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Etapa Discipular
Alumno: Armando Topete Cruz
Profr. Pbro. MArco Antonio Ortíz Rodea
Asignatura: Metafísica 15 de noviembre del 2021
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Para empezar creo que en la medida que las vacunas anti-Covid estén disponibles, es de suma
relevancia que los católicos contemos con los elementos necesarios para discernir la
moralidad que hay detrás del entramado industrial de estos productos farmacéuticos. La
Academia Pontificia para la Vida ha señalado que es “moralmente aceptable” la recepción de
estas vacunas contra el Covid-19 en virtud de que su determinación está profundamente
arraigada con la tradición moral católica; sin embargo, como afirma Ramon Lucas Lucas en
el presente artículo, resulta ser todavía más importante la “cooperación material indirecta
remota al mal del aborto provocado” que puede desorientar la real motivacion de las
empresas que se dedican a dicha tarea, ya sea por intereses politicos, economicos o de otra
indole.
Yo pienso que, ante cualquier justificacion por parte de la comunidad cientifica, no pueden
separarse como dos actos el aborto y la «donación» de tejido fetal, pues hay una relación
simbiótica en la que se utilizan tejidos humanos. Pienso que la investigación debe tener bases
moralmente sólidas, que no todo lo legal y bien intencionado es moralmente aceptable y que
es necesario un esfuerzo educativo de titánicas dimensiones para recuperar el respeto al
embrión y fetos humanos. Aunque, si fuera la única alternativa para el beneficio de la familia
humana, es un deber conjunto el adquirir una conciencia bien formada en estos términos, de
forma que, no lleguemos a errar en cualquier intento por salvaguardar la vida en todas sus
etapas. Por el contrario, deben potenciarse la investigación y los tratamientos que demuestren
la prescindibilidad del material biológico.
Finalmente, pese a que los investigadores que desarrolan o utilizan lineas celulares de fetos
abortados lo hacen por no haber un tipo de nexo entre su trabajo y el aborto, o por el exito de
la linea celular en la investigación para desarrollar vacunas eficientes, no podemos negar la
posibilidad de que muchas instituciones lo hagan, si es preciso decirlo, de forma clandestina.
Por ello, reitero, se trata de un trabajo más enfocado en estas empresas más que a los que
tengamos o no la intención de acudir a un centro de vacunación. Es un deber ético de las
empresas no negar la realidad: “fetos abortados que están siendo diseccionados vivos,
almacenados y vendidos en piezas para almacenar una vasta industria de investigación.”1