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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS


CARRERA DE SOCIOLOGÍA
SOCIOLOGÍA AGRARIA

Nombres: Julián Ortiz, Paola Intriago, Miguel Pillajo.

Fecha: 8-09-2022

Curso: S7 – 001 Semestre: SÉPTIMO

TRABAJO GRUPAL

1. Resumen del texto “Campesindios: aproximaciones a los campesinos


de un continente colonizado” – Armando Bartra
Bartra inicia la exposición de su texto dando un recuento de luchas
indígenas que se han producido en todo el territorio latinoamericano,
citando la lucha por la autonomía de los pueblos maya en las regiones
mesoamericanas hasta el porvenir de la presidencia indígena de Evo
Morales en los rincones andinos. De ahí deviene el gran punto de partida
de su texto, se debe entender la relación intrínseca que se da entre las
comunidades indígenas y la tierra, es decir, el factor agrario que se
encuentra presente en el transcurso de la vida de las diversas poblaciones
americanas; es así, como Bartra (2010) planteará que el campesino es “un
actor que tiene su base socioeconómica en la comunidad agraria y su raíz
en los pueblos originarios del continente.” (pp. 5).
Una vez comprendido este postulado, se debe reconocer que la
sociedad latinoamericana, pese a los avances civilizatorios producidos
dentro de su territorio, se constituye como una sociedad de clases;
entendiéndolas desde la perspectiva de las izquierdas acerca de la
formulación del proletariado como base sanadora y precursora del nuevo
orden jerárquico mundial y de un sistema de producción que factibilizaría
las condiciones de vida de cada individuo – el paso del régimen capitalista
al modelo socialista -. Sin embargo, este paso no se podría dar sin el
entendimiento de lo que es una clase social per se, es así que se entiende
que “para el marxismo auténtico las clases sociales no son adscripciones
fatales ni efecto automático de la reproducción del modo de producir, sino
resultado de la práctica histórica de ciertas colectividades” (Bartra, 2010:
5), esto se resume en que las clases sociales son producidas dentro de un
contexto histórico determinado, pero a la vez tienen la facultad de ser
productoras de la historia y de las relaciones sociales que se desenvuelvan
en ese punto específico; son las clases las que permiten entender como se
da el proceso de evolución social y la determinación de los sistemas
jerárquicos reproducidos dentro de estos momentos históricos.
La clase social como concepto de estudio en ciencias sociales debe
encontrarse remitida a un análisis que permita estudiar las particularidades
fenomenológicas, sin olvidar, las generalidades de la que participa dentro
del conglomerado social. El autor menciona que uno de los errores
comunes de este tipo de estudios es “que al centrar la atención en las
pequeñas identidades se deje de lado su adscripción a identidades a mayor
escala” (Bartra, 2010: 6), ofreciendo un estudio incompleto y parcializado
de las realidades reproducidas por las clases sociales; presenta como
estrategia metodológica para no caer en esta trampa, la recuperación de un
enfoque macrosistémico social, que pueda permitir una observación
puntual de las realidades particulares, sin perder de vista que estas
pertenecen a un conjunto ampliado totalizante histórico.
Cuando se tiene esta concepción acerca de las clases sociales, se
puede iniciar el análisis de estas como entes totalizadores de una realidad
concreta y excluyente, un modelo que permite entender las relaciones
sociales de producción que se desarrollan en torno a la ciudad y a sus
sistemas de reproducción inmediatos, el modelo de la Modernidad. Del
proyecto moderno deviene la primera problemática referente a la cuestión
campesina, debido a que se divide a la sociedad en dos clases canónicas –
burguesía y proletariado – dejando al campesino como externo al modelo
moderno y, viéndolo desde una perspectiva periférica e invisibilizadora
del proyecto moderno. El campesinado aparece entonces como aquel ente
externo al proceso moderno que, no se encuentra en una lucha constante
por derrocar a la clase dominante – como el proletariado – y tampoco se
encuentra en la factibilidad de la posesión de los medios de producción –
como la burguesía -, siendo visto como un ente premoderno y conservador
debido a que los individuos pertenecientes a esta clase “añoran el pasado,
dudan del progreso y no fetichizan el porvenir” (Bartra, 2010: 7), negando
las bases en las que se asienta el proyecto de la modernidad dentro de la
sociedad.
Dentro de esta lógica clasista de la visualización al campesinado
tenemos pues que la misma se reproduce como una elección política, ya
que existe una constitución del campesinado y una identificación de ellos
como campesinos: “los campesinos no nacen campesinos: se hacen
campesinos, se inventan a sí mismos como actores colectivos en el curso
del hacer” (Bartra, 2010: 7); presentando como principal ejemplo el
contraste de autoidentificación campesina que se da por el “Movimiento
de los Sin Tierra” en Brasil, frente a la negación de pertenecer a la clase
campesina por parte de los “agricultores familiares” en Argentina. En este
ejemplo, el autor deja remarcado que la implicación de reconocimiento
campesino no solo deviene de un factor económico o de posesión de
tierras, sino que “designa un ethos y una clase, de modo que reconocerse
campesino es el primer paso en el camino de reafirmar una específica
socialidad y conformar un sujeto colectivo de primera división.” (Bartra,
2010: 8).
Esta identificación con el proyecto del campesinado pronto se
convirtió en un accionar político, ya que se consolida a través de todo el
Siglo XX desde la perspectiva de las revoluciones agrarias. Desde Rusia,
la consigna “Tierra y libertad” se escuchaba y se perfeccionaba a través
del globo terráqueo para reclamar lo necesario para la subsistencia del
campesinado. Esta acción política del campesinado se realiza mediante la
agrupación de los individuos auto identificados como campesinos, Bartra
fundamentando esta idea mencionará que “Los campesinos se organizan
para resistir. En la base están la familia y la comunidad (…) sobre ellas se
edifican organizaciones de los más diversos talantes y propósitos” (Bartra,
2010: 8). Sin embargo, pese a la organización campesina como tal, los
modos de operar que se dan dentro de los campesinos se dan desde el
espíritu campesina como tal, el cual, se expresa mediante las
movilizaciones y el acogimiento de las luchas campesinas como parte
central de las esencias individuales.
Bartra, demuestra así que “el campesinado es un modo de vida”
(Bartra, 2010:9), su base tiene una esencia política cambiante que nunca
se perpetra en una realidad concreta sino que cambia y nunca se refleja en
su modelo de planteamiento; es decir, el campesinado como modo de vida
es un punto de convergencia entre diversos factores y condiciones que le
permiten constituirse como una clase capaz de gestionar el accionar desde
la organización comunitaria. Esta exposición de la organización
campesina permite la visualización de lo político dentro del campesinado
y de la lucha por el reconocimiento de los mismos como clase, sin
exclusiones o consideraciones vacías que anulen su capacidad como actor
social y sujeto historio emancipado de los rezagos de la colonialidad que
acarrean por sus raíces originarios de pueblos y nacionalidades indígenas
latinoamericanas.

2. Resumen del texto “Venimos a luchar por el pueblo, no por el poder:


el levantamiento en Ecuador 2019” – Mónica Mancero y Adrián
Bonilla
Para empezar el texto, los autores mencionan la reivindicación del
movimiento indígena y su consolidación como actor político que date de
30 años atrás de los levantamientos del 2019, esto debe ser entendido
como uno de los principales antecedentes para ver con mirada critica el
paro que llevo a la CONAIE a provocar el cese inmediato de actividades
hasta que el mandato presidencial dado por Lenín Moreno fuera derogado;
la CONAIE como institución representativa del movimiento indígena ha
encarnado desde su constitución las demandas que este conglomerado ha
solicitado en diferentes épocas históricas como son “los levantamientos de
1992, 1994, 1997, 2001 y 2015” (Mancero & Bonilla, 2020: 39),
respectivamente.
Se analiza la decisión que se da en el trasfondo de una crisis
económica y un proceso de recesión provocados por “la disminución en la
demanda y en los precios de los bienes primarios en los mercados
internacionales” (Mancero & Bonilla, 2020: 39), lo que orilló al gobierno
de Lenín Moreno a tomar una decisión que sería el punto de quiebre para
llamas a la organización social y colectiva de los diversos actores en una
serie de protestas públicas: la negociación con el Fondo Monetario
Internacional por un préstamo de 4,5 mil millones de dólares.
Lastimosamente, al aceptar el préstamo dado por esta entidad, la
República del Ecuador se encontraba sometida también a la “Carta de
Intención” que el FMI despliega como condicionante para el
desenvolvimiento de la cantidad pactada dentro del acuerdo firmado, estas
medidas de tinte neoliberal, solo beneficiaban a la clase alta del país
poniendo en riesgo de precarización y de extinción la calidad de vida de
los trabajadores de clase media y sectores de escasos recursos del país; por
lo que la movilización fue la respuesta directa hacia estas medidas de
enriquecimiento de las élites y de empobrecimiento de los sectores bajos.
La característica principal de la organización del “Paro Nacional”
del 2019 es la constatación de diversos entes organizados que
representaban la voz de las minorías, el primero en unirse al frente de
lucha por un despliegue justo de condiciones del FMI, fue el Frente
Unitario de Trabajadores (FUT), el cual desenvolvió un papel secundario
pero fundamental en la cuestión de organización y convocatoria dentro de
la manifestación contra el gobierno. Tras la iniciativa de unión del FUT,
empezó el despliegue de organizaciones estudiantiles de diversas ramas,
colectivos ambientalistas, maestros jubilados, colectivos feministas y
organizaciones de la sociedad civil; pese a que el fenómeno había ocurrido
con anterioridad, la exponencial participación e integración por un interés
común, es lo que diferencia esta aglomeración de las presentadas dentro
del transcurso histórico de la República del Ecuador.
El centro de las movilizaciones de los diversos actores sociales se
dio en la ciudad de Quito, capital del Ecuador, la cual desempeña la
dinámica de espacio predilecto para el despliegue de una horda de
reclamos sociales, debido a que en su corazón como ciudad se encuentra
todo el sistema administrativa que se maneja en todo el Ecuador; además
de hallarse las sedes institucionales de los diversos ministerios y entidades
públicas asociadas con la toma de estas medidas de corte neoliberal
impuestas por el Fondo Monetario Internacional. Mientras la capital era la
base en la que sucedían todos los sucesos de mayor potencia, dentro de las
diversas provincias ecuatorianas también se dio un desplazamiento de
diferentes organizaciones para el reclamo y la toma del espacio,
permitiendo que expresen su descontento frente a las decisiones uni –
clasistas realizadas por parte del gobierno de Lenín Moreno Garcés.
La salida por parte del gobierno fue la represión mecanizada por
parte de los entes de protección del Estado: la policía y el ejército
nacional, los cuales, olvidaron parte de su reivindicación histórica con la
lucha de los menos favorecidos y marginados, defendiendo las ideas que
afectaban continuamente la forma de vida diaria de los desposeídos de una
economía estable, causando una mayor división social y un pensamiento
de inseguridad referente a la visualización de individuos con uniformes de
esta índole. Dentro de este despliegue masivo de circunstancias adversas
al levantamiento indígena, la participación de los medios de comunicación
es un eje clave para entender cómo se monopolizaba y reproducía una sola
versión por parte de las autoridades, la del indígena visto como personaje
subversivo y salvaje que atenta contra la paz de la población quiteña y
ecuatoriana en general; bajo esta lógica, el gobierno emite una
justificación para acceder al uso de la fuerza sin importar el resultado en
defensa de la vida del “ecuatoriano de bien”.
Los resultados finales del “Paro Nacional 2019” fueron
catastróficos, debido a que solo causaron una mayor ruptura en la
confianza hacia el Estado como facultado y protector de las necesidades
de los ciudadanos, además que fue un momento de intensificación de la
insatisfacción social frente a las respuestas de un modelo económico que
excluye “las necesidades de los sectores más pobres de la población y la
sensación de anomia y ausencia de expectativas de movilidad social”
(Mancero & Bonilla, 2020: 46); pese a este descontento, este
acontecimiento vuelve a remarcar el papel de la importancia política que
tiene la organización social de los indígenas y la organización colectiva en
general; pese a las transgresiones provocadas a estas personas ellas siguen
luchando con su voz para reclamar los derechos que el Estado les ha
arrebatado por tomar decisiones que solo se enfocaban al tinte elitista de la
ciudad y del país en general.

3. Resumen del texto Comunidad, Ágora, Barrio: Pilares del


levantamiento indígena- popular. pp.61-69: boletín académico
sociología y política.- Francisco Hidalgo Flor
La movilización indígena tras la derogatoria de las medidas que
regulaban los precios de la gasolina en el 2019, llevaron a la conformación
de resistencias que escalaron rápidamente. Estás se dieron en el gobierno
de Moreno como respuesta a leyes que marginaban a grupos subalternos.
Pero debido a la amplitud de la protesta el régimen de Moreno tuvo que
dar marcha atrás su planificación, con un sentido contrapuesto a los
planes políticos y su relación con las clases dominantes.
La conformación de las resistencias fue eminentemente rural y
tuvieron una potencialidad e impacto dentro del panorama político y
social. La importancia de la organización de las bases en la movilización
demuestra la permanencia de practicas de organización comunitaria, en
Cayambe la comunidad crece con un desarrollo capitalista ò puede ser que
ese desarrollo capitalista en floricolas y brocoleras estén influyendo en el
descontento popular. De todos modos es inevitable palpar cierto peso e
irrupciòn dentro del panorama político nacional por medio de autónomas
organización indígena-rural.
Este levantamiento social dio un golpe a la transición neoliberal
que se estaba produciendo, la movilización buscaba la reivindicación de
sus grupos a través de la resistencia a la modernización capitalista,
instancia que marginaba pero que también impactaba negativamente con
sus decisiones a estos grupos que ahora se levantaban. En el panorama
hacían presencia Organizaciones Indígenas nacionales de diversa
procedencia, como: La Federación Ecuatoriana de Indígenas Evangélicos
la FEINE; y La Federación Ecuatoriana de Organizaciones Campesinas,
Indígenas y Negras, la FENOCIN. La participación y unión de estas
organizaciones es un hecho que pocas veces se ha visto y que por medio
de su tejido social solidario mantuvieron una resistencia que detentaba
fuerza y poder.
Al estudiar los levantamientos producidos entre 1990 y el 2019, se
señalan hazañas como la toma de la Asamblea Nacional y la preminencia
de una red organización comunitaria, este tipo de organización se imbrica
tanto en la vida social como la actuación política, como: la gestión de
agua, la gestión de venta de parcelas y temas sobre la producción y
comercio. Desde el 90 los levantamientos no han tenido impacto en las
bases como lo que ocurrió en el 2019, esto debido a las movilización de
comunidades indígenas ue se desplazaron hacia la capital efusivamente.
Las demandas de los grupos movilizados eran variadas pero se
enfocaban sobre todo en temas de propiedad de suelo y equidad en el
comercio, así como la permanencia de una reivindicación de su identidad
a través de fiestas culturales como el Inti raymi. La diversidad de los
grupos aporto distintas miradas y posiciones donde llevar acabo la
resistencia, la relación con poderes estatales como municipios contribuyo
a la organización política del movimiento indígena-rural.
Una cuestión relevante se da sobre todo en la capacitación y
formación política de las comunidades que involucra una dinámica de
organización en territorios, aspectos como la comunidad y la organización
territorial nos permiten comprender el movimientos del 2019 así como la
manera en que se configuran los levantamientos indígenas.
Los efectos de las leyes que marginaban a grupos humanos y su
descontento popular, llevaron a la movilización a la Capital, con una
marcada organización a través de la solidaridad y frente a las medidas
individualistas que separaban por medio del estado de excepción. Las
movilizaciones escalaron en enfrentamientos dentro de la ciudad y la
conformación de barricadas y otros apoyos como de salud fueron vitales
para hacer una fuerte resistencia, resultado de un estado extractivista que
drena el trabajo y dignidad de clase trabajadora. El Agora de la casa de la
cultura funciono como de albergue y espacio de discusión política de las
comunidades, así como también sirvió como lugar de captación de ayuda
humanitaria y de insumos.
La solidaridad, en estos momentos y espacios, no dejaban de
expresar un rechazo hacia el poder estatal y la dinámica consumista de la
modernización capitalista. El sistema neoliberal promueve el
individualismo y la meritocracia, en donde la demanda industrial rige la
vida en base a la eficacia y eficiencia de la producción. Mucha de la
tecnificación necesaria para desempeñar papeles profesionales decentes se
la consigue a través de la educación, que muchas veces es negada por
medio de filtros excluyentes. Muchos de esos jóvenes desocupados
rechazaban los modelos que previamente los marginaron.
Mucho de este descontento popular se dio en diferentes lugares de
procedencia como: Ibarra, Otavalo, Latacunga, Ambato, Riobamba y
Cuenca, debido a condiciones que el modelo neoliberal había propuesto en
cuando a la flexibilización laboral que es una palabra maquillada que en
realidad quiere decir precarización de la mano de obra. Todos estos
acontecimientos ejecutados por el estado no hacían más que explotar y
marginar, así como extender el motivo de la movilización en busca de
reivindicación política y económica. Otras situaciones también marcaron
el ritmo de la movilización general, tales como: el paro de transportistas,
la derogatoria del decreto 883, las luchas en los barrios y la conflictividad
con los llamados infiltrados, mismos que tenían el fin de desarticular el
ímpetu popular y su movilización
La esencia del programa económico estatal solo centrada sus
esfuerzos en recuperar una taza de ganancias de conjuntos de clases
industriales, domínantes y trasnacionales, y programa que sufrió un parón
y debilitamiento de métodos para insertar al país en un país dependen
diente y globalizado. La imposición de medidas político-económicas
explotan inhumanamente las fuerzas del trabajador, el sistema finalmente
es funcional gracias a una captación de ganancia acumulativa
transnacional. La miseria y violencia provocada hacia movilizados deja
ver la preeminencia de la ganancia económicas frente a vidas humanas, y
como la resistencia y visibilización de estos grupos marginados se vuelve
un derecho.

4. Octubre. Enseñanzas y Desafíos - Mario Unda

 Crisis que van, crisis que vienen

A lo largo de la historia de América Latina, se ha demostrado que


las crisis forman parte de su modo de ser, tal como la década de 1970
llenó al continente de dictaduras miliares: ultraderechistas y genocidas,
unas reformistas y bonapartistas las restantes.
El Ecuador, tomo rumbo en torno a un modelo desarrollista, dando
así el desarrollo de un ciclo largo de modernización capitalista que nos
acompaña a día de hoy Sin embargo, el retorno a la constitucionalidad
trajo consigo diversas crisis, tales como: las democracias representativas y
la convivencia con la persistencia del poder militar y, sobre todo, el
neoliberalismo dieron como resultado el no cumplimiento de la promesa
de extensión de derechos y mejoramiento de condiciones de vida de la
mayoría en un ámbito económico. La crisis de la deuda fue participe de la
imposición de nuevas medidas en donde la política y la economía
aumentaron una regresiva distribución de la riqueza, el empobrecimiento y
la precarización del trabajo, el incremento de las desigualdades y el
descalabro de los servicios públicos, dando como resultado un
desbordamiento de las masas en forma de protesta.
En Ecuador durante 25 años seguidos de resistencia y luchas
sociales, en contra injustas políticas de gobierno, abusos de autoridad. La
crisis neoliberal abrió las puertas al retorno triunfal de los populismos. Los
populismos suelen ser marginados al poco tiempo de darse a conocer, y a
pesar de ello han coexistido con nosotros durante casi cien años. Este
hecho se debe a diversos factores que permiten su reaparición y
consolidación: políticas de clases dominantes que llevan al punto de
quiebre entre conflictos de clases, la debilidad política de clases
subalternas y modificaciones significativas en las disputas por el control
de la mundialización capitalista. Entre sus fortalezas radica la capacidad
de enseñarse inmunes a los conflictos, lo que les permite expresar de
manera llamativa las necesidades estratégicas de los grandes capitales,
enmascarándolas de forma que parezca que están preocupados por las
necesidades desatendidas por los gobiernos conservadores y neoliberales.
Un ejemplo de esto fue lo ocurrido con el correísmo. Dado el
momento los conflictos que se suscitaron ya no pudieron ser arbitrados
con soltura, en parte porque la burguesía comienza a recuperar su
credibilidad en sus formas de representación política, así como por el
incremento de poderío económico durante su periodo de mandato, trajo
como consecuencia a la desestabilización de las clases subalternas quienes
tuvieron que resistir los vaivenes de una mala práctica gubernamental.
Dando como resultado final un régimen que demostró signos de desgaste,
que se evidenciaron en el triunfo electoral de Moreno. Periodo en el cual
estos síntomas de inestabilidad acabo claudicando frente a las caramas
empresariales y al FMI.

 Un Año de luchas
El año 2019, En ecuador se caracterizó por las diversas protestas,
marchas y plantones que se suscitaron como rechazo a las intenciones del
gobierno de Moreno cuyas acciones dirigían al país a una época pasada
llena de políticas neoliberales.
En un breve repaso podemos destacar: la masiva marcha del Frente
Unitario de Trabajadores (FUT) en contra de los despidos y el alza de los
combustibles y el bajo incremento del salario mínimo, las movilizaciones
efectuadas por la CONAIE en rechazo a las medidas económicas
establecidas. El pueblo wao dando a conocer su rechazo en contra de la
explotación petrolera y en defensa de la consulta previa, la huelga de
hambre de los maestros jubilados exigiendo el pago de sus haberes, la
protesta realizada por estudiantes de medicina e internos rotativos de
hospitales públicos por la drástica reducción de sus estipendios, etc.
Estos ejemplos dejan como evidencia las malas decisiones
efectuadas por una forma de gobierno acostumbrada a favorecer ciertos
grupos de poder económico, por lo que las manifestaciones y protestas
fueron en aumento, durante todo este periodo. Lo que finalizo en el
fracaso de formas de mediación temporales que concluyeron en el sece de
funciones del gobierno.
 Las enseñanzas de octubre
¿Toda esta etapa de protestas sociales nos dejó alguna enseñanza?
Durante 11 días, el Ecuador se mostró nítidamente como una
sociedad fragmentada y violenta, donde las máscaras y las pretensiones
fueron arrancadas por una embravecida multitud.
Así es como la crisis desnudó al régimen político y mostro las
falencias de una democracia frágil y maltrecha. Se pudo observar como un
gobierno y sus políticas nunca son totalmente democráticos a pesar de ser
elegidos a través de mecanismos electorales.
La sociedad comprendió que la democracia y la legitimidad se
construyen y se ponen a prueba todos los días, y se definen según a quien
sirvan las políticas fundamentales de gobierno.
En otro ámbito se pudo afirmar que las políticas neoliberales son un
único programa político que tiene el gobierno, a pesar de que el desborde
popular los forzó a negociar y a dejar sin efecto sus mandatos, queda en
evidencia que estas políticas no ayudan a desaparecer el malestar de las
clases trabajadoras y del pueblo. Por lo tanto, las políticas neoliberales
quedan difícilmente con el apoyo de las mayorías. A su vez que se
demostró que la burguesía está dispuesta a avanzar por el camino de la
imposición autoritaria y la represión, con la finalidad de obtener sus
deseos sin importar el costo. Esto siempre trae consigo la restricción y el
vaciamiento de la democracia.
Sin embargo, a pesar de todos estos métodos de imposición, el
pueblo ecuatoriano ha demostrado que en momentos aberrantes puede
tener una capacidad absoluta de sentido de solidaridad humana que le
permite enfrentar proyectos políticos y económicos empobrecedores y
represivos.
 Los desafíos que nos deja octubre
Cada enseñanza deja consigo un importante desafío a vencer.
Por lo que es indispensable, defender y fortalecer todo espacio de
organización social. Ya que la organización fortalece la capacidad de
movilización popular, pero sin organización los desbordes populares
tienden a disiparse.
Cuando no existe un tejido social solido las organizaciones se
debilitan, por lo que es importante expandir sus horizontes más allá de
personas organizadas y buscar maneras de mantener contacto con la
población en general, especialmente los jóvenes.
Dado el momento se reconocerá la importancia de construir
espacios más duraderos en los que las confluencias vayan siendo
trabajadas y preparadas para trabajar hacia un futuro. Y esto llegara
cuando se vayan desarmando particularismos que subyugan las
potencialidades de los movimientos sociales.
A su vez los movimientos sociales atraen efectos negativos, que
acusan estos actos como vandalismo, terrorismo e intentos de
desestabilización, las cuales son mentiras impartidas por aquellos que al
sentirse amenazados recurren a estas técnicas para subyugar la voz del
pueblo, tal es la razón que la reflexión y el estudio de octubre se tornan
necesarios para desmontar estos efectos adversos y transformarlos en
verdades absolutas que sustente la verdadera causa.
Por ende, a pesar de que los modos usuales de la política ya están
interiorizados en la sociedad, la participación en las elecciones es una
necesidad colectiva que requiere de un cuidado y atención, de modo que
nos hagan mejorar y no cometer los mismos errores.

5. Reflexiones finales

La sociedad de clases juega un papel importante en cuento al facto


agrario, en el caso del campesinado, estos son actores productores de
historia pese a su constante sublevación a la clase dominante. Poseen un
rol político que parte de su autoidentificación como campesinos,
consolidándose como un colectivo, el cual es precursor de las
revoluciones agrarias, puesto que la relación entre comunidades indígenas
y la tierra ha sigo algo inmanente desde su implantación en la época
colonial.
La organización territorial fue muy amplia, lugares como: Ibarra,
Otavalo, Latacunga, Ambato, Riobamba y Cuenca se unieron a la lucha
política en el paro del 2019, lugares con una base mayoritariamente
agrícola, además de ser actores que de alguna manera han sobrepuesto su
existencia a la violencia colonial, siendo resistentes históricos y grupos
dotados de memoria, al igual que prácticas y cosmovisiones diferentes a
un hegemonía occidental.
Tomando las aproximaciones de Bartra con respecto al motivo de
existencia de la organización campesina, el cual es resistir, se evidencia en
la forma de movilizarse en pro de la lucha campesina desde un accionar
comunitario. En la actualidad su relación con las luchas sociales tiene
como referencia el Paro Nacional de 2019 , donde la organización
indígena fue la que encabezó las manifestaciones en contra del régimen de
Lenin Moreno y su pacto con el FMI, el cual con su accionar neoliberal
solo reduciría las precarias condiciones de vida en el país.
Empezando con el alza de los precios del gas y diésel, muy
importante para la movilización rural hacia los centros de comercio; la
flexibilización laboral que solo reducía el valor de la mano de obra, es
decir, a barata el trabajo en tanto utiliza mecanismos que hacen fácil la
expulsión de un empleado, así como su utilidad se ve reducida a través del
cambio monetario. La movilización de 2019 fue tan amplio que también
movilizo a transportistas, barrios enteros y la de grupos que apoyaban la
lucha desde otras fronteras, por ejemplo la ayuda humanitaria donde se
entregaban víveres pata los movilizados durante varios días, la asistencia
médica que trataba heridas producidas por los enfrentamientos entre
manifestantes y policías.
.La lucha Campesina tiene como bases el reconocimiento de su
colectivo como clase político dejando atrás sus raíces coloniales, como
podemos evidenciarlo en la consolidación del movimiento indígena en el
Ecuador. En estos términos, la CONAIE como principal actor político
indígena en el país, la cual ha encabezado levantamientos en pro de los
derechos de los campesinos en manifestaciones como las de octubre de
2019, junto con otras organizaciones con la misma identidad social como
lo son los colectivos de trabajadores , ambientalistas, jubilados ,
feministas , etc. Organizaciones como: La Federación Ecuatoriana de
Indígenas Evangélicos la FEINE; y La Federación Ecuatoriana de
Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras, la FENOCIN, se
unieron siguiendo la lucha política y la reivindicación de sus grupos por
un trato igualitario, este suceso no ha tenido comparación con otros
movimientos de 90´, la configuración política tanto en extensión como de
impacto dio un retroceso a planes neoliberales que centraban sus esfuerzos
por solo buscar réditos económicos transnacionales.
El Paro de 2019 significa una ruptura en el tejido político en la que
la organización indígena hace frente al violento accionar del Estado, y se
han mantenido luchando por sus derechos; reflejando así su pretensión
histórica de resiliencia. Es así como se puede concluir que gracias al
accionar del movimiento indígena el espacio para la organización en el
Ecuador se encuentra más activo que nunca pese a la fuerte represión por
parte del Estado.

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