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Antología Planeación Curricular
Antología Planeación Curricular
DE LA CIUDAD DE MÉXICO
ANTOLOGÍA
PLANEACIÓN CURRICULAR
2. EL CURRÍCULUM 11
2.1 Desarrollo histórico del concepto 11
2.2 El surgimiento del currículum en Estados Unidos 14
2.3 Los aportes de: F. Bobbit, J. Sewey y R. Tyler 20
2.4 La perspectiva curricular mexicana 35
2.5 El problema del diseño y el desarrollo curricular 38
2.5.1 El currículum y los contenidos 39
2.5.2 El currículum oculto 43
2.5.3 El currículum vivido 49
2.6 La asimilación crítica del currículum 51
2.6.1 Las prácticas sociales 53
2.6.2 La realidad educativa 54
2.7 Las categorías de análisis del currículum 55
2.7.1 Exhaustividad – selectividad 56
2.7.2 Homogeneidad – diversidad 57
2.7.3 Centralización – descentralización 58
2.7.4 Segregación - integración del conocimiento 60
2.7.5 Dimensión instructiva - dimensión de formación 61
2.7.6 Universalidad – particularidad 62
2.7.7 La articulación del conocimiento escolar, extraescolar y empírico 64
2.7.8 La gestión curricular frente a la institución y el aula. 66
3. LA PLANEACIÓN CURRICULAR 69
3.1 Elementos del diseño curricular 69
3.1.1 Puente entre la intención y la acción del proyecto educativo 75
3.2 Fundamentación del currículum 78
3.2.1 El proyecto educativo 85
3.2.1.1 Los actores del currículum: la institución, los alumnos y los 90
profesores
3.2.1.1.1 La misión y los fines, los perfiles de ingreso y los perfiles 94
docentes
3.2.1.2 Conceptualización del proceso enseñanza – aprendizaje 98
3.3 El plan de estudios 100
3.3.1 Diagnóstico de necesidades 101
3.3.2 Objetivos curriculares 103
3.3.2.1 Perfiles de egreso 106
3.4 Organización curricular ( contenidos ) 107
1. LA PLANEACIÓN
La planeación es una actividad natural y peculiar del hombre como ser racional, que
considera necesario prever el futuro y organizar su acción de acuerdo con sus
previsiones, por lo que la planeación es tan antigua como el hombre mismo.
Esta creencia revela que la planeación es un patrimonio peculiar del hombre del siglo
XX, muestra simplemente una falta de memoria histórica; porque, en realidad, los
hombres desde sus orígenes han recurrido a la planeación.
Por otra parte, las grandes obras de la antigüedad, como las pirámides de Egipto, las
ciudades griegas, los grandes centros ceremoniales de Teotihuacan, Cholula, Tula,
Xochicalco o Uxmal, la ciudad de Tenochtitlán, el Taj Mahal, las ciudades de
Alejandría, Pompeya e Itálica, los puentes, acueductos, anfiteatros, vías y murallas
de los romanos, fueron todos obra de la planificación, del diseño intencionado de la
organización social.
Para estudiar la planeación D, Hampton (citado por Torres Hernández, 2014) divide
el tema en tres grandes bloques:
Misión-objetivos
Estrategia y política
Toma de decisiones
Toma de decisiones
Implantación de estrategias
Para Reyes Ponce, (2004). La planeación consiste en fijar el curso concreto de acción
que ha de seguirse, estableciendo los principios que habrán de orientarlo, la
secuencia de operaciones para realizarlo y las determinaciones de los tiempos y de
números necesarias para su realización”.
Álvarez García, (2002), menciona que existe un conjunto de autores que consideran
a la planeación como una etapa del proceso administrativo, tomando como base la
teoría clásica sobre este proceso que estableciera Henry Fayol, quien definió a la
planeación, como "el proceso de estimar el futuro y de Preparar provisiones para él”.
Roger A. Kaufman, después de analizar los elementos que integran un Plan concluye:
"Así pues, la planeación se ocupa solamente de determinar qué debe hacerse con el
fin de que posteriormente puedan tomarse las decisiones prácticas para su
implementación. La planificación es un proceso para determinar "a dónde ir" y
establecer los requisitos para llegar a ese punto de la manera más eficiente y eficaz”.
William H. Newman, por su parte, considera que los sectores más importantes de la
tarea administrativa son: organización, relaciones humanas, planeación, dirección,
evaluación y control. El propio autor define al proceso de planeación en los
siguientes términos: "Entenderemos mejor el proceso de planeación si primeramente
estudiamos las etapas básicas de una decisión específica que se tome. Estas etapas
son el diagnóstico del problema, la determinación de soluciones optativas, el
pronóstico de resultados en cada acción y, finalmente, la elección del camino a
seguir”.
Esta forma de entender la planeación suele ser muy frecuente en las empresas o
corporaciones cuyos gerentes proceden de alguna carrera administrativa; aunque en
sus expresiones más avanzadas sobre el proceso de planeación se aproximan
bastante a la corriente orientada por la teoría de sistemas.
Gehard Colm sostiene que la planeación consiste en "un sistema para la toma de
decisiones, más que la sola preparación de planes"; Y. Dror (1963) definió a la
planeación como "el proceso de preparar un conjunto de decisiones para la acción
futura, que se dirige hacia la consecución de metas optimizando el uso de los
medios”.
Quizá una de las descripciones más clara y completas del proceso de planeación, de
acuerdo con la corriente de sistemas, es la que propone Frank Banghart en su obra
Education Planning, que incluye las siguientes fases: definición del problema, análisis
del problema, conceptualización del problema y diseño de planes o alternativas,
evaluación de planes o de alternativas de solución, selección de planes o de
alternativas, instrumentación del plan o de la alternativa y retroalimentación.
Las definiciones dentro de esta corriente constituyen un rango tan amplio que
pueden relacionarse con las dos anteriores (administrativa o de sistemas), o bien,
pueden llegar hasta regiones de frontera en esta disciplina, peculiares de la
corriente innovadora y prospectiva.
El objetivo sería infecundo si los planes no lo detallaran, para que pueda ser
realizado integra y eficazmente; lo que en la previsión se descubrió como
posible y conveniente, se afina y corrige en la planeación.
2. EL CURRÍCULUM
Según H. Aebli (citado por Casarini, 2015). “La expresión currículo, hablando
gráficamente, significa que los alumnos se dirigen a sus objetivos, currere en latín
significa caminar, los currículos son los caminos del aprendizaje”.
En otras palabras, la palabra currículum proviene del latín currere que significa
correr o carrera. En términos operativos, lo que se debe hacer para lograr algo; por
lo que hay que pasar para llegar a una meta prevista.
“El trívium, que era la triple vía o camino que conduce a la elocuencia, quasi triplex
via ad eloquentiam, comprendía las artes que hoy llamaríamos letras humanas o las
humanidades, y el cuadrivium abrazaba las ciencias puramente tales”. Bastus,
(2006).
El sabio religioso inglés Salisbury supone que se llamaron artes liberales del griego
areté, virtud, fundado en que ella, la virtud, hace a los hombres más capaces de
conocer los caminos y las sendas que conducen a la sabiduría.
Sin embargo, es importante destacar que históricamente, fines del siglo XVI, los
jesuitas usaron el término disciplina para describir los cursos académicos, “aludiendo
así a un orden estructural más que secuencial, y el término ratio studiorum, para
referirse a un esquema de estudios, más que a una tabla secuencial de contenidos o
syllabus. El término currículum asimiló ambos sentidos (estructura y secuencia), de
modo que al combinarlos se obtiene la noción, por una parte, de totalidad ciclo
completo, y por la otra, de secuencia ordenada de estudios”. Casarini, (2015). De
este modo, se entiende por qué metafóricamente, se asimila currículum a carrera, es
decir, algo que progresa, que avanza.
Al finalizar este período (hacía 1890), las escuelas estaban organizadas para
fomentar el desarrollo industrial capitalista, producir una clase obrera con pautas de
comportamiento interiorizadas y una estructura obediente a la autoridad, esto es,
plantea una práctica educativa diferente, en la que se ajustan los contenidos de la
enseñanza y donde surge la necesidad de una construcción conceptual (una
pedagogía) que sirva de sustento a tales prácticas.
Este sistema educativo debía estar sostenido por los impuestos; la asistencia a la
escuela debía convertirse en obligatoria; como resultado de una sociedad libre se
enseñaría “a los pobres a ver las diferencias sociales sin envidia”, la escuela tendría
la misión de “dar seguridad del funcionamiento de la libre empresa, había que hacer
que los obreros se identificaran con el desarrollo del sistema, aunque éste fuera
injusto. Había que meterle en la cabeza a la gente que al recibir educación resolvería
los problemas de la pobreza y el desempleo.
Tal como afirma Carnoy, los reformadores centristas (esto es, los vinculados a la
Junta Estatal de Educación) se enfrentaban a los maestros de las primeras locales en
su concepción educativa. Esta lucha adquiría su concreción en el plan de estudios;
mientras los maestros sostenían que era necesario un currículo absoluto que
enseñara los deberes de la vida, los reformadores exigían una fuerte disciplina en el
aula. En el fondo, esta pugna representaba un problema de poder entre la Junta
Estatal y la autonomía de los maestros. “Mann demostró su poder sobre los maestros
modificando el plan de estudios y, por ende, el modo de enseñar de los maestros.
Por otra parte, mientras la Junta Estatal buscaba que los hijos de los obreros
asistieran de manera obligatoria a la escuela, éstos rechazaban la educación técnica
y se unían a los ciudadanos sin hijos para protestar por los impuestos que se
cobraban para gastos educativos. Asimismo, algunos sindicatos obreros protestaban
porque las escuelas de artes y oficios engendraban esquiroles.
Esta idea no estaba lejos del proyecto que los empresarios pretendían impulsar con
su apoyo a la “nueva” escuela. A través de su asistencia económica a la educación
manual, “lo que realmente querían era un adiestramiento técnico eficaz, que liberase
de las crecientes reglamentaciones gremiales.
Estos elementos permiten afirmar que en 1890 las bases de un nuevo sistema
educativo estaban presentes. Se había avanzado en la definición de un nuevo tipo de
educación, una organización distinta de la escuela, una actitud de maestros y
alumnos hacia ese tipo de instrucción y una mayor articulación entre educación y
aparato productivo, teniendo como eje de tal problemática lograr el control de los
maestros, de los alumnos y de los trabajadores.
Una investigación sobre el control de la educación (1915) mostró que las juntas
escolares estaban integradas en dos terceras partes por industriales y profesionales
liberales (médicos, dentistas y abogados), mientras que la mayoría de la población
trabajadora sólo tenía una representación de una décima parte.
Una estratificación social flexible, que valoraba a las personas más por su
capacidad intrínseca que por sus orígenes familiares.
Así pues, las ideas y prácticas pedagógicas de John Dewey, filósofo norteamericano
más importante de la primera mitad del siglo XX que ha ejercido una gran influencia
sobre la filosofía burguesa y sobre la sociología, la estética y la pedagogía, se
difundieron e impactaron subsidiariamente en la educación estadounidense.
En esta escuela los niños desarrollaban, divididos en clases por edades, tareas
vinculadas al mundo de la producción y la práctica, que llamaba ocupaciones. La
búsqueda se orientaba a que los alumnos tuvieran la posibilidad de experimentar con
situaciones concretas de trabajo y producción, debiendo recurrir a los conocimientos
curriculares toda vez que fueran necesarios para resolver problemas. El mismo
Dewey nunca pierde de vista que los contenidos escolares no son sino el resultado
de un largo proceso durante el cual la humanidad ha tenido que resolver diferentes
problemas.
Para Dewey la educación debe tener como fin, aumentar la capacidad vital del
alumno; en general no debe tener fines trascendentales, no sirve para la vida futura,
sino para la vida actual, para que se vaya haciendo más rica y fructífera. Esta
pedagogía se opone esencialmente a la tradicional, en la cual el sello dominante se
caracteriza por una receptividad pasiva, centrando su punto de apoyo en el maestro,
en el manual, o en cualquier otro punto; menos en el alumno mismo. En este sentido
Dewey afirmaba que el alumno es un sujeto activo, y que es tarea del docente
generar entornos estimulantes para desarrollar y orientar esta capacidad de actuar.
De este modo, es el maestro quien debe conectar los contenidos del currículum con
Dewey firmaba que los niños no llegaban a la escuela como limpias pizarras pasivas
en las que los maestros pudieran escribir las lecciones de la civilización. “Cuando el
niño llega al aula ya es intensamente activo y el cometido de la educación consiste
en tomar a su cargo esta actividad y orientarla”. Dewey, (1899). Cuando el niño
empieza su escolaridad, lleva en si cuatro impulsos innatos: el de comunicar, el de
construir, el de indagar y el de expresarse de forma más precisa, que constituyen los
recursos naturales, el capital para invertir, de cuyo ejercicio depende el crecimiento
del niño. El niño también lleva consigo intereses y actividades de su hogar y del
entorno en que vive y el maestro le incumbe la tarea de utilizar esta materia prima
orientando las actividades hacia resultados positivos.
Dewey, “no sólo realiza una crítica al modelo tradicional sino que ofrece alternativas.
Frente a la escuela tradicional caracterizada por: la imposición acrítica, la
memorización de contenidos sagrados, la disciplina irracionalizada, los
adiestramientos técnicos y bien asimilados o asumidos para el futuro, la visión
estática de la realidad, etc. Opone la progressive School, caracterizada por: el
desarrollo de la individualidad, la potencialización de la valorización del presente, la
concepción del mundo como sujeto constante de cambio, la adquisición de destrezas
como medio y no como fin, la actividad se extrae de la experiencia común de la
realidad física y social, los programas están en función de la necesidades, se unifica
saber y hacer, el maestro desciende a un lugar secundario, el protagonista es el
niño”. Blanco, (1995).
Bobbit, influido por los principios de F. W. Taylor sobre la organización del trabajo en
la industria trata de aplicarlos a la escuela y al campo del currículum. Para el la tarea
de la enseñanza consiste en determinar sus productos y para esto se hace necesario
determinar cuáles son sus objetivos.
Franklin Bobbit (1982), plantea que las ideas básicas que caracterizan el eficientismo
social en la educación son tres:
La obra más crítica del eficientismo social fue la de Raymond Callahan, Education
and the cult of efficiency (1962), en la que se analizó de qué manera, a principios de
este siglo, los educadores pasaron de ser filósofos a ser “mecánicos” de la educación
y capitularon ante los principios de la administración científica Tanner y Tanner,
(1975). Para Berman (1983) el movimiento del eficientismo social no comenzó en el
siglo XX sino en las dos últimas décadas del siglo XIX; la tesis de esta autora parece
correcta –en la primera parte de este trabajo se analizó la gran influencia de Rice,
quien criticaba el desperdicio en la educación. Asimismo coincidimos con Seguel
(1966) en que la industrialización y la urbanización ocurrida en Estados Unidos
durante esa época, trajo consigo la preocupación de los empresarios y educadores
por hacer más eficiente la industria y la escuela. Berman (1983) considera que los
educadores de la época no sucumbieron ante la presión de los hombres de empresa
(como lo afirmó Callahan) sino que, debido a la insatisfacción de la sociedad con el
tipo de educación que los niños recibían en las escuelas, ejercieron presión para que
éstas adoptaran el eficientismo.
Para García Garduño, (1995) la eficiencia educativa fue casi una obsesión para este
curricólogo. En 1915 formó parte del “Comité del ahorro de tiempo sobre los
mínimos esenciales en las materias de la escuela elemental” (Wilson, 1915/1974)
donde, siguiendo las ideas de Eliot, se propuso la reducción de la educación
elemental a seis años y la secundaria a cuatro, manteniendo al mismo tiempo los
contenidos, hábitos y actitudes esenciales del currículo vigente en aquella época. En
ese mismo año, publicó, en School Review, un ensayo sobre los costos en el
bachillerato, en el cual enfatizaba la importancia de calcular el costo por alumno
como uno de los aspectos importantes para evaluar la eficiencia administrativa de la
escuela.
Para Bobitt, la misión de la educación era preparar a los hombres y mujeres para las
actividades de la vida adulta, o sea preparar al individuo para sus 50 años de vida
adulta y no para los 20 años de su infancia y juventud. Sus posturas curriculares
tuvieron gran influencia de la psicología conexionista de Thorndike y de la
administración científica taylorista; llamaba al educando “materia prima” y “producto
terminado”. El responsable del diseño del currículo era conocido como “ingeniero
curricular”.
2) Salud,
5) Actividades de recreación,
7) Actividades religiosas,
Los pasos empleados para el diseño del currículo fueron los siguientes:
El primer paso es decidir cuáles son los resultados específicos que el currículo
va a producir.
Los resultados deben estar relacionados con las actividades del hombre. La
mayoría son habilidades humanas de diferentes clases.
Los objetivos que son vagos deseos o aspiraciones deben evitarse. Ejemplos
de ellos son: la “construcción del carácter”, el “desarrollo armonioso del
individuo”, “eficiencia social”, “autorrealización”, “cultura” y otros semejantes.
Desde 1924, cuando Bobitt publicó su obra cumbre Currículum Making, la técnica de
redacción de objetivos conductuales, muy en boga en la década de los setenta,
estaba ya perfeccionada. Esta técnica tiene su origen en los planteamientos de la
teoría conexionista de Thorndike. No observamos aspectos sustancialmente
diferentes entre lo que proponía Bobitt y lo propuesto por la corriente de tecnología
educativa de la década de los setenta. La identificación de los objetivos por medio
del análisis de tareas y su redacción son la esencia misma de su método de
elaboración del currículo. Desde el punto de vista técnico, este método propuesto por
Bobitt logró gran aceptación por su claridad y sencillez. Sin embargo, la principal
debilidad de su modelo fue que ignoró la relación de la escuela con los problemas
sociales Kliebard, (1986).
Uno de los primeros teóricos del currículum, que tuvieron gran influencia
internacional y posteriormente en los países latinoamericanos fue, Ralph Tyler. Su
modelo curricular, a pesar de las diferentes opciones que actualmente existen, aún
Este autor presenta su propuesta como un método racional para encarar, analizar e
interpretar el currículo y el sistema de enseñanza en cualquier institución educativa.
En la obra se plantean las siguientes preguntas que, según el autor hay que
contestar antes de elaborar cualquier currículum y sistema de enseñanza.
Para estudiar estas interrogantes sugiere un modelo que se apoya en una filosofía de
la educación y en una psicología del aprendizaje para que actúen como elementos
que guíen las decisiones educativas.
Tyler propone que las fuentes generadoras de los objetivos de aprendizaje sean el
alumno, la sociedad y los especialistas. De tal forma que los criterios de selección de
Del total de objetivos que sea posible formular, deberán aplicarse algunos filtros,
tales como seleccionar a aquellos que cumplan con las funciones más amplias.
Asimismo, es importante tomar en cuenta los valores materiales y el cumplimiento
de las condiciones intrínsecas del aprendizaje.
Una vez determinados los objetivos, se seleccionaran las actividades que permitan,
con mayor probabilidad, alcanzar los fines de aprendizaje. En Tyler el término
experiencias de aprendizaje se refiere a la interacción establecida entre el estudiante
y sus condiciones o medio de desarrollo.
Objetivos
Evaluación
Por otro lado, el modelo que propone Tyler está estructurado por siete etapas.
La tercera etapa está definida por la intervención de los especialistas que son una
fuente importante para sugerir los objetivos en las distintas asignaturas de la
escuela. Desde su perspectiva académica, los especialistas saben la forma como
La evaluación tiene por objeto descubrir hasta qué punto las experiencias de
aprendizaje, tal como se las proyectó, producen realmente los resultados apetecidos.
La evaluación ayuda a verificar la validez de las hipótesis sobre las que se fundó la
organización y preparación del currículo y a comprobar la eficacia de los
instrumentos que aplican los docentes y restantes factores. Su resultado final
permitirá determinar cuáles son los elementos positivos del currículo y cuáles, por el
contrario, deben corregirse.
A pesar del tiempo en que fue propuesto, este modelo sigue vigente en el ámbito del
diseño curricular. Una de las críticas más fuertes que se hace a este modelo es el
dejar en manos de los especialistas las decisiones curriculares sin el conocimiento
profundo en la mayoría de las ocasiones de la realidad educativa en la que debe
operar el currículo.
Objetivos sugeridos
Filtro de Filosofía
Objetivos de Psicología
Objetivos Definidos
Evaluación de Experiencias
La génesis del campo del currículum está vinculada con la pedagogía pragmática
estadounidense y con las condiciones impuestas por el capitalismo industrial
monopólico contemporáneo, cancelando el paradigma humanista del siglo XXI, lo
cual signa la lógica interna del campo, sus posibilidades y límites.
“La pedagogía pragmática logra la articulación con la técnica y, sin embargo, las
posiciones reconceptualistas y críticas que las cuestionan no generan alternativas de
intervención. Al desarrollar una nueva microsociología desde el currículum producen
un doble efecto negativo: paralizar la necesaria acción sobre la educación y diluir el
concepto de currículum en grandes temáticas al establecer una especie de ecuación
entre el campo del currículum con el de las ciencias de la educación”. Díaz Barriga
(citado por De alba, 1997).
Desde estas premisas se establece que toda propuesta metodológica deviene de una
concepción de currículum y de la propia especificidad de los objetos a analizar, su
estudio reviste gran complejidad, porque implica construir marcos teóricos y
categorías e indicadores específicos para cada proceso. Dentro del enfoque centrado.
Dentro del enfoque centrado en la racionalidad técnica se encuentran los primeros
trabajos de María de Ibarrola y Raquel Glazman (1976), quienes son consideradas
pioneras en este campo. Retomaron los trabajos de Tyler, Taba, Saylor y Johnson,
entre otros, con la finalidad de elaborar una propuesta sólida que diera respuesta a
las demandas de modernización del currículum universitario.
Durante la década de los setenta y mediados de los ochenta las metodologías para el
diseño curricular oscilaban dentro de las posibilidades técnico-sistémica, y técnica
con reconocimiento de variables sociales y alternativas. Esto puso de manifiesto la
imposibilidad de crear una metodología única para el diseño, desarrollo y evaluación
curricular.
El currículo en los albores del siglo XXI. Las principales temáticas que se estudian
guardan relación con la conceptualización del campo, en la cual se reconstruyen los
paradigmas que dieron origen al campo a principios del siglo XX, se analiza la forma
como ha evolucionado la tendencia de mirar al currículo en la perspectiva de planes
y programas de estudio y en la perspectiva su proceso, currículum vivido y
curriculum oculto. Se realizan diversas disecciones de los principales temas que han
sido objeto de los procesos de desarrollo curricular, tales como: la flexibilización
curricular, la educación por competencias, la formación en la práctica, la formación
centrada en el alumno desde una perspectiva constructivista, el aprendizaje basado
en problemas, los que se consideran las propuestas “sello” de la década de los
noventa, así como de las perspectivas que se asumen en la formación profesional.
Para Quezada, García y Jiménez (2003). “El concepto de diseño curricular implica la
elaboración de un producto visible. Se inscribe y se relaciona con el concepto de
currículum en tanto en cuanto se materializa en un documento en el que se hacen
explicitas una serie de ideas pedagógicas y de instrucción.
Los contenidos del currículum constituyen la base mediante la cual las actividades de
aprendizaje se hallan ligadas entre sí. Por esta razón, los contenidos pueden
considerarse un ámbito de toma de decisiones que afectarán al diseño y desarrollo
curriculares.
La palabra contenido se relaciona con el verbo contener, que deriva a su vez del
término latino continere. Los significados de esta última palabra, que nos acerca a la
acepción pedagógica de contenidos, son los siguientes: mantener unido, atado,
encerrar, abarcar, incluir, llenar un espacio, ocupar, abarcar, guardar, encerrar,
conservar.
Los contenidos a enseñar comprenden todos los saberes que los alumnos deben
alcanzar en cada etapa escolar. No se trata sólo de informaciones, sino incluye
también técnicas, actitudes, hábitos, habilidades y sentimientos. Sólo una porción
del contenido está compuesta por el saber académico o científico. Pero como lo que
se pretende transmitir es muy amplio, los criterios para identificar lo que se quiere
enseñar son cada vez más complejos. Si enseñamos una operación matemática,
como la conversión de números fraccionarios en expresiones decimales, parece claro
cuál es el objeto enseñado, pero no podemos olvidar la existencia de otros
contenidos que se pueden asociar a esta enseñanza tales como la actitud frente al
lenguaje matemático o el desarrollo del pensamiento autónomo.
Los avances psicopedagógicos han puesto de manifiesto que existen tres tipos de
conocimiento, que es necesario enseñar:
Al usar esta problemática para estudiar las escuelas, loe teóricos liberales han
ofrecido un servicio teórico dual. Ellos han dado nuevas herramientas teóricas
al aclarar la forma en que los modelos pedagógicos positivistas o tecnocráticos
esconden o distorsionan las categorías y patrones normativamente cimentados
que subyacen en la estructura de la experiencia diaria en las escuelas.
Por otro lado, los teóricos liberales se han atrevido a desarrollar modelos
pedagógicos que consideran la importancia de la intencionalidad, la conciencia
y las relaciones interpersonales en la construcción de significado y experiencia
en el salón de clases, así como también revelan a los maestros la naturaleza
socialmente construida de las categorizaciones y etiquetas que ellos utilizan en
el salón de clases. La naturaleza concreta de estas preocupaciones llega a ser
obvia cuando éstas son situadas dentro de estudios específicos y conceptuales
en el salón de clases.
Enfoque radical. Ofrecen cierto número de valiosas ideas dentro del proceso de
escolarización.
Es mucho más, claro está, lo que se encuentra oculto. Podría sostenerse que el
propósito del currículum de matemáticas consistente no solamente en permitir que
los alumnos aprendan esa materia, sino en lograr que algunos de ellos comprendan
que no pueden aprenderla y lleguen a adquirir el respeto debido a quienes si pueden
hacerlo (los docentes y los alumnos más capaces destinados a un status ocupacional
superior). Si éste fuera el caso, la escuela dividida en grados o la escuela
comprensiva podrían ofrecer un campo más propicio para el aprendizaje.
Entre las prácticas didácticas que se consideran como parte del currículum oculto
están: la formación de los grupos, las relaciones profesores/alumnos, las reglas que
se establecen en el aula de manera implícita, el contenido implícito de los textos
escolares, la diferenciación del rol de los alumnos por sexo, el sistema de
recompensas, las discriminaciones, etc.
La existencia del currículum oculto manifiesta que en las escuelas sucede algo
sistemático que los educadores sólo pueden controlar parcialmente y que es difícil
prevenir; se le conoce por sus efectos y consecuencias.
El currículum vivido es “la puesta en práctica del currículum formal con las
inevitables y necesarias modificaciones que requiere la contrastación y ajuste entre
un plan curricular y la realidad de aula” Casarini, (2015).
A pesar de que exista una transacción o transformación del currículo, aún hoy se
observa en la escuela un educador que habla y no es entendido, un lenguaje que no
sintoniza con la situación concreta del alumno porque su discurso es alienado y
El trabajo de Paulo Freire ha sido citado por los educadores de todo el mundo y
constituye una importante contribución a la pedagogía crítica por su planteamiento
teórico: situar a la teoría dentro de la práctica. En la obra de Freire parece claro que
el interés emancipador significa no sólo que se mezclan los papeles del diseñador e
implementador del currículo para liberar la educación, sino que se resuelve la
contradicción educador-educando al proponer que ambos tienen el derecho y la
responsabilidad de contribuir al contenido curricular Freire, (1973).
Freire coloca las premisas básicas de una pedagogía crítica basada en el diálogo y la
unidad entre acción y reflexión en respuesta al proceso de ideologización por medio
del cual las clases dominantes manipulan la conciencia de los oprimidos, los obligan
a interiorizar sus valores, les inculcan un sentimiento de inferioridad e impotencia y
favorecen el aislamiento y las posiciones artificiales entre cada grupo de oprimidos.
Torres, (1983).
El programa propuesto por Freire incluye tres principios que son fundamentales para
para su análisis.
Torres, (1983) citado una entrevista que recoge una afirmación de Freire, indica que
un programa de educación no debe ser hecho solamente por uno de los polos
interesados en él pues rompería con la dialogicidad de la educación. El programa
tiene que ser elaborado con la participación de educadores y educandos; así, su idea
es clara cuando señala: El conocimiento emancipatorio apunta a crear las
condiciones bajo las cuales la irracionalidad, la dominación y la opresión pueden ser
transformadas y superadas por la acción colectiva apoyando los fundamentos para la
igualdad y la justicia social.
Beltrán y Beltrán, menciona que si resulta importante conocer las formas culturales
para la elaboración de los curricula es porque, estos constituyen uno de los terrenos
en los que se muestra el enfrentamiento entre los diferentes grupos social,
económicamente y políticamente significativos. La selección de los aspectos
culturales que están asociados a prácticas sociales propias de la comunidad, sin
ignorar ni menospreciar las otras, está en la base de un currículum socialmente
significativo. Por el contrario, la ignorancia de este principio ha potenciado
indiscriminadamente todas las formas de cultura sin considerar si podrían estar,
manifiesta o solapadamente, sirviendo a intereses objetivamente enfrentados a la
supervivencia o autonomía de la comunidad de los receptores. Adoptar la vía
opuesta, aunque ello ocurra como reacción al etnocentrismo dominante en una
época, puede ser igualmente nefasto. De ahí la insistencia en que los análisis
culturales deban remontarse a las prácticas sociales originarias.
Dichos resultados permiten tener una visión global de los aprendizajes de los
alumnos, dando información real de sus capacidades. Orienta la discusión informada
de aspectos del currículo que son exigibles a todos los estudiantes y lo que espera
que debe haber aprendido al final de un ciclo educativo.
Dentro del campo del currículo y el desarrollo curricular se han venido planteando un
conjunto de dilemas concebidos, por lo general como disyuntivas entre opciones
polares. Exhaustividad/selectividad, Homogeneidad/diversidad,
Centralización/descentralización, Segregación/integración del conocimiento,
Dimensión instructiva/dimensión de formación, Universalidad/particularidad. Dichas
categorías se orientan a una cuestión de énfasis y dosificaciones, así como de la
posibilidad de articular diversas alternativas.
Prolongar la escolaridad
Hoy está clara una tendencia a nivel mundial que revierte la importancia asignada a
la especialización y privilegia una educación básica y una cultura general sólidas.
Entre las principales razones de tal reconsideración están:
2.7.2 Homogeneidad/diversidad
Algunas propuestas que se han hecho para esta discriminación positiva en el plano
curricular aluden, entre otras a: partir del reconocimiento de que el punto de partida
difiere al de los sectores medios: ampliar el plazo para el logro de los objetivos de la
enseñanza básica: incorporar como contenidos explícitos las normas de convivencia
escolar, y familiarizar a los niños con conceptos que los niños de clase media ya
traen a la escuela, todo esto con propuestas específicas de formación docente.
2.7.3 Centralización/descentralización
Desarrollo del centro a la periferia (la opción más común y más centralizada).
El modelo curricular que conocemos está basado en disciplinas, con una marcada
segmentación entre ellas, lo que ha impuesto una lógica particular al currículum, la
formación docente, y la organización escolar en general. El aparto escolar, en su
visión unidimensional y rígida, ha tendido a encasillar el conocimiento en
compartimientos estancos, en horas de clase, materias y profesores dueños
absolutos de dichas materias (así, por ejemplo, le toca a la hora de educación
artística y al profesor de esta materia promover la expresividad, la creatividad, la
sensibilidad estética, y no, como correspondería, a todas las áreas. De la misma
manera, la resolución de problemas no es exclusiva de las matemáticas o la
comprensión lectora monopolio del área lenguaje).
La propia afirmación corriente acerca del peso que daría el sistema escolar a los
contenidos está puesta en duda. Otros análisis afirman que la escuela no ha
privilegiado nunca ni conocimientos ni capacidades cognitivas e interactivas (y su
fracaso en estos ámbitos sería prueba de ello) sino que ha servido principalmente
para la transmisión de valores (los conocimientos se presentan apoyados en la
autoridad del que los transmite y es mucho más importante el respeto a esa
autoridad que el propio conocimiento), siendo muy reciente la incorporación de más
contenidos de tipo intelectual y cognitivo.
Si bien esto puede ser válido como tendencia, es tremendo el peso que sigue
teniendo en esta región, y en determinados países y sectores, los valores
tradicionales, uno de cuyos puntales es precisamente el aparato escolar. No
obstante, de un tiempo a esta parte éste ha empezado a ser cuestionado por su
ineficacia para garantizar tanto la reproducción de los valores tradicionales y la
cultura popular, como de la cultura científico-técnico moderna. En todo caso, como
se plantea, tradición y modernidad no deberían verse como contradictorias sino
como un doble desafío; por un lado, recuperar la pertinencia cultural a través de la
diversificación en los puntos de partida del aprendizaje; por el otro, recuperar la
capacidad de innovación y cambio que define a la cultura científico-técnica
contemporánea. La pertinencia cultural sin el acceso a la ciencia puede derivar en un
aislamiento que consolide el atraso y la dependencia. La incorporación de la ciencia y
la tecnología sin partir de un núcleo endógeno fuerte provocaría un mero enclave
cultural o, en términos masivos, constituiría una empresa destinada al fracaso.
A partir de los trabajos de Bernstein y Khun, encuentran los autores una drástica
discontinuidad ya que tanto los códigos elaborados como los paradigmas
corresponderían a tradiciones institucionalmente respaldadas y difícilmente podrían
reaparecer o mantenerse por fuera de esas tradiciones. No sería plausible ni una
elaboración desde el interior de los códigos restringidos que condujera a códigos
elaborados, ni un trabajo al interior del saber común que permitiera redescubrir con
facilidad los fundamentos del saber correspondiente a alguna comunidad científica.
Mockus y cols, (1994). Menciona que a partir de los trabajos de Bernstein y Khun,
encuentran los autores una drástica discontinuidad ya que tanto los códigos
elaborados como los paradigmas corresponderían a tradiciones institucionalmente
José Rodrigo, (1977) define el conocimiento como aquel que trata de mostrar la
realidad de las cosas apoyándose en un método científico, es decir con métodos de
comprobación, procedimientos e hipótesis, ya que los resultados pueden ser
repetibles, cuantificables y observables. Este conocimiento es el fundador de las
leyes universales que grandes científicos han propuesto y otros han validado.
3. LA PLANEACIÓN CURRÍCULAR
Para comprender los elementos del currículum, se hará referencia a cada uno por
separado, pero dejando en claro que estos adquieren sentido en sus interrelaciones.
Esto es, cada uno de ellos alcanza su verdadero valor o funcionalidad al entrar en
contacto con los otros elementos. Por ejemplo, el contenido se ve condicionado por
los objetivos que se quieren alcanzar, a la vez que ambos condicionan las estrategias
metodológicas, los recursos y el tipo de evaluación.
Existen objetivos de muy diferentes niveles: los más amplios son los fines y
los grandes objetivos del sistema educativo. Estos se incluyen en la categoría
de orientadores porque concretan la política educativa en cuanto al tipo de
hombre y de sociedad que se aspira lograr.
Elementos generadores. En este caso los actores sociales, dentro del currículo
el docente y los padres y miembros de la comunidad son elementos
fundamentales. Los primeros son responsables directos de la generación y
vivencia de las experiencias de aprendizaje, y los terceros colaboran en ella de
manera indirecta.
El papel del alumno es, dentro de este concepto de currículo, muy activo. Es
decir, no se puede aceptar la visión del alumno como repetidor y receptor de
La cultura. Es un modo de vida que debe dar especial sentido a los valores que
transmite, sus principales vertientes son: la cultura de los ideales, la cultura
del actuar y de soñar o del uso del dominio propio, del manejo de
herramientas o instrumentos. La cultura de comprender, la cultura de la
comunicación.
Entre los componentes del currículum quizás sean las estrategias las que
ofrezcan mayor dificultad, debido a que las relaciones interpersonales son
complejas y de difícil estudio y profundización.
Las intenciones que acompañan o motivan la acción pueden ser de diversos tipos,
algunas pueden provenir de deseos o intereses específicos del sujeto, otras de
asunción de objetivos, fines o metas valoradas socialmente. En cualquier caso la
mayoría de las veces las intenciones tienen orígenes diversos y poco sentido tiene
discriminarlas como propias del sujeto o externas a él.
Por eso es importante resaltar que si las intenciones constituyen las razones que
motivan la acción, una intención no asumida por el sujeto supondrá una acción
carente de sentido, Cruz, (1995). Cuyos efectos pueden estar muy alejados de
los pretendidos: o mejor dicho, una acción con intereses ocultos, algo que está
lejos de ser aceptable en contextos democráticos, deliberativos, participativos.
Trata del problema del conocimiento humano y los criterios para clasificar los
contenidos que los hombres elaboran en las diversas áreas del conocimiento o
disciplinas; además permite tomar conciencia de que existen diversos tipos de
saber, de que las características del conocimiento varían de acuerdo con su
naturaleza y de que los estudios han creado, a lo largo de los siglos, un
variado repertorio de instrumentos metodológicos y técnicos para acercarse a
determinados fenómenos otorgarles algún significado y producir el
conocimiento científico, artístico, técnico, etc. surge de la relación con otras
disciplinas y nos permite generar una estructura interna a partir de la
generación de constructos durante el proceso de diseño curricular. En este
sentido, busca responder el que enseñar, es decir, saber y saber hacer. La
epistemología aporta información referente a: Estado actual de los
conocimientos, las metodologías vigentes para cada área de conocimiento y,
las posibles relaciones y aportes que se puedan generar con otras disciplinas.
Si partimos de la premisa que todo tipo de conocimiento esta mediado por las
necesidades, por las expectativas, por las cosmovisiones, por los valores
culturales y por las representaciones simbólicas e imaginadas de una
sociedad, debemos concluir que el objetivo de todo proceso de conocimiento
es llegar a formular conceptos, elaborar teorías, explicar la realidad, a partir
de las concepciones especificas del mundo y de opciones metodológicas de la
realidad. Estos elementos están expresados en la forma particular de abordar
el currículum.
Fernández (2004) agrega que "los fundamentos curriculares pretenden sintetizar una
concepción de educación en la cual la separación de las aéreas científicas que las
influencias no son tan nitiditas como pareciera sugerirse. Ellos no pueden
fragmentarse en lo social, lo psicológico, lo económica, y la razón por la cual no
procede de ese modo es que los fundamentos constituyen el sustento curricular de
los procesos de formación de la persona; es a ella a quien afectan y atañen las
decisiones curriculares que se tomen."
Moreno (1984). Define el proyecto educativo como una consecuencia del ideario y lo
insertaba, por tanto, dentro de la polémica sobre la intervención de la comunidad
escolar en la elaboración y aprobación de la línea educativa del centro defendiendo
las posiciones privadas.
b) Es un instrumento para la gestión del centro, lo que va más lejos que una
simple definición de intenciones.
c) El organigrama
El proyecto educativo debe ser claro ya que está orientado a una comunidad escolar
que debe interpretarlo sin mayores problemas: los profesores al momento de
ponerlo en práctica deben tener claro lo que pretende, los alumnos deben percibirlo
a través de la acción educativa.
Colectivo significa que lleva implícito el consenso. Resulta que tal importancia que es
preciso insistir en el concepto. Es evidente que en un centro se toman decisiones no
siempre al gusto de todos, pretender una gestión a gusto de todos seguramente
conduciría a la ineficiencia.
En cuanto a la duración del proyecto debe estar pensada para cumplir sus objetivos,
si bien nunca deberá ser superior a la duración de la etapa. Esto nos ubica en el
El concepto de utopía se emplea aquí como una aspiración o tendencia que configura
un ideario de principios orientados y metas perfectibles posibles en plazos más o
menos largos. El proyecto es una intención, es un proceso racional expresado en un
conjunto de especificaciones, diagramas, esquemas donde se pretende estructurar o
configurar un conjunto de propósitos, un diseño de propósitos que se requieren para
definir o configurar el tipo de escuela que queremos lograr.
Un conjunto de objetivos y fines para que sean alcanzados por los alumnos,
enmarcados en el tipo de escuela que se define.
Desde hace más de medio siglo se viene discutiendo el papel de los actores del
currículo. Al respecto, Schwab (1970) ya había planteado que era indispensable la
participación de determinados personajes en la deliberación y toma de decisiones
respecto al currículo, sentando las bases de los llamados referentes comunes del
currículo y la noción del currículo participativo. Para este autor, dichos referentes
son los profesores, los especialistas en las materias o disciplinas, los estudiantes,
los expertos curriculares y aquellos que representan a la sociedad o comunidad.
“La escuela como institución tiene unas determinadas funciones dentro del
sistema educativo, entre las que destaca la función condensadora o
concentradora, ya que la escuela es la institución encargada de reunir o aglutinar
las influencias que va a transmitir al alumno”. Crespillo Álvarez, (2010).
Por lo tanto, se puede mencionar que las funciones de la escuela deberán fijarse
teniendo en cuenta su estructura de institución social, es decir, teniendo en
cuenta que forma parte de una determinada comunidad. De aquí que las
estrechas relaciones entre escuela y sociedad sean una necesidad y una
constante de los análisis sociológicos de la educación.
Compartir las soluciones con los miembros del grupo, buscando entre todos,
de forma colaborativa, la solución más viable.
Es muy valioso que los alumnos tengan conciencia de esa responsabilidad y por
tanto, participen con entusiasmo, junto con el docente, en la selección de
objetivos.
“Como se puede apreciar, el papel del alumno es, dentro de este concepto de
currículo, muy activo. Es decir, no se puede aceptar la visión del alumno como
receptor y repetidor de conocimientos, en tanto el docente no debe estar
constantemente transmitiéndoles conocimientos”. Bolaños y Molina, (2006).
En este sentido, los fines del trabajo de los profesores de acuerdo a Tardif,
(2004). “Enseñar es perseguir fines, finalidades. En líneas generales puede
mencionarse que enseñar es emplear determinados medios para alcanzar ciertas
finalidades. Una buena manera de entender la naturaleza del trabajo docente
consiste en compararlo con el trabajo industrial”.
Homogéneo Heterogéneo
En relación a los objetivos que persiguen los profesores definen una tarea
colectiva y temporal de efectos inciertos. Lo que llama la atención en los objetivos
de la enseñanza es que exigen la acción colectiva de una multitud de individuos
(los profesores), más o menos coordinados entre sí, que actúan sobre una gran
masa de personas (los alumnos) durante varios años, con el fin de obtener unos
resultados inciertos y remotos que ninguno de ellos puede alcanzar sólo y que la
mayoría no verán realizados por completo. En este sentido, es difícil que los
Es importante destacar que el docente debe ser un profesional que debe estar
convencido sobre el papel clave que le corresponde desempeñar en la formación
de los futuros profesionales.
Conocimientos
Habilidades
Actitudes:
También para Fenstermacher (1986) existe una relación muy estrecha entre
enseñanza-aprendizaje. Este autor señala que es fácil confundir relaciones causales
con relaciones ontológicamente dependientes, debido principalmente a que el
concepto de enseñanza depende un concepto de aprendizaje y debido a que con
frecuencia el aprendizaje se produce después de la enseñanza se puede caer en la
confusión de pensar que una cosa es causa de la otra. Para este autor, el
aprendizaje no es un efecto que se sigue de la enseñanza como causa, el aprendizaje
implica la adquisición de algo, la enseñanza implica dar algo; de modo que no se
sigue de una enseñanza buena un aprendizaje óptimo, puede que a veces ni se de
tal aprendizaje.
Stenhouse (1993). Define la enseñanza como las estrategias que adopta la escuela
para cumplir con su responsabilidad. Enseñanza no equivale meramente a
instrucción, sino a la promoción sistemática del aprendizaje mediante diversos
medios. Es realmente afortunadamente la expresión de Stenhouse de la promoción
sistemática del aprendizaje para referirse a la enseñanza.
En los planes de estudio subyacen las mismas concepciones que sustentan las
respectivas propuestas curriculares, así como la concepción del profesional que se
desea formar y su papel de la sociedad.
Lossada, Quero y Toro, (2012). Mencionan que “es claro que al diseñar el currículum
se deben tener conocimientos de las necesidades del contexto socio-cultural y
antropológico donde están insertas geográficamente las organizaciones educativas
universitarias, a fin de darles respuestas efectivas a la realidad comunitaria,
identificada a través del diagnóstico inicial.
Diversos autores han destacado la importancia que tiene esta etapa. Arredondo,
(1981) en una parte de su definición de currículo, considera que ésta es el resultado
Arnaz (1981), aunque no menciona todos los elementos descritos por los autores
anteriores, considera muy importante precisar las necesidades que serán atendidas
por el profesionista. Esta fase describe cuatro actividades:
Determinar las necesidades sociales implica definir las preferencias, las metas que se
persiguen y los recursos disponibles, es decir, elaborar un modelo de sociedad
buscado. A partir de la situación actual objetiva y de ciertas metas generales (como
la eliminación de la pobreza, la dependencia económica y cultural, etc.) se trata de
determinar cómo ejecutar cambios en dichas direcciones dentro de los límites de
acción de lo educativo, por medio de la formación de profesionales. De acuerdo con
esta concepción debieran explicitarse las necesidades mediatas e inmediatas
regionales y particulares, nacionales y generales, y circunscribir el radio de acción de
una propuesta curricular en referencias a las anteriores.
Los objetivos curriculares describen los resultados generales que se espera obtener
en el proceso educativo, satisfaciendo las necesidades sociales. El sistema de mayor
del que es parte la institución educativa, tiene propósitos que condicionan los
objetivos curriculares. En último término, los propósitos educativos del país
respectivo, son las orientaciones más generales para definir los objetivos
curriculares. La determinación de las necesidades prioritarias de aprendizaje se da
empleando criterios cualitativos, diagnosticándose necesidades efectivas y
pronosticándose tendencias de posibles necesidades futuras.
Por eso el siguiente paso consiste en concretar los objetivos generales del área, que
son aquellos que corresponden a las distintas áreas de enseñanza. Han de servir
para conseguir los objetivos generales de la etapa, por lo que son una parte o
concreción de aquéllos. La suma de objetivos de todas las áreas ha de ser
Los objetivos concretos o particulares son parte de los objetivos terminales, de modo
que la consecución de varios objetivos concretos lleva a la de uno terminal.
Normalmente se refieren a una unidad didáctica y, al ser más concretos, tienen un
bajo nivel de abstracción. Cada uno de ellos ha de corresponder a una de las
dimensiones del contenido (conceptos, procedimientos o valores).
Los objetivos concretos, al igual que los terminales, pueden ser operativos o
abiertos.
Los objetivos comunes o individuales, son aquellos cuyo logro es necesario para
todos los estudiantes, y los objetivos individuales son aquellos otros que, sin ser
necesarios para todos, marcan distintas posibilidades en función de las diferentes
condiciones de cada alumno.
Los contenidos del currículum constituyen la base mediante la cual las actividades de
aprendizaje se hallan ligadas entre sí. Por esta razón, los contenidos pueden
considerarse un ámbito de toma de decisiones que afectarán el diseño y el desarrollo
curriculares.
Los contenidos son el medio para conseguir los objetivos. Los contenidos deben
favorecer el aprendizaje del conocimiento teórico, las destrezas para construir el
conocimiento y las actitudes que regulan la vida en sociedad. Es decir, los contenidos
procurarán estimular la parcela de competencia que le corresponda a dicha
asignatura.
Para Mora Vargas, (2001). Menciona que para llegar a organizar los contenidos
programáticos en un plan de estudios, se deben tomar en cuenta fundamentalmente
tres aspectos:
La relación entre los ejes curriculares, las líneas curriculares y los contenidos
programáticos.
Las áreas curriculares de un plan de estudios, tienen una función integradora, que
permite la relación vertical y horizontal entre los contenidos curriculares. Para
determinar las áreas curriculares es importante determinar el contenido núcleo que
agrupan una serie de contenidos programáticos que se vinculan entre sí. A su vez,
de cada contenido núcleo se derivan contenidos programáticos, los cuales se
conciben como el conjunto de unidades temáticas (teórico-prácticas) que se
pretenden desarrollar en los distintos cursos que componen el plan de estudios. En
este sentido, los contenidos programáticos se seleccionan y organizan en
congruencia con las líneas ye ejes curriculares, constituyen un nivel más específico
en la organización de los contenidos curriculares. Por lo tanto, el curso se concibe
como un sistema didácticamente organizado de contenidos programáticos (unidades
temáticas), habilidades, destrezas, actitudes y valores, seleccionados de las ciencias,
las técnicas y las artes correspondientes.
Los criterios para organizar los contenidos programáticos de los cursos que
componen un plan de estudios, son:
La relación vertical y horizontal entre los cursos. Esa relación se lleva a cabo
mediante los contenidos programáticos de los cursos. Es necesario coordinar
los contenidos programáticos que se van a desarrollar en un mismo ciclo
escolar, así como la vinculación con los contenidos programáticos que se han
impartido en el ciclo anterior y, la relación con los contenidos que se
pretenden abordar en el ciclo posterior.
Comprende un conjunto de asignaturas que cursan durante una serie, casi siempre
lineal, de ciclos escolares. Tiene su origen en las siete artes liberales del currículo
clásico, todas de naturaleza amplia. Es la manera más antigua y clásica de ordenar
el currículo.
Las ventajas de este tipo de plan es muy fácil de organizar, cada asignatura
establece sus metas en función de la disciplina y es fácil realizar la evaluación.
Constituido por un conjunto de módulos que se cursan durante una serie de ciclos
escolares. El sistema de enseñanza modular es un sistema de organización de la
enseñanza que tiene como elementos básicos el desempeño de actividades
profesionales graduadas a la capacidad de los alumnos, en estrecha correlación con
la información pertinente, estructura los módulos pertinentes con una secuencia
determinada por modelos de servicio, pedagógicos y didácticos, está compuesto por
información y actividades, siendo las actividades las determinadas de lo primero. Se
orienta a que el alumno aprenda no a que el profesor le enseñe.
Los pros de este tipo de plan son: no presupone que la integración se produce
espontáneamente, acerca la enseñanza al quehacer profesional y favorece la
participación de los alumnos.
Entre los inconvenientes destacan: es difícil tener profesores con un dominio integral
de un campo profesional, no existen textos adecuados, rompe la lógica interna de las
ciencias básicas.
“El mapa curricular describe los contenidos de formación que los alumnos adquirirán
a través de los bloques o periodos que conforman un plan determinado. Cabe señalar
que el mapa curricular deberá agrupar las materias o espacios curriculares en áreas
o líneas de formación que especifican el tipo e importancia de ese núcleo de
materias. Dicha importancia se deberá expresar tantos objetivos por área, como en
cantidad de horas asignadas para cada área.
Se refiere al orden en que las asignaturas o módulos deben cursarse durante varios
ciclos escolares. Es decir, analizar qué relaciones existen entre las asignaturas, etc.,
de cada semestre o año escolar, que enlaces se pueden establecer entre ellas, como
Para Arnaz (1981), la evaluación curricular es “la tarea que consiste en establecer el
valor del curriculum como recurso normativo principal de un proceso de enseñanza-
aprendizaje, para determinar la conveniencia de conservarlo, modificarlo o
sustituirlo”.
Según Brovelli (2001). “La evaluación curricular puede ser entendida como una
dimensión de lo que se entiende como rendición de cuentas ante el propio sistema
educativo y ante la sociedad, he aquí el objetivo de está”. En este sentido, se puede
decir que el objetivo mismo de la evaluación curricular es analizar, estudiar,
interpretar y dar a conocer la situación en que se encuentra la institución con base al
progreso educativo, con respecto a si se aplica o no lo que está estipulado en el
currículo.
Esta evaluación hay que asumirla como un proceso continuo y sistemático que
comprende un conjunto de fases o etapas relacionadas entre sí y cuyos actores
principales son los miembros de las propias comunidades docentes donde ésta se
No resulta sencillo determinar qué es lo que se quiere evaluar acerca del currículum,
dada la complejidad y la amplitud que implica. Con el fin de aclarar el panorama la
evaluación curricular se puede decir que la evaluación curricular tiene dos
dimensiones: la evaluación interna, comprende la evaluación de los elementos del
currículum su organización y estructura y sus prácticas institucionales. La evaluación
de resultados (externa), referida al impacto social que puede tener el egresado a
través del desempeño profesional.
Ese modelo debe tener una fundamentación teórica que lo respalde, la cual surge de
las teorías sobre el aprendizaje y la metodología de la especialidad. Lo cual conduce
a una comparación teórica contra la realidad de lo que se tiene.
Cuando el modelo del plan se tiene escrito, es necesario analizar los objetivos, si
estos contemplan las necesidades del plan de estudios vigente, y si cumplen con las
expectativas de la sociedad, a la cual sirve el profesional que se formó con dicho
plan. Los objetivos se logran cumplir en la medida en que, la estructura del plan se
consolide para satisfacer las necesidades de los usuarios; que estos logren aprobar
los cursos en el tiempo previsto, que les satisfaga las necesidades de matrícula y que
el nivel de exigencia este acorde con el nivel de evaluación de los cursos que lo
integran.
3.6.2.1 La coherencia
3.6.2.2 La relevancia
La relevancia del plan de estudios debe estar enfocado a alcanzar y atender las
necesidades de pertinencias personales, social y laboral del alumno de acuerdo al
perfil de egreso, pero a la vez flexible al contexto social logrando con esto la
motivación y el deseo de continuar estudiando. Con esta relevancia el individuo seria
asegurar su aprendizaje de acuerdo a sus intereses personales o de integrarse al
sector laboral.
3.6.2.3 La pertinencia
Los objetivos generales del plan, confrontados con los fundamentos. Esto
permite descubrir si el plan tiene faltante de cursos u omisiones de otros, si
se dan repeticiones o si la organización del plan debe modificarse
El análisis de las funciones que debe la persona que egresa de este plan de
estudios, si realmente está capacitada para hacer frente a las funciones
que le demanda el puesto que desempeña, o si es necesario incluir en ese
plan la capacitación para otras funciones.
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