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El resumen es el siguiente:
1) Doña Concepción se lastimó la pierna al caerse y aplicó remedios caseros que no sanaron la herida.
2) Al empeorar, la llevó al hospital donde el Dr. Simi diagnosticó una ulcera diabética, pero discutieron de forma agresiva.
3) Otro doctor y una enfermera la atendieron de forma más respetuosa, explicándole la gravedad de su condición y tratamiento necesario.
El resumen es el siguiente:
1) Doña Concepción se lastimó la pierna al caerse y aplicó remedios caseros que no sanaron la herida.
2) Al empeorar, la llevó al hospital donde el Dr. Simi diagnosticó una ulcera diabética, pero discutieron de forma agresiva.
3) Otro doctor y una enfermera la atendieron de forma más respetuosa, explicándole la gravedad de su condición y tratamiento necesario.
El resumen es el siguiente:
1) Doña Concepción se lastimó la pierna al caerse y aplicó remedios caseros que no sanaron la herida.
2) Al empeorar, la llevó al hospital donde el Dr. Simi diagnosticó una ulcera diabética, pero discutieron de forma agresiva.
3) Otro doctor y una enfermera la atendieron de forma más respetuosa, explicándole la gravedad de su condición y tratamiento necesario.
-Fonseca Cardenas Yuliana -Irineo Monje Jesús Rubén -Salazar Medina Jorddi - Sánchez Félix Camila -Valdez Castro Carlos Alonso Era un día soleado y tranquilo por la mañana en un pueblo pequeño llamado el Caimán, la señora Concepción, una mujer robusta y muy terca, estaba tranquila cosechando elotes cuando de repente tropezó con un tronco muy grande y se cayó, al mirarse se percató de que se había hecho una herida profunda en la pierna derecha, en ese momento doña Concepción fue a su casa y se froto la herida con un remedio casero para curarse la herida rápidamente, al siguiente día la herida de concepción no mejoro, su hijo Carlos, un joven tímido y serio, notó que la herida empeoraba cada vez más y le dijo a su mamá: - ¿Ama no cree que deba ir al doctor? - dijo mirando hacia abajo y con un tono de inseguridad. - ¡No mijo! mis remedios son los mejores siempre. - prepotentemente la madre le dijo a su hijo. Pasaron los días, intento remedio tras remedio y la herida no sanaba, ya que doña Concepción era diabética, de repente sintió un dolor insoportable y llamó a su hijo: - ¡Ay Carlos me estoy muriendo! ¡por favor ven! - grito la señora mientras quejumbrosa se sobaba la pierna. - ¿Pero ¿qué pasó? Quizá ya la debería de llevar al hospital. - dijo inseguro su hijo. Rápidamente se fueron camino al hospital que se encontraba más cerca, a la mitad del día, bajo el fuerte sol y muy asustados. Al llegar al pequeño hospital, ingresaron a urgencias y los recibió el Dr. Simi, un doctor muy apuesto y prepotente, a la señora concepción no le agrado nada la idea del doctor que la iba a atender ya que ni siquiera les dio las buenas tardes al ingresar al consultorio. El doctor realizó un examen físico completo y rápidamente diagnosticó el problema que tenía Concepción, sin prestarle mucha atención a las explicaciones de Carlos, quien le intentaba explicar en un tono muy bajo, lo que había sucedido y que su madre era diabética. - Bueno, después de valorar su pierna, en efecto, tiene una herida infectada, y están comenzando manifestaciones de ulceras diabéticas. - el doctor postuló sin interés mientras se lavaba las manos. - ¿Qué es eso? Solo tengo una simple cortada, y necesito que me la curen. - dijo concepción con dolor y prepotente. - No me hable así, yo estoy haciendo mi trabajo, tiene que cooperar si quiere resultados. - el doctor respondió frustrado y prepotente mientras escribía en la receta. A causa de que el doctor se estaba enojando, no le explicó qué era una ulcera diabética, ni qué la causa, mientras que la señora concepción seguía sin comprender el diagnóstico y alterada. - ¿Cómo que se puso remedios caseros para su herida? ¿No sabe usted que se pude infectar la herida? - discutía el doctor con un tono alto. - ¡Claro que sé!, pero eso no me ha afectado nunca, siempre lo he tenido y ahora resulta que usted dice que me empeore la herida. - dijo Concepción casi burlándose, mientras que Carlos solo observaba la discusión sin llamar la atención, moviendo el pie nervioso. - A ver, ¿quién sabe más, usted o yo? llevo muchos años haciendo esto, si no le tratan esa ulcera le pueden cortar el pie ¡entienda! - exclamó el doctor casi gritando y apuntándola con el dedo. - ¡Qué! no me quiera asustar, hasta mi hijo la vio y no le pareció la gran cosa, solo me quiere hacer gastar mi tiempo y mi dinero. - dijo concepción enojada. Carlos trataba de tranquilizarlos, pero no le prestaban atención a causa de su timidez y tono de voz. En toda la sala de urgencias se oía la discusión del Dr. y Concepción. Carmen, una enfermera joven y entusiasta que estaba en los pasillos se dirigió hacía el fuerte ruido y al llegar vio a todos alterados, excepto por Carlos. - Buenas tardes, ¿Doctor hay algún problema? – dijo la enfermera tranquilamente mirando al doctor con cara de preocupación. - ¡Hola señorita! El problema es que este doctor no sabe lo que hace y es un irrespetuoso. - le dijo concepción con acento coloquial y voz elevada a la enfermera, mirando al doctor con resentimiento. En ese momento la enfermera miro al doctor Simi muy extrañada, y después de tranquilizarlos enseguida fue a buscar a otro doctor. Al llegar otra vez al consultorio se dirigió a la señora: - Ya regresé, necesito que me acompañe al consultorio del Dr. Guadalajara para que le pueda ayudar con su herida, pero por favor intente escucharlo y mantenerse serena. - la enfermera le dijo a Concepción de una manera clara y con una sonrisa amable. Concepción, un poco más calmada, acompañó a la enfermera confiada de que iba recibir mejor trato del otro doctor. Al llegar al nuevo consultorio el doctor la recibe generosamente y de manera atenta habla con ella: - Buenas tardes, ¿Cómo esta señora? – expresó el Dr. Guadalajara con una entonación agradable mientras le estrechaba la mano. - Hola doctor, espero que usted si me pueda ayudar, verá, me lastimé la pierna al caerme y pues intenté de todo y no me ha mejorado. – dijo concepción con un tono calmado. - Tengo entendido que el doctor Simi le diagnostico una herida infectada, y que se le está manifestando una ulcera diabética, esto significa que su diabetes no está controlada, y se está empezando a agravar, necesita realizarse un examen de glucosa, o sea de sus niveles de azúcar, le recomendaré un endocrinólogo, él le ayudara con su problema de la diabetes, yo voy a proceder a limpiar y curar su herida. - Ay doctor, yo intenté hacerle entender a mi mamá que lo que tenía era grave, pero no fui capaz. – dijo Carlos tímidamente mientras se rascaba la cabeza. Después de que el doctor le limpio la herida le dio indicaciones de cómo tratar su herida y le recetó algunos medicamentos. Antes de que concepción y Carlos se retiraran le reiteró que no se tomara la diabetes a la ligera ya que sus ulceras podrían empeorar. Concepción salió satisfecha con su tratamiento y le agradeció al Dr. Guadalajara y a la enfermera por sus buenos tratos médicos.
• Cuando la comunicación entre las personas es asertiva, se puede llegar a un
entendimiento mutuo y a un acuerdo si se requiere. • La comunicación agresiva no permite comunicar ni que alguien más te comunique algo, ya que debes de usar los elementos adecuados para tener una buena comunicación. • Debes expresar tu opinión de una manera clara ya que la comunicación pasiva puede complicar el proceso comunicativo y causar que las personas no te tomen en cuenta.
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