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Países en la cima de los mercados de carbono

 Un creciente número de países quiere participar en los mercados de


carbono para cumplir con los objetivos relacionados con el cambio climático.
 Jordania se ha convertido en el primer país en desarrollo que crea una
infraestructura digital completa para el seguimiento y el comercio de las
emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
 Las próximas dos reuniones mundiales sobre el cambio climático se
llevarán a cabo en Oriente Medio y Norte de África: la COP27 en Egipto en
2022 y la COP28 en Emiratos Árabes Unidos en 2023.

Durante décadas, los mercados de carbono han sido considerados como parte de la
solución al cambio climático. En su mayoría han sido gestionados por el sector privado,
pero esto cambiará pronto. Más de dos tercios de los países planean usar los mercados
de carbono para cumplir con sus contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN)
estipuladas en el Acuerdo de París. Países como Chile, Ghana, Jordania, Singapur y
Vanuatu ya están desarrollando infraestructura digital completa y de última generación
para respaldar su participación en los mercados internacionales de carbono. Estas
soluciones digitales innovadoras están evolucionando rápidamente a medida que el
nuevo mercado internacional del carbono se acerca a la realidad.

La aprobación dio luz verde a un mercado en el que los países pueden comprar y vender
créditos de carbono generados por la reducción o eliminación de las emisiones de gases
de efecto invernadero (GEI) de la atmósfera, por ejemplo como consecuencia de la
transición de los combustibles fósiles a las energías renovables o del aumento o la
conservación de las reservas de carbono en ecosistemas tales como los bosques. La
reducción de las emisiones de GEI se torna urgente a medida que los países de todo el
mundo experimentan los impactos cada vez más intensos del cambio climático. “El
ritmo de la des carbonización y la adaptación debe acelerarse y los mercados de
carbono brindan una opción para compensar los costos de dejar de utilizar los
combustibles fósiles y avanzar hacia una transición económica verde”, dijo Monali
Ranade, especialista sénior en Energía del Banco Mundial.

 Los mercados de carbono ayudan a movilizar recursos y reducir los costos para
darles a los países y las empresas el espacio que les permita facilitar la transición
hacia menores niveles de emisión de carbono. Se estima que el comercio de créditos
de carbono podría disminuir el costo de implementación de las CDN en más de la
mitad, es decir en hasta USD 250 000 millones para 2030 (PDF, en inglés). Con el
tiempo, se espera que los mercados de carbono se vuelvan redundantes a medida
que los países logren la meta de cero emisiones netas (i) y la necesidad del comercio
de emisiones disminuya.
 Esta infraestructura digital incluye sistemas de medición, notificación y
verificación (MNV) con datos de emisiones y reducción de emisiones de GEI
vinculados a los registros nacionales o internacionales. Las tecnologías nuevas y de
rápida evolución, como la cadena de bloques, pueden ayudar aún más a garantizar la
transparencia y que los créditos de carbono solo puedan ser reclamados por un país:
ya sea el país que evitó o eliminó las emisiones de GEI, o el país que las compró en
forma de créditos de carbono para diferentes usos.
Las remesas alcanzarán los USD 630 000 millones en
2022 con flujos sin precedentes destinados a Ucrania

CIUDAD DE WASHINGTON, 11 de mayo de 2022. Se prevé que los flujos


de remesas registrados oficialmente con destino a los países de ingreso bajo y
mediano aumentarán un 4,2 % este año, hasta llegar a los
USD 630 000 millones. Esto ocurre luego de una recuperación casi récord de
8,6 % en 2021.

Se espera que las remesas hacia Ucrania, el mayor receptor de Europa y Asia central,
aumenten más del 20 % en 2022. Sin embargo, los flujos de remesas a muchos países
de Asia central, cuya fuente principal es Rusia, caerán de manera drástica. Estas
disminuciones, combinadas con el aumento en los precios de los alimentos, los
fertilizantes y el petróleo, pueden generar un incremento en el riesgo para la seguridad
alimentaria y exacerbar la pobreza en muchos de estos países.

“La invasión rusa de Ucrania desató una crisis humanitaria, de migración y de


refugiados a gran escala y generó riesgos para una economía mundial que aún lidia con
los efectos de la pandemia de COVID-19”, dijo Michal Rutkowski, director global
de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial. “La
prioridad más importante para proteger a las personas contra la amenaza de la
inseguridad alimentaria y el aumento de la pobreza consiste en fomentar los programas
de protección social tendientes a proteger a los más vulnerables, como los ucranianos y
las familias de Asia central, y también a la población afectada por el impacto económico
de la guerra”.

Durante 2021, los flujos de remesas mostraron un marcado incremento en América


Latina y el Caribe (25,3 %), África subsahariana (14,1 %), Europa y Asia central (7,8 %),
Oriente Medio y Norte de África (7,6 %) y Asia meridional (6,9 %). Las remesas con
destino a Asia oriental y el Pacífico disminuyeron un 3,3 %, aunque si se excluye a
China, registraron un aumento del 2,5 %. Sin incluir a China, los flujos de remesas
constituyen la principal fuente de financiamiento externo de los países de ingreso bajo
y mediano desde 2015.

Los cinco países que más remesas recibieron en 2021 fueron India, México (que
reemplaza a China), China, Filipinas y Egipto. Entre las economías donde los flujos de
remesas representan un gran porcentaje del PIB se encuentran el Líbano (54 %),
Tayikistán (34 %), República Kirguisa (33 %) y Samoa (32 %).

“Por un lado, la crisis de Ucrania desvió la atención política mundial de otras regiones
en desarrollo y de la migración económica. Por otro lado, reforzó los argumentos en
apoyo a las comunidades de destino que experimentan una gran afluencia de
inmigrantes”, señaló Dilip Ratha, autor principal del informe sobre migración
y remesas y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y
Desarrollo (KNOMAD). “Mientras la comunidad mundial se prepara para reunirse
en el Foro de Análisis de la Migración Internacional, debería examinarse seriamente la
posibilidad de crear un Mecanismo de Financiamiento en Condiciones Concesionarias
para la Migración para apoyar a las comunidades de destino. Mediante este
mecanismo, también se podría brindar apoyo financiero a las comunidades de origen
que experimentan el fenómeno de migración de retorno durante la crisis de la COVID-
19”.

A nivel mundial, el costo medio para enviar USD 200 se situó en un 6 % en el cuarto
trimestre de 2021, lo cual representa más del doble del 3 %, la meta establecida en los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según la base de datos sobre los precios de
las remesas en el mundo que mantiene el Banco. La región más barata a la que enviar
dinero es Asia meridional (4,3 %), en tanto que la más costosa es África subsahariana
(7,8 %).

Los costos para enviar dinero a Ucrania son altos (7,1 % desde República Checa, 6,5 %
desde Alemania, 5,9 % desde Polonia y 5,2 % desde EE. UU.). A nivel mundial, la buena
voluntad hacia los refugiados y migrantes de Ucrania ofrece la oportunidad de
desarrollar y probar programas que faciliten el acceso de esta población a empleos y
servicios sociales en los países anfitriones, y aplicar procedimientos simplificados
contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo para las transacciones con
remesas de pequeña cuantía, con el fin de reducir sus costos y movilizar el
financiamiento de los bonos de la diáspora.

La guerra en Ucrania también afectó a los sistemas internacionales de pago y repercutió


en los flujos de remesas transfronterizos. La exclusión de Rusia del sistema bancario
SWIFT agregó una dimensión de la seguridad nacional a la participación en los
sistemas internacionales de pago.

“La reducción de las comisiones por el envío de remesas en 2 puntos porcentuales


generaría posiblemente USD 12 000 millones en ahorros anuales para los migrantes
internacionales provenientes de los países de ingreso bajo y mediano, y
USD 400 millones para los migrantes y refugiados de Ucrania”, agregó Ratha. “Sin
embargo, es probable que los sistemas de pago transfronterizos se vuelvan multipolares
y menos interoperables, lo que desaceleraría los avances en materia de reducción de las
comisiones por el envío de remesas”.

El Banco Mundial pone en marcha un grupo de trabajo internacional para mejorar


los datos sobre las remesas

La pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania también pusieron de manifiesto la


necesidad de contar con datos frecuentes y oportunos. En abril, el Banco Mundial, con
el auspicio de la KNOMAD y en colaboración con países en los que las remesas son un
medio de sustento financiero, puso en marcha un Grupo de Trabajo Internacional para
Mejorar los Datos sobre los Flujos de Remesas (i). Mejorar los datos sobre las remesas
puede respaldar de manera directa los indicadores de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible sobre la reducción de los costos de las remesas y ayudar a aumentar su
volumen. Al mismo tiempo, esto servirá de respaldo para el primer objetivo del Pacto
Mundial para la Migración, que consiste en mejorar los datos.

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