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11-01-2011

Índice:

Índice: página 2.

Lugares visitados: páginas 3, 4, 5, 6 y 7.

Relación entre la visita y el texto: páginas 7, 8 y 9.

Valoración personal: páginas 9 y 10.

Bibliografía: página 10.


Lugares visitados:

En esta fotografía podemos observar un


mapa, las pequeñas fotos que hay en él son algunos de los lugares que visitamos.
A continuación nombraré los lugares y comentare los rasgos más importantes
de cada uno.

En primer lugar encontramos, la muralla púnica:

En 1989 se descubre en la ladera sur del Monte de San José unos restos
arqueológicos, que después se confirmarían que pertenecían a la época púnica. Este
yacimiento fue uno de los más importantes, pues son pocos los restos púnicos que
encontramos por el Mediterráneo, ya que los romanos apenas aprovecharon sus
construcciones.
   
Su construcción se produjo bajo el dominio cartaginés de la ciudad por parte
del general Asdrúbal, por lo tanto estamos hablando de finales del s. III a.C. ya que el
año que se establece como de fundación de Quart-Hadast (Hoy Cartagena) es el 227
a.C. La muralla está compuesta por dos muros perpendiculares, construidos con
piedras de arenisca amarilla. El espacio que quedaba entre ambos muros era recorrido
por los guardias, lo cual facilitaba su labor de vigilancia. Los restos hallados tienen una
longitud de 30 metros, y en algunos puntos se han conservado hiladas de bloques con
una altura de unos 3 metros.
En los trabajos de excavación de la muralla se descubrió casualmente una cripta
perteneciente a la antigua Ermita de San José, que está fechada entre los siglos XVI y
XIX. Este descubrimiento se ha dejado prácticamente intacto para que el visitante
pueda disfrutar del ambiente que hay en su interior. En sus paredes enlucidas aún
pueden contemplarse las pinturas de la danza de la muerte que conformaban el
programa pictórico de la cripta, pinturas con una función moralizante y educativa.

En segundo lugar, la casa de la fortuna:

Restos de dos viviendas del siglo I a.C. De entre todos los hallazgos que pueden
admirarse de la Casa de la Fortuna, destacan sobre todo, sus pinturas murales y sus
mosaicos. Los paneles pictóricos destacan por su gran cromatismo y belleza. Entre los
mosaicos podemos encontrar vestigios de múltiples motivos ornamentales; desde
rombos, estrellas y esvásticas hasta motivos simbólicos que emblematizan elementos
de la naturaleza y de la mitología.

El acceso se realizaba a través de una puerta principal denominada “Ianua” por


la creencia de que el dios Jano era el protector de los muertos que vigilaba tanto las
entradas como las salidas, motivo por el que se le representa con doble cara. El umbral
y los dos pilares laterales están realizados en caliza gris de la comarca de Cartagena y
en ellos se pueden ver los quicios y lugares donde se situaban las bisagras y anclajes de
la puerta que tendría dos hojas y abriría hacia el interior.

La fachada de la domus está construida con piedra de los cerros volcánicos


cercanos a la ciudad, conocida como andesita. Los sillares, muy bien encuadrados, dan
lugar al tipo de construcción denominado opus vittatum. En la parte alta de la fachada
se situarían ventanas cerradas con cristales planos, de los cuales se han hallado
algunos restos en las excavaciones.
En tercer lugar, el Agusteum:

Este yacimiento fue encontrado en unas excavaciones realizadas en 1991 y


recientemente ha sido restaurado y se ha convertido además en un pequeño museo
sobre el Foro romano y también sobre los diferentes restos (monedas, utensilios,
pequeñas esculturas decorativas) encontrados en el mismo.

En el yacimiento arqueológico podemos apreciar los restos de un colegio


Augustal del siglo I d.C., en el cual los sacerdotes se reunían para rendir culto a la figura
de Augusto. El edificio está compuesto por un pórtico de cuatro columnas desde el que
se accedía a un vestíbulo del que se ha conservado su pavimento compuesto por losas
colocadas en damero en blanco y negro, a continuación encontramos lo que fue el aula
central en la que podemos observar las losas de mármol veteado que la decoraron y
otros elementos traídos desde diferentes lugares del Imperio. También podemos
visitar otro edificio anexo al colegio Augustal de planta basilical.

En cuarto lugar, el teatro romano:

Este yacimiento ha permanecido oculto durante siglos debido a su ubicación en


un sector de la ciudad habitado ininterrumpidamente. Por esta razón su fisonomía
original quedó oculta con el paso del tiempo. Ejemplo de esa ocupación fue la
superposición parcial de la Catedral Vieja sobre la parte superior del Teatro Romano;
una de las mayores singularidades de este conjunto arqueológico.

Un imponente edificio con capacidad para 6000 personas cuyas particulares


características certifican el importante papel que desempeñó la ciudad de Cartagena
en la historia de la Hispania Antigua.
El Museo, proyectado por el arquitecto Rafael Moneo, ha surgido para dar
respuesta a la necesidad de un espacio museístico en el que reunir  la totalidad de las
piezas halladas durante las sucesivas excavaciones. El Museo da pie a incorporar el
Palacio de Riquelme y a incardinar la Iglesia de Santa María la Vieja en el conjunto,
convirtiendo el Teatro en la última y más notable pieza presentada en el Museo.

La cavea del Teatro en su parte central aparece excavada en la propia roca del


monte, aprovechando su ubicación en uno de los cerros más elevados de la ciudad,
mientras que los flancos laterales se apoyarían en galerías abovedadas. Con capacidad
para 6.000 espectadores, se articula en tres sectores horizontales (moeniana),
divididos a su vez por cinco escaleras radiales en la ima, y siete en la media y summa
cavea. 

Adecuación y urbanización con zonas verdes de todo el espacio exterior situado


tras el muro perimetral del Teatro, una especie de plataforma aterrazada que
constituye la prolongación natural hacia el oeste de la ladera del Cerro de la
Concepción. Este espacio establece el nexo de unión entre los restos medievales del
Castillo de la Concepción y el complejo Catedral/Teatro Romano.

Los principales accesos del público se realizaban a través de dos pasillos


laterales (aditus) sobre cuyas puertas de entrada se localizaban sendos dinteles con las
dedicatorias a Lucio Caesar, en la oriental, y, probablemente, Caio Caesar, en la
occidental. Ambas dedicatorias, junto a la mención consul designatus en el cursus de
Caio de una de las arras halladas en el foso del hyposcaenium, ha permitido concretar
la fecha de construcción o inauguración del edificio entre los años 5 y 1 a. C.

En quinto lugar, el museo arqueológico submarino.

Conserva los materiales arqueológicos relacionados con el tráfico marítimo en


el Mediterráneo, desde la época fenicia, a través del mundo púnico,
helenístico y romano.
En sus salas se exhiben series anfóricas, utilizadas en el transporte de
materiales líquidos, de fabricación campaniense y de tipo netamente romano.
Materiales metalúrgicos, suntuarios como marfil, vidrio, etc. Epigrafía relacionada con
el transporte, y completando la información científica y didáctica, gráficos.
Destacan especialmente los restos de los dos barcos fenicios del s.VII a.C. encontrados
en Mazarrón, así como gran parte de su cargamento.

De época fenicia son también destacables los colmillos de elefante procedentes


de un cargamento fenicio encontrados en aguas de Cabo de Palos.
Del periodo romano hay que señalar los barcos encontrados en la isla de Escombreras
y el bajo de la Campana.

Relación entre la visita y el texto:

Ya antes de la Primera Guerra Púnica, entre los siglos VIII y VII a. C.,


los fenicios (y posteriormente los cartagineses) habían hecho acto de presencia en la
parte sur de la Península Ibérica y en la zona de levante, al sur del Ebro. Se asentaron a
lo largo de estas franjas costeras en un gran número de instalaciones comerciales que
distribuían por el mediterráneo los minerales y otros recursos de la Iberia prerromana.
Estas instalaciones, consistentes en poco más que almacenes y embarcaderos
permitían no sólo la exportación, sino también la introducción en la Península de
productos elaborados en el Mediterráneo oriental, lo que tuvo el efecto secundario de
la adopción por parte de las culturas autóctonas peninsulares de ciertos rasgos
orientales.

Según algunos historiadores, como el arqueólogo Adolf Schulten, el


establecimiento de los cartagineses en el sureste de España y la fundación de la ciudad
de Qart Hadasht, la actual Cartagena, en 227 a. C. por Asdrúbal el Bello tuvo como
objetivo principal el control de la riqueza generada por las minas de plata de
Cartagena. Con la plata de las minas de Cartagena pagaron ellos sus mercenarios, y,
cuando por la toma de esta en 209 .C. Carthago perdió estos tesoros, Aníbal ya no fue
capaz de resistir a los romanos, de manera que la toma de Cartagena decidió también
la guerra de Aníbal.

El general Asdrúbal el Bello fundó la ciudad de Qart Hadasht, según algunos


historiadores, sobre una primitiva ciudad tartésica denominada Mastia. La ciudad fue
amurallada y urbanizada, y según Polibio, sobre el cerro del Molinete de la ciudad se
construyó Asdrúbal su palacio. Cartagena se convirtió en base de las operaciones
militares de los cartagineses en Iberia.
Roma envió a Hispania tropas al mando de Cneo y Publio Cornelio Escipión.
Cneo Escipión fue el primero que llegó a Hispania, mientras su hermano Publio se
desviaba hacia Massalia con el fin de recabar apoyos y tratar de cortar el avance
cartaginés. Emporion o Ampurias fue el punto de partida de Roma en la península. Su
primera misión fue buscar aliados entre los iberos. Consiguió firmar algunos tratados
de alianza con jefes tribales íberos de la zona costera, pero probablemente no logró
atraer a su causa a la mayoría. Así por ejemplo sabemos que la tribu de los Ilergetes,
una de las más importantes al Norte del Ebro, era aliada de los cartagineses. Cneo
Escipión sometió mediante tratado o por la fuerza la zona costera al Norte del Ebro,
incluyendo la ciudad de Tarraco, donde estableció su residencia.

El primer combate importante entre cartagineses y romanos tuvo lugar


en Cissa (218 a. C.) probablemente cerca de Tarraco, aunque se ha pretendido
identificarla con Guissona en la actual provincia de Lérida. Los cartagineses, al mando
de Hannon Barca, fueron derrotados por las fuerzas romanas al mando del propio
Cneo Escipión. El caudillo de los Ilergetes, Indíbil, que combatía en el bando cartaginés,
fue capturado. Pero cuando la victoria de Cneo era un hecho, acudió Asdrúbal
Barca con refuerzos y dispersó a los romanos, sin derrotarlos. Las fuerzas cartaginesas
regresaron a su capital Qart Hadasht (Cartagena), y los Romanos a su base principal, la
ciudad de Tarraco.

La reacción de Roma a la expedición de Aníbal, fue el envío a Ampurias, a


finales del 218 a. de C., de varios ejércitos, primero con Cneo Cornelio Escisión al
mando, a quien acompañó al año siguiente su hermano Publio Cornelio Escipión.

El objetivo de estas expediciones consistía en tratar de cerrar el paso a posibles


refuerzos llegados desde la Península en apoyo de Aníbal es, precisamente en estas
fechas, hacia el 218 a. de C., cuando Cartagena es atacada por primera vez por las
tropas de Cneo Cornelio Escipión que, según T. Livio, llegaron hasta los mismos pies de
las murallas de la ciudad después de arrasar gran parte de la comarca circundante. Sin
embargo, después de unos inicios exitosos -sigue escribiendo Martín Camino- con
algunos enfrentamientos favorables, los ejércitos romanos fueron derrotados y sus
generales muertos, en sendos enfrentamientos con los ejércitos cartagineses hacia el
211 a. de C.

A comienzos del otoño del año siguiente, fue enviado Publio Cornelio Escipión,
hijo de Publio y sobrino de Cneo, los dos Escisiones que en el año 211 a. de C., habían
muerto en Hispania. Escipión futuro vencedor de Aníbal y llamado igual que su padre,
fijó su establecimiento en Tarragona. Mientras reorganizaba sus ejércitos y fortalecía
su posición con alianzas entre las poblaciones indígenas, consagró algún tiempo a
planificar sus próximas actuaciones. El hecho de que los ejércitos cartagineses
estuvieran repartidos en diversos puntos del territorio peninsular, y alejados de su
capital y bastión, Cartagena, contribuyó a que se decidiese a atacarla, tomando de este
modo la iniciativa en la contienda hispana. Desde Tarragona, y en una rápida marcha,
por sorpresa se presentó con todas sus fuerzas, navales y terrestres, ante las murallas
de Cartagena provocando el desconcierto entre los defensores de la ciudad.
Polibio y Tito Livio se ocuparon del episodio de la conquista de la ciudad.
Según Polibio, Cartagena estaba en ese momento al mando de Magón, y se
encontraba defendida únicamente por unos 1.000 hombres expertos en armas, más
otros 2.000 a los que se había armado para contribuir a su defensa.

El asalto a la ciudad se produjo de forma simultánea por tierra y mar, con flota
mandada por C. Lelio, mientras Escipión desde el actual Cerro de los Moros en el que
estableció su campamento, observaba el desarrollo de las operaciones. Como dejan
adivinar las fuentes, Escipión, bien informado de la topografía de la ciudad y de sus
recursos defensivos planeó, posiblemente, diversos ataques a la zona de istmo, entre
los Montes de San José y Despeñaperros, único paso a la ciudad por tierra, como una
maniobra de distracción con el fin de atraer hacia ese punto el mayor número de
defensores cartagineses y permitir mientras tanto que un grupo de unos 500 hombres,
vadeando el Almarjal consiguiera penetrar en la ciudad por sorpresa, en un lugar,
quizás al final de la calle Serreta, donde la muralla estaba desprovista de defensas,
según indica Antonio Beltrán.

Valoración personal:

Cuando visitamos Cartagena, pudimos entrar en muchos museos y ver restos


arqueológicos de Cartagena de hace unos 2.000 años.

Cuando paseaba por la ciudad podía imaginar cómo era esa ciudad que se
describe en el texto de Polibio de hace más de 2.200 años. Pudimos ver ese puerto y
las montañas que rodean la ciudad.
Para mi esta visita fue muy interesante, nunca había visita la ciudad y además
es de gran apoyo que cuando estas estudiando un tema, puedas ver los restos de esa
época, de esas civilizaciones.

En el primer museo, pudimos ver la muralla púnica, y la cripta de la antigua


Ermita de San José. En el segundo museo vimos como la casa de la fortuna, donde se
observaban restos de vivienda del siglo I d.C. Más tarde entramos al Augusteum,
donde lo más chocante era que se encontraba cerca de un parking de coches, en el
vimos muchos restos de la civilización romana. En el teatro romano, observamos todos
los restos que quedaban de él y aparte una serie de objetos encontrados en su
excavación que estaban en el museo diseñado por el arquitecto Rafael Moneo. Y por
ultimo disfrutamos del museo arqueológico submarino, donde pudimos conocer más
sobre la arqueología marina.

Aunque la muralla púnica me impresionó, creo que lo que realmente me causo


un gran asombro fue el teatro romano, había oído hablar de él pero nunca había
podido visitarlo.

Personalmente creo que fue un lugar muy interesante para conocer, quizás el
único problema que hubo fue el tiempo, porque las visitas fueron muy rápidas y no se
pudo disfrutar. Además fueron muchos los museos a los que entramos y al final de la
excursión ya estábamos un poco cansados. Tal vez, si esta excursión se hiciese en dos
días sería mejor y más comprensiva. Aun así, fue muy interesante y espectacular y
recomiendo a todos que vayan a visitar esta ciudad.

Bibliografía:

www.cartagenapuertodeculturas.com

cartagenaturistica.ubaldons.com/.../casa-de-la-fortuna.html

es.wikipedia.org/wiki/Conquista_de_Hispania

http://eltamiz.com/elcedazo/2010/02/26/escipion-el-africano

www.teatroromanocartagena.org/proyecto/proyecto.asp

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