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Mediante escrito presentado ante esta Sala en fecha 25 de marzo de 2008 los
abogados Alfredo Alí Zambrano León y Aderito Da Silva Castro, inscritos en el
INPREABOGADO bajo los números 70.150 y 21.092, actuando con el carácter de
Procurador General del Estado Mérida y apoderado judicial del ESTADO MÉRIDA,
respectivamente, interpusieron demanda por resolución de contrato e indemnización de
daños y perjuicios conjuntamente con solicitud de medidas de secuestro y prohibición de
enajenar y gravar contra la sociedad mercantil CONSTRUCCIONES Y SERVICIOS,
C.A. (COYSERCA), inscrita en el Registro de Comercio llevado por el extinto Juzgado
Primero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del
Estado Mérida, en fecha 3 de marzo de 1982, bajo el N° 2.825, Tomo 1.
Realizado el estudio de las actas que conforman el expediente, esta Sala Político-
Administrativa pasa a decidir, conforme a las siguientes consideraciones:
I
DE LA DEMANDA
Mediante escrito presentado ante esta Sala el 25 de marzo de 2008 los abogados
Alfredo Alí Zambrano León y Aderito Da Silva Castro, antes identificados, actuando con el
carácter de Procurador General y apoderado judicial del Estado Mérida, respectivamente,
interpusieron demanda por resolución de contrato e indemnización de daños y perjuicios,
contra la sociedad mercantil Construcciones y Servicios, C.A. (COYSERCA).
Aseguran, que en el referido contrato de compra-venta se estableció que los dos (2)
lotes de terreno, serían destinados para la construcción de “viviendas de interés social a fin
de ofertar a la población merideña soluciones habitacionales en forma eficaz, eficiente y
oportuna, circunstancia que hasta la presente fecha no se ha logrado…” y “…se
desprende un daño patrimonial a la Entidad Federal…”.
Por otro lado, sostienen que en comunicación de fecha 16 de julio de 2007 dirigida
por el Presidente de la Organización Comunitaria de Vivienda (OCV) La Estrella de Belén,
se le informó al Procurador del Estado Mérida que “…el terreno en cuestión se mantiene en
posesión -aun cuando no lo han ocupado.”
II
En este sentido, se debe señalar que la ley atribuye expresamente a los jueces -y
entre ellos a los de la jurisdicción contencioso administrativa- la facultad para decretar las
medidas necesarias en cada caso concreto, con el objeto de asegurar las resultas de un
juicio.
Así, deben traerse a colación los artículos 585 y 588 del Código de Procedimiento
Civil, que disponen lo siguiente:
Además, resulta necesario destacar que por tratarse de un medio para garantizar los
efectos de la sentencia definitiva, de ser acordada la medida solicitada, ésta no debe
comportar un carácter definitivo, sino que deberá circunscribirse a la duración de la
querella judicial incoada y, en tal orden, ser susceptible de revocatoria -motivada- cuando
varíen o cambien las razones que inicialmente a criterio del Juez justificaron su
procedencia.
Afirma, además, que el requisito de fumus boni iuris se encuentra probado del
incumplimiento del contrato por parte de la empresa demandada toda vez que los referidos
lotes de terreno se encuentran sin desarrollo habitacional.
Ahora bien, esta Sala mediante sentencia N° 00690 publicada en fecha 18 de junio
de 2008, cuaderno separado N° 2008-0041, declaró procedente la solicitud de prohibición
de enajenar y gravar solicitada por la entidad demandante, señalando al respecto lo
siguiente:
Observa esta Sala que la petición de la medida “anticipativa” que ahora se requiere,
está dirigida a obtener la decisión favorable de la Sala para construir un “Desarrollo
Habitacional” en los dos (2) lotes de terreno que constituyen el objeto material de la
demanda de autos, toda vez que con ésta se persigue la resolución del contrato a través del
cual se transmitió la propiedad de los mismos.
Ahora bien, debe señalarse que tanto la doctrina como la jurisprudencia han
admitido las medidas cautelares, partiendo de la base de la amplia potestad del juez para
garantizar preventivamente la eficacia de la sentencia que dictará al decidir el fondo de la
controversia. En efecto, uno de las garantías más importantes en todo Estado de Derecho es
la de la tutela judicial efectiva, conformada por otros derechos entre los cuales se destaca el
derecho a la tutela judicial cautelar. En este sentido, las medidas cautelares son parte del
derecho a la defensa, teniendo como base la propia función del juez para juzgar y ejecutar
lo juzgado, quien, además, se encuentra habilitado para emitir cualquier tipo de medida
cautelar que se requiera, según el caso concreto, para así garantizar la eficacia de la
sentencia que decida el fondo de la controversia.
Ahora bien, tal como ha afirmado la doctrina las medidas cautelares son un medio
para el logro de la justicia, de donde se deriva su naturaleza instrumental, teniendo como
límite natural el no constituirse en sentencia definitiva. Además, las referidas medidas
detentan un carácter provisional, pues el juez no queda atado a la cautelar antes dictada para
decidir el fondo del asunto, sino que siempre existirá la posibilidad de revertir la situación
provisional creada. (Vid. Sentencia de esta Sala No. 00451 del 11 de mayo de 2004).
III
DECISIÓN
Atendiendo a los razonamientos antes señalados, esta Sala Político-Administrativa
del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la Ley, declara IMPROCEDENTE la solicitud de medida cautelar requerida
por la representación judicial del ESTADO MÉRIDA.