¿Cuál es la lucha de la clase obrera frente a la pandemia del coronavirus?
La actual pandemia que nos obliga como sociedad a permanecer en
confinamiento, no distingue de clases sociales, edad, sexo o ideología. Países con una enorme capacidad tecnológica y sistemas de salud muy desarrollados no han sido capaces de sustraerse de la catástrofe sanitaria . Para combatir el coronavirus la mayoría de los gobiernos capitalistas a nivel global mantienen a su población en cuarentena, alrededor de un tercio de la población del mundo se encuentra confinada en sus hogares y bajo medidas estrictas de movilización. Paralelamente la Burguesía de estos países obliga a una parte de la clase trabajadora a seguir produciendo en sectores no indispensables para asegurar su ganancia, Y es que en medio de una crisis que prevé desde ya un futuro incierto para la economía global, no se puede dejar de lado que la burguesía tratara hasta en las peores crisis de mantener el control sobre aquellos que debido a su situación económica acceden a arriesgar su bienestar y el de sus familias al tener que salir a las calles a trabajar para llevar el sustento diario a sus hogares. Cierto es que en medio del eminente peligro como indica Gustavo Burgos en el sitio web El Porteño (2020) "Cada clase social a su manera, con sus limitaciones, tratará de aprovechar la contingencia para llevar agua a su propio molino. No corresponde acá pasar revista a cada una de las medidas que en el mundo entero han tomado los gobiernos capitalistas buscando descargar sobre las espaldas de los explotados el peso de la pandemia. La musculatura de cada burguesía, la estabilidad de su dominación, el desarrollo económico y muy particularmente del mercado interno, el grado de control que tengan sobre el movimiento de masas, etc., serán factores determinantes para configurar su política sanitaria de emergencia. Sin embargo, tales políticas sanitarias estarán condicionadas igualmente por sus propios intereses de clase explotadora. Los sistemas de salud en los países capitalistas no están concebidos para proporcionar salud a la población, ni aún en aquellos países en que se le ha catalogado como un “derecho fundamental”. La verdadera finalidad del sistema médico y de sus profesionales es garantizar la explotación capitalista, dar continuidad a la extracción de la plusvalía y optimizarla, porque si el trabajador se enferma -o su familia- la fuente de apropiación y acumulación del capitalista habrá desaparecido." En este sentido vemos como la realidad de los sistemas de salud son deprimentes, ni en los países más desarrollados se tenía un plan de contingencia para una crisis sanitaria de esta magnitud, por esta razón el sistema de producción capitalista es el principal obstáculo para acabar con la pandemia, ya que este solamente existe cuando hay fuerza laboral que explotar y en la situación actual donde la mayoría debe permanecer en confinamiento esto supone un riesgo para la economía de diferentes sectores empresariales. Continua (Burgos, 2020) "La apropiación privada de la riqueza producida colectivamente, como base de sustentación de la propiedad privada y el mercado, como espacio de realización de las mercancías, se yerguen -secundariamente- como inhabilitantes del orden capitalista frente a la pandemia. La maximización de las ganancias y el aprovechamiento de la crisis en términos comerciales, pulsión dominante del capital, opera en concreto como un obstáculo para dar una solución social, comunista, a la crisis.
La guerra de los laboratorios por alcanzar posiciones dominantes en el mercado
no tan sólo en la producción de una eventual vacuna, sino que en la venta de los insumos médicos primarios para abordar la crisis sanitaria, son expresión no de la falta de valores o de la avaricia del obeso mórbido capital, sino que por el contario, es expresivo de la vitalidad capitalista, del ímpetu burgués de subordinar esta crisis a los intereses generales de la clase explotadora. Tal ímpetu por incrementar sus ganancias y la anarquía que tal impulso ocasiona en el aparato productivo, en concreto, conduce a la humanidad a la barbarie.
A guisa de ejemplo: el sábado pasado Trump prohibió a 3M exportar a Canadá y
Latinoamérica las máscaras N95 y los guantes quirúrgicos-material básico y primario para el personal médico- con el supuesto interés de garantizar la provisión del mercado interno, pero tal intervención, por simple reciprocidad, disminuirá la provisión de tales insumos en EEUU agravando la escasez y exponiendo la vida de miles y miles de infectados en un país en que al menos 80 millones de personas (cesantes, inmigrantes ilegales y trabajadores precarios) ni siquiera tienen acceso a prestaciones básicas de salud. Esto no ocurre en Nueva Guinea, ni en las Guyanas, ocurre en la primera potencia capitalista a escala mundial."
En conclusión, la pandemia del Covid 19 es un elemento clave en el desarrollo
internacional de la lucha de clases en este sentido el poder lo tiene quien tenga acceso al sistema de salud y medios de prevención para sobrevivir ante tal crisis sanitaria. La recesión económica que se pronostica a futuro caerá sobre los hombres de la clase trabajadora ya que se estima que según (Burgos, 2020) los economistas conservadores hablan de 25 millones- serán arrojados al desempleo en un concierto en que hasta la economía informal estará quebrada. Continua (Burgos, 2020) No sabemos cuántos de nosotros vamos a superar la pandemia y por lo mismo es imprescindible que desde las organizaciones de trabajadores se adopten las medidas de cuidado que nuestras circunstancias permitan. La vida de cada uno de nosotros debe ser preservada esto es fundamental para garantizar la continuidad de nuestra lucha. Debemos pensar, y actuar, como si estuviésemos en una guerra, porque esa es la dinámica social que domina nuestro accionar. Salir del embotamiento que ha provocado este brusco cambio en la situación política es la primera tarea, a partir de aquí construir y fortalecer organizaciones para dar respuesta a la crisis, respuestas de clase, respuestas que la burguesía no puede ni quiere dar. La catástrofe es el capitalismo y la cura, la revolución obrera. De esta catástrofe saldremos unidos y en lucha.
Burgos, G. (07 de 04 de 2020). EL PORTEÑO. Obtenido de