Está en la página 1de 2

Mi imperfecta:

12`10`2022
Imagino dormir con usted y despierto con sueños, en sueños me despierto con usted y
la imagino, entonces se oye el primer movimiento de la Heroica de Ludwig Van
Beethoven, y vienen imágenes otras, una carretera larga y sin curvas, con demasiadas
arboledas alrededor, es una tarde sin sol pero que es de ansiedad para llegar a un lugar,
me desvío y entro a una casa donde está el piano de concierto, blanco, solemne, yo me
trago el corazón y respiro, mis cuerdas vocales me dejan en cien silencios, …alguien se
ha ido y no deja de sonar todo el tiempo la Heroica,…entonces aparece usted, bella
sonriendo para decir: Todo estará bien… y entre la realidad y sus ojos, yo solo le quiero
abrazar , sabiendo que ni con miles de cartas le pueda decir cuánto le extraño!!!
Entre la realidad y sus ojos miro, constantemente lo hago porque trato de descubrir algo
muy importante, ahora soy yo la que tiene el afán, hay varias razones para ello, como
saber qué nueva sensación me hará sentir en el siguiente abrazo, sin perder la
consciencia dirigida.
El tiempo es igual para todos, pero cuando yo la miro, cuando estoy entre esa realidad
y sus ojos el tiempo lo percibo distinto, ¡y la miro todas las veces posibles
preguntándome Dios santo! Qué es eso que hace que se convierta en cielo, cielo con
luna maravillosa llena de luz, esa luz que como filtro hace que todo sea bello, a través
de usted el mundo se ve distinto, despejas mis tormentas, como luna aparece y parece
rayo de luz de amor y ternura brillando en la obscuridad.
Me hace pensar en la ley que me mencionó, la ley Ayni, yo feliz en ello, ¿es curioso sabe?
Ya antes de que me hablara en privado, observaba algunos detalles de usted, procuraba
no fueran muchos porque luego me lograba poner de malas a causa de usted y su
compañera de sala, pero sabía que había algo, un algo que hacía que la volteara a mirar
mientras al mundo veía si no estaba yo en el mío. Nunca estuvo aún así dentro de los
insensatos a quién demuestro hostilidad.
Sin saber que un día, mejor dicho, una noche a las 4 am justamente, sucederían cosas
que le dejarían el cabello alborotado, y que luego ya no se si me dirá: “mugre Sonata
déjame dormir” o me dirá por Dios santo, qué tiene usted que Sonata no quiero mirar
al mundo, solo a usted.
La llevo a todas partes a donde voy ahora, y pienso en qué más se haya forjado en sus
pensamientos sobre mí, como para que pudiera suceder que la realidad no lo sea, sino
solo fantasmático y fantástico.
Usted antes me parecía otra, pero yo consciente siempre de que había otra mujer
detrás, una mujer viva, palpitante, frágil, fuerte, y que ahora si yo fuera lluvia a besos la
dormiría. Mis cien formas pensadas para huir en algún momento, usted las convirtió en
cien formas de quedarme.
Repaso Adiós a Bogotá y la historia que me comparte, sí la ignorancia sobre ello pero
que no es de solo esas épocas, se ha minimizado en algunas partes del mundo, pero
sigue.
En mi país no fue muy distinto, en las afueras de la ciudad se tenía los lazaretos, me tocó
mirar rostros borrados, cuerpos que van muriendo por partes sobreviviendo al paso del
tiempo, esto en el último leprosario en México, en Zoquiapan, camino a Ixtapaluca. Pero
yo no hablaré de esto, no estoy preparada para contarle como ayude a bien morir a
muchos en él, más solo le diré que asistía cada año hasta que ya no se pudo más, y como
cada año también asistía al nuevo hospital Juárez del centro, en cada conmemoración
del que se cayó en el terremoto de 1985 (dieron la cifra de más de mil personas que
murieron ahí, pero más tarde se hablaba que eran más de dos mil ahí y yo, aún no puedo
hablar de ello, de lo que mirè en los años posteriores a esto, y que me trastocò, imágenes
que duelen como idea tiene, pesadillas que todavía están dormidas. Yo me siento aún
en deuda con mi patria y más si sé del dolor y sangre que ella ha padecido…y le digo:
“en pedazos estas y, de pedazo a pedazo ayudaré a armarte”.
Caminaba por una vereda verde, en una tarde zurcida, y dejé salir mi sentir en ciertos
momentos de esta carta, sin disfraz yo misma, sin decorados, ni iglesias -tantas que
visito por su arquitectura-como protección para ser yo misma…la tristeza, y decirle -
además- que la extraño, que usted es de mis acordes armónicos preferidos que están
resonando en mi alma.

Siempre afecta: Sonata

También podría gustarte