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Wolfgang BREZINKA
En este sentido opinaba Herbart en 1806: mer Estado del mundo en hacerlo [5]. A
«La Pedagogía es la ciencia que el educa- los estudiantes se les ofrecía una Peda-
dor necesita para sí» [3]. gogía «de gran utilidad», que contenía
unos «principios seguros» que no podían
Aquello que el sistema educativo ne- ser ignorados por nadie que «hace de la
cesita había de ser procurado por el Es- educación de la juventud su ocupación
tado cultural moderno, y por eso a fines profesional».
del s. XVIII y comienzos del XIX en las
Universidades se introdujeron, por ley, Hacia promesas de este tipo se orien-
unas lecciones pedagógicas a las que es- taban las expectativas que respecto de la
taban obligados a asistir los que se for- Pedagogía se alentaban en aquellos que
maban como teólogos, profesores se preparaban para ser educadores. Es-
particulares y maestros de escuela. A par- peraban de ella un saber útil y aplicable
tir de ese momento nadie pordría llegar que les diera seguridad en su trabajo edu-
a desempeñar la función de párroco, cativo y unos recursos adecuados para el
maestro o profesor particular sin haber arte de la educación y de la enseñanza.
superado un examen sobre cuestiones de Ya en 1657 Comenio, en su manual de
Pedagogía. Junto a los enseñantes apa- Didáctica, había prometido un método
recieron los pedagogos [4] y, junto a los «seguro» [6] para el arte de «enseñar ade-
prácticos de la educación, los teóricos de cuadamente todo a todas las personas y
la misma, estos últimos al comienzo como de un modo tal que el éxito no pudiera
adjuntos de esta nueva materia, y luego faltar»[7]. Lo que había en el fondo de
como docentes o profesores de la misma. tales promesas y expectativas eran unas
Y en esto durante mucho tiempo se ad- concepciones ideales de la Pedagogía; sólo
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mitió que podía ser pedagogo únicamen- las experiencias de aquella Pedagogía real
te quien se hubiera acreditado como que efectivamente se enseñaría podían
educador y enseñante. mostrar si realmente se mantendrían
aquellas promesas y se cumplirían aque-
Los inicios modestos que en cuestión llas expectativas.
revista española de pedagogía
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Sobre las esperanzas del educador y la imperfección de la pedagogía
tre lo que va desde la obra maestra has- como siendo contribuciones expresas a la
ta la palabrería. Por eso yo no puedo decir Pedagogía científica o a la Ciencia de la
algo que tenga una validez general, sino Educación.
sólo aportar unas impresiones subjetivas
que se me han ido formando a lo largo de Con esto la consideración de la Peda-
cincuenta y cinco años que llevo ocupán- gogía, con excepción de gran número de
dome de Pedagogía. Es posible que otros pedagogos, ha decaído grandemente no
pedagogos con otros criterios y otras ex- sólo en los educadores, sino también en
periencias vean la situación de otra ma- el mundo científico y entre el público ilus-
nera. trado. Esto es lo que ocurrió en los Esta-
dos Unidos hace ya tiempo [10] y ocurre
Pero hay tres observaciones que a mí ahora en los países de habla alemana y
me parecen indiscutibles. también en los demás.
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Estas tres observaciones expuestas, ción científica de la persona que las tie-
como es lógico, pueden explicarse de di- ne sus expectativas serán realizables o
versas maneras y también relativizarse no, realistas o ilusorias, exageradas o co-
con ejemplos que las contradigan. Pero medidas.
de todos modos la opinión predominante
parece ser que la Pedagogía resulta in- Esto vale tembién para las expectati-
suficiente en muchos aspectos y no ha vas depositadas en la Pedagogía, que pue-
respondido a las expectativas de los edu- den ser sensatas o insensatas, razonables
cadores, de los políticos de la educación o irracionales. Su valor depende del gra-
ni de los científicos de la misma. En los do de aquel saber previo de que dispone
libros y en las revistas han disminuido el individuo que tiene la expectativa, pues
mucho las citas de textos de pedagogos. la misma supone ya saber algo de la cosa
Muchas editoriales han quitado la Peda- que es objeto de ella para poder estimar
gogía de sus programas. En las librerías aquello que razonablemente se espera de
aquellas grandes estanterías que treinta tal cosa. Un ideal de la Pedagogía no es
años atrás se le dedicaban han quedado razonable cuando se basa en ideas deri-
reducidas a pobres rincones entre libros vadas más de deseos que de unos conoci-
de Orientación de la vida de las personas mientos sobre aquello que es posible o no
y de Esoterismo. En todo caso la Psicolo- lo es.
gía sí goza de un buen momento coyun-
tural, en tanto que se ocupa de temas La historia del pensamiento pedagó-
que tienen mucho empuje. gico es rica en promesas y expectativas
ilusorias. Me limitaré a referirme al ya
En esta situación hay una pregunta mencionado presunto método de enseñan-
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que es decisiva: los juicios peyorativos so- za seguro de Comenio, el primer gran teó-
bre la Pedagogía, ¿están justificados? En rico de la educación de la Edad Moderna,
tales juicios se expresa un desencanto; en sus «principios de una enseñanza y
tienen que ver con un sentimiento de des- un aprendizaje seguros en los cuales el
contento sobre la cualidad de una cosa éxito no puede fallar» [11]. Una seguri-
revista española de pedagogía
después que la hemos examinado más de dad en el sentido de una garantía de éxi-
cerca. Experimentamos descontento cuan- to es una ilusión, tanto en la Metodología
do tenemos insatisfechas unas expectati- como en la praxis educativa. Citaré al
vas o cuando hay algo todavía peor que ilustrado francés Helvetius, quien hacia
lo esperado. Es decir, el desencanto es 1774 aseguró a las naciones que «para
algo que depende del contenido de nues- hacerse uno feliz y competente no tiene
tras expectativas. El desencanto no es un más que perfeccionarse en la Ciencia de
criterio objetivo para la calidad de una la Educación» [12].
cosa, ya que depende de aquella imagen
ideal o de los deseos que concebimos res- Las expectativas ilusas son peligrosas,
pecto de ella. Según la claridad de tales porque necesariamente antes o después
representaciones las expectativas serán viene su desencanto y, luego, fácilmente
precisas o imprecisas, y según la situa- degeneran en aversión o en resignación.
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Sobre las esperanzas del educador y la imperfección de la pedagogía
El alejamiento en que muchos educado- ahora como una Pedagogía «popular» [13],
res han caído con respecto a la Pedago- excesivamente simple, confesional y
gía proviene, en parte, del desencanto de acrítica (puesto que se basa en postula-
las expectativas ilusorias que se habían dos [14] y, por lo mismo, es decisivamen-
formado a causa de un saber deficiente. te normativa y preestablecida). En su
Contra este mal puede preservar única- lugar fue propuesta una Pedagogía cien-
mente una ilustración sobre los tipos, los tífica estricta. Esto ocurrió ya en interés
fines y los límites de las teorías de la de los propios pedagogos, los cuales que-
educación. El camino hacia una valora- rían ahora ser reconocidos como científi-
ción justa de la Pedagogía pasa por la cos y no sólo como unos maestros
corrección de unas expectativas falsas; dedicados al arte de la educación.
dicho en el lenguaje especializado y abs-
tracto de la Psicología, se trata de una Pero no hubo todavía esta ciencia
reestructuración cognitiva, de una modi- como un sistema preciso de conocimien-
ficación del nivel de exigencias subjetivo tos, sino solamente como un vago pro-
con respecto a la Pedagogía. grama y una obra llena de carencias. Uno
de aquellos que le prepararon el camino,
El primer y más importante paso para Otto Willmann, en 1876 la caracterizaba
una ilustración de los educadores puede aún como «una ciencia que se está for-
expresarse en el siguiente principio: De mando», habiendo dicho muy acertada-
la Pedagogía científica no esperes una mente del estudio de la Pedagogía que
Pedagogía práctica, es decir, la iniciación «no es un estudio inicial» [15].
en un arte de la educación que tenga unas
normas morales y cosmovisionales segu- Sin embargo esto no impidió que en
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ban cada cual su especialidad, sino un Experimental, daré un ejemplo del año
sistema en el que cada maestro en su 1912. W.A. Lay (1862-1926), uno de los
clase tenía que enseñar en un nivel ele- pioneros más meritorios de esta discipli-
mental todas las materias escolares. Es na, escribía entonces:
por esto que los maestros de escuela no
podían lograr su ascenso al nivel de aca- «La Pedagogía es, igual que la Me-
démicos a través de las ciencias que en- dicina, una ciencia y un arte que se
señaban, sino sólo a través de una única funda a sí misma en la praxis. Esta
ciencia, todavía inmadura: la Pedagogía idea irá en aumento, y el presitigio de
científica. La creencia en el progreso del la Pedagogía y de todo el estamento
sistema escolar gracias a los futuros del magisterio subirá en la medida en
avances de la Ciencia de la Educación que la Pedagogía Experimental vaya
estaba entre ellos muy extendida. haciendo progresos…».
En este contexto se miraba con gran Este autor ha creído incluso que esta
interés la errónea analogía existente en- disciplina será el fundamento apropiado
tre médicos y educadores profesionales, de «una Pedagogía mundial que tendrá
entre la actuación médica y la educativa, por objetivo la humanidad genuina, el rei-
entre la Ciencia Médica y la Pedagogía no de Dios en la tierra» [18].
vista como una Psicología Aplicada [16].
Ha influido hasta las más recientes dis- Estas indicaciones muestran cómo los
cusiones sobre la llamada profesiona- intereses de los pedagogos universitarios
lización de las profesiones educativas, con y de los maestros de escuela, junto con
las pretensiones de los llamados trabaja- los formadores de maestros, han contri-
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Sobre las esperanzas del educador y la imperfección de la pedagogía
te especulativo, construyéndose unos durante mucho tiempo por parte del gru-
estudios sobre las condiciones de su posi- po dominante de pedagogos que seguían
bilidad, unas aportaciones metafísicas re- una orientación filosófica e historiográfica
lativas a la naturaleza humana y una [24]. Las contribuciones importantes a la
teoría de la Filosofía Moral sobre las ta- investigación pedagógica empírica vinie-
reas a realizar en la vida humana y los ron sobre todo del exterior: en primer lu-
fines de la educación, todo ello basándo- gar de psicólogos, y luego también de
se en la simple razón y con pocos datos sociólogos. Quien quiera valorarla objeti-
informativos tomados de la realidad [23]. vamente deberá ponerse al corriente de
Hubo poco interés en un conocimiento de sus campos de trabajo, sus lenguajes es-
los medios, y todo ese procedimiento aca- pecializados y sus métodos propios. Para
rreó a la Pedagogía un rasgo de ser algo esto en general tanto los filósofos como
muy lejano, abstracto y ajeno a la vida. los historiadores de la educación no esta-
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ban preparados, y es por tal motivo que pertenecen a ese gremio son valorados y
resultados importantes de esas investi- profesionalmente colocados sobre todo
gaciones apenas fueron integrados en la atendiendo a las investigaciones que han
Pedagogía General; permanecieron aisla- hecho; sus conocimientos suelen estar
dos en unas llamadas Ciencias Auxilia- orientados a la investigación y, por ende,
res de la Pedagogía, tales como la son relativamente especializados, siendo
Psicología Pedagógica y la Sociología Pe- más adecuados para formar a futuros in-
dagógica, cultivadas por no pedagogos. vestigadores que a unos prácticos de la
educación. Tanto por su contenido como
Los mayores progresos en conocimien- por su lenguaje, tales conocimientos po-
tos tuvieron lugar en el saber previo o cas veces se hallan coordinados con los
colateral de la Pedagogía; nos bastará con de otros especialistas que cultivan los de-
mencionar la Psicología de la Infancia más ámbitos y temas. Esto significa que
[25], la utilización de la Psicología del aquella necesaria integración y reducción
Pensamiento y del Aprendizaje, de la Psi- de los saberes especializados propios de
cología Social y del Psicodiagnóstico para las distintas ramas en un sistema cohe-
la investigación de la enseñanza [26], la rente de Pedagogía Práctica es algo que
Pedagogía del Medio Ambiente [27], cul- se deja a los propios estudiantes. Esto
tivada por sociólogos, la investigación so- significa que en la mayoría de los casos
bre la socialización [28] y las es cosa que no se hace, porque esta tarea
contribuciones de los psiquiatras a la Pe-
exigiría de los futuros pedagogos unos es-
dagogía Especial [29]. En materias limí-
fuerzos mentales para los cuales de mo-
trofes con la Pedagogía y en algunas
mento ni siquiera los pedagogos ya
disciplinas particulares (tales como la Di-
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Y este proceso de hacer una Pedago- exige, y con razón, que conozcan suficien-
gía científica que hemos descrito, ¿qué temente y tengan en cuenta la peculiari-
consecuencias ha tenido para los educa- dad individual de sus alumnos. El juzgar
dores profesionales y su formación? Los de la personalidad y el rendimiento de
mismos se hallan sujetos al peligro de sus diversos alumnos es algo que perte-
tener que aprender mucho más de lo que nece a la tarea profesional de los maes-
necesitan y pueden asimilar; han queda- tros. Pero es tarea difícil, en la que hay
do expuestos a un gremio de especialis- que contar con muchas fuentes de error.
tas científicos de la educación que, aparte En un comienzo a ese ámbito teórico de
de no dedicarse a educar, lo que hacen es problemas se lo llamó «Conocimiento de
investigar unas secciones relativamente los escolares» [31], y ahora es objeto de
estrechas de la educación y expresarlas investigación bajo el nombre de «Psico-
en su lenguaje especializado. Quienes diagnóstico Pedagógico» [32].
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los futuros prácticos de la educación ha- paciones, sufre una modificación que es
yan de ir cazando conceptos en ese labe- demasiado heterogénea con su destino fu-
rinto de una Pedagogía científica tomada turo de educar» [39]. Esto viene a decir
en sentido estricto, como si hubiese de que los conocimientos que son ofrecidos y
hacerse de ellos unos especialistas de la exigidos al educador en su formación no
investigación educativa en lugar de unos pueden estar demasiado alejados de sus
educadores. tareas educativas ni «de los medios que
él puede dominar con su capacidad per-
Los peligros de una formación dema- sonal» [40].
siado erudita fueron conocidos ya en la
época de la Ilustración. Recordaré sólo a También para el arte de la educación
E.Ch. Trapp, el primer profesor de Peda- vale aquella indicación de Goethe de que
gogía en Prusia (1779-1783, en la Uni- «sólo en la limitación se consigue algo.
versidad de Halle); también sirvió al El saber bien y realizar bien una cosa da
Condado de Braunschweig como miem- una formación mayor que el aprender
bro del Directorio Escolar (de 1786 a ciento pero sólo a medias» [41]. También
1790), y murió en 1818 en Wolfenbüttel para la Pedagogía científica vale su la-
[38]. Su libro Ensayo de Pedagogía, de mento de que «el saber ya no ayuda en el
1780, fue la primera obra de una Ciencia rápido trajín del mundo: si uno espera a
de la Educación sistemática con orienta- llegar a saberlo todo, está perdido» [42].
ción empírica.
De todos modos hace ya mucho tiem-
En este libro hay también un capítulo po que se ha hecho imposible llegar a
dedicado a la formación de los futuros saber todo lo que se publica como Peda-
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Para esto ha de ser ella llevada a dar sino más difícil que la investigación edu-
normas en tareas concretas de la educa- cacional puramente científica. Requiere
ción y a contener elementos científicos en el investigador unas cualidades que
sólo en tanto que sea necesario. Se trata se han hecho bastante raras, y en primer
de hacer una elección de lo que resulta lugar un dominio de aquel amplio hori-
esencial para aquí y ahora. Esto exige de zonte de materias que debemos a dos si-
los pedagogos una elevada y amplia com- glos de labor pedagógica de tipo filosófico,
petencia educativa tanto teórica como histórico y empírico. Y aquel trabajo re-
práctica. Necesitan una suficiente auto- quiere también la decisión a valorar y
nomía y una capacidad de distinción men- una capacidad de síntesis.
tales para valorar los diversos resultados
científicos en función de su utilidad para Esta síntesis ha de abarcar más que
la praxis educativa; para poderlos comu- unos simples conocimientos científicos so-
nicar de un modo razonable, aquellos han bre las condiciones que han de tener lu-
de ser formulados muy relacionados con gar en unos campos educativos, como, por
la praxis y simplificados. Esto requiere ejemplo, sobre los efectos que ciertos me-
un pensamiento agudo y un lenguaje cla- dios educativos o algunos métodos edu-
ro y vivo, exento de la jerga de los espe- cativos tienen en determinadas
cialistas y de los necesarios términos en circunstancias [47]. De igual manera que
inglés [45]. el saber científico no basta para la orien-
tación de la vida, tampoco es suficiente
Para terminar haré todavía una pre- para educar. Para esto se requiere tam-
gunta: ¿es la Pedagogía Práctica una ta- bién un saber orientativo normativo y to-
rea propia de los científicos de la davía algo más que un saber: unas
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Wolfgang BREZINKA
tica para la vida y para la educación son Dirección del autor: Wolfgang Brezinka, A-6165 Telfes
im Stubai (Tirol), Gagers 29, Austria.
más importantes que la mayoría de los
hallazgos de la Ciencia de la Educación Fecha de recepción de la versión definitiva de este artícu-
empírica. Por esto han de ser considera- lo: 10.IV.2002.
dos en una Pedagogía Práctica y con una
función no meramente descriptiva, sino
también valorativa, establecedora de dis- Notas
[1] Cf. NIEMEYER, A.H. (1805) Grundsätze der Erziehung
tinciones críticas y que rechace unas co- und des Unterrichts für Eltern, Hauslehrer und
sas y apruebe otras. Schulmänner, 5ª edic., (Halle, Waisenhaus), Primera
Parte, p. 18.- Primera edic., en ROESSLER, W. (1765)
Pädagogik, en BRUNNER, O./CONZE, W./KOSELLECK,
En una época como en la nuestra, de R. (Hg.) (1978) Geschichtliche Grundbegriffe.
pluralismo de valores y de nihilismo, es Historisches Lexikon der politisch-sozialen Sprache in
imposble que esto ocurra de un modo tal Deutschland, vol. 4, (Stuttgart, Klett-Cotta), p. 627.
que todo oyente o lector quede satisfecho [2] NIEMEYER (1806) o. c., Tercera Parte, p. 87.
de ello. Pero el prescindir de juicios de
[3] HERBART, J.F. (1806) Allgemeine Pädagogik aus dem
valor y establecer una neutralidad Zweck der Erziehung abgeleitet, en Pädagogische
axiológica, tal como suele hacerse en la Schriften, Herausgegeben von WILLMANN, O. und
ciencia, sería algo que en la Pedagogía FRITZSCH, Th. (1913) 3 edic., (Osterwieck, Zickfeldt),
vol. 1, p. 237.
Práctica no ayudaría a nadie. No hay nin-
guna vida humana que se halle libre de [4] Este concepto está ya en NIEMEYER, I. (1805) pp.
18, 28s., 241 y otros lugares.
valores ni hay tampoco una educación li-
bre de valores. Quien pretenda dar una [5] Decreto Ministerial de 9 de Agosto de 1805 sobre el
ayuda orientativa práctica de tipo educa- nuevo «Philosophischer Studienplan». Reproducido en
BREZINKA, W. (2000) Pädagogik in Österreich. Die
tivo ha de exponerse en materia moral y
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[10] Cf. BRAUNER, Ch.J. (1964) American Educational [24] Cf. LOCHNER, R. (1963) Deutsche Erziehungs-
Theory (Englewood Cliffs, N.J., Prentice-Hall). wissenschaft. Prinzipiengeschichte und Grundlegung,
(Meisenheim, Anton Hain).
[11] COMENIUS, o. c., p. 86ss.
[25] Cf. entre otros: BÜHLER, Ch. (1931) Kindheit und
[12] HELVETIUS, C.A. (1774) Vom Menschen, seinen Jugend. Genese des Bewußtseins, (Leipzig, Hirzel), 3ª
Geisteskräften und seiner Erziehung, Herausgegeben edic.; BUSEMANN, A. (1965) Kindheit und Reifezeit.
von LINDNER, G.A. (1877 (Wien, Pichler), p. 9. Die menschliche Jugend in Entwicklung und Aufbau,
(Frankfurt am Main, Diesterweg); HETZER, H. (1970)
[13] Cf. DILTHEY, W. (1888) Über die Möglichkeit einer Kind und Jugendlicher in der Entwicklung, (Hannover,
allgemeingültigen pädagogischen Wissenschaft, en Schroedel), 12ª edic.
Gesammelte Schriften (1924) (Leipzig, Teubner), vol.
VI, p. 59s. [26] Cf. ROTH, H. (1957) Pädagogische Psychologie des
Lehrens und Lernens, (Hannover, Schroedel);
[14] Cf. WILLMANN, O. (1875) Allgemeine Pädagogik. Die INGENKAMP, K. (1990) Pädagogische Diagnostik in
Erziehung als Erneuerung der Gesellschaft, en Deutschland 1885-1932, (Weinheim, Deutscher Studien
Sämtliche Werke (1980) (Aalen, Scientia), vol. 4, p. Verlag).
18; WILLMANN (1876) Enzyklopädie der Pädagogik,
ibíd., p. 289. [27] Cf. BUSEMANN, A. (Hg.) (1932) Handbuch der
Pädagogischen Milieukunde, (Halle, Schroedel).
[15] WILLMANN, o. c., p. 291.
[28] Cf. FEND, H. (1969) Sozialisierung und Erziehung. Eine
[16] Cf., p.e., TRAPP, E.Ch. (1780) Versuch einer Einführung in die Sozialisierungsforschung, Editado por
Pädagogik, Herausgegeben von FRITZSCH, Th. (1913), BREZINKA, W. (1969) (Weinheim, Beltz).
(Leipzig, Koehler), p. 34.
[29] Cf. ALLERS, R. (1937) Heilerziehung bei Abwegigkeit
[17] Cf. ALISCH, L.-M./BAUMERT, J./BECK, K. (Hg.) (1990) des Charakters. Einführung, Grundlagen, Probleme und
Professionswissen und Professionalisierung, Methoden, (Einsiedeln, Benziger).
(Braunschweig, Braunschweiger Studien zur Erziehungs
- und Sozialarbeitswissenschaft, herausgegeben von [30] Datos empíricos en THONHAUSER, J., Der Pro-
RÖSSNER, L., Technische Universität, Fachbereich 9), fessionalisierung entgegen? Ergebnisse einer Delphi-
vol. 28. Studie über Basisqualifikationen der Erziehungs-
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[46] Cf. RÖHRS, H. (1980) Die Reformpädagogik. Ursprung However, Education is a practical
und Verlauf in Europa, (Hannover, Schroedel); RÖHRS
(Hg.) (1986) Die Schulen der Reformpädagogik heute.
activity. Indeed, educators need to ideal
Handbuch reformpädagogischer Schulideen und with certain issues which go beyong
Schulwirklichkeit, (Düsseldorf, Schwann). Science (values, believes, convictims);
[47] Cf. UHL, S. (1996) Die Mittel der Moralerziehung und these issues are essential for educators
ihre Wirksamkeit, (Bad Heilbrunn, Klinkhardt). in order to be able to educate. This is
[48] Cf. BREZINKA, W. (1992) Glaube, Moral und Erziehung,
why a Practical Pedagogy is needed, being
(München, Reinhardt), p. 47ss. based on the values, beliefs, and other
principles which are necessary to guide
[49] Para los temas y partes de una Pedagogía Práctica
cf. BREZINKA (1978), p. 253ss. the life of individuals and groups.
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