para un mejor porvenir, lo que
incluye la protección al medio ambiente.

8.- La economía solidaria es por antonomasia una tercera vía, diferente al


mercado y al estado pero, desarrollando un rol de complemento, necesario para
el otorgamiento de soluciones concretas a los sectores más desfavorecidos.

9.- Las empresas de economía social administran su negocio en base a principios


como la equidad y la responsabilidad social y con el ecosistema. Es decir, no
apuntan únicamente a fines de lucro.

12
Cómo puede participar la Masonería ?

10.- La Masonería debe contribuir a través de los Masones aportando humanidad


y valores a la lógica y a la razón.

11.- La solidaridad es un valor incorporado en el ADN de los Masones. No se


puede concebir Masonería sin solidaridad.

12.- Los Masones debemos procurar incorporar solidaridad en la economía


buscando generar una nueva racionalidad.

( Es lógico y razonable que una empresa propenda maximizar sus beneficios


económicos pero, no es solidario si para lograrlo perjudica a una comunidad con
afectación del medio ambiente ).

13.- Las empresas solidarias pueden activar capacidades creativas, de


organización y gestión que nunca han sido económicamente aprovechadas y que
representan espacios de oportunidad y la Masonería a través del capital humano y
profesional de sus miembros, pueden utilizar (o reutilizar) esos espacios.

14.- Debemos ser capaces de transmitir conceptos y experiencias que promuevan


un nuevo desarrollo, con el aprovechamiento de recursos no convencionales en
procura de mayor integralidad y sustentabilidad.

15.- Y la solidaridad no solo debe estar presente en los procesos económicos,


también debe ser un componente primordial de la Teoría Económica. No hay
teoría económica que no haga mención al bienestar, la libertad y la justicia pero, la
solidaridad es un concepto que parece ser casi antagónico. Sobre todo los
Masones, debemos entender que, solidaridad en economía no es sinónimo de
socialismo y que la solidaridad no atenta en contra de la libertad, de la propiedad y
menos de la valoración por el esfuerzo individual.

S:. F:. U:.

13
Bibliografía.

Pérez Juan C, Etxezarreta Enekoitz, Guridi Luis. De qué hablamos cuando


hablamos de economía social y solidaria ? Concepto y nociones afines.

Abad Jaime, Abad Mercedes. La economía social y solidaria como alternativa


económica. Bienes comunes y democracia.

Guerra Pablo. La economía de la solidaridad o la vuelta de los valores


sociales a la economía.

Piketty T. El capital en el siglo XXI.

Mazzucato M. El estado emprendedor.

https://www.google.com/search?q=adam+smith&oq=&aqs=chrome.0.69i59i450l8.346560827j0j15&
sourceid=chrome&ie=UTF-8

https://www.google.com/search?q=john+maynard+keynes&oq=&aqs=chrome.0.69i59i450l8.346787
355j0j15&sourceid=chrome&ie=UTF-8

https://www.google.com/search?q=milton+friedman&oq=milton&aqs=chrome.0.69i59j46i433l2j0j46l
5j0i271.3647j1j15&sourceid=chrome&ie=UTF-8

https://economiacircular.org/economia-circular/

https://www.sistemab.org/?gclid=EAIaIQobChMI6crH5PDZ8QIVxwaRCh11gwAgEAAYASAAEgIi6P
D_BwE

14
15

También podría gustarte