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LAS APORTACIONES DE LOS TRANSTERRADOS1

Un capítulo importante en la historia de la filosofía en México, es la llegada de los


exiliados españoles. Con motivo de la guerra civil española (1936-1939), durante la
presidencia del general Lázaro Cárdenas de Río se les dio asilo en nuestro país a varios
intelectuales españoles en calidad de exiliados.
Entre los filósofos exiliados que llegaron a México, podemos mencionar a los
siguientes: José Gaos, Luis Recaséns Siches, María Zambrano, Eugenio Ímaz, José Manuel
Gallegos Rocafull, Joaquín Xirau y Eduardo Nicol. Con excepción de Zambrano, todos los
nombrados fueron profesores en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Siendo
muy jóvenes llegaron también Ramón Xirau y Adolfo Sánchez Vázquez, quienes
posteriormente se integrarían como profesores en la mencionada Facultad.
Otro de los exiliados fue Juan David García Bacca, quien en 1939 llegó a Quito,
Ecuador; en 1942 se incorporó a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en 1947
se trasladó definitivamente a Caracas, Venezuela. También hay que mencionar a José
Ferrater Mora, quien llegó primero a la Habana (Cuba), luego estuvo en Santiago de Chile
y después en Estados Unidos. María Zambrano, tras enseñar algún tiempo en La Casa de
España y después en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, pasó a Cuba,
donde residió unos diez años; en 1953 regresó a Europa, donde vivió primero en Roma y
después en Francia, a partir de 1984 se instaló en Madrid, donde murió en 1991.
Para que estos españoles se integraran a la labor académica en nuestro país se fundó
la Casa de España en 1938. Tres años después se convierte en El Colegio de México, donde
españoles y mexicanos se integraron para trabajar en plan de igualdad en labores concretas
de investigación. El Colegio de México estuvo dirigido primeramente por Alfonso Reyes,
luego por Daniel Cosío Villegas y posteriormente por Silvio Zavala. Hoy sigue siendo una
importante institución educativa y de investigación en nuestro país.
De los más destacados de este grupo de filósofos, además de José Gaos y José
Manuel Gallegos Rocafull de quienes nos ocuparemos en los siguientes apartados, es
importante hacer mención de algunos datos sobre los siguientes filósofos que fueron
profesores en la Universidad Nacional Autónoma de México:
1
Para los datos de esta primera parte se ha consultado la siguiente obra: José Luis Abellán, El exilio filosófico
en América. Los transterrados de 1939, Fondo de Cultura Económica, México, 1998.

1
-Joaquín Xirau i Palau nació en Figueras, Cataluña, el 23 de junio de 1895. Murió el
10 de abril de 1946. Fue un connotado pensador barcelonés. Estudió filosofía y derecho en
la Universidad de Barcelona. Fue decano de la Facultad de Filosofía y Letras y Pedagogía
de dicha Universidad. Llegó a México en 1939. Fue un eminente profesor en la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNAM, y aquí escribió varias obras como: Amor y mundo (1940),
La filosofía de Husserl. Una introducción a la fenomenología (1941), Lo fugaz y lo eterno
(1942), Vida y obra de Ramón Llull. Filosofía y mística (1946). Su filosofía supo conjuntar
el ideal cristiano y el socialista (pues defendió la República Española).
-Eugenio Ímaz (1900-1951), fue especialista en Dilthey, cuyas obras tradujo.
Además publicó: El pensamiento de Dilthey (1946), Topía y utopía (1946), Luz en la
caverna (1951).
-Luis Recásens Siches (1903-1977). Nació en Guatemala, pero pronto fue llevado a
España, de la que tuvo que regresar por la Guerra Civil. Estudió derecho en la Universidad
de Barcelona y filosofía en la de Madrid, donde se doctoró. Llegó a México en 1937. Fue
profesor de filosofía del derecho; entre sus trabajos sobresalen: Vida humana, sociedad y
derecho (1940), Lecciones de sociología (1948), Tratado general de filosofía del derecho
(1959) y Panorama del pensamiento jurídico en el siglo XX (1963).
-Eduardo Nicol Francisca nació en Barcelona en 1907. Murió en 1990. Estudió en la
Universidad de esa ciudad, en la que fue profesor. En 1940 llegó a nuestro país. Reivindicó
la metafísica y los estudios clásicos. Entre sus obras podemos destacar: Psicología de las
situaciones vitales (1941), La idea del hombre (1946), Historicismo y existencialismo
(1950), Metafísica de la expresión (1957), El problema de la filosofía hispánica (1961), El
porvenir de la filosofía (1972), Crítica de la razón simbólica (1982) e Ideas de vario linaje
(1990). Fue, al igual que Gaos, estimulador de la profesionalización de la filosofía.2
Otras obras importantes de los exiliados españoles en México fueron varios
proyectos editoriales, como la fundación de la Editorial Séneca donde se publicaron varias
obras de literatura y de filosofía; y revistas como España peregrina, Las Españas,
Romance, Presencia, Los sesenta y Comunidad ibérica. Varios de los exiliados también
trabajaron en el Fondo de Cultura Económica, como editores y traductores. Muchas de las

2
Mauricio Beuchot, Cuestiones de filosofía en México y filosofía mexicana, Seminario de Cultura Mexicana,
México, 2013, pp. 75-77; del mismo autor Filosofía mexicana del siglo XX, Editorial Torres Asociados,
México, 2008, pp. 143-165.

2
obras filosóficas que se han publicado en esta casa editorial se deben al trabajo de estos
exiliados. Un caso concreto es Ser y Tiempo de Martin Heidegger, traducido por José Gaos,
cuya traducción se considera la primera en publicarse en habla española.

José Gaos: impulsor del pensamiento mexicano

De los exiliados españoles, quizá uno de los que más destacó fue José Gaos y González-
Pola, principalmente porque fue impulsor del estudio del pensamiento mexicano. Nació en
Gijón, el 26 de diciembre de 1900. Estudió en Valencia y en la Universidad Central de
Madrid, en la que se licenció en 1923 y se doctoró en 1928, con una tesis sobre la crítica
del psicologismo hecha por Husserl. José Ortega y Gasset, Manuel García Morente y
Xavier Zubiri estuvieron en el jurado, quienes influyeron mucho en su pensamiento.
Impartió cátedra en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, en la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid. Llegó a México en
1938, donde imparte cátedra tanto en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en la
Universidad Veracruzana y en la Universidad Autónoma de Nuevo León, así como en la
Casa de España (después Colegio de México), en el cual dirigió el Seminario para el
estudio del Pensamiento Hispano-Americano. Murió el 10 de junio de 1969.
Se hizo famoso por sus clases, en las que enseñaba a los autores clásicos y a los más
connotados del momento, y los difundía en sus traducciones. Principalmente, presentó a
Husserl y a Heidegger. Lo cual significó un paso en la profesionalización de la filosofía,
pues leía a los filósofos en su idioma y los enseñaba con mucha competencia y rigor. 3 Pero
también colaboró mucho en la construcción de la filosofía mexicana, tanto por su labor
historiográfica como por su labor teórica. Impulsó mucho el estudio de la historia de la
filosofía mexicana y latinoamericana, en todas sus épocas.4 Fruto de esta labor fueron los
siguientes trabajos de quien fueran sus alumnos:5 El positivismo en México y Apogeo y
decadencia del positivismo en México, de Leopoldo Zea;6 Algunas aportaciones al estudio
de Gamarra o el eclecticismo en México, de Victoria Junco; Introducción de la filosofía

3
Mauricio Beuchot, Filosofía mexicana del siglo XX, Editorial Torres Asociados, México, 2008, p. 152.
4
Ibidem., p. 153.
5
José Luis Abellán, op. Cit., p. 156.
6
Leopoldo Zea, El positivismo en México: nacimiento, apogeo y decadencia, Fondo de Cultura Económica,
México, 2014.

3
moderna en México, de Bernabé Navarro;7 Los grandes momentos del indigenismo en
México, de Luis Villoro;8 Eclécticos portugueses del siglo XVIII y algunas de sus
influencias en América, de Ma. del Carmen Rovira.9
De las obras de Gaos se pueden destacar las siguientes: Dos ideas de la filosofía
(1940), El pensamiento hispanoamericano (1944), Filosofía de la filosofía e historia de la
filosofía (1947), En torno a la filosofía mexicana (2 vols., 1952-1953), Filosofía mexicana
en nuestros días (1954), La filosofía en la universidad (1956), Orígenes de la filosofía y de
su historia (1960) e Historia de nuestra idea del mundo (1973).
Su experiencia del exilio lo plasma en su artículo Los “transterrados” españoles de
la filosofía en México.10 Gaos narra que:

Cuando llegamos los primeros, era Director de la Facultad de Filosofía y Letras el


Maestro Antonio Caso. La forma en que nos ofreció y mantuvo la hospitalidad de
su Casa me movió a decir que había sido la de un gran señor de la inteligencia. Por
ella y por la acogida que en general se nos hizo, dije en comida de profesores
mexicanos y españoles presidida por el Maestro algún tiempo después, que no nos
sentíamos desterrados, sino simplemente “transterrados”… la forma en que el
Maestro nos ofreció y mantuvo la hospitalidad de su Casa no fue exclusiva de él,
sino compartida por la Facultad y por la Universidad Nacional toda… 11
[…]
Pues bien, México se permitió el lujo cultural de añadir a los profesores mexicanos
de su más alto centro de enseñanza de la Filosofía profesores españoles en número
que en algún momento casi igualó al de aquéllos. 12
[…]
… aunque pudiera parecer que yo he contribuido a hacer posible en México a un
Leopoldo Zea, por ejemplo máximo, en realidad es él quien ha contribuido a
hacerme a mí posible en México. Y no sólo a hacerme posible… Y si no igualmente
7
Bernabé Navarro, Introducción de la filosofía moderna en México, El Colegio de México, México, 1948.
8
Luis Villoro, Los grandes momentos del indigenismo en México, El Colegio de México – El Colegio
Nacional – Fondo de Cultura Económica, México, 2005.
9
María del Carmen Rovira, Eclécticos portugueses del siglo XVIII y algunas de sus influencias en América,
Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1979.
10
En: Obras completas, tomo VIII: Filosofía mexicana de nuestros días, En torno a la filosofía mexicana,
Sobre la filosofía y la cultura en México, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1996, pp.
223-244.
11
Ibidem., p. 240.
12
Ibidem., p. 243.

4
a justificarme, sin duda a hacerme posible han contribuido por excelencia además
Alfonso Reyes y aquellos amigos de los que sólo nombraré a los que tienen mayor
reputación intelectual entre los más íntimos y constantes. 13

José Manuel Gallegos Rofacull: pensador cristiano

Otro de los transterrados es José Manuel Gallegos Rocafull. El interés por exponer algo de
él, reside en que se trata de un sacerdote y filósofo católico. Nació en Cádiz España el 21 de
agosto de 1895. Fue canónigo de la Catedral de Granada, en cuyo Seminario fue también
profesor. Su formación la realizó en Alemania. Fue profesor de filosofía y teología en la
Universidad Central de Madrid. Por su adhesión a la causa republicana tuvo que exiliarse a
México desde 1939. Aunque se le habían suspendido sus licencias eclesiásticas, sin
embargo aquí pudo reanudar sus actividades eclesiásticas, y por mucho tiempo atendió la
parroquia de la Coronación en la ciudad de México. Fue profesor en la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNAM y en la Universidad Iberoamericana. Murió en Guadalajara
el 12 de junio de 1963.
Entre sus obras se pueden mencionar las siguientes: Personas y masas. En torno al
problema de nuestro tiempo; La agonía de un mundo; Crisis de occidente; El pensamiento
mexicano en los siglos XVI y XVII; La visión cristiana del mundo económico; El hombre y
el mundo de los teólogos españoles en los siglos de oro; El orden social, según la doctrina
de Santo Tomás de Aquino; La experiencia de Dios en los místicos españoles; El don de
Dios. La gran aventura; La pequeña grey. Testimonio religioso sobre la guerra de España.
Fue también traductor de Séneca, del que publicó Los tratados morales y las Cartas
morales.
Del padre Gallegos Rocafull destaca su pensamiento político-social, influenciado
por Santo Tomás de Aquino. Reflexionó sobre el ámbito social, político y económico con el
fin de humanizar estas realidades, a partir de la persona y de la idea del bien común; todo
esto con el fin de proponer un nuevo humanismo para salvar al hombre en estos tiempos de
capitalismo avasallante.14 Su propuesta fue vivir el cristianismo y el mandamiento de la
13
Ibidem., p. 244.
14
Cfr. Mauricio Beuchot, El Tomismo en el México del siglo XXI, Universidad Nacional Autónoma de
México – Universidad Iberoamericana, México, 2004, pp. 17-26; Antonio Ibarguengoitia, Filosofía social en
México. Siglos XVI al XX. Síntesis histórico-crítica, Universidad Iberoamericana, México, 1994, pp. 150-156.

5
caridad hasta sus raíces más hondas para cambiar el orden social en turno. Sólo así se
podría hablar de una verdadera civilización cristiana, de lo contrario, esta civilización es
una farsa.15
En cuanto a su pensamiento religioso, podemos destacar algunas ideas que ofrece en
su interesante obra El don de Dios. La gran aventura.16 Por principio de cuentas sostiene
que la vida del hombre es “riesgo y aventura”, 17 especialmente cuando el hombre se decide
a buscar a Dios. Pero no un Dios como verdad abstracta –un Dios filosófico-, sino un Dios
que es “una realidad presente y viva”, 18 por tanto, buscar a Dios “no es una aventura
intelectual, sino vital, y en ella se compromete con su inteligencia del hombre entero y
verdadero”,19 es decir, el hombre completo, en su integridad corpóreo-espiritual, ya que
Dios no sólo es asunto de la razón ni únicamente del corazón, sino que es
fundamentalmente un asunto vital; tan profundo que el hombre tiene que presentarse ante
Él tal como es y enteramente. “En realidad –dice el padre Gallegos Rocafull- sólo busca a
Dios quien ya lo ha encontrado”,20 pues “buscar a Dios no es esperar en pasiva ociosidad
que él salga a nuestro encuentro, sino reconocer su voz en las de las criaturas, que son sus
siervos, y por ellas subir hasta él”.21
Finalmente, el sacerdote y filósofo español, nos advierte de caer en la soberbia de la
razón, pues “cuando la razón discurre sobre Dios ¿qué busca: entregarse a él o apoderarse
de la divinidad para encerrarla en un sistema?”.22 Como buen tomista sabía que, “nos es
más claro lo que [Dios] no es que lo que es”,23 es decir, de Dios sólo podemos saber que
existe, pero no cómo es. Mantenernos en la soberbia pretensión de encerrar a Dios en una
idea o en un sistema, es negarnos a la posibilidad de encontrarnos con Él, de confiar
plenamente en su amor.

María Zambrano: poesía [creo que tiene unas aportaciones a la antropología filosófica]

15
Cfr. José Luis Abellán, op. Cit., p. 411.
16
Ediciones del Valle, México, 1944.
17
Ibidem., p. 7.
18
Ibidem., p. 9.
19
Idem.
20
Idem.
21
Ibidem., p. 11.
22
Ibidem., p. 19.
23
Santo Tomás de Aquino, Suma de Teología, I [parte I], c. 1, a. 9, p. 98.

6
Ambrosio Ayuso Pizarro: Exiliado de los transterrados. Funda el primer equipo de futbol
en san Buenaventura.

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