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Temática a tratar 

 Fuentes 
 Reestructuración textual
 
En esta obra  en lo que respecta al proceso de reconstrucción es de suma
importancia el prólogo y los epílogos de las ediciones, allí explica lo referente a la
recolección de datos. Al principio Walsh no está interesado en realizar esta
historia, peros seis meses después en un café un hombre le dirá que hay un
fusilado que está vivo, entonces ahí es cuando le entra la curiosidad, y decide
ponerse en contacto con el sobreviviente, que resulta ser nuestro querido Juan
Carlos Livraga, el cual le cuenta cómo fueron los hechos, con esa historia le cree
de una, primero por las cicatrices en su cara, y segundo porque lo vió hablar con
mucha honestidad, además él le dice que hay otro testigo con vida, que resulta ser
Giunta. 
 
Walsh se dedicó durante casi un año únicamente a esta investigación, haciéndose
pasar por otra persona con una identidad falsa. Walsh también nos indica que tuvo
la ayuda de Enriqueta Muñiz que es otra periodista y fue ella quien consiguió los
testimonios de los exiliados Troxler, Benavidez y Gavino. Con un mapa hecho por
Livraga encontraron el lugar de los fusilamientos, junto con Enriqueta visitó el
basurero donde fueron los hechos, para ver el sitio con sus propios ojos y poder
imaginar cómo fueron los acontecimientos, Walsh visita varias veces el escenario
y esto lo demuestra en la obra, cuando logra reproducir un efecto óptico de un
conjunto de árboles que mirados desde cierta perspectiva parecen uno solo, pero
si se mira desde otro ángulo, parecen varios. Al día siguiente visitan al segundo
sobreviviente Giunta, al final de su conversación él les informa que hay un tercer
hombre con vida
 
El tercer sobreviviente, es don Horacio. Al día siguiente de hablar con él, llegó al
periodico una carta anónima que informaba sobre el cuarto sobreviviente de este
homicidio, el ex-suboficial Gavino, quien estaba refugiado en la embajada de
Bolivia, pero cuando Walsh fue, no encontró a este, pero sí, a Torres, quien es
otro sobreviviente, quien le afirmó a que habían tres más, Troxler, Diaz y
Benavidez. Después del testimonio de Torres, le llegaron dos fuentes “anónimas”,
que le confirmaron todo lo que Torres le había contado, es por esto que él dice
que cada dato importante que tiene el libro, está hecho de tres a más testimonios. 
 
Lo que buscaba Walsh en estos apartados era demostrar lo mucho que sufrieron
las víctimas y sus padecimientos físicos y psicológicos que soportaron por algo
que no habían hecho. Para este propósito, la literatura y la novela, le daban al
escritor elementos que le servían y que no podía desperdiciar: descripción del
ambiente, recreación de diálogos, resaltar pequeños detalles y describir las
emociones y los pensamientos de las víctimas, lo anterior era para lograr que el
lector pueda cerrar los ojos y recrear dentro de su cabeza los hechos del
fusilamiento.
 
Con relación al texto de Herrscher, el nos dice que el buen periodista narrativo no
sólo debe quedarse con una fuente, sino buscar más allá es por  esto que Walsh 
habló con “amigos, familiares, vecinos, viudas, huérfanos, conspiradores, asilados,
prófugos, delatores presuntos, héroes anónimos para proteger su identidad e
integridad”. y a eso se le agrega fuentes de información, se le suman los
expedientes de la justicia, decretos de las autoridades de la revolución libertadora,
los libros de locutores del estado, que sirvió para determinar la hora en que se dió
a conocer la ley marcial.
 
Una vez que Walsh tuviera toda esta información como hizo para juntarla y así
crear la obra “Operación Masacre”, lo que hizo Walsh fue dividir la información en
dos grupos, el primero son las fuentes implícitas y el segundo las fuentes
explícitas, contando con 8 fuentes implícitas y 168 explícitas.
 
Las fuentes implícitas no figuran en el texto, tampoco están nombradas de
ninguna manera, sin embargo al haber un pacto de lectura de género de no
ficción, el autor sabe que estos hechos narrados se le fueron contados al autor. El
hecho de usar esas fuentes implícitas explica dos cosas, una que lo pudo haber
hecho para proteger la identidad del informante, y la otra para construir un relato
más dinámico, un ejemplo de esto sería en los apartados que van del 24 al 27,
donde Walsh utiliza las historias de 4 sobrevivientes, pero no especifica de quien
habla específicamente, sólo en dos ocasiones dejó en claro de quien hablaba, en
dos notas al pie de página.
 
Mientras que por otro lado, las fuentes explícitas son aquellas que están
mencionadas en el texto con nombre, cargo o acercamiento a los personajes
principales y documentos, dentro de estas fuentes encontramos 30 fuentes
anónimas, 11 medios radiales, 11 medios gráficos, 1 fotografía, 1 bibliografía, 21
testimonios y 93 documentos.
 
Dentro de los documentos más importantes en el libro, se utilizaron las
investigaciones de Walsh y el expediente de Livraga con 32 archivos en el caso, lo
que no se encontraba en ese expediente, pero sí en las notas de Walsh, fueron las
declaraciones firmadas  y entrevistas de 5 sobrevivientes y docenas de testigos
menores, y la fotocopia del libro de locutores.
 y lo que tenía el expediente, pero no la investigación de Walsh, eran las
confesiones de los autores materiales de los hechos (Policías y Militares). 
 
En estas declaraciones del expediente pudimos ver lo que nos decía Herrscher en
el apartado “Entrevistas contra”, donde agentes de poder cambian totalmente el
discurso. Es por esto que Walsh lo vió innecesario, porque ellos cambiaron los
hechos a su conveniencia, sin embargo, ambos se complementan puesto que, la
investigación de Walsh contradice y refuta los testimonios de los victimarios. 
 
Otro documento importante es el fallo de la CSJN (Corte Suprema de Justicia de
la Nación Argentina), el cual evidencia la impunidad que gozaban los militares y
policías.
 
Otro documento de valor para Walsh es el libro de la policlínica en el que estuvo
Livraga, antes de que se lo volvieran a llevar, también consiguió el recibo de
Livraga cuando le quitaron las pertenencias, comprobando así que Livraga si
estuvo detenido, mientras que la policía negaba rotundamente este hecho. 
 
Si ya bastante impresionados estamos con las habilidades de Walsh para
investigar, ahora más sabiendo que este hombre pudo obtener como otra fuente
de información una fotografía con el sello de la biblioteca donde estuvo uno de los
fusilados horas antes del acontecimiento que ya conocemos, con esto da
veracidad sobre los testimonios que le fueron dados del hombre fusilado ese día.
 
Entonces con esos dos subgrupos las fuentes implícitas son las que le permitían al
autor darle un cariz más literario a la historia, las fuentes explícitas son las que le
permiten abordar la historia desde una perspectiva más periodística.
 
 
Relación entre realidad-ficción y realidad-factual 
 
Walsh concebía la posibilidad de crear una literatura que se apegara más a lo
documental y que fuera mucho más atenida a lo demostrable, de manera que con
su propuesta de escritura promovía una nueva forma de arte que no tuviera que
ficcionalizar la denuncia y que, por lo tanto, ésta no se neutralizara y se volviera
inofensiva al sacralizarla como arte.
para conseguir que Operación masacre sea recibida como una obra de carácter
periodístico, político y testimonial forzosamente se tiene que recurrir a un proceso
de ficcionalización que logre obnubilar la propia ficcionalidad.
El testimonio prescinde de lo ficticio y trabaja con material de la realidad sin ser
por ello realista, ya que poner el acento en el montaje y el modo de organización
del material implica un rechazo al concepto de verosimilitud como ilusión
referencial.
 
La aportación de Walsh, gracias a su ficcionalización testimonial, reivindica la idea
de un arte vinculado directamente a la política, su testimonio nace de la necesidad
de percibir experiencias ajenas, conocerlas, asimilarlas y reconstruirlas como
experiencias próximas. 
En Operación masacre se muestra que los soportes textuales hacen posible la
presencia de dos historias paralelas, por un lado en el conjunto de paratextos
Rodolfo Walsh da a conocer su relación con los hechos narrados, cuenta la
historia de cómo es que llegó a ellos y por qué siente un enorme interés por
relatarlos. Esta parte de la narración evidencia los dos ejes compositivos de la
obra (factual-literario) y además alerta al lector acerca de las capacidades del
mediador para llevar a cabo tal empresa. La otra historia es la de los sucesos en
sí, la de los civiles mandados fusilar clandestinamente por el gobierno argentino,
esta historia es guiada por el mediador que se sabe ya, tiene el poder suficiente
para poner los hechos por escrito.
La relación que encontramos de esta premisa, es la de

En el momento en que Walsh escribió Operación Masacre, el rumor cuestiona el


discurso oficial, pero solamente quienes no apoyan al gobierno van a aceptar su
carácter de evento, y creer que la investigación contiene una verdad. Si el libro no
tuvo el éxito que Walsh esperaba, puesto que no sirvió para hacer justicia, es en
parte porque para el gobierno la escritura no-ficcional no tiene carácter de prueba;
pero sobre, no pudo producir ni el escándalo ni la indignación esperados porque
su circulación, entre 1857 y 1964, se limitó a círculos de lectores que podían creer
en una versión no oficial de los hechos. Los lectores de los diarios y editoriales de
Operación masacre en este período ya creían, en su mayoría, en el carácter
factual de la historia narrada, o podían creer que era verdad; ignoraban los
detalles, y, en este sentido, el libro cumple efectivamente un papel informativo. En
el caso de quienes apoyaron al golpe, y luego al gobierno militar, el perfil de los
medios de publicación no alcanzaba para imponer el relato como evento o como
verdad

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