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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular Para la Educación.


Universidad Bolivariana de Venezuela.
Sede Indio Warao.
Tucupita, Estado Delta Amacuro.

INDEPENDECAS Y GUERRAS CIVILES.

Profesor: Alumna:
Juan Sagaray. Lerismar Rojas.
Sección: Robert Serra.
C.I:27802927.

Tucupita junio 2020.


El sueño de confederaciones de los estados latinoamericano.

El sueño de confederación de los estados latinoamericanos, la conformación


de la comunidad de estados latinoamericano y caribeño constituye a un paso
más sólido dado hacia la integración de los 33 países situados del bravo a la
fangosa Patagonia; la época de desquiciamiento y remolde, lograron las
hermanas latinoamericanas y caribeñas concretar la vieja aspiración de crear
un espacio donde intercambiar opiniones sobre sus problemas comunes de y
trazar estratégicas para solucionarlos.
Unas de las propuestas primarias destinada a concretar la unidad de las
nacientes de las (Repúblicas Latinoamericanas) partió de los procederes
venezolanos Francisco de Miranda y Simón Bolívar y centro la atención por
integración por regiones.
Este proyecto implica la subdivisión situados al sur del río bravo en cinco
federaciones y fue expuesto de una forma más acabada por José María
Samper, a mediados del siglo XIX.
La creación de una confederación iberoamericana internacional, Propugnada
por Samper debía alunar estas naciones según la demarcación indicada en lo
relativo a la diplomacia, política comercial y consultar y manifestaciones en el
exterior que se relacionen con la prensa; el contexto que rodeó esta realidad
de la unidad de República Centro americanas, del pacífico (Perú, Bolivia, y
Chile) del Plata (Argentina, Uruguay Y Paraguay) y la Colombia (Venezuela,
Ecuador y Colombia).

La ruptura de la gran Colombia:


La disolución definitiva ocurrió el 21 de noviembre de 1831, debido a las
diferencias políticas entre centralistas y federalistas, además de los conflictos
económicos que atravesaba la Gran Colombia en ese momento, La Gran
Colombia fue creada durante el Congreso de Angostura del año 1819 y
ratificada por el Congreso de Cúcuta de 1821, luego de los procesos de
independencia de Ecuador, Colombia y Venezuela. La disolución de la Gran
Colombia comprende el fraccionamiento de la República conocida como
Gran Colombia, la cual estaba conformada por los territorios de los actuales
de Ecuador, Colombia, Panamá y Venezuela.
Proceso de disolución de la Gran Colombia
El proceso de disolución se inició en Venezuela con un movimiento social y
político llamado “La Cosiata”, dirigido por José Antonio Páez en el año 1826.
Este movimiento estaba en contra de las políticas centralistas de Simón
Bolívar y el gobierno de Bogotá, en donde estaba concentrado el poder
político de la Gran Colombia.
Luego de las propuestas gubernamentales y centralistas de Bolívar en el año
1828, en las que proponía una presidencia única con sucesores de por vida, la
Gran Colombia comenzó a disolverse.
En el año 1830, Venezuela se declaró fuera de la Gran Colombia y conformó
su propio gobierno. Por otra parte, Ecuador declaró su independencia de la
Gran Colombia el 13 de mayo de 1830, promulgando en septiembre la
primera constitución ecuatoriana.
El 26 de septiembre del mismo año, Panamá se separó también de Gran
Colombia. Aquel diciembre falleció el libertador Simón Bolívar y el mando de
la debilitada Gran Colombia quedó en manos de Domingo Caicedo, quien la
presidió hasta el 21 de noviembre del año 1831, cuando fue finalmente
disuelta.
 Causas y consecuencias de la desilusión de la gran Colombia:
Las principales causas de la disolución de la Gran Colombia comprenden:
Las políticas de gobierno centralistas de Simón Bolívar que acumulaban el
poder en Bogotá y no integraban a la totalidad de las poblaciones en la
toma de decisiones políticas, económicas y sociales.
La grave crisis económica que atravesaban los territorios de Sudamérica
luego de sus procesos de independencia, guerras y nuevos gobiernos.
La falta de comunicación entre los territorios integrantes de la Gran
Colombia, provocada por la gran extensión territorial que abarcaba.
Las revueltas políticas generadas por los caudillos locales, quienes estaban
en constante desacuerdo con las políticas centralistas.
La ausencia de Simón Bolívar, impulsor de la idea de unificación, quien se
encontraba liberando otros territorios de Sudamérica.
Consecuencias
Las consecuencias de la separación de esta fuerte unidad política conocida
como la Gran Colombia fueron:
La creación de cuatro estados independientes: Nueva Granada (actual
Colombia), Venezuela, Ecuador y Panamá.
José Antonio Páez se convirtió en el primer presidente de Venezuela como
estado independiente.
La promulgación las primeras constituciones de Venezuela y Ecuador en
1830, y la de Nueva Granada en 1832.
Se dio por finalizada la propuesta política de un gobierno unificado entre
los territorios liberados por Simón Bolívar.
La Gran Colombia soñada por Miranda y hecha realidad por Bolívar nació
en 1819 y se disolvió en 1831.
 Separación de la gran Colombia:
El 13 de mayo de 1830, En Quito, al saber que Venezuela se había
separado y que Bolívar se retiraba en forma definitiva, tomaron la
decisión de separarse. El Departamento del Sur (Quito) declara su
independencia de Colombia conformándose la República del Ecuador.
Para entonces la Gran Colombia queda constituida solo por la Nueva
Granada y Panamá.

La República de Colombia continuó hasta el 21 de noviembre de 1831.


En 1832 se crea la República de la Nueva Granada con Francisco de Paula
Santander como su primer presidente. Panamá continuaría siendo parte
de esta República hasta 1903, cuando finalmente se separan Colombia y
Panamá.
La Gran Colombia fue un ambicioso proyecto de unión entre varias de las
excolonias españolas en América Latina. La incertidumbre acompañó su
corta existencia, principalmente como consecuencia de las discrepancias
existentes en cuanto al modelo de Estado que debía consolidarse. Su
existencia ha marcado el desarrollo político de los países que formaron
esta república hasta la actualidad y la imagen de su principal valedor,
Simón Bolívar, ha servido de base para el bolivianismo contemporáneo.
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La independencia de las colonias españolas en América Latina se convirtió
en una realidad a principios del siglo XIX. En apenas unos años, la
decadencia del Imperio español, que por aquel entonces se enfrentaba a
la expansión de la Francia liberal y conquistadora en el corazón de Europa,
dio lugar a un proceso irreversible que conllevó la pérdida de los
territorios que había conquistado hacía más de 300 años. A lo largo de dos
décadas, las juntas revolucionarias se generalizaron en las colonias
españolas y, bajo la tutela de líderes como Simón Bolívar, los pueblos de
la región comenzaron su camino hacia la emancipación.
Si bien la gran mayoría de las independencias se produjeron al amparo de
un gran movimiento generalizado, cada país vivió un proceso muy
particular que ha dejado su impronta en la Historia. El periodo
inmediatamente posterior estuvo caracterizado por grandes proyectos de
construcción estatal que, a la imagen y semejanza de los Estados Unidos,
buscaron agrupar los antiguos territorios coloniales en entidades políticas
unificadas. Fueron los casos de la Gran Colombia, el Imperio mexicano y
las Provincias Unidas del Río de la Plata. Sea como fuere, la Historia no
permitió que las grandes expectativas con las que partieron estos
proyectos llegaran a buen puerto. El mapa político que presenta hoy
América Latina es resultado de los procesos de reconfiguración territorial
que comenzaron tras el fracaso de estas iniciativas.
De entre los proyectos de unidad territorial que comenzaron entonces,
cabe destacar la creación de la Gran Colombia no solo por la implicación
personal de Bolívar, uno de los principales libertadores, sino por la
influencia que su base ideológica tiene en la región en la actualidad. El
bolivianismo como corriente política contemporánea toma la imagen de
Bolívar como punto de partida de un paradigma antiimperialista y
socialista que comienza su apogeo en la Venezuela de Hugo Chávez a
principios del presente siglo. Las oportunidades que presenta este
paradigma en el contexto actual se encuentran en entredicho a la luz del
giro a la derecha que está produciéndose en la región, así como
consecuencia de la crisis que atraviesa su principal valedor.
Ideada inicialmente por Francisco de Miranda, pero llevada a la realidad
por Simón Bolívar, la Gran Colombia fue una nación suramericana creada
por el Congreso de Angostura en 1819 con la promulgación de la Ley
Fundamental de Colombia, ratificada por el Congreso de Cúcuta en 1821
con la promulgación de la nueva Constitución. Existió entre 1819 y 1831,
estaba conformada por los actuales territorios de Colombia, Venezuela,
Ecuador y Panamá y pequeños territorios de lo que hoy pertenece a Costa
Rica, Brasil y Guyana.
Para 1830, Bolívar se encontraba en muy mal estado de salud, en
Venezuela se llevaba una campaña separatista liderada por José Antonio
Páez; las constantes disputas entre los partidos políticos y la oposición al
Libertador en gran parte liderada por quienes combatieron a su lado en
búsqueda de la independencia, llevaron a que este renunciara a la
Presidencia de la Gran Colombia el 4 de mayo de 1830.
El Congreso designa a Joaquín Mosquera como sucesor de Bolívar, pero
este no puede asumir el cargo de manera inmediata por lo que el
entonces Vicepresidente Domingo Caicedo toma las riendas de la nación.

El 6 de mayo de 1830 se lleva a cabo el congreso de Valencia, convocado


por José Antonio Páez, donde se declaró la autonomía de Venezuela y se
promulgó su Constitución.
Gobernabilidad o ingobernabilidad a propósito de idea de la
federación:
Por reiterado, el criterio se transforma en una verdad social, su común
aparecer en los medios de prensa fortalece la idea de la ingobernabilidad del
país. Pensadores y generadores de opinión, en sus análisis, producto de la
reflexión, la experiencia, la cátedra etc., nos inquietan con sus ideas y sus
predicciones. Como ciudadano “de a pie” en política me cuestiono si vale la
pena gobernar lo ingobernable. Sintonizado con la idea de la
ingobernabilidad e inmerso en su efecto, creo que es necesario buscar
soluciones con el objetivo de mejorar ese clima adverso.
La ley en cuestión plantea, desde mi óptica, la oportunidad de que los
gobiernos asuman el desarrollo local con eficiencia; que los habitantes de
una localidad, organizados, luchemos por un desarrollo propio, con
programas preestablecidos; y que se elijan los políticos locales que sí realicen
las obras.
Quiero elegir en mi comunidad al más capaz, sin distingo de género, ni de
partido, que se comprometa a cumplir un programa de trabajo, previamente
elaborado por los ciudadanos para que se ejecute.
Como ciudadano no quiero más elecciones en las que se me presente una
lista de personas de un partido sin que se me exponga la historia, la
capacidad y la ética de quienes pretenden dirigir.
La ley 8801 debe ser reformada, completada y mejorada en su
reglamentación, no es de rápida aplicación. Pero, si los futuros gobernantes
se comprometen, en cuatro años, es posible tener el entorno adecuado para
dar el cambio que requerimos los de la llanura.
Tal vez la pregunta peca de omisa y quienes les acompañan en Cuesta de
Moras deban reorientarla para saber si estarían dispuestos a ceder una parte
del poder y el control, para que se ejecuten localmente en 81 cantones las
obras que son necesarias. Sueño con que solo la mitad de cantones cambien
y sean eficientes, que creen las bases de un desarrollo local que permita
enrumbar al país, mejorar la producción, sembrar nuevas oportunidades.
Establecer un desarrollo local fuerte en cada comunidad es el objetivo.

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