Las cuestiones básicas de la disciplina, Enrico Fubini
Benjamín Olivares Díaz
A modo de resumen, hablaré sobre las nociones esenciales que se presentan
en el texto “Las cuestiones básicas de la disciplina”, escrito por Enrico Fubini sobre la “estética musical”, para proceder y concluir con un comentario crítico.
Resumen
Y es que, desde un comienzo, dentro del texto, se cuestiona a la estética como
concepto. Fubini dentro del primer apartado del texto “¿cuales son los límites de la estética musical?”, desprende distintas visiones sobre la estética, recalcando, en primera instancia con una visión croceana, que es una disciplina reciente y que lo es más aún su aplicación a la música, propone una perspectiva purista contra una más liberadora sobre lo que abarca la estética en sí, haciendo un preámbulo sobre lo difusos que son los límites de la estética musical. Concluye el párrafo, invitando a no limitar el rol de la perspectiva histórica en cuanto a la apreciación estética de la música. En el siguiente apartado, Fubini compara visiones sobre la estética de la música y el posicionamiento de esta en cuanto a otras artes. Por un lado, está el considerar a la música como una expresión aparte de las demás, y por otro, está el considerarla como una igual, haciendo de esta manera, una cita a Schumann. Se deslumbra una perspectiva tradicional, que considera al arte sonoro como un arte menor, o incluso un oficio con respecto de las demás, como un reflejo invertido de el considerarla un arte aparte, superior. En el tercer apartado se explora la historia de la música. Desde un comienzo se expresa que es una aparte de las demás artes, por ser considerada un arte que poco puede ofrecer a nivel educativo. Desde ahí se desprende que exista una historia musical que está paralela a las demás y, por lo tanto, se refuerza la idea de que es un arte diferente. Fubini da un contexto histórico sobre elementos técnicos del estudio musical que permite vislumbrar que los filósofos y pensadores en general han tenido una responsabilidad parecida a los mismos músicos (interpretes o compositores), en cuanto a la marginalización de la música, tanto las categorizaciones del arte, como los grados de especialización musical, hacen de la música algo aparte. Es la única que yace en el sonido, que es temporal, que no trasciende en comparación a otras artes. Al contextualizar esta confusa noción histórica de la música, lo contrasta con la idea de Schumann, que posiciona a toda estética de la expresión artística como una semejante. Termina el apartado mencionando que la especificidad de la música es la que la ha condenado a ser una expresión marginada y en grandes periodos históricos, a ser considerada un oficio. “La música, un prisma de mil caras”, es el apartado que contiene el grueso de las ideas sobre la estética musical. Es en este lugar en donde Fubini posiciona la historia de la música, como una noción importante a tener en cuenta sobre el análisis estético de la misma. Menciona que la acepción de la música varía del posicionamiento espacial y temporal en una sociedad determinada (Europa, en este caso). Por lo mismo, se enfatiza en que la estética musical, no es una disciplina a ser definida con términos rigurosos. Y es en este entonces, en que se comprende a la música como “un prisma de mil caras” en el texto. Al comprender que diversas disciplinas han puesto sus ojos sobre el fenómeno musical, es posible entender a la música como aquella constituida por una realidad multiforme, en palabras de Fubini. Se concluye el apartado enfocando el estudio de la “historia del pensamiento musical”, por sobre la “historia de la estética musical”. Dejando en claro que la estética musical por sí sola, no es capaz de abarcar los diferentes puntos desde los que se pueden apreciar a la música mientras se tengan en cuenta las reflexiones multidisciplinarias dentro de un determinado marco histórico. Finalmente, se discuten los registros disponibles para armar una historia de la música en la que se represente la evolución del pensamiento musical en las distintas épocas. Posicionándose, los textos de diversas disciplinas en referencia a la música, desde distintas perspectivas y la música en sí. Se comprende que una obra es sujeto de estudio para poder comprender rasgos de la época de composición de esta. Cito, “más que de una disciplina, se trata, como ya ha sido apuntado, del cruce de varias(...)” (Fubini, 2008).
Comentario
En definitiva, el texto de Enrico Fubini, ayuda a ganar una perspectiva más
amplia sobre el estudio del pensamiento musical y de la estética como disciplina, haciéndolo por medio de contextualizaciones históricas y poniendo en perspectiva las diversas aristas que son adyacentes a la música. Es pertinente el hecho de ampliar lo que se abarca con el pensamiento histórico musical y se destacan las comparativas que utiliza para dar paso a reflexiones como lector. Es evidente que los límites dentro de la estética, como disciplina, varían con el tiempo, en este caso se compara una visión “tradicionalista” de la estética contra su propuesta de lo que significa el estudio de la música. Polo (2008), dice: “Podríamos intentar definir la estética como la reflexión filosófica sobre determinados objetos artísticos y naturales que suscitan en nosotros (…) juicios peculiares de belleza, sublimidad o fealdad, en el marco de unos sentimientos” (p.9), luego de entender la disciplina como una unida a distintas ciencias, como la psicología o sociología. Al poner esto en perspectiva con el texto de Fubini, es posible entender que la estética en sí no es tan limitada como el sugiere, pero en definitiva, sólo representa un aspecto que envuelve a la música, que son los juicios desde el sentir. El dominio de la técnica musical ya sea interpretativa o compositiva, ha condenado, según filósofos desde la antigua Grecia, a la marginalización del arte sonoro con respecto a las otras artes y por ende de su estudio estético. También los propios músicos con sus exigencias específicas de especialización han hecho la tarea de marginar este medio de expresión. Parafraseando a Rickenmann (2016), es necesario determinar cómo el interprete construye su sensibilidad al momento de interpretar una obra. Es posible utilizar el conocimiento técnico como un motor para exteriorizar un juicio estético del intérprete, que desemboque emocionalidad, teniendo en cuenta una perspectiva histórica del pensamiento musical, para así poder adaptar una obra (por medio de la interpretación) hacia el público de turno.
Teniendo estos puntos de vista en cuenta, concluyo en que la estética musical,
si bien abarca muchos terrenos del pensamiento, es necesaria tenerla en cuenta al momento de llevar a cabo actividades musicales, ya sean en materias de interpretación o composición. Estar atento a las características teóricas de músicas que provienen de determinadas épocas históricas, a su vez que estar en constante contacto con la emocionalidad subjetiva, es necesario para llevar a cabo una práctica de manera consciente y coherente. Bibliografía
Fubini, E. (2008). Las cuestiones básicas de la disciplina. Estética de la Música.
Madrid: Machado Libros, 15-26.
Polo. M. (2008). La estética. La estética de la música. Barcelona: Editorial
UOC, 2008, pp. 7-11.
Rickenmann, R. (2016). La construcción social de las emociones estéticas:
análisis de los procesos de formación de instrumentistas. Pensamiento palabra y obra, (16), 62-79. Recuperado el September 26, 2022, de http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2011- 804X2016000200008&lng=en&tlng=es.