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LA ENSEÑANZA DE CRISTO ACERCA DEL DIVORCIO

Mateo 5:31-32

INTRODUCCIÓN. Pasamos en el sermón de hoy a estudiar lo que nuestro Señor dice en los (Vrs. 31-
32) respecto al divorcio. Esta es la tercera ilustración que Cristo hace, la cual es acerca del divorcio, y
sigue a la segunda ilustración (sobre el adulterio) como secuencia natural.

Probablemente muchos de nosotros tenemos seres queridos que han pasado por la amarga experiencia
del divorcio. Y los que no han atravesado directamente por esta situación, son afectados por otros que
si lo han vivido en carne propia. El divorcio se ha convertido no sólo en epidémico sino en algo
alarmante al punto de que todos somos tocados por él en nuestra familia o círculo de amigos. El índice
de divorcios aumenta anualmente de forma alarmante en nuestra nación, dejando estragos
innumerables y terribles. El divorcio que en unas décadas atrás era un escándalo, se ha convertido en
nuestra época en una “nueva normalidad”.

1. Ahora, eso nos trae a nuestro texto y a nuestro tema. Tenemos dos alternativas: Podemos
escuchar a la opinión del mundo, o a la palabra del Señor. O vamos con la corriente de lo que
está pasando en nuestra sociedad y cedemos ante el sistema entero y aceptamos esta “nueva
normalidad”, o mantenemos en alto la Palabra de Dios y decimos: “Esto es lo que Dios demanda.”
En cuanto a mí y a mi casa, oiremos la Palabra del Señor.
a. Sin embargo, debemos decir que muchos de los que enseñan la Biblia hoy, no poseen una
interpretación correcta sobre este asunto, haciendo que muchos estén confundidos. Usted no
puede encontrar a alguien que dice aferrarse a la Biblia y no enseña casi nada acerca del divorcio. 
John MacArthur dice respecto a esto: “Pienso que la Biblia es tan clara en lo que dice acerca del
divorcio y las segundas nupcias. Es tan clara como puede ser. Ha estado diciendo lo mismo desde que fue
escrita. Creo que el problema no es que la Biblia no sea clara, sino que la manera de pensar es vaga. Van a
la Biblia con ciertas pre concepciones, prejuicios.”
b. A fínales del siglo XIX no existía tal confusión sobre este asunto entre los teólogos y exegetas
ortodoxos de ese tiempo. Pero mientras que el índice de divorcios fue creciendo, muchos han
reaccionado de forma negativa y extrema.
 Unos dicen que: -Para detener el divorcio, simplemente tenemos que inventar una doctrina que
diga ‘no hay divorcio, en ningún momento, para nadie, por ningún motivo, y por ende no existe el
re-casamiento’.”
 Por otro lado, están los que dicen que los estándares de la Escritura deben ser rebajados y
acomodados a la situación actual, para que no presionemos a nadie, que seamos flexibles en
este asunto para poderles ministrarles.
c. Entonces, por un lado, hay personas que quieren elevar el estándar y por otro lado tenemos a
personas que quieren rebajar el estándar. Pero lo que debemos hacer es regresar y ver lo que
Jesús dijo y qué es lo que Dios dijo en las páginas de las Escrituras. 
2. La enseñanza bíblica general es muy clara, aún, cuando se nos dificulte en ocasiones aplicar
la enseñanza general en algunos casos especiales, no significa que la enseñanza sea
confusa. Pero, esto no ocurre solo con el tema del divorcio, sino que también ocurre con muchas
otras enseñanzas de la Escritura. Tenemos una enseñanza general aquí que está muy clara. Pero a

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la hora de aplicar este principio en algunos casos difíciles, no siempre está tan claro que es lo que
se debe hacer. Necesitamos de mucha sabiduría para tratar con cada caso.
a. Varias veces erramos en tratar el tema del divorcio tomando algunos ejemplos específicos como
el punto de partida. Lo que debemos de hacer es ir a la Escritura, establecer la enseñanza y
entonces ver cómo se aplica la enseñanza al caso particular que nos atañe. Y eso es
precisamente lo que intento hacer en este sermón y en el siguiente.
b. Aclaro, que este asunto del divorcio ha sido tan polémico y controvertido en nuestro tiempo, que
muchos han perdido de vista la enseñanza esencial que el Señor quiso comunicar en este texto
de (Mt 5:31-32) y en (Mt. 19:1-12). Y la enseñanza esencial que Cristo señala en estos textos es
acerca del matrimonio.

La mejor forma de estudiar este tema es examinarlo bajo tres encabezados: En primer lugar, veremos lo
que la ley de Moisés realmente enseñaba acerca del divorcio. En segundo lugar, lo que enseñaban los
escribas y fariseos sobre la ley de Moisés. Y Finalmente, tenemos la enseñanza de Cristo acerca de
este asunto. Veamos pues, en primer lugar:

A. LA ENSEÑANZA DE LA LEY DE MOISÉS ACERCA DEL DIVORCIO.

El Señor Jesucristo inicia esta enseñanza en el (Vr. 31) haciendo uso de la frase que repite una y otra
vez en esta esta sección del Sermón del Monte: “También fue dicho.” Señalando de esta manera, la
interpretación popular de la ley de Moisés que seguían los Escribas y Fariseos.

Debemos recordar que la enseñanza de Cristo está en absoluto acuerdo con las enseñanzas del
Antiguo Testamento, y con respecto a la ley de Moisés. Pero, la enseñanza de Cristo está en total
desacuerdo con la interpretación que seguían los Escribas y fariseos. Y esto lo observamos en el (Vr.
31) “También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio .” Para los escribas y
fariseos esta era la supuesta interpretación de la ley de Moisés sobre el divorcio. Pero, esto no es más
que una completa tergiversación de lo que en realidad la ley de Moisés decía.

1. Primero ¿Qué enseñaba realmente la ley de Moisés respecto Al divorcio?


La respuesta la hallamos en (Deut. 24:1-4) y es precisamente a esta cita que el Señor hace
referencia en (Mt. 5:31) y en (Mt. 19). Leamos, pues (Deut. 24:1-4) “Cuando alguno tomare mujer y se
casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de
divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. 2 Y salida de su casa, podrá ir y casarse con
otro hombre. 3 Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su
mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, 4 no podrá su
primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque
es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.” Este
pasaje, los maestros de la ley lo interpretaban de la siguiente manera: -Si un hombre deseaba
divorciarse de su esposa, debía concederle una carta de divorcio. – Pero, en realidad, esto no es lo
que está diciendo este texto.
a. Moisés no había de ningún modo fomentado el divorcio, sino que, aunque no lo prohibió
completamente bajo ciertas circunstancias, se había opuesto a ello. Es decir, la ley de Moisés
no justificaba el divorcio, sino que lo limitaba a ciertos casos especiales. En estos versículos, no se

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establece el divorcio como un derecho; todo lo que se hace es que, en el caso de un divorcio, se
prohibía que el marido se volviera a unir con la mujer divorciada, si entretanto ella se había casado
con otro hombre, aunque su segundo marido también la hubiera despedido, o hubiera muerto.
1) Los cuatro versículos forman un punto en el que los (Vrs. 1-3) son las cláusulas de la prótasis (es
decir la condición, un caso supuesto) que describen el asunto que se trata; y el (Vr. 4) contiene la
apódosis (la consecuencia, la conclusión del caso) la ley concerniente que se debe aplicar al
punto en cuestión. En otras palabras, los (Vrs. 1-3) presentan una situación que podría darse,
mientras en el (Vr. 4) se nos dice cuál es la ley que se ha de aplicar en tal condición.
2) El problema con los maestros de la ley es que ponían la prótasis (la condición, o el caso) y la
apódosis (la consecuencia, o la conclusión del caso) ambas en el (Vr. 1), y esta mala aplicación
traía como resultado la enseñanza que todo el que divorcia de su esposa debe darle carta de
divorcio.
3) Insisto, Moisés no está instituyendo el divorcio en este texto, ni está aprobando o desaprobando
lo que el hombre haga, simplemente plantea un caso.
d. El divorcio ya era una práctica común, cuando Moisés escribió el Pentateuco y dio sus leyes
al pueblo. Recordemos que Israel fue esclavizado por más de 400 años, y es muy probable que,
durante todo ese tiempo, tomaran para si muchas costumbres paganas con las que Moisés tuvo
que lidiar; y una de ellas era el divorcio por cualquier motivo. Pero Dios nunca ordeno el divorcio a
su pueblo, más bien lo permitió -dice Cristo- por la dureza del corazón. El objetivo único de la ley
de Moisés respecto a esto era simplemente controlar los divorcios, establecerla.
1) Hermanos, el permitir una práctica no es lo mismo que originarla, establecerla o instituirla. Lo que
uno permite es algo que ya está en existencia, como concepto o como práctica. El hecho de que
Dios no estableciera el divorcio (pero que lo permitiera bajo ciertas condiciones) es para evitar que
sea un mal peor.
2) Lo que la ley de Moisés establece en (Deut. 24) es que, si un hombre encuentra algún tipo de
impureza en su esposa y se divorcia de ella, otorgándole carta de divorcio, y luego ella se casa con
otro hombre que a su vez también se divorcia de ella o muere, entonces su primer esposo no
puede volver a casarse con ella.
2. Ahora bien, preguntamos ¿qué significado tiene la expresión “indecente” en este texto?
En primer lugar, es necesario señalar que esta expresión, obviamente, no puede referirse a la
infidelidad conyugal, ya que en la ley de Moisés el castigo del adulterio era la muerte. Quienquiera
que bajo esa ley antigua era considerado culpable de adulterio era lapidado hasta que muriera, de
modo que el matrimonio había terminado, pero no por divorcio sino por castigo de muerte. Mataban
al culpable y el cónyuge quedaba libre para casarse. Es decir, el adulterio ponía fin al matrimonio en
el Antiguo Testamento
a. La expresión “indecente” en este texto significa desnudez, vergüenza, desgracia. Esta
expresión se encuentra también en (Deut. 23:12-13) “Tendrás un lugar fuera del campamento adonde
salgas;13 tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y
luego al volverte cubrirás tu excremento. porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para
librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él
no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.”

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b. Además de esto, debemos indicar que la expresión que este en texto se traduce como
“indecente” se encuentra en otros contextos con relación con la exhibición vergonzosa del
cuerpo, es decir, falta de pudor y de modestia. Es posible que, por la severidad impuesta sobre
el adulterio, la pena capital, algunas mujeres se comportaban de una manera indecorosa frente a
otros hombres de una manera coqueta, pero sin llegar al adulterio y a la infidelidad.
1) Esta conducta embarazosa para el marido provocaba que algunos decidieran poner fin al
matrimonio por medio del divorcio. Ya que la mujer no había cometido adulterio físicamente. y por
lo tanto no podría ser acusada o apedreada.
2) Este hombre quería terminar su matrimonio con su mujer, pero no podía aplicar la ley del
adulterio, porque ella no había cometido adulterio. Entonces, se divorciaba de ella, sin tener que
apedrearla por haber hallado en ella alguna cosa indecente.
3) ¿Qué ocurriría, si después de haberle entregado el esposo la carta de divorcio a su mujer, pasa
el tiempo y ella no se ha casado todavía, ni el tampoco? Podrían reconsiderar el asunto, y
volverse a casar. Siempre y cuando ninguno de los dos se casará de nuevo las puertas estaban
abiertas para una reconciliación, pero si se casaban de nuevo ya no habría oportunidad de
ningún modo.
3. Ahora debemos observar que lo que la ley de Dios hizo fue restringir el divorcio, porque el
divorcio ya existía. Dios permitió esta practica en aciertos casos, por la dureza del corazón del
hombre. La intención de esta norma es la misma; hacer que la gente comprenda que el matrimonio
no es algo que se puede contraer y disolver a la ligera.
Dios nunca instituyó el divorcio en el Antiguo Testamento. (Mal. 2:16) “Porque Jehová Dios de
Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos.
Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.” Dios aborrece el divorcio, por eso El no lo
instituyó. El divorcio ya existía cuando la ley fue promulgada. Dios lo toleró por la ocasión dominante
en Israel y por la dureza del corazón del pueblo.
Lo que hace la ley de Moisés con el divorcio, según Deuteronomio 24, es establecer ciertos límites
con el propósito de limitar su uso e impedir que se abuse de él. Veamos ahora en…

B. EN SEGUNDO LUGAR, LA INTERPRETACIÓN DE LOS ESCRIBAS Y FARISEOS


SOBRE LA LEY DE MOISÉS ACERCA DEL DIVORCIO.
Los maestros de la ley olvidaban el espíritu de la ley, y se aferraban a la letra de la ley. La
interpretación que hacían los escribas y fariseos era errónea fundamentalmente por dos razones:
1. Por un lado, enseñaban que (Deut. 24) incluía un mandato de Dios para el divorcio en ciertos
casos. (Mt. 19:1-3) “Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, se alejó de Galilea, y fue a las
regiones de Judea al otro lado del Jordán. 2 Y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí. 3 Entonces
vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier
causa? Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo,

y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? 6 Así
que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 7 Le dijeron:
¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? 8 El les dijo: Por la dureza de vuestro
corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.”
a. Es decir, el divorcio no fue el diseño original de Dios. Vemos aquí el contraste entre mando y
permitió, la Fariseos dicen: -Moisés lo mandó- Cristo responde: -No, lo permitió.
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LA ENSEÑANZA DE CRISTO ACERCA DEL DIVORCIO
b. Dios tolera la dureza del corazón de su pueblo de modo que permite el divorcio y lo regula
para evitar un mal mayor. Pero, Dios no mandó, ni instituyó, ni ordenó el divorcio bajo ninguna
circunstancia, simplemente lo permitió. Este es el primer gran error de los Escribas y Fariseos.
2. Por otro lado, Los escribas y fariseos erraban en su interpretación, ya que solo consideraban
a (Deut. 24) como un mandamiento con respecto a la carta de divorcio. Como si todo el
propósito de la ley era de que el marido, le diera la esposa repudiada un documento que
atestiguara que ella fue despedida legítimamente. (Mt. 5:31) “También fue dicho: Cualquiera que
repudie a su mujer, dele carta de divorcio.” Ellos pensaban que mientras se le diera a la parte repudiada
una carta legal, no había ningún problema, la ley se había cumplido. De hecho, los fariseos se
afanaban porque esta carta de divorcio fuera lo más precisa posible. Toda su preocupación giraba
en torno a este documento legal, la causa del divorcio fuera tan importante, lo que importaba era la
carta.
3. Y cuáles eran las razones por las que un hombre judío se podía divorciarse de su mujer.
Las opiniones estaban muy divididas en Israel, Sabemos que entre las escuelas rabínicas rivales de
Hillel y Shammai existía una controversia sobre el divorcio.
 El Rabí Shammai adoptó una línea rígida y enseñó, basándose en (Deut. 24.1), que la única base
para el divorcio era el adulterio, que esa era la cosa "indecorosa" o "indecente', Pero, ya vimos
que eso no puede ser, porque el adulterio era castigado con la muerte.
 El rabí Hillel y el Rabí Akiva, decía que la cosa “indecente” de (Deut. 24.1), se refería a cualquier
cosa cualquier cosa que la mujer hiciera que fuera desagradable a los ojos del marido. Es decir,
el marido, podía divorciarse de su esposa por cualquier razón o por cualquier causa
Como podemos ver, en realidad ya la causa no era tan importante como el hecho de que el
hombre le expidiera una carta legal a la mujer repudiada. ¡Eso si era importante! El punto es que
el que repudia a su mujer debe darle carta de divorcio, siempre y cuando se llevan a cabo este
proceso no había nada de qué preocuparte en cuanto a la ley de Dios. Así que mientras Moisés se
restringió el divorcio, los Escribas y fariseos más bien lo promovían. Veamos en tercer lugar:

C. LA ENSEÑANZA DE CRISTO ACERCA DEL DIVORCIO


(Mt.5:32) “Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella
adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.” (Mt.19) “Y yo os digo que cualquiera que repudia
a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada,
adultera.” Aquí se pone el adulterio tanto con la mujer con el hombre. Cualquiera de los dos que se
vuelvan a casar, si el divorcio no fue por causa de fornicación, están cometiendo adulterio.
Con pocas diferencias, ambos textos enseñan lo mismo en esencia. Y dado que (Mt.19) es el más
amplio en su contenido de los dos, veamos la enseñanza del Señor a la luz de este pasaje
principalmente.
1. La enseñanza del Señor a la luz de Mateo 19
No olvidemos, que la enseñanza de Cristo este texto, surge como respuesta a la pregunta de los
Fariseos en (Mt. 19:3) la pregunta: “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” El
Señor responde en el (Vr. 4) “Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio,
varón y hembra los hizo?” Vemos hermano qué las enseñanzas de la Biblia no son confusas, como
enseñan algunos en el día de hoy, está muy claro.

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LA ENSEÑANZA DE CRISTO ACERCA DEL DIVORCIO
¿Qué hace el Señor? El señor lleva a estos hombres al origen de la institución matrimonial. Si
consideramos el matrimonio a la luz de su institución original podremos llegar a una óptica más
precisa acerca del matrimonio y consecuentemente acerca del divorcio.
a. Lo primero que el Señor resalta es que el matrimonio es una institución divina . Cristo dice:
“¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará
padre y madre, y se unirá a su mujer, ¿y los dos serán una sola carne? 6 Así que no son ya más dos, sino
una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” Dios los hizo, Dios los junto. El
matrimonio es una institución divina.
Sólo Dios tiene derecho a establecer las reglas que han de regir el matrimonio, Por ser al autor de
matrimonio. Sólo él sabe cómo funciona, y solo él tiene derecho a legislar al respecto.
b. En segundo lugar, Mateo 19 nos enseña que el matrimonio es básicamente la unión de un
hombre y una mujer para hacer una sola carne. Cristo dijo: (Vr. 5) “Por esto el hombre dejará
padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne” el termino hebreo y el termino
griego que se usa en el Nuevo Testamento, define aquí una unidad sumamente poderosa
sumamente poderosa. El Señor está diciendo: “Dios lo junto” Por medio del matrimonio estos dos y
se convierten en uno; espiritual, social y sexualmente.
Esto no lleva a decir, que ya no uso más dos sino una sola carne, por tanto, he aquí la conclusión:
“lo que Dios nos juntó que no lo separe el hombre.” Cuando un hombre y una mujer vienen a ser uno a
través del vínculo sagrado del matrimonio, Dios pone sus sellos sobre tal unión, y por lo tanto
ningún hombre tiene derecho anularlo. Ninguna de las razones por las que estos hombres se
divorciaban de sus mujeres era correcta.
c. Ahora, existe una sola cosa a excepción de la muerte que puede disolver el matrimonio: la
fornicación. (Vr. 9) “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de
fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.” Cristo dice existe
solo una sola cosa aparte de la muerte que puede disolver el matrimonio, la fornicación, el
adulterio.
1) ¿Qué es un divorcio? Es la ruptura total del vínculo matrimonial, de tal manera que estas dos
personas dejan de ser una, como si nunca antes hubieran estado casadas. En el Antiguo
Testamento el adulterio rompía el vínculo matrimonial, porque el adultero era lapidado. Pero, al
llegar el Nuevo Testamento, esta ley civil ya no se aplica, pero el adulterio sigue siendo la única
causa que rompe el vínculo. Y no por medio de la lapidación del culpable, sino a través del
divorcio. Eso es básicamente lo que Cristo está enseñando a estos fariseos.
2) Una vez vemos que la enseñanza de Cristo concuerda con la del Antiguo Testamento. Cristo
dijo: “no he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.” Dios
no ordenó el divorcio, simplemente lo permitió debido a la situación reinante entre Israelitas que
apenas acababa de salir de una situación pagana. Pero, eso de ningún modo es una norma a
seguir, el divorcio no es el plan de Dios. El ideal de Dios es que solo la muerte rompa el vínculo
sagrado.
3) El hecho de que Cristo haya pronunciado una cláusula de excepción aquí, eso no elimina la
enseñanza esencial de Mateo 19. Creemos firmemente que el Señor permitió el divorcio por
causa de infidelidad, de la manera como el Antiguo Testamento rompió el vínculo por la muerte
del culpable, así también en el Nuevo Testamento, también se da permiso al cónyuge inocente, a

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divorciarse, pero sin matar al culpable. Sin embargo, eso de ningún modo anula la indisolubilidad
del matrimonio.
2. ¿Qué es un matrimonio? El matrimonio es un pacto de compañía. Esta breve definición posee los
elementos que componen un matrimonio. (Pr. 2:16-17) “Serás librado de la mujer extraña, De la ajena
que halaga con sus palabras, La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del pacto de su
Dios.” (Mal 2:13-14) “Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así
que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. 14 Mas diréis: ¿Por qué? Porque
Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu
compañera, y la mujer de tu pacto.” Vemos en estos textos las dos palabras que componen la breve
definición que hemos dado del matrimonio: Compañera, compañero, pacto.
a. ¿Qué es un pacto? Un pacto es una promesa jurada. Una promesa confirmada y asegurada por un
juramento. No se trata simplemente de una promesa no todo promesa que encontramos en la
Escritura constituye un pacto, se trata de una promesa legalmente asegurada por un juramento. Es
una promesa a la que se ha interpuesto un juramento.
1) Ahora ¿Cuál es la promesa de ese pacto? En el matrimonio cada uno de los cónyuges,
independientemente hace la promesa de cumplir con los deberes que el matrimonio conlleva. Y a
esa promesa añade un juramento o voto legal delante de Dios, y delante de los hombres, de
suplir las necesidades de compañía del otro cónyuge.
2) Dios creo el matrimonio porque no es bueno que el hombre este solo. El hombre fue creado con
necesidades sociales, emocionales, intelectuales y sexuales, y Dios crea el matrimonio para
suplir tales necesidades.
b. En la antigüedad los pactos eran ratificados de una forma muy rara. Partiendo un animal en
dos mitades y pasando por en medio de ellos. En (Gn. 15: 8-18) Lo que significa esto de partir los
animales para confirmar un pacto;
1) algunos teólogos consideran la posibilidad de que este ritual fuese una especie de juramento
auto-condenatorio, como si las partes envueltas en el pacto estuviesen invocando sobre sí mismo
una especie de maldición en el caso de que violen el pacto: -¡Así me parta Dios si yo violó este
compromiso!- (Jer. 34:18-20) “Y entregaré a los hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado
a efecto las palabras del pacto que celebraron en mi presencia, dividiendo en dos partes el becerro y
pasando por medio de ellas; 19 a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los oficiales y a los
sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, que pasaron entre las partes del becerro,” Dios te está
diciendo: -Traeré maldición sobre vosotros.- el juicio auto-condenatorio que ustedes juraron sobre
sí cuando entraron en pacto conmigo.
2) Hermanos, el matrimonio no es un juego, es un pacto delante de Dios. Algo que encierra una
gran solemnidad y grandes consecuencias. Alguien dijo con mucha razón: “El matrimonio es la
vida o la muerte, no hay términos medios.” Nadie puede violar impunemente el voto que hizo al
casarse. Dios se encargará de que ese pecado no quede impune.
3) Mientras que los fariseos estaban preocupados por establecer su enseñanza sobre la carta de
repudio, el Señor estaba preocupado por el matrimonio por resaltar la enorme importancia de
esta institución divina. Hermanos, difícilmente nuestra generación podrá recobrarse ya de los
estragos que ha causado y seguirá causando la ligereza con que se ha venido tratando el
matrimonio. El matrimonio no es un juego.

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4) Aquel que viole lo estipulado en este pacto estaba condenado a ser un desgraciado por el resto
de su vida a menos que se arrepienta de su pecado restituya lo que haya hecho hasta donde tal
cosa es posible.

CONCLUCIÓN
Yo sé que lo que ha dicho hoy acerca del divorcio es duro, sobre todo para alguien que ha pasado por
esa experiencia. Pero si eres cristiano debe saber que la sangre de Cristo te perdonó de todo pecado.
Y que Dios te ha recibido con pleno derecho filial, el hecho de que seas divorciado no te hace
ciudadano de segunda categoría en el Reino de Dios. Hermano, yo no quiero dejarte con la carga de
conciencia, Cristo te perdonó y te aceptó, su sangre te limpia de todo pecado.
 La Escritura no dice que un divorcio injustificado sea un pecado imperdonable. Dice Isaías: “si
vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el
carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” si te has arrepentido Dios te ha perdonado, y te ha recibido.
 Aunque el divorcio tiene consecuencias que perdura, aun así, debe saber que Dios ha prometido ser
el sostén de sus hijos, aunque aquellos que han venido a Él habiendo ya pasado por esa terrible
experiencia. Dios es tu Dios. “Jehová es mi pastor nada me faltara”
 Hermano, si eres soltero y no tienes el don de continencia procura casarte, pero no la hagan a
la ligera (1 Co 7:8-9) Pablo da dos opciones abstinencia o matrimonio. Dios dice si eres soltero
abstinencia o matrimonio.
 Hermano, si estas casado, cultiva una buena relación matrimonial. (1 Co 7:2-5) Thomas
Watson decía: “Un hombre no se mantiene casto, teniendo una mujer sino amando a su mujer.” Es
viviendo con ella según lo establecido por Dios en su Palabra. Los buenos matrimonios no son
producto de la suerte, es el producto de un trabajo perseverante llevado a cabo en oración en
constante dependencia de la gracia de Dios. Hermanos, sobre toda cosa protejan sus matrimonios,
porque sus vidas serán desgraciadas sino lo hacen.
 Amigo, tú necesitas al Salvador, necesitas del perdón de Dios absoluto de todos tus pecados.
Y eso es precisamente lo que el evangelio ofrece para los que vienen a Cristo clamando en
arrepentimiento y fe. Y está disponible para el creyente por el resto de su vida. (1 Jn.1:7-9)
Amparémonos hermanos en la gracia y en el poder de Dios que nos capacita para luchar con
el pecado remanente. Y acojámonos a esta sangre bendita que nos limpia de todo pecado. Para
que podamos correr hasta el fin la carrera que tenemos por delante con los ojos puestos en Jesús.
Oremos

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