Teoría Sociológica Contemporánea III Miguel Angel Pillajo

Bosquejo de una teoría de la civilización

Resumen de tesis principales

Norbert Elías en su libro El proceso de la Civilización se pregunta: ¿Qué relación

existe entre cómo se organiza una sociedad y la existencia del estado?, a lo que
dará respuesta diciendo que el proceso civilizatorio se debe a un proceso mediante
el cual se da una transformación del comportamiento y sentimiento humanos, más
tarde este papel caerá con mayor peso en el estado y el tipo de organización que de
este se despliegue.
Lo primero en mencionar el sociólogo Elías es que algo así como “la civilización” no
se construye a través de un plan previo, organizado con antelación y racionalidad,
sino que es un orden que se va realizando en el proceso, pero eso no quiere decir
que no posea racionalidad alguna, sino más bien que en el proceso mismo se puede
vislumbrar la particularidad del propio proceso.
Él considera que se dan dos procesos que van jugando al mismo tiempo y que dan
respuesta a eso que conocemos como civilización, estos son la coacción externa, es
decir, las imposiciones sociales externas que y en el mismo tiempo llegan a
internalizarse, a este último se lo denominará auto dominación o autocontrol. Al
respecto dirá: “los planes y las acciones, los movimientos emocionales o racionales
de los hombres aislados se entrecruzan de modo continuo en relaciones de amistad
o enemistad” (Elías, 1939, p. 450), indicando este juego de fuerzas externas e
internas que da como resultado algo muy distinto e inesperado a la de ambas
fuerzas que se chocan.
Así se sigue que cualquier estructura entendida como civilización en este caso,
posee una estrecha relación con los comportamientos y sensibilidad humana. Y a su
vez dichos comportamientos y sentimientos dependen del tipo de diferenciación de
funciones sociales dentro de una “civilización”, esto para que la dependencia general
creada por estos lazos sea cada vez más regulada, auto.regulada y regularizante
entre los mismo miembros que dependen de dichas relaciones.
Sin embargo, Elías dirá que la “diferenciación de las autocoacciones están en
perfecta correspondencia con la diferenciación de las funciones sociales” (Elías,
1939, p. 453), esto quiere decir que, aunque algunas coacciones se parezcan más a
coacciones que otras, el punto efectivo es la adecuación al tipo de actividad que el
ser humano desempeñe en las redes de relaciones dependientes.
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El tipo de entramado que se genera de acuerdo al tipo de función social que

desempeñe el individuo es una característica general del proceso de civilización,
otro es el monopolio de la violencia, esto es la exclusión por medio de la
especialización en el ámbito de la guerra o proceso militar, la violencia física se ve
recluida a un número reducido y especializado como función social de un grupo de
personas.
Lo que permite esto es un tipo de estabilidad creciente, antes podías expresar
libremente tus deseos o ardor en una situación determinada, pero de la misma
manera podías padecer de los deseos y ardores de otras personas expresadas
también libremente, si podías matar libremente te podría matar a ti también
libremente, así, “la amenaza que supone el hombre para el hombre se somete a
una regulación estricta y se hace calculable gracias a la constitución de monopolios
de violencia física”(Elías, 1939, p. 456).
De esta manera una amenaza potencial que nos puede llegar al no auto
dominarnos, es el tipo de dominación efectiva que se obtiene de sentimientos
controlados y un monopolio que concentra la violencia física. La forma en que se
controlan estos sentimientos y deseos potenciales es a través de otras prácticas
menos peligrosas hacia la estructura, por ejemplo, a través de la sublimación de
estas pasiones por medio de la literatura o cine, así uno mata sin matar, es decir,
siente la satisfacción de matar alguien – si es que ese era su deseo, o cualquier
otro- al ver una película de acción donde el héroe inevitablemente debe matar al
villano, incluso matar resulta satisfactoria y sin culpa, pero a través de la
imaginación.
Es así que, “al aumentar los grupos de personas en relaciones de interdependencia
y al excluirse de estas los actos de violencia física, surge un aparato social en el
que las coacciones que ejercen unos sobre otros se transforman en autocoacciones”
(Elías, 1939, p. 460), esto quiere decir que la diferenciación de actividades sociales y
su dependencia entre sí, y la monopolización de la violencia, crean condiciones
para internalizar las reglas, hacerlas cuerpo.
La expansión de esta “lucha consigo mismo”, es decir, de la auto dominación se da
por medio de la auto vigilancia entre individuos, un individuo ve el comportamiento
de los demás para poder adecuar su acción; la subordinación propia solo existe si es
general, si se puede ver la subordinación en los demás, “creer que: no soy el único”,
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entre más general son determinadas prácticas auto vigiladas más regulado es el
proceso civilizatorio.
Elías sostiene un tercer elemento para poder entender la civilización, esta es el
carácter historio de los procesos. La única manera de dar forma a la multiplicidad de
las acciones interdependientes, de las estructuras que se justifican por medio de
estas y los cambios que sufren, es por medio de la historia, las practicas que se
dieron desde la época feudal a los cortesanos y de estos a la burguesía, tiene
significación desde y en contraposición de las diversas prácticas que se dieron en
diferentes épocas a lo largo del tiempo.
Situaciones actuales no son sino la actitud de adecuación de cambios en el pasado
y de “los vencedores que escriben la historia”, siempre en conflicto a través de la
historia, los grupos sociales sobrevive superponiéndose a otros, y de esta victoria
también dependerá que tipo de prácticas se adopten.
La legitimidad y el equilibrio de la estructura civilizatoria dependerá de cuan
interiorizadas estén las coacciones externas y que tan eficientes son, en si mismas,
las coacciones externas que intentan cada vez más expandirse a miembros de la
comunidad, “ninguna sociedad puede subsistir sin canalizar los impulsos y las
emociones individuales, sin una regulación muy concreta del comportamiento
individual” (Elías, 1939, p. 528), el resultado de este proceso puede seguirse a
través de la herencia de los padres a los hijos, la apertura de ciertas actitudes o
practicas se transmite desde la infancia, el daño a los padres es la obediencia en los
hijos, es así que la felicidad no se entenderá sino como la total integración de las
reglas adecuadamente construidas que satisfagan necesidades personales y
exigencias de existencia. Una verdadera civilización será cuando todos, dentro de la
diferenciación social de actividades puedan alcanzar dicho equilibrio, en exigencia
social necesaria para la existencia e inclinaciones personales.

Bibliografía:
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Elías, Norbert (1939).”El proceso de civilización. Investigaciones Sociogénicas y

Psicogénicas”. Fondo de Cultura Económica: Madrid