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La tensión política entre los países andinos se agudizó, generando una situación muy
crítica de confrontación el día 1 de marzo, cuando tropas colombianas incursionaron en
territorio ecuatoriano, lo que constituyó “una violación de la soberanía y de la
integridad territorial del Ecuador y de principios del derecho internacional 3”, en la
que eliminaron al segundo hombre de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia – FARC “Raúl Reyes”.
Ese fue el primer acto de esta fase de agudización de las contradicciones al interior de
los países andinos. El segundo acto de esta escalada de tensión en la región andina fue
el mensaje televisado del Presidente venezolano, Hugo Chávez Frías, que instruyó la
movilización de tropas a la frontera colombo – venezolana, como si hubiese sido el país
agredido. El tercer acto consistió en el rompimiento de las relaciones diplomáticas de
Venezuela y Ecuador con Colombia. El cuarto acto fue la convocatoria a reuniones de
emergencia de la OEA y del Grupo de Río. El último acto fue la reunión del Grupo de
Río, en República Dominicana, en la que luego de un intercambio de acusaciones
mutuas, Ecuador aceptó las disculpas de Colombia y la crisis se disipó con un final
típico de un “reality show” entre los Presidentes de Ecuador, Colombia y Venezuela,
mientras que el cuarto hombre de las FARC era asesinado en Colombia
Una evaluación preliminar nos lleva a la conclusión que el vencedor de esta etapa es, sin
lugar a dudas, Colombia, en la persona de su Presidente Álvaro Uribe, que dio un duro
golpe a las FARC, logrando despertar momentáneamente una reacción nacionalista en la
mayor parte de la población colombiana, por el resultado de su incursión en Ecuador y
por los ataques verbales recibidos desde Venezuela, Ecuador y Nicaragua. Violó el
territorio ecuatoriano y “solamente tuvo que pagar” con una disculpa pública, hasta el
momento.
¿Qué es lo que está sucediendo en la región andina? ¿Cómo es posible que los países
que son parte de uno de los procesos más antiguos de integración en América Latina
hayan llegado al extremo de enviar tropas a la frontera y estar al borde de una guerra
andina?
La década de los años 90 del siglo pasado fue un periodo de relativa homogeneidad en
la visión política de los diferentes gobernantes de los países andinos. Con pequeños
matices apoyaban el Consenso de Washington y se jactaban de sus buenas relaciones
con los Estados Unidos, sin embargo, la situación de la política interna en cada uno de
los países era compleja, ya que no lograban solucionar los problemas básicos de la
población.
Si nos basamos en el discurso podríamos pensar que estamos frente a una contradicción
Capitalismo – Socialismo, ya que la corriente alternativa plantea el “Socialismo del
Siglo XXI”, mientras que Perú y Colombia marchan por un camino de desarrollo
netamente capitalista. Sin embargo, no debemos engañarnos, con la excepción de Cuba
que tiene una economía planificada y “la propiedad social sobre los medios de
producción”, los otros países de la corriente alternativa están administrando economías
capitalistas, tratando de establecer un Capitalismo de Estado, basados en las propuestas
cepalinas de la década de los años 50 del siglo pasado.
Al mismo tiempo, la corriente alternativa estrecha sus relaciones con terceros países y
algunos de ellos no son del agrado de los Estados Unidos. Esos países son la República
Popular China, Irán, Libia y la Federación Rusa.
Como un medio más de fortalecer su posición frente a los Estados Unidos, la corriente
alternativa trata de revitalizar el Movimiento de los No Alineados, que ha perdido su
peso político en los organismos y en las relaciones internacionales.
Colombia y Perú consideran los grupos armados en sus países, como grupos terroristas,
que tienen alguna relación con los narcotraficantes, que atentan contra el Estado de
Derecho y violan los derechos humanos de sus ciudadanos. Por esos motivos, la única
salida pacífica es la rendición de esos grupos armados, caso contrario la alternativa es la
derrota militar.
Los grupos armados en el Perú no han tenido ninguna actividad importante en los
últimos años, sin embargo, los grupos armados de las FARC y del ELN tienen una
presencia militar y territorial nada despreciable en Colombia, a tal punto que pueden
mantener a decenas de personas secuestradas por varios años.
Ambos países están decididos a terminar a la brevedad posible con los grupos armados,
pero las condiciones no están dadas aún para su total eliminación. Además, Colombia
y Perú saben que esos grupos armados utilizan el territorio de sus vecinos andinos para
descansar, recuperarse, abastecerse de víveres, medicamentos, etc.
Si bien la corriente alternativa andina no hace una apología de los grupos armados en
esos dos países, especialmente en Colombia, su percepción es diferente ya que los
considera como luchadores sociales. No se debe olvidar que varias autoridades en estos
países fueron partidarios en el pasado de la llamada “lucha armada” para cambiar las
estructuras económicas políticas y sociales de América Latina y El Caribe.
Por ese motivo, es muy difícil pensar que estos países cooperarán eficientemente
controlando sus fronteras y evitando que los grupos armados ingresen a su territorio, por
lo tanto el problema se mantiene y en el corto, mediano o largo plazo se pueden repetir
los incidentes del 1º de marzo del año en curso.
Ahora veamos algunas de las características de política interna de estos países, que a
unos los ha llevado a tener una posición alternativa en la región andina y otros
continúan por el camino trazado hace varios años.
2.1. Venezuela
La victoria de Hugo Chávez en las urnas en 1998, después de un fallido intento golpista
el año 1992, marca un proceso de inflexión en la política interna venezolana y en la
región andina.
La gran riqueza petrolera de Venezuela, no fue utilizada para solucionar los altos
índices de pobreza en la población venezolana, ni siquiera para paliar la misma. Los
diferentes grupos de la clase dominante no fueron capaces de iniciar un serio proceso de
desarrollo económico y social, por lo tanto el fenómeno Hugo Chávez, al igual que en
Bolivia, no fue tanto por la propuesta política presentada, sino por la decepción de la
población de los anteriores gobiernos.
Los índices de la población venezolana que vivía bajo los límites de la pobreza
alcanzaba el año 1999 alrededor de 50%, mientras que a principios de la década de los
90 era 10 puntos menos de unos 40%, y la población que vivía bajo la línea de la
indigencia alcanzó el 22%, mientras que en 1990 era de 14%4.
4
Panorama Social de América Latina 2007, Anexo Estadístico, Comisión Económica para América
Latina y El Caribe
5
idem
Popular China, Cuba, Irán, Libia y la Federación Rusa. Su relación con los Estados
Unidos comienza a ser tensa recién a partir del tercer año de Gobierno. Se puede
afirmar que su política de distanciamiento se implementa plenamente desde el año 2001,
cuando Venezuela anuncia que no renovará el Acuerdo Bilateral de Cooperación Militar
de 1951 por ser anacrónico y empieza a criticar el ALCA, la propuesta de los Estados
Unidos para crear un área de libre comercio en toda América frente a la creciente
fortaleza política y económica de la Unión Europea y de los tigres y dragones del Asia.
2.2. Ecuador
Ecuador, junto a Bolivia, fue uno de los países andinos con mayores índices de
inestabilidad política. Basta señalar que en la década de los 90 del Siglo XX, este país
tuvo seis Presidentes y en los ocho años del Siglo XXI cuatro, de todos ellos tres fueron
destituidos del cargo. Ambos países se caracterizan también, por tener un alto índice de
pueblos indígenas en su población, los que tienen una participación creciente en la vida
política de estas dos sociedades. Ecuador no sólo aplicó las recomendaciones del
Consenso de Washington, al igual que los otros países andinos, sino que fue más allá y
sustituyó su moneda, el Sucre, por el dólar de los Estados Unidos.
El 1995 fue un año nefasto para los países andinos, Ecuador y Perú se enfrentaron
bélicamente por un diferendo limítrofe que se remonta al establecimiento de los Estados
latinoamericanos en el Siglo XIX. Este conflicto enfrentó a ambos países en varias
oportunidades, en 1828-29, 1859-1860, 1911, 1941 y 1981. La Guerra del Cenepa,
denominada así por la cabecera del río ecuatoriano Cenepa, lugar donde se iniciaron los
enfrentamientos, finaliza con la firma del Acuerdo de Brasilia en 1998.
2.3. Perú
La historia del Perú de finales del Siglo XX se caracteriza por la aparición de grupos
guerrilleros urbanos y rurales en la década de los 80 y su derrota a través de la
implementación de una política de terrorismo de Estado en el Gobierno de Alberto
Fujimori, que fue Presidente de Perú de 1990 al año 2000. Al igual que sus colegas
andinos, Alberto Fujimori se adhirió al Consenso de Washington, estabilizó su
economía y sentó las bases de un desarrollo económico acelerado en el Siglo XXI. Su
sucesor Alejandro Toledo recibió un país con grupos armados desmantelados, sin
capacidad de acciones de impacto político y militar, así como una economía estable que
permitió elevadas tasas de crecimiento entre el 6% y 7%, que son superiores a la media
latinoamericana.
Sin embargo, ese crecimiento económico no se reflejó en una sustancial mejora de las
condiciones de vida de muchos peruanos, ya que hasta el 2006 alrededor de un 45% de
la población vivía bajo la línea de la pobreza y un 16% bajo condiciones de indigencia.
Esta situación ha permitido que puedan sobrevivir todavía algunos comandos activos de
Sendero Luminoso y del MRTA, muy disminuidos por supuesto, si se los compara con
su accionar en la década de los 80 del Siglo pasado.
Perú ha desarrollado estrechas relaciones con los Estados Unidos a nivel político,
económico y comercial, lo que le ha permitido convertirse en un importante aliado de la
potencia del norte y en ser el primer país andino en lograr que el Congreso
norteamericano ratifique el tratado de libre comercio (TLC). Por lo tanto, se ha
convertido en el segundo país sudamericano junto a Chile, en tener un TLC con los
Estados Unidos.
Por todas estas condiciones ha logrado establecer con Colombia una estrecha relación
política, económica y comercial, a tal punto que ambos países se han lanzado a negociar
conjuntamente acuerdos comerciales con terceros países, como con Canadá y EFTA
(European Free Trade Association) compuesto por Islandia, Liechtenstein, Noruega y
Suiza.
Perú apostó desde los años 90 hasta nuestros días a una inserción internacional activa en
la política, en la economía y el comercio internacionales, priorizando su
relacionamiento con países más desarrollados. No es casual que en las crisis de la
Comunidad Andina de los últimos 18 años, Perú haya sido uno de los miembros que
menor entusiasmo manifestó respecto a la integración andina.
2.4. Colombia
A pesar de esa rebelión armada interna de más de medio siglo, Colombia logró
mantener una estabilidad institucional asombrosa, por el compromiso de sus dos
partidos políticos más importantes, los conservadores y los liberales. Asimismo, la
economía colombiana ha tenido tasas de crecimiento muy elevadas, si se tiene en cuenta
la convulsionada situación interna. Su crecimiento económico siempre fue positivo,
aunque en el quinquenio 1996-2000 disminuyó hasta el 1% para recuperarse luego y
alcanzar el 7% de crecimiento el año 2007.
La convulsión social interna ha obligado a los diferentes gobiernos a tener muy buenas
relaciones con los Estados Unidos y con sus socios andinos, especialmente los vecinos.
La lucha en contra de los grupos armados y el narcotráfico ha convertido a Colombia en
el principal aliado de los Estados Unidos en Sudamérica.
Esta alianza estratégica con la potencia del norte ha sido el blanco de los ataques de los
gobiernos de izquierda y populistas de la región andina, especialmente de Venezuela y
Bolivia, mientras que recibía el apoyo de Perú.
2.5. Bolivia
Todos los gobiernos de la década de los 90 del Siglo pasado y de principios del Siglo
XXI se esforzaron por mantener muy buenas relaciones con los Estados Unidos, a
excepción del Gobierno de Evo Morales. Asimismo, trataron de fortalecer la
integración andina, ya que en el transcurso del tiempo se pudo obtener beneficios
económicos reales, como el surgimiento y fortalecimiento del sector de las oleaginosas.
Sin embargo, la desigual distribución de la riqueza, característica de los países
latinoamericanos y andinos especialmente, no permitió que la mayor parte de la
población se beneficie de esos logros. Alrededor de un 64% de la población vive bajo
la línea de la pobreza y alrededor de un 35% bajo la línea de indigencia.
Esta situación condujo a que en diciembre de 2005, el pueblo de Bolivia elija como
Presidente de Bolivia a Evo Morales, como representante de los sectores excluidos y
discriminados de la población boliviana, una situación similar a la de Ecuador y
Venezuela.
Venezuela no sólo que extrema sus ataques contra Colombia y Perú, sino que toma la
decisión de alejar a Venezuela de la Comunidad Andina, lo que afecta seriamente la
existencia de la Comunidad Andina, cuando el 19 de abril de 2006, el Presidente
Chávez anuncia en Asunción de Paraguay, que su país se retiraba de la CAN.
Ante el surgimiento de la corriente alternativa y los duros ataques verbales de éstos, así
como la visión compartida de estrechar las relaciones con los Estados Unidos y de
insertarse activamente en el sistema capitalista internacional, Colombia y Perú han
logrado establecer una alianza de facto, que los convierte en el bloque opuesto a Bolivia
y Ecuador en la Comunidad Andina y opuestos a la corriente alternativa que se
estableció en la región andina.
Como mencionamos en un párrafo anterior, esta alianza de facto entre Colombia y Perú
no sólo se reduce al ámbito político, sino también a una coordinación de su política
exterior en materia comercial. Por ese motivo, ambos países que estrecharon aún más
sus relaciones al negociar el TLC con los Estados Unidos, han decidido negociar
conjuntamente otros TLC con Canadá y los países de EFTA, así como coordinar sus
posiciones en las negociaciones que llevan los cuatro países de la CAN con la Unión
Europea.
Se puede comprobar que existen profundas diferencias en la visión que tienen estos dos
grupos de países andinos respecto a su inserción económica y comercial en el contexto
internacional.
Colombia y Perú tienen como ejemplo a Chile, a los tigres y a los dragones del Asia,
que aprovecharon, por un lado, el desarrollo de la ciencia y la tecnología en los países
más avanzados para modernizar su base productiva y por el otro, las oportunidades
comerciales de la globalización para insertarse en los nichos de mercado de los países
desarrollados y en desarrollo a través de acuerdos comerciales. Siguiendo esos
ejemplos, estos dos países están en un proceso muy dinámico de negociar acuerdos con
países latinoamericanos, asiáticos, europeos y con los de Norte América, a la vez que
van ampliando y fortaleciendo su sector exportador de pequeñas, medianas y grandes
empresas.
Esta estrategia de desarrollo está dando resultados positivos a ambos países, ya que sus
tasas de crecimiento ya alcanzaron los 7% y 8% anuales, por encima de la media
latinoamericana. Sin embargo, la tarea pendiente sigue siendo una mejor distribución
de la riqueza, caso contrario los problemas sociales harán vulnerables todos estos
esfuerzos.
Por el contrario, el bloque de los países de la corriente alternativa andina, considera que
los acuerdos comerciales con países desarrollados significan frenar el desarrollo de la
base productiva nacional, especialmente de los pequeños productores, ya que los
productos y los servicios extranjeros los condenan a desaparecer y a perder sus fuentes
de empleo. Las asimetrías existentes entre países pobres y ricos crean las condiciones
para que los beneficios de los acuerdos comerciales sólo sean para el norte y no para los
países del sur.
Por ese motivo, plantean que los acuerdos comerciales y los procesos de integración se
deben dar fundamentalmente entre países en desarrollo, a la vez que se deben tomar
medidas para proteger el mercado interno de la competencia desleal de los países
desarrollados y fortalecer la producción nacional. Esta concepción se basa en la famosa
teoría del Centro – Periferia y de la sustitución de las importaciones de la Comisión
Económica para América Latina y El Caribe – CEPAL – de los años 50 del siglo
pasado.
En ese marco se firma la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América - ALBA,
se plantea la creación de la empresa andina de hidrocarburos PETROANDINA, del
banco de fomento Banco del Sur, del canal de televisión conjunta TELESUR, entre
otras propuestas.
La “nueva” propuesta de desarrollo no está dando los resultados esperados, ya que las
tasas de crecimiento están por debajo de la media Latinoamérica de Bolivia y Ecuador.
Venezuela es un caso especial, ya que sus tasas de crecimiento de 10% y 8.6% los dos
últimos años se basan fundamentalmente en el incremento del precio del petróleo y no
así del desarrollo de su base productiva. La escasez de alimentos en los mercados
venezolanos es una muestra clara de que 10 años después de iniciarse la Revolución
Bolivariana, las condiciones de vida de los venezolanos son todavía muy precarias a
pesar de los altos precios del petróleo de los últimos cinco años.
Las formas para alcanzar su liderazgo fueron variadas, desde ofrecer petróleo a precios
preferenciales, pasando por comprar bonos de la deuda argentina, hasta la concesión de
créditos blandos y donaciones en efectivo, como los famosos “cheques venezolanos” en
Bolivia. Venezuela comenzó a erosionar el tradicional liderazgo brasilero con recursos,
algo que había evitado Brasil a pesar del reclamo constante de los países
latinoamericanos, especialmente sudamericanos.
Hasta en MERCOSUR comenzó a erosionarse ese liderazgo natural de Brasil, los socios
más pequeños, Uruguay y Paraguay protestaron por la forma en la que se llevaba a cabo
la integración de los cuatro países, beneficiando principalmente a Brasil y Argentina, en
desmedro de los países pequeños. A tal grado llegó el descontento, que Uruguay
planteó negociar bilateralmente un TLC con los Estados Unidos y Paraguay estrechó
aún más sus relaciones en materia de defensa con la potencia del norte. Argentina se
acercó más a Hugo Chávez por la compra de bonos de su deuda externa y por las
grandes posibilidades de realizar negocios ante la escasez de alimentos en Venezuela.
Las contradicciones internas en cada país andino, principalmente por los altos niveles de
pobreza, continúan y se convierten en terreno fértil para desestabilizar a sus gobiernos;
la confrontación entre la corriente alternativa andina y los Estados Unidos junto a sus
aliados generan constantes fricciones en la región y volverán a agudizarse en cualquier
momento, por lo que los Andes continuarán convulsionados.
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