Está en la página 1de 10

31:

La nostalgia de tu amor abre la puerta de mi habitación todas las noches, se arrincona


junto a mí, y me habla hasta hacerme llorar. Tu voz invade mi mundo, sin remedio…
Aún me es difícil aceptar que nuestra estación se ha ido tal vez para siempre y aunque
intento evadirlo, cada noche, tu recuerdo vuelve a mi como si me persiguiera hasta los
sueños. Por un momento, cierro los ojos y te veo sonreír, tu voz, tus palabras… Sigo sin
saber si esto que siento es muy necesario. Me siento en duelo con tu ausencia, no puedo
juzgarme, no puedo hacer más que reprimirme y soltarte al mismo tiempo. Dos días
después de perderte entre la niebla, cierro mis ojos y me doy cuenta de que simplemente
me tengo a mi. Quizá mi única noción de amor sea esta urgencia por recordarte. Anshi,
mi amor.
1:
Ayer por la noche te escribí… pero noté, sin descuido que te sientes lastimada. Mi amor, te
amaré en silencio, callaré todas mis palabras para que no las oigas y todos los abrazos y miradas
las esconderé. Pero jamás creas que porque hay silencio no hay amor, tú sabes que no podría ser
así. No, no podría… simplemente te amaré en silencio. Dejaré de buscarte allá afuera para
encontrarte aquí dentro, entre los recuerdos que jamás existirán y de todas las cosas que jamás
haremos. Hace mucho que todo ha cambiado ya y he fingido no notarlo, pero cuando te veo
cruzar por mi lado o simplemente te miro desde lejos recuerdo por un momento todas las cosas
que siempre me gustaron de ti, y te vuelvo a amar una y otra vez, sucede lo mismo mil veces
hasta siempre. Tal vez sea cierto que no volverás…. En mis recuerdos, tu aún sonríes cada
noche. Te extraño… y sé que tal vez eso no me hace bien pero no me importa, no realmente. Te
he esperado cada noche, incluso cuando sabía que jamás te asomarías entre los árboles. Lo he
hecho siempre así y aun así, te sigo esperando.

2:
Sentí ganas de incendiar el infierno, ganas de huir, de hacerme pequeño y sentarme en
el umbral de tu mano. Sentí ganas de ahorcar el mundo con una cuerda-olvido, de callar
tu silencio. Pero tú sabes que no podría, que nunca podrá serlo. Eso es todo, cierro mis
párpados y recorro mi vida hasta ti, cada día te siento más, cada noche tomo más
consciencia de tu alma en mí. Pero mi sueño se acorta, me siento agotado. Como si un
arranque de furia me desechara, como si tu vida se hubiera entrecruzado con la mía hace
veinte años. Te siento más lejana cada vez que despierto. Pienso en ti, en todo lo que
tocan tus manos, en todo lo que sostienes con tus brazos y entonces me siento
indiferente. Porque hasta las rocas pueden mirarte… ¿Y yo?
3:
Mi cuerpo se mece en el viento, siento frío, siento calma. Y no me importa que la lluvia
tenga truenos. Mi mente no quiere levantarse, cuantas cosas pierdo por sentir muy poco.
Mi hermana silba de lejos una canción de moda, creo que es de amor. Siento nauseas,
me mareo cuando leo…ya ni leer puedo. Hace dos semanas que desembarqué en este
mundo, tradúcelo, dos semanas sin poder hablar contigo. ¿No te parece eso horrible? Tú
sabes que a veces despierto por la noche y tengo la absoluta necesidad de recordarte, de
imaginarte a mi lado. No sé que tienes de reconfortante para mí, tal vez sea el blanco de
tu mirada o la manera en la que me hablas. Pero eso, el imaginarte junto a mí hace que
en el semisueño me sienta protegido. Estas últimas noches han sido de muchas
pesadillas, pero esto que sueño no tienen monstruos ni fantasmas. Simplemente te
observo hasta que te desvaneces con el viento. Y cuando despierto e intento ahuyentar
la pesadilla, resulta que, en efecto, ya no estas más junto a mí. La única diferencia entre
mi sueño y mi realidad es que en el primero te sostengo la mirada sin poder llorar, pero
cada vez que despierto, lloro. No sé porque me sucede esto, sé que estás en alguna parte
del mundo, que te cuidas, pero no puedo pensar en si piensas en mí. Tal vez, hasta hayas
intentado olvidarme. Por favor, dime que no… contéstame pronto diciéndome que no es
cierto lo que pienso, que aún me recuerdas como yo te recuerdo a ti. Hace tres días que
está lloviendo. Yo me siento junto al girasol de mi ventana, esperando a que algún día
sus hojas se disequen. Ojalá que no se muera pronto, me daría mucha pena verlo.
Ahora mismo el frio es intenso en mi cuerpo, mis manos están congeladas. Jugaré muy
pronto al ajedrez, por estos días, ha sido la única cosa que me mantiene vivo y me
distrae de pensar en ti.
4:
Un fue una tarde provisoria. La sombra de mi cuerpo, en mi cuarto, simula simetría
perfecta. Ha llovido a baldes hoy también. Mi corazón así lo afirma, en mi mundo
llueve mucho y a menudo. Desperté con ganas de escribirte, pero recordé la despedida
octubre, entonces tuve que fingir como si la tristeza no existiera.
5:
Ya me siento mejor, ojalá estuvieras aquí para verlo.
6:
Aparentemente cada cosa en este mundo tiene un sustituto. Como si el universo fuera
una cadena infinita de sustituciones, de simples remplazos. Jamás lo he creído así, al
menos no realmente.
Por más imaginación que tenga, no puedo evadir la muerte, no puedo evadir tu ausencia.
Es así como lo siento ahora… como un torrente vacío que recorre todo mi ser. Tanto
miedo, amor, tanto y miedo y amor al mismo tiempo. He pensado tanto en estas cosas
que en cualquier instante podría desterrar mi alma de consciencia, mi corazón de mi
mente. Le tengo miedo a tantas cosas y de entre todas… prefiero esperarte contando
números en desorden, espero que la lluvia calle, que el viento llegué ¿Algún día todo
esto acabará? Mi cuerpo se tambalea en su mismo lugar de solo pensarlo, de solo
imaginar a tu ausencia como algo eterno. No quiero más que ir hasta el fondo… solo ahí
te puedo encontrar.
7:
Hoy se siente como ayer. Desperté a medianoche, la oscuridad era repleta, amor, si tan
solo hubieras estado en ese momento conmigo… tal vez entenderías porque a veces
digo que le temo tanto a la oscuridad. Desperté intentando recordar lo que soñé, a ti: Te
encontré en el segundo pasillo del colegio y nuestras miradas se cruzaron. Era un sueño,
si lo era, pero yo sentía como mi respiración se aceleraba, como mi cuerpo tambaleaba.
Han pasado días, lo sé, pero incluso en mis sueños llego a comprender que mi amor por
ti persiste en la amargura de mi tiempo. Te encontré en el pasillo y al despertar encontré
una historia de amor en un universo escondido. Llevé mi mano derecha a mi pecho y ahí
estabas, en ese momento supe que nada había cambiado, que nunca pudo hacerlo, mi
corazón, mi mente y mi alma danzaban como si nunca hubiera dejado de amarte.
Desperté soñándote y entendí que a pesar del tiempo y de los días enteros en los que
pasaba sin saber siquiera algún mínimo detalle de ti, seguías siendo aún mi amor y que
tu recuerdo habitaba aún la parte izquierda de mi alma.
8:
Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida. Déjate enlazar de fuego, de silencio
ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche. Déjate caer y doler mi vida. Sostendré
tu alma con mis manos, tomaré mi cuerpo, tomaré mi vida y silenciaré tus cicatrices con
palabras tiernas. Acecharé toda culpa en tu entorno y te protegeré hasta que mi calma
sucumba y pierda. Despierta, creo en esta soledad, en este desamparo eterno como en
una angustia desesperada que habita en mi… Tenerte lejos es como tocar al olvido tan
de cerca. Más que uno o dos deseos, es como si temiera a olvidar el sonido de tu voz.
Vete, déjame amarte entonces, déjame quererte entonces… Déjame vivir por ti.
Enero 9:
Carta 2 al amor:
Hagamos un trato ¿Sí? Te esconderé en cualquier parte donde nadie pueda hallarte, silenciaré
tus palabras y callaré tus abrazos. Te esconderé y sé que parecerá cruel ocultarte de sus miradas,
pero tal vez nadie de los que está aquí pueden comprenderte.
Mario Benedetti te escondió en medio de sus versos, García Márquez te ocultó en sus historias.
Al menos ¿Lo has notado? todos te esconden, amor, todos te ocultan del mundo y en todas
partes a las que vayan te vuelven a encontrar. Yo te encuentro aquí, bajo el cielo, en su mirada,
en sus palabras. Yo te encuentro cada vez que la veo cruzar los pasadizos corriendo, te siento
ahí, cuando jugamos a las sombras en medio de la noche. Hace mucho que yo te escondí, y
cuando la conocí te volví a encontrar… supongo que de todas las cosas que pueden pasar en el
mundo, hay personas que aparecen para quedarse aquí, en los recuerdos, aquí contigo.
-Sostiene el teléfono:
“¡Aló! ¡Llamando al amor! Si, por favor ¿Podría decirme en donde se ha escondido? Lo he
buscado por todas partes, bajo las piedras, en todos los libros viejos de la biblioteca… es más, lo
he buscado en las personas y aún así no lo encuentro. ¿Podría decirle que vuelva? Que lo
necesito aquí a mi lado”
-Cuelga, ¡Te odio!
Si, tal vez estoy loco por fingir que te podría llamar, ojalá pudiera llamarte para decirte que
vuelvas. Ojalá pudieras oírme y dejar de esconderte. Te encontré tan rápido cuando la conocí
que ahora que ella ya no está, no sé donde encontrarte. Supongo que sigues estando aquí, solo
que lejos y en silencio…. Perdón, amor, no supe cuidar de ti… tal vez te lastimé sin querer, te
tropezaste y no lo vi. Si de algo sirve, odio este juego donde te escondes y ya no vuelves.
“1,2,3…” He contado todos los números con los ojos cerrados y la he esperado todas las noches.
Y te siento aquí pero no te encuentro.
P.D: Vuelve pronto, por favor, vuelve pronto que te extraño.

10:
He pensado tanto en estas cosas, he pensado en que podría arrancarme los ojos y tirarlos al mar.
He pensando en los cuentos de Valdelomar, en las todas las conversaciones nocturnas que tenía
contigo. Hubo noches en las que me sentía con tanta calma que no hacía falta más, ni correr, ni
gritar, más que ninguna otra cosa yo estaba contigo y eso era amor. Te debo las horas más
felices de mi vida… la de ahora y la de antes. Porque, aunque no estés aquí, el mero hecho de
recordarte es mi forma de perdón.
11:
Hoy creí tontamente oírte en la voz de una niña que pasaba junto a mí. Iba camino a mi librería
favorita cuando en dos cuadras antes oí como alguien decía “Quiero un helado” y creo que fue
la entonación de sus palabras al decirlo o la manera en la que terminaba la frase, pero de algún
modo, mi mente me engañó. Volteé locamente a “verte” y ella me miró un poco asustada. Era
una niña… si, solo una niña más entre otras muchas. No eras tú, pensé que a lo mejor tu estarías
en Jaén, pintando tal vez, estudiando. No lo sé, haciendo cualquier otra cosa en el universo, pero
era así, muy lejos de mi mundo.
12:
La tía Margarita dice que no le teme a la muerte, que no le agrada la poesía. Yo le temo a la
muerte, pero me gusta la poesía.
13:
Me recuesto, me abrazo, me envuelvo a mi mismo con tu recuerdo y… lloro. Me avergüenzo
por un momento de mis lágrimas y no comprendo por qué, tan de repente, mi corazón empieza a
palpitar aceleradamente. Esta es mi almohada preferida, tan hecha de harapos. Solo mía pero
tuya también.
14:
Ayer lloré, otra vez. Es como si mi fantasía resbalara entre tus manos. Como si tú nombre se
sostuviera en la orilla de mis labios, como si el reflejo en mi espejo se volviera el tuyo. Hoy te
he oído bajo la lluvia, en el nombre de una niña… Anshi, cúrame el vació.
Busco desesperadamente el fin de nuestro duelo, en mi intento por amarte ahogo mis
pensamientos y cierro mis ojos, todo al mismo tiempo. Quiero leer, quiero escribir y entender,
pero cada vez que vuelvo aquí, a este espacio blanco, vació de alma, pero lleno de letras,
empiezo a recordarte… a recordar lo que nosotros éramos. ¿Por qué estaré pensado en esto? No
me gusta para nada lo que siento, pero creo que tengo la absoluta necesidad de sentirlo. Te
cuento, hoy a llovido a baldes, salí a caminar, pateé las piedras y aunque me mojé por completo,
por alguna extraña razón me sentía feliz, diría más bien: satisfecho. Me gusta jugar a imaginar
que veo tus ojos mirándome, contigo bajo la lluvia.

15: (Carta 24)


He vuelto a recostarme bajo la sombra del árbol que nos envolvía cuando te conocí, la noche
fingía ser más oscura y todo mi mundo parecía caerse pedazo por pedazo, estrella por estrella.
No tengo ni la más mínima idea de quién eres, solo sé que te amo y te recuerdo como eras antes
de conocerte. Eras la luz que brillaba en los bailes de la noche. Mi alma hoy divaga por las
calles del olvido, con el deseo de reencontrarte, de volver a amarte.
Hoy por la tarde, mientras estaba sentado en mi recámara, llegó un mensaje del viento a mi
oído, me susurraba despacio y en cada palabra me decía que ya me habías olvidado… sentí
como mis recuerdos se paralizaban hasta el amanecer. Desperté asustado, porque soñé a tu vida
a mi lado. Quisiera correr hacia a ti, huir de mi infierno y desencadenarme de la culpa, retornar
a tu alma y poder fundirme en los abrazos tan silenciosos que nunca nos dimos. Eres tu la
insensible llama que arde en mí, tu ausencia se ha vuelto en mi peor fantasma, el que me
atormenta cada noche en cada paso que doy hacia la izquierda. Intento avanzar con tu recuerdo
e intento olvidarte, pero he llegado a creer que es inútil, que formas parte de mí, por más veces
que intente borrarte de mi mente, te buscaré siempre porque eres la antorcha que ilumina la
oscuridad de mi mundo. Hoy, como hace mucho, volví a recostarme sobre nuestros recuerdos,
abracé a nuestro amor y me dormí con nuestras risas. Las lágrimas de mi pasado cubrieron cada
parte de mi y e inundaron hasta que ya no pude respirar más, me ahogaba en el recuerdo porque
nunca aprendí a olvidar. Esa es mi enfermedad.
Sentí como cada palabra tuya recorría un pedazo de mi vida y se colocaba al costado de mi
corazón, se balanceaba sin fin, como queriendo jugar al amor de nuevo, pero es tarde, muy
tarde, lo entiendo, fui yo el primero en intentar apagar la llama del amor, el primero en arrancar
las flores amarillas de nuestro jardín. Hui tan rápido de ti que nunca me detuve a pensar, esa
misma noche, en todo lo que hacía con nuestro mundo… la fábrica de recuerdos finalmente se
ha desmoronado y cada parte de lo que fuimos ha caído insensiblemente en el olvido, eres mi
eterno resplandor, la estrella de mi mente sin recuerdos.
16:
Hoy volví a ver la luna desde lejos, mi amor…. Y no pude para nada evitar llorar. No solo se ha
vuelto mi pintura de noche favorita, sino que también es un arquetipo de mi amor. Llueve
mucho aquí, veo las gotas apoyadas en el balcón, sé que en este instante lo más probable es que
ya ni siquiera recuerdes mi nombre, ni todo lo que hice por ti. Finalmente, he llegado a la
conclusión de que el olvido ha tocado las puertas de tu corazón y no te culpo por eso, jamás lo
haría, tu me has olvidado, has plantado nuevos recuerdos en un jardín donde sembramos vida
juntos. Nunca entenderás lo mucho que te amé, lo mucho que aún te amo, ni tendrás idea de
todas las cartas que alguna vez te escribí. Nuestra historia comenzó como un juego de niños que
fingían conocer el amor, tu vida se ausentó de mí pero tu recuerdo siempre me acompañó a
todos lados y ahora que estoy más lejos de ti, en un mundo lleno de personas que no conozco,
creí que te había perdido para siempre, intenté olvidarte y me tropecé en el camino… olvidé por
completo quien era yo. Miré mi realidad bajo nuevos cristales, sentía odio dentro de mí, la
tristeza de apoderaba de mis pensamientos y golpeaba mi realidad, repitiéndome que todo algún
día mejoraría, si tan solo te olvidara, pero sé muy bien que eso nunca pasará… porque formas
parte de mí. Me alejé de todo el mundo que conocía, de todo lo que alguna vez me mostraste…
me alejé de mí.

17:
Le tengo temor a la noche… siento tantas ganas de llorar. Quiero olvidar, quiero olvidar como
todos. Mi alma hace trazos imprecisos en mi cuerpo, en mis manos. Quiero olvidar tus zapatos
negros, la luz de la luna… quiero olvidar tu voz. Siento como si algo dentro de mi se sintiera
ajeno a este mundo. Quiero esconderme en algún lugar del mundo donde nadie pueda
encontrarme, donde pueda llorar solo, quiero que las hojas de un árbol me entiendan. Las
personas de este mundo olvidan lo que aman, olvidan lo que dicen. No quiero ser como ellas…
mi amor, tengo miedo de este mundo. Ven pronto, donde sea que estés, ven cúrame este vació.
Quiero imaginar que si… Tal vez ni siquiera llegues a leer todo lo que escribo.
Escribirte es como embarcar mis palabras hacia la nada. No me siento oído, no me siento
escuchado. Ni si quiera tengo ganas de salir a caminar como lo hacía antes, me encierro en mi
cuarto todas las noches, apago las luces y empiezo a golpear la almohada… pienso que, tal vez
así esto que siento se apague. No le tengo miedo a la muerte, le tengo miedo al olvido…
Mientras lo pienso, el mundo duerme y yo lo hago sobre la palma de su mano. Es cierto, te dejé,
pero en ningún momento traicioné todo lo que sentía por ti… cada maldito minuto del día, me
levantaba recordándote. ¿Sabes lo horrible que es eso? Despertarte y saber que tu mundo está
incompleto. ¿Sabes lo que siente estar sentado en una banca y ver como el tiempo envejece
mientras el amor de tu vida, ya no está a tu lado? Que siempre que camines hasta casa, y veas
como el cielo se oscurece y empiezas a sentir esa sensación de vació, de confusión. Porque ya
no entiendes nada y tampoco tienes la mínima la intención de entenderlo. Amor… te extraño, es
la primera que lo digo con esas palabras en mucho tiempo. La poesía no me sirve, nada me sirve
porque ahora nada lo leerás tú.
18:
A veces también se me acaban las sonrisas para ti, a veces también se me van las ganas de
escribirte. Pero te quiero, ojalá lo entiendas, siempre te quiero; pero a veces mis abrazos no
tienen calor y mi boca no sabe que decir, pero te quiero, siempre te quiero. Cuando no te
convengo, cuando no me soportas, cuando me odias. Te quiero.
19:
Pienso en ti muy despacio… como si dibujara tu nombre en el cielo y quedara ahí para siempre,
grabado. Quisiera tener la certeza de que te podré ver mañana, o tal vez en un algún día muy
cercano a mi soledad. Como si mi vida y la tuya fuera una cadena entretejida. Hoy ha llovido
mucho, como si el cielo quisiera llorar.
20:
Mi voz se entrecorta siempre que hablo de ti. Lucía dice que la voz se entrecorta siempre que
nos sentimos nostálgicos. Ella nunca ha amado, no lo entendería, no lo sentiría como yo.
21:
Las calles de la ciudad son más hermosas por la noche. Cuando todo se envuelve con un vestido
oscuro y solo se ven pequeños brillos. No había ruido y tampoco el juego de sombras en la
pared. Solo la luna y tú o más bien, tu recuerdo.
22:
Quiero que el mundo bajo mis pies desaparezca. Hoy amanecí sintiéndome prófugo de tu amor
23:
Me siento enfermo de corazón… con ojeras de lunas muertas. Concretamente, es algo serio,
espero algo pronto para mí. Pero es una espera inútil, sé muy bien que no volverás, sé muy bien
que la órbita de tus ojos ya no posa más en mí y que bautizas a mi nombre con desaire. Que
estás enamorada del aire y no de mí.
24:
Poco sé de ti, poco sé de la noche que te envuelve. Tal vez sean tus palabras lo único que me
mantiene con vida, porque sucede que oigo tu voz por la noche y despierto como queriendo
arrojar mi mirada de ti. Sé que te cuidas, que luchas por y para ti… y quien sabe, quizás hasta
hayas delirado pocas lágrimas ahora que tu vida y la mía se han envuelto en un interminable
desencuentro.
25:
Amanecí con mi boca muda, con mis manos frías. Mi cuerpo se agota, como si le doliera
extrañarte. Y no lo quiero… te juro que ya no lo quiero. Tanto acerca de ti, tanto de mi en un
unísono de estrellas, de palabras conjugadas. Ya no lo quiero.
26:
El dolor ha desaparecido, señalo el sitio vacío donde nuestros recuerdos resplandecen. La noche
y el frio penetrando hacen el mismo ruido que tu voz penetrando. Así, tú vida viste un vestido
blanco, con lirones amarillos. Es la época en la que el amor pasea mudo por todo mi cuerpo, yo
guardo tu nombre, guarezco tu miedo. Insensible, soporta la luna la noche, vota flores a mitad
de la página, a mitad del día. El amor tiene un listón blanco en la frente, esa es tu fuerza… esa
tu vida. Anshi, tu alma fascinada es la comandante de mi mundo, embarcada en el la
interferencia de Poemas. Tu nombre toma forma en mi vida, se conjuga conmigo descargando
letras, creando orillas. Hasta el páramo del olvido, tu vida toma contacto y se desliza por todo
mi lenguaje. Saltos de la muerte, danzas de la vida. Fragmentas toda mi alma en tus tres sílabas
de amor tácito. Invadida de prosas, invadida huecos, de cuerpos grafía. Tu nombre toma forma y
desliza por el alma con orilla, esa es mi fuerza. Esa es tu vida.
27:
La noche es la parte del día en la que más te extraño, en la que más te recuerdo. Necesito un
poco de ti y recordarte es lo único que tengo. Mi Anshi, mi tierna Anshi… si supieras el infierno
que arde en mí, tal vez entenderías porque decidí alejarme. Las cosas que pienso no se
comparan al universo que he construido para ti, para nosotros. Cada vez que siento a los
fantasmas tocar la puerta, me escondo en el rincón tan tuyo, tan mío. Tan nuestro como la luna
29:
Dime un lugar al que podamos ir a recostarnos y olvidarlo todo, un lugar de rosas secas y flores
amarillas, donde mi alma pueda vivir con tu ausencia y respirar todo el aire sin recordarte. Dime
un lugar al que pueda huir, esconderme y hacer como si esto que siento no me doliera. Tu más
que nadie en este mundo sabe lo mucho que me encanta la noche y sus estrellas, pero la verdad
es más incierta que eso, la verdad es que es en ese cielo oscuro donde tantas noches he buscado
la mirada inquietante del amor y si es que existe realmente (Quiero creer que sí) Quiero fingir
que sostengo tu mano y apunto las estrellas con ella.
Pero hoy estoy aquí, bajo el mismo cielo, bajo la misma luna y no sostengo nada tuyo. Rebusco
la librería de mi padre hasta encontrar tus cartas escondidas en un cajón de maderita. Aún las
guardo en mí, aún te guardo en mí. Tal vez no sea muy sano hacerlo, ni siquiera consciente aún
sabiendo que tú, probablemente, ya hasta hayas olvidado lo que alguna vez construimos en el
cielo.
Anshi, mi amor. He volteado las páginas del calendario una y otra vez, intentando acortar la
distancia y alargar nuestro tiempo. Hoy quisiera… tan solo despegar mis pies de la tierra y flotar
en el cielo, y ser una estrella. Para poder verte de lejos ¿Aún me recuerdas? Anshi ¿Sabes quien
soy? ¿Tu boca conoce el sonido de mi nombre? Y todas las cosas que alguna vez hicimos…
¿Habitan tu memoria? Nuestra luna, nuestra estrella, nuestro cielo. Todo ese pedazo de universo
era nuestro y solo nuestro. Mientras lo pienso, sé que te cuidas, que luchas contra el tiempo,
mucho más que yo, mucho más que ellos. Sé también que tocarás tus sueños, que lograrás tus
metas… y más aún sé que no estaré ahí para poder verte alcanzar las estrellas del cielo.
Pero desearía que no fuera siempre así, desearía solo no saberlo. Deseo muchas cosas en este
momento, pero de entre todas ellas, las más importante, Anshi, es que estés bien… y si lo estás
lejos de mí, lo acepto entonces. No obligaré al tiempo porque no puedo, no obligaré el cielo
porque tampoco lo puedo. Pero si sé que puedo buscarte, que puedo encontrarte en cualquier
parte del mundo en el que te halles. Te amaré escondidas, silenciaré mis palabras, callaré todo
mi amor, Anshi, y lo calmaré. Prometo calmarlo.
30:
El tiempo se escurre entre mis manos. Quiero estudiar, quiero leer, quiero escribir y jugar. Lo
quiero todo al mismo tiempo y aún no obtengo nada.
31:
Te escribo como si me leyeras., como si el algún momento del día te sentarás en una banca
vacía y esperases mi llegada. Sé muy bien que no es así, sé muy bien que no lo haces… y no te
culpo, pero a veces quisiera tontamente creer que sí, que me extrañas tanto como yo a ti.
Apuesto por la luna y culpo a los gatos negros de que nuestra historia tenga un color tan así.
Hoy la luna ha brillado mucho más que ayer. Se posó en el cielo, sobre mi cabeza. Es lo único
que me queda, sé que ella te admira de lejos, que tal vez tú también la miras como yo a ti.
1:
¿Será tan malo esto que siento? Que a medias noches me despierte desvelado y ya no seas tu lo
primero que reposa en mi mente. Como si cada día que pasara te fueras alejando más, como yo
de ti. Tal vez sea lo mejor o eso es lo que quisiste pensar y es eso lo que piensas. He notado con
ligereza que no te escribo porque en algún momento de tu vida me leerás escondida, sino porque
es la única manera de calmar todo el caos que revolotea dentro de mí. No quiero olvidarte, tengo
tanto miedo de hacerlo, de despertarme un día y dejar de sentir todas las confusiones, todas las
sensaciones de miedo y amor que me provoca tu recuerdo. Pero tal vez sea cierto eso de que…
todos nos vamos en algún momento. Tu no estás aquí, no podrás estar conmigo.
No seré el chico que llegue con un ramo de flores a las puertas de tu salón, ni el que deje cartas
escondidas en medio de tu mochila. Tampoco te acompañaré a hacer filas para la cena ni mucho
menos esperaré a que rebusques tu cepillo para ir juntos por ahí, a solo hablar o reír. No lo sé
pero juntos. Ya no lo será porque así lo quisiste, porque así sucedió… y está bien, digo, a veces
desearía que no hubieras construido esos murales alrededor de ti, pero si es aquello lo que
protege del dolor de recordar/me. Entonces sí, está bien. Si al menos lo que recuerdas de mí se
asemejara tanto a lo que siento yo cuando oigo nombre muy cerca de mí, tal vez entenderías que
el amor del que tanto hablaba yo de ti era un manto de recuerdos entretejidos entre sí, que
bordean chispas, que bordean nombres unidos en una sola cuerda.
No culpo a las personas por su deseo fulgente de olvidar, ni mucho menos las culpo por huir de
sus recuerdos. Pero hay veces en las que quisiera creer que tu no me tratas de olvidar, que me
atesoras en la parte izquierda de tu pecho, así como yo te resguardo en mi mundo derecho.
Déjame fingirlo, déjame creer que el amor existe y las personas que lo sintieron siempre lo
recordarán.
Hasta el infinito y más allá….
2:
Hoy es viernes, es un día amarillo para m
3:
Quiero quedarme en este lugar contigo hasta el amanecer. Quiero fingir que soy una consonante
de mis letras. O tal vez sería el espacio en blanco que separa las palabras unas de las otras. No
lo sé. Solo, no lo sé… he perdido tanto por muy poco, que a veces hasta creo haber escrito la
palabra equivocada. Muchas cosas pasan a la vez, a veces creo ser malo y otras, me miro al
espejo y pienso en lo bueno. Como si mi mundo se dividiera entre el dolor por recordarte y el
miedo a tu olvido, son dos ojos que reposan en el mismo rostro, cortado por la mitad. Porque así
es como me siento, como si mi alma o más bien mi universo fueran dos. Una parte mía sostiene
de tus manos imaginarias y te abraza con calma, te llora en silencio, pero la otra, se esconde de
todo, se muerde los labios hasta sangrar y busca de alguna forma entender el duelo de tu
ausencia.
En días como estos te sueño despierto, soy cauteloso con mi amor y contigo. Me despierto
imaginándote, sonriéndole a la nada. Hay tanto que quisiera decir… pero en vez de ello detengo
mi boca en un instante y silencio todo a mi alrededor. Aquí todos dicen que el amor no existe,
que los jóvenes como nosotros no conocemos el amor. Quiero fingir que no es así, que todas las
noches que busco tontamente una palabra tuya en mi mente son formas de amor cotidiano. Tu
sabías que te decía “Te amo” cada vez que decía “Vamos a cenar, Anshi”. He pensando tanto en
estas cosas que ya ni siquiera me importa si no me amas… jamás te obligaría a hacerlo. Puedes
olvidarme si así lo quieres, puedes suicidarme y arrancarme de tu alma, de tu mundo y aún te
seguiría amando. No sé por qué, he buscado una respuesta del amor y aún no he conseguido
nada… no sé porque te amo, no sé si es la forma en la que me haces sentir o por la curva que se
forma en mi boca siempre que te recuerdo. Tal vez son tus ojos o cuando sonríes
sarcásticamente, cuando te sientas junto a mi y haces que con tus palabras el mundo se
detenga… Te extraño, pero no me gusta decirlo seguido, siento que cada vez que lo digo el aire
se me acaba un poco más.
“Ay que estés contigo, de verdad” - “Esa estrella se llama Rodrigo” “De las 300 personas que
existen en el coar…” “Estas loco”
Sal Anshi, vete… vete aquí. Por favor, sé que eres feliz que ya me has olvidado. Que construyes
tu vida sin invocarme, sin recordarme. Quiero hacer lo mismo, quiero olvidarte, quiero calmar
el miedo que siento por las noches, todo ese cúmulo de sensaciones. Sé que no volverás, que mi
espera es inútil… hace mucho que el olvido a desembarcado en tu mundo. Pero te amo, ojalá
que lo entiendas. Siempre te amo… ahora que el mundo parece dormitarse en mi mano, quiero
fingir que estas aquí y puedes acariciar mis cabellos, pasear tus dedos por mi rostro. Quiero
sentirme protegido por ti. Mi amor, no te olvido, no te olvido…
Hoy quiero expresarte lo que siento de una manera única y especial. No quiero recurrir a los
clichés o las palabras comunes, porque nuestro amor merece algo más auténtico.

Cada día a tu lado es una aventura llena de emociones y sorpresas. Tu presencia en mi vida ha
iluminado cada rincón de mi ser. Me has enseñado el significado verdadero del amor y la
felicidad.

Tu sonrisa es mi motivación, tu abrazo es mi refugio y tus palabras son mi aliento. No existen


palabras suficientes para describir lo que siento por ti, pero puedo asegurarte que mi amor es
genuino y eterno.

Estar contigo me llena de alegría y me hace creer en el poder del amor verdadero. Eres la
persona con la que quiero construir un futuro, compartir sueños y superar obstáculos.

Nuestro amor es único y especial, no se puede comparar con nada más en este mundo. Cada
momento a tu lado es un regalo que atesoro en lo más profundo de mi corazón.

Quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, apoyándote en cada paso que des y amándote
incondicionalmente. Eres mi compañero de vida y juntos podemos enfrentar cualquier desafío.

Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, y espero que sientas todo el amor y la
admiración que tengo por ti.

También podría gustarte