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ser considerado en tan estrecha unidad que, sea cual sea la forma en
profundiza -con
la
cuanto se contiene en la teolo-gía natural, sea un auténtico tratado teológico elaborado a la luz de
la
fe
que se trata de tres Personas que son un único Dios en toda la fuerza
cum1ue,
mpotente2
º.
rado
gia
tología.
Cristo22.
revelado definitivamente en
fabilidad
que no es, tampoco podemos tratar de Dios cómo es, sino cómo no es»5. La razón de esta
afirmación tan rotunda de Santo Tomás se encuentra
m imagen que
pueda «contener» a Dios.
cimiento
miento
más aún la fe hace ver que ese misterio es mucho más trascendente de
lo que se pudiera sospechar por la mera razón natural. Pero aún dentro
lógico-,
ple
cemos
todo el misterio; al mismo tiempo que revela, oculta. Puede decirse que
tóricas.
lo que es Dios.
como cuarta etapa. Nos es conocido, sobre todo, por los orácu
los
cendente,
ser el único y el creador de todo, ama a todos los hombres. Toda la tie
rra
quiel
e Isaías.
gran parte del Salterio, tan ricos en reflexiones sobre Dios y su provi
dencia,
providencia de Dios, con la existencia del mal que padecen incluso los
12
Eterno (Gén 21, 33); El Elyon, Dios Altísimo (Gén 14, 18-22), Adonaí,
deba ser entendido como una energía inteligente, que pertenece a una
los hombres. Entre los politeístas, El era el término usado para desig-nar al ser divino en general o
al dios principal de su panteón; entre los
monoteístas
17
nar
verdadero corno a los dioses falsos. Se trata de una forma plural, aunque
con ella se designa muchas veces al Dios único en una forma que se suele
YHWH.
tro
letras:
Ex 3, 13-15)
19
interés en destacar que el Dios que ahora llama es el mismo que llamó a
Las palabras Yo soy el que soy son interpretadas por algunos auto
res
como una evasiva por parte de Dios, es decir, como si en vez de dar
un nombre, Di~s se hubiese negado a darlo con el fin de dejar claro, por
una parte, que El se encuentra sobre todo nombre y, por otra, para impe
dir
el esfuerzo por conocer los nombres de los dioses con el fin de utilizar
los
en prácticas mágicas-
digo (Ez 12, 25), yo hago gracia a quien hago gracia (Ex 33, 19). Estas
gen,
San Jerónimo, puesto que admite ser leído también en futuro: yo seré el
que seré.
bre
caracterice ese ser o estar. Pero es el ser o estar propio de alguien; por
2Moisés -desde
_ Sin
embargo está claro que Dios se manifiesta a Moisés como una realidad
viviente que está por encima del tiempo. «El Yo soy es el Dios del pasado
Los Patriarcas conocían a Yahvé con el nombre de El, conocido a todos los
4) En el Anti
guo
divinidad como podría pensarse, sino que es más Dios controla y dirige las fuerzas cósmicas
la marcha
pomórfico
decuados
más allá de todo concepto y de toda palabra. Y, sin embargo, todos estos
lenguajes dicen
algo
damente
con palabras humanas la grandeza de Dios.
5) La monolatría,
pio
del clan o el del país, sin que se excluya por ello la existencia de
El monoteísmo es un paso
«Yo soy el primero y el último, fuera de mí, no hay ningún dios( ... ) Así
hecho todo, yo, solo, ex Así pues, el monoteísmo de la Biblia sería el resultado de la reve
lación
del Dios vivo en la experiencia histórica del pueblo de Israel
26-28·
Is 44, 4) y, por tanto, es anterior a ellas. Él es, por esta misma r~zón, el
único y supremo Señor del mundo, que de ninguna manera puede ser
ísmo
ción
potent~
Pues El habló y fue así, mandó El y se hizo (Sal 33, 6-9). Este «hablar»
Job 37,
6).
la totalidad del mundo aparece como palabra encarnada del Dios que
habla con omnipotencia, se nos presenta de una manera grandiosa el en
7)
de Dios
-algo
debidas disposiciones-,
tura
Dios
ruah, que significa viento, hálito vital, piensan antes que nada en algo
dinámico, como el soplo que hace vivir al hombre. Así pues, ruah apli
cado
dos
momentos de la historia del pueblo elegido
temente
41,
11,
20; Os
como el Dios único, con exclusión de toda otra divinidad (Is 43, 10; 44,
rá~
a otro Dios juera efe mí (Os 13, 4; cfr. Sal 9, 11), lo núsmo que se
voluntad.
10) da, pues, en este pasaje, auténtico valor al itinerario mental que
referencia, que apunta con toda claridad hacia el Creador. En este sen
tido,
cillo:
fundidad
el libro de la Creación y, por esta razón, no le conocen. Se
sea un hele