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Autores:

-Astorga Cuén Misael


-Fonseca Cardenas Yuliana
-Irineo Monje Jesús Rubén
-Salazar Medina Jorddi
- Sánchez Félix Camila
-Valdez Castro Carlos Alonso
Era un día soleado y tranquilo por la mañana en un pueblo
pequeño llamado el Caimán, la señora Concepción, una mujer
robusta y muy terca, estaba tranquila cosechando elotes cuando
de repente tropezó con un tronco muy grande y se cayó, al
mirarse se percató de que se había hecho una herida profunda
en la pierna derecha, en ese momento doña Concepción fue a
su casa y se froto la herida con un remedio casero para curarse
la herida rápidamente, al siguiente día la herida de concepción
no mejoro, su hijo Carlos, un joven tímido y serio, notó que la
herida empeoraba cada vez más y le dijo a su mamá:
- ¿Ama no cree que deba ir al doctor? - dijo mirando hacia abajo y con un tono de inseguridad.
- ¡No mijo! mis remedios son los mejores siempre. - prepotentemente la madre le dijo a su
hijo.
Pasaron los días, intento remedio tras remedio y la herida no sanaba, ya que doña Concepción
era diabética, de repente sintió un dolor insoportable y llamó a su hijo:
- ¡Ay Carlos me estoy muriendo! ¡por favor ven! - grito la señora
mientras quejumbrosa se sobaba la pierna.
- ¿Pero ¿qué pasó? Quizá ya la debería de llevar al hospital. - dijo
inseguro su hijo.
Rápidamente se fueron camino al hospital que se encontraba más
cerca, a la mitad del día, bajo el fuerte sol y muy asustados. Al
llegar al pequeño hospital, ingresaron a urgencias y los recibió el
Dr. Simi, un doctor muy apuesto y prepotente, a la señora
concepción no le agrado nada la idea del doctor que la iba a atender
ya que ni siquiera les dio las buenas tardes al ingresar al
consultorio.
El doctor realizó un examen físico completo y rápidamente diagnosticó el problema que tenía
Concepción, sin prestarle mucha atención a las explicaciones de Carlos, quien le intentaba
explicar en un tono muy bajo, lo que había sucedido y que su madre era diabética.
- Bueno, después de valorar su pierna, en efecto, tiene una herida infectada, y están
comenzando manifestaciones de ulceras diabéticas. - el doctor postuló sin interés mientras se
lavaba las manos.
- ¿Qué es eso? Solo tengo una simple cortada, y necesito que me la curen. - dijo concepción
con dolor y prepotente.
- No me hable así, yo estoy haciendo mi trabajo, tiene que cooperar si quiere resultados. - el
doctor respondió frustrado y prepotente mientras escribía en la receta.
A causa de que el doctor se estaba enojando, no le explicó qué era una
ulcera diabética, ni qué la causa, mientras que la señora concepción
seguía sin comprender el diagnóstico y alterada.
- ¿Cómo que se puso remedios caseros para su herida? ¿No sabe usted
que se pude infectar la herida? - discutía el doctor con un tono alto.
- ¡Claro que sé!, pero eso no me ha afectado nunca, siempre lo he tenido
y ahora resulta que usted dice que me empeore la herida. - dijo
Concepción casi burlándose, mientras que Carlos solo observaba la
discusión sin llamar la atención, moviendo el pie nervioso.
- A ver, ¿quién sabe más, usted o yo? llevo muchos años haciendo esto,
si no le tratan esa ulcera le pueden cortar el pie ¡entienda! - exclamó el
doctor casi gritando y apuntándola con el dedo.
- ¡Qué! no me quiera asustar, hasta mi hijo la vio y no le pareció la gran cosa, solo me quiere
hacer gastar mi tiempo y mi dinero. - dijo concepción enojada.
Carlos trataba de tranquilizarlos, pero no le prestaban atención a causa de su timidez y tono
de voz. En toda la sala de urgencias se oía la discusión del Dr. y Concepción. Carmen, una
enfermera joven y entusiasta que estaba en los pasillos se dirigió hacía el fuerte ruido y al
llegar vio a todos alterados, excepto por Carlos.
- Buenas tardes, ¿Doctor hay algún problema? – dijo la enfermera
tranquilamente mirando al doctor con cara de preocupación.
- ¡Hola señorita! El problema es que este doctor no sabe lo que hace y es
un irrespetuoso. - le dijo concepción con acento coloquial y voz elevada
a la enfermera, mirando al doctor con resentimiento.
En ese momento la enfermera miro al doctor Simi muy extrañada, y
después de tranquilizarlos enseguida fue a buscar a otro doctor. Al llegar
otra vez al consultorio se dirigió a la señora:
- Ya regresé, necesito que me acompañe al consultorio del Dr.
Guadalajara para que le pueda ayudar con su herida, pero por favor
intente escucharlo y mantenerse serena. - la enfermera le dijo a
Concepción de una manera clara y con una sonrisa amable.
Concepción, un poco más calmada, acompañó a la enfermera confiada de que iba recibir
mejor trato del otro doctor. Al llegar al nuevo consultorio el doctor la recibe generosamente
y de manera atenta habla con ella:
- Buenas tardes, ¿Cómo esta señora? – expresó el Dr. Guadalajara con una entonación
agradable mientras le estrechaba la mano.
- Hola doctor, espero que usted si me pueda ayudar, verá, me lastimé la pierna al
caerme y pues intenté de todo y no me ha mejorado. – dijo concepción con un tono
calmado.
- Tengo entendido que el doctor Simi le diagnostico una herida
infectada, y que se le está manifestando una ulcera diabética,
esto significa que su diabetes no está controlada, y se está
empezando a agravar, necesita realizarse un examen de
glucosa, o sea de sus niveles de azúcar, le recomendaré un
endocrinólogo, él le ayudara con su problema de la diabetes, yo
voy a proceder a limpiar y curar su herida.
- Ay doctor, yo intenté hacerle entender a mi mamá que lo que
tenía era grave, pero no fui capaz. – dijo Carlos tímidamente
mientras se rascaba la cabeza.
Después de que el doctor le limpio la herida le dio indicaciones de
cómo tratar su herida y le recetó algunos medicamentos. Antes de que
concepción y Carlos se retiraran le reiteró que no se tomara la diabetes
a la ligera ya que sus ulceras podrían empeorar.
Concepción salió satisfecha con su tratamiento y le agradeció al Dr. Guadalajara y a la
enfermera por sus buenos tratos médicos.

• Cuando la comunicación entre las personas es asertiva, se puede llegar a un


entendimiento mutuo y a un acuerdo si se requiere.
• La comunicación agresiva no permite comunicar ni que alguien más te comunique
algo, ya que debes de usar los elementos adecuados para tener una buena
comunicación.
• Debes expresar tu opinión de una manera clara ya que la comunicación pasiva puede
complicar el proceso comunicativo y causar que las personas no te tomen en cuenta.

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