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Recurso eólico
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I. Introducción
En esta unidad se introducen las ideas fundamentales sobre el viento, el recurso natural que hace posible
el aprovechamiento energético de la tecnología eólica. Conocer en profundidad su naturaleza es un
inmejorable punto de partida para poder entender los aspectos más específicos de la tecnología eólica
detallados en los siguientes capítulos.
En la primera parte...
Se exponen los fundamentos físicos que originan el movimiento de masas de aire en nuestro planeta,
en lo que se conoce como la “circulación general de la atmósfera”. Estos conceptos permiten explicar
con cierta precisión el comportamiento del viento a gran escala, lo que se denomina el “viento
geostrófico”.
Se describen las variaciones locales del viento, que influyen en la circulación a gran escala para dar
lugar al recurso eólico que observamos en la superficie terrestre, el que se puede aprovechar en los
parques eólicos. También se detallarán aspectos como la influencia de la altura en la velocidad del
viento, la variación temporal de este o el origen de las brisas de montaña y de la costa.
A continuación...
Se exponen algunas de las características del recurso eólico en nuestro país. En particular, se
muestran las zonas con mayor potencial de aprovechamiento, que lógicamente coinciden con aquellas
con más potencia instalada en parques eólicos en el país.
Se presentan también en este tema los fundamentos de la caracterización del viento: los equipos de
medida utilizados, las herramientas de procesado de la información medida (como la rosa de los vientos
o el diagrama de distribución de velocidades), etc.
Se incorporan ejemplos desarrollados para aprender a dibujar la rosa de los vientos, representación
gráfica muy sencilla y visual que nos proporciona información muy útil sobre las características del
recurso en una localización concreta y que supone una herramienta fundamental a la hora de analizar el
tipo de aerogenerador a instalar.
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Se han incluido algunas ideas sobre la predicción del viento, que son las técnicas utilizadas para
estimar la disponibilidad de energía en parques eólicos con cierta antelación. La predicción eólica es
fundamental para mejorar la gestión de los parques eólicos, aumentar la penetración de esta tecnología y
reducir los costes del sistema eléctrico. Se comentan el software y los distintos programas informáticos
que se emplean habitualmente en la fase previa de diseño de un parque eólico y en la fase de operación
para facilitar la predicción de producción y la evaluación del funcionamiento del propio parque. Se
analizan con algo más de detalle los programas WAsP, windPRO y WindFarm.
II. Objetivos
Describir las características generales del viento como recurso natural en cuanto a su capacidad de
aprovechamiento energético, incluyendo los aspectos locales y temporales de esta fuente de energía.
Conocer los equipos de medida del recurso eólico y las técnicas de procesado de los datos medidos.
Introducir las ideas fundamentales sobre la predicción del viento y la influencia de esta disciplina en la
tecnología eólica y en el sistema eléctrico en general.
Conocer los programas y herramientas informáticas más utilizados en el diseño y control de operación
de parques eólicos.
Conocer los equipos de medida del recurso eólico y las técnicas de procesado de los datos medidos.
Introducir las ideas fundamentales sobre la predicción del viento y la influencia de esta disciplina en la
tecnología eólica y en el sistema eléctrico en general.
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Figura 1. Diagrama de la circulación general de la atmósfera, en el que se muestran las tres zonas de
vientos preferentes en cada hemisferio: alisios del noreste en latitudes bajas, vientos del oeste en medias
y vientos polares en latitudes elevadas.
Fuente: http://www.newmediastudio.org
La figura 1 muestra un diagrama sobre los movimientos preferentes de masas de aire en nuestro planeta.
Se pueden ver tres zonas claramente diferenciadas para cada hemisferio, cada una de ellas con una
dirección preferente para el viento. Son las llamadas "celda de Hadley", "celda polar" y "celda de Ferrel".
A continuación, se describe brevemente cada una de estas zonas.
Celda de Hadley
Es la zona que va entre el ecuador y los 30° de latitud en cada hemisferio. En dicha zona, el
comportamiento es el modelo más sencillo de circulación. El viento dominante proviene del noreste (a
estos vientos se los denomina “alisios del noreste”) y es consecuencia del movimiento en altura del aire
caliente que va del ecuador hacia los polos. Estas masas de aire se enfrían al tomar altura y acaban por
descender en latitudes más elevadas. Por ello, vuelven en superficie hacia el ecuador (esta es la corriente
principal percibida en la celda), absorbidas por las bajas presiones provocadas por el aire caliente
ascendente.
La componente este del viento en la celda de Hadley está provocada por la influencia de la rotación
terrestre, en particular de la fuerza de Coriolis, que desvía el viento hacia su derecha (en el sentido del
avance del viento) en el hemisferio norte y hacia su izquierda en el hemisferio sur. La influencia de este
efecto es mucho mayor en latitudes elevadas.
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Celda polar
Cerca de los polos, el comportamiento también responde al esperado según el modelo sencillo: el aire
frío (más pesado) se desplaza en superficie hacia el ecuador, y sustituye a las masas de aire caliente que
avanzan en altura hacia los polos. La rotación de la Tierra le confiere una componente este en ambos
hemisferios, como en la celda de Hadley.
Esta celda se extiende desde los polos hasta los 60º de latitud en ambos hemisferios y en ella los
vientos dominantes se denominan “vientos polares del este”.
Celda de Ferrel
Ocupa las latitudes entre los 30º y los 60º en cada hemisferio. En esta zona, los vientos dominantes
provienen del suroeste en el hemisferio norte y del noroeste en el sur (son los llamados “ponientes”).
Están causados por el movimiento del aire en superficie hacia la zona de bajas presiones dejada por el
aire que asciende hacia los polos desde los 60º de latitud. La componente oeste se debe a la acción de la
fuerza de Coriolis, que desvía al viento hacia su derecha.
Además de las tres zonas citadas, existen otras dos áreas atmosféricas, que están caracterizadas por el
escaso viento. Se trata de la zona de convergencia intertropical, cerca del ecuador y de la zona cercana a la
latitud 30º, en ambos hemisferios. En la primera tienen lugar las denominadas “calmas ecuatoriales”,
mientras que en la segunda se producen las “calmas de Ross”.
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Figura 2. La presencia de las masas continentales tiene una notable influencia en la circulación
general de la atmósfera. Cada zona geográfica puede tener características diferentes en cuanto a su masa
térmica, perfil de rugosidad, etc.
Sin embargo, en el caso de la energía eólica, los dispositivos de aprovechamiento del viento
(aerogeneradores) están situados muy cerca del suelo o de la superficie marina, con el rotor a una altura de,
a lo sumo, 220 m. En esta zona, el viento sufre la acción del rozamiento, por lo que se ve frenado. Así, en
función de las características de la orografía (más o menos rugosa), la influencia de obstáculos naturales
(como cerros, hondonadas, etc.) puede ser considerable. También puede modificar de manera significativa
la velocidad y la dirección del viento la presencia de edificios en zonas urbanas.
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En el primer caso, se trata del movimiento de masas de aire que aparecen en las cercanías de grandes
montañas (figura 3). Son consecuencia del calentamiento desigual de las laderas en función de la altura.
Las brisas de montaña fluyen desde las cumbres hacia los valles durante las noches y desde las partes
bajas hacia las altas durante el día. Por las noches, el aire de lo alto de la montaña se enfría antes, por la
menor inercia térmica de las cumbres con respecto a la parte baja. El aire fresco baja por la ladera hacia
los valles, dando lugar a la brisa nocturna. Por el contrario, durante el día, es el aire cálido de los valles
el que asciende por la ladera hacia lo alto de la montaña, empujado por el viento fresco que cae hacia la
zona de los valles.
Con respecto a las brisas marinas, el fenómeno se debe al calentamiento diferencial que se produce en el
mar y en la tierra, debido al comportamiento térmico diferente de ambos medios.
Durante el día, la brisa sopla desde el mar hacia la orilla, debido al mayor calentamiento del medio
terrestre con respecto al agua de mar (hay que recordar que el calor específico del agua es muy elevado,
lo que significa que una masa del líquido tiene mucha inercia térmica, es decir, responde muy lentamente
ante variaciones de temperatura ambiente). Por ello, el aire cálido de la orilla asciende y es sustituido por
el aire fresco procedente del mar.
Figura 3. Brisas de ladera en las montañas, consecuencia del calentamiento desigual en función de la
altura.
Fuente: www.windpower.org
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Por la noche, la tierra se enfría antes que el mar por su menor inercia térmica, por lo que el flujo de las
brisas se invierte: es el aire cálido en contacto con el agua el desplazado por el fresco procedente de la
orilla. Así, la brisa nocturna tiene dirección de la costa hacia el mar. La figura 4 muestra de forma
esquemática las brisas marinas.
La variación del viento con la altura se puede calcular de manera aproximada mediante diversos
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métodos analíticos. En este sentido, es habitual utilizar una aproximación exponencial para estimar el
aumento de la velocidad con la altura, de acuerdo con la fórmula:
Vy = V0 ( Y / Y0)α.
Donde V es la velocidad del viento a la altura y e y0 una altura de referencia a la que la velocidad es
conocida, V0. a es el llamado “coeficiente de rugosidad”, exponente que depende fuertemente de la
orografía. Sus valores varían típicamente entre 0,1 y 0,4, y es mayor cuanto más compleja es la
orografía (tabla 1).
Así, en terrenos poco accidentados, a adquiere valores alrededor de 0,1, lo que en términos de
la velocidad del viento significa que la variación con la altura es muy reducida. En zonas muy
escarpadas, o con muchos obstáculos (por ejemplo, en ciudades), a puede alcanzar valores
cercanos a 0,4 (es decir, la velocidad del viento varía mucho con la altura).
Tabla 1. Variación del coeficiente de rugosidad, α, con las características del terreno
La figura 5 muestra la variación de la velocidad del viento con la altura para un coeficiente de rugosidad
de 0,2. La curva reproduce la ley exponencial anteriormente descrita.
Cuando se realiza una campaña de medidas de viento en un determinado emplazamiento, lo ideal sería
realizar la medida de velocidad a la altura a la que se van a colocar las turbinas eólicas, pero esto no es
siempre posible. Sin embargo, sí es posible medir a una altura normalizada y extrapolar a la altura de la
turbina utilizando la aproximación exponencial.
La variación del viento con la altura tiene una gran influencia en el funcionamiento de un
sistema eólico, dado que la producción de energía es mayor a mayor altura. Por ello, desde un punto de
vista meramente energético, los aerogeneradores han ser de tan grandes como sea posible. Sin embargo,
los aerogeneradores grandes son más caros y también lo es la propia instalación y el transporte. Por lo
tanto, el coste final de toda la instalación también será mayor. En consecuencia, en el diseño de una
instalación eólica es fundamental optimizar el sistema, y encontrar el mejor compromiso entre elevada
producción y bajos costes.
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Figura 5. Variación de la velocidad con la altura, según la ley exponencial, para un coeficiente de
rugosidad de 0,2.
Fuente: elaboración propia.
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Con respecto a las variaciones a largo plazo, cabe destacar las debidas a la estacionalidad. Y es que el
recurso eólico disponible oscila a lo largo del año, con la sucesión de las estaciones. En general, los
periodos de tiempo estable, como el verano, son menos propicios para la generación eólica. Por el
contrario, los meses de invierno suelen ser más ventosos. La figura 7 muestra la producción eólica en
España entre 2014-2018.
Por ejemplo, los cambios bruscos de viento pueden provocar fuertes cargas sobre los
aerogeneradores, que provocan fatiga mecánica en los materiales, poniendo a prueba su resistencia
estructural. Además, pueden dar lugar a problemas en los sistemas de control y orientación y
oscilaciones momentáneas en la potencia eléctrica producida.
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Figura 7. Producción eólica en España entre 2014-2018. Hay menor generación en los meses de
verano, que en general están caracterizados por un tiempo más estable.
Fuente: Asociación Empresarial Eólica y Red Eléctrica de España.
En dicha escala (tabla 2), se establecen 17 categorías, también denominadas “grados”, ordenadas de
menor a mayor velocidad del viento. En la tabla se muestran los intervalos de velocidad mínimo y máximo
para cada categoría, en unidades de m/s, km/h y nudos (un nudo es una milla náutica por hora).
Para cada grado es habitual añadir una descripción de los efectos que el viento podría tener tanto en
tierra como en mar. En la tabla se ha incluido el efecto típico en tierra.
Así, por ejemplo, un viento grado 5 se podría reconocer observando los árboles pequeños, ya
que para esta velocidad estos empiezan a moverse; mientras un viento fuerza 10 se puede
reconocer porque puede llegar a arrancar árboles y a causar daños en edificios.
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En la tabla 3 se muestran las equivalencias entre unidades utilizadas habitualmente para medir el viento.
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Tabla 3. Equivalencia entre diferentes unidades utilizadas habitualmente para medir el viento
Existe otra escala que se utiliza con mayor frecuencia que la Beaufort en el campo de la energía eólica.
Dicha escala clasifica los vientos en siete clases, en orden creciente en cuanto a su velocidad. En la tabla 4
se han incluido las velocidades mínima y máxima, en m/s, a tres alturas diferentes, 10 m, 50 m y 80 m. La
variación de la altura que se ha supuesto en esta clasificación es exponencial, según la ley presentada
anteriormente, y con un coeficiente de rugosidad de un séptimo (a=1/7).
Tabla 4. Clasificación del viento en clases, de acuerdo con su velocidad media (en m/s) a tres
alturas diferentes
v (m/s)
Clase 10 m 50 m 80 m
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En los últimos años se han desarrollado estudios muy exhaustivos sobre la disponibilidad de recurso
eólico en nuestro planeta. Entre estos, destaca el de Archer y Jacobson, de 2005, en el que se cuantifica el
potencial eólico a nivel global. Los investigadores de la Universidad de Stanford concluyen que sería
posible obtener hasta 72 TW de potencia en parques eólicos, cantidad equivalente a 25 veces el consumo
mundial de electricidad.
Una de las principales aportaciones de Archer y Jacobson es su Atlas del viento, en el que determinan la
velocidad del viento en las diferentes áreas geográficas de la Tierra, mediante medidas a diferentes alturas.
Sobre la base de los resultados del trabajo se puede decir que la mayor disponibilidad de viento se da
en América del Norte, que tiene el mayor número de estaciones de medida con vientos clase 3 o
superior (según los propios autores, para que la producción eólica sea rentable, son necesarias
velocidades superiores a 6,9 m/s a 80 m de altura, es decir, clase 3 o superior). En particular, en la zona
de los grandes lagos y a lo largo de las costas este y oeste del país.
Antártida
La Antártida tiene también un potencial inmenso (aunque difícilmente aprovechable, dado que el
continente helado tiene un elevado grado de protección por sus especiales características, que lo
protege frente a la gran mayoría de las actividades humanas), y es el área con el mayor porcentaje de
estaciones aprovechables para la producción eólica: un 60%.
Europa
Por lo que respecta a Europa, figura en la lista de lugares con mayor potencial eólico. En particular, el
norte del continente, con Escandinavia y Reino Unido a la cabeza. Las costas del Mar del Norte son un
lugar privilegiado tal y como se aprecia en la figura 8.
Sudamérica y Australia
Otras zonas con gran potencial son el extremo sur de Sudamérica y la isla de Tasmania, en Australia.
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Con respecto a la disponibilidad de viento en los mares y océanos de nuestro planeta, Archer y
Jacobson concluyen que la media global de velocidad a 10 m de altura en estas áreas es de 6,64 m/s (lo que
se corresponde con la clase 6), frente a los 3,28 m/s (clase 1) de media sobre las grandes masas de tierra.
Es decir, en promedio, los valores medidos sobre el mar son dos veces mayores que en tierra, lo que
justifica el gran crecimiento de la eólica offshore de los últimos años. Las medidas a 80 m confirman el
enorme potencial del viento en el mar, ya que a esa altura la media de velocidad es de 8,6 m/s, frente a 4,54
m/s medidos tierra adentro.
Figura 8. Distribución del potencial del viento en Europa. Las zonas más oscuras, en el norte del
continente (Escandinavia, Reino Unido y el Mar del Norte), se corresponden con aquellas con mayor
velocidad del viento en promedio.
Fuente: Risoe National Laboratory. Vector Graphics.
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China 211 392 MW
Alemania 59 311 MW
India 35 039 MW
España 23 484 MW
Francia 15 309 MW
Canadá 12 805 MW
Brasil 14 702 MW
Italia 9 958 MW
La latitud de nuestro país (entre 36º y 43º norte, con la parte central de la península ibérica a unos
40º) hace que se encuentre en la zona de la celda de Ferrel, donde predominan los vientos del
oeste. Sin embargo, la complejidad orográfica de la península modifica sustancialmente el
esquema general de la circulación, como es de esperar en un país tan montañoso (España es el
segundo país más montañoso de Europa, superado por Suiza). La figura 10 muestra la
distribución potencial del viento en España.
Causas
Las principales causas de tipo orográfico que producen modificaciones en la circulación general en
España son los encauzamientos y el llamado “efecto esquina”. En el primer caso, se trata de caminos
preferentes para la circulación del viento provocado por la presencia de barreras laterales, que marcan la
senda a seguir por las corrientes de aire. Son frecuentes los encauzamientos del viento entre cadenas
montañosas, en depresiones existentes en cauces de grandes ríos y también en los estrechos, brazos de
mar que dividen grandes masas de tierra.
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Figura 9. Distribución del potencial del viento en España. Las zonas más oscuras, en el noroeste del
país (Galicia), el valle del Ebro y en la zona este de Castilla La Mancha (provincia de Albacete), se
corresponden con aquellas con mayor velocidad del viento en promedio.
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Algunas de las zonas con mayor potencial eólico vienen definidas precisamente por estas
características orográficas. Así, los encauzamientos existentes en el valle del Ebro y en el estrecho de
Gibraltar y el efecto esquina que se produce en el noroeste de España, en Galicia,, y en el sur de
Portugal, en el cabo de San Vicente,, configuran las áreas preferenciales para el aprovechamiento eólico.
Una zona singular del país, debido a su alejada situación geográfica con respecto a la península, es la
de las Islas Canarias. Este archipiélago está ubicado entre los 26°º y los 29°º de latitud norte; por lo
tanto, se encuadra en la zona de vientos alisios del nordeste. Debido a esta situación y a causa de su
particular orografía, se puede decir que el potencial eólico de las Islas Canarias es alto, de los mayores
de toda España.
Para terminar, es necesario mencionar que la presencia del viento en las zonas privilegiadas, como el
valle del Ebro, La Mancha, el estrecho o el Cantábrico, ha influenciado de manera significativa a las
diferentes culturas presentes en estas áreas, hasta el punto de que existen denominaciones de los
diferentes vientos en estas zonas (y también en otras de la geografía española), utilizadas
tradicionalmente con cierta profusión. Así, en el Ebro, se habla del “cierzo”; en el Cantábrico, de
“galerna”; y en el estrecho, de “levante”, que son algunos de los nombres más característicos de entre
los utilizados para los vientos del país. La figura 12 muestra las denominaciones para los diferentes
vientos en España, utilizados de manera tradicional.
Figura 11. Denominaciones para los diferentes vientos en España, utilizados de manera tradicional.
Fuente: http://www.renovart.com
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Por este motivo, antes de emprender un proyecto de instalación de un parque eólico, se hace
imprescindible realizar una campaña de medidas del recurso disponible en la zona. Dicha campaña
ha de durar al menos un año y se debe realizar en el propio emplazamiento.
Además, es importante desarrollar también una campaña de medidas a largo plazo, durante por lo
menos 15 años. Esta campaña puede utilizar datos de una estación de referencia cercana, por ejemplo,
del Instituto Nacional de Meteorología. Su objetivo es descartar que la campaña de medidas realizada en
el propio parque no sea representativa del viento en la zona, dada la enorme variabilidad para el recurso
eólico.
El IDAE ha realizado un estudio exhaustivo del recurso eólico y ha elaborado un mapa eólico
de España, tanto en la superficie terrestre como en las aguas interiores y en el litoral marino
hasta 24 millas, que está disponible en su página web: https://www.idae.es/uploads/documentos
/documentos_11227_e4_atlas_eolico_A_9b90ff10.pdf
Veletas
El componente fundamental de una veleta es un elemento móvil que puede girar libremente alrededor
de un eje. Sometido a la acción del viento, el elemento se orienta en la dirección de este. Pero estas no
aportan ninguna referencia en cuanto a la velocidad. Para ello hay que recurrir al empleo de
anemómetros.
Figura 12. Imagen de una veleta, el dispositivo que permite determinar la dirección del viento en un
determinado momento.
Fuente: www.windpower.org
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Es posible registrar los datos medidos en un determinado intervalo de tiempo para la dirección del
viento, lo que se realiza mediante un transductor. Este elemento se encarga de transformar la información
de la posición de la veleta en una señal eléctrica, que puede registrarse de una manera sencilla.
Anemómetro
Al igual que en el caso de la veleta, para registrar los datos medidos de la velocidad del viento, se
transforma dicha información en una señal eléctrica. Esto se puede realizar utilizando un generador
eléctrico acoplado directamente al eje de giro del anemómetro.
Figura 13. Anemómetro de cazoleta, dispositivo que permite medir la velocidad del viento.
El generador suministra una corriente alterna cuya amplitud y frecuencia son proporcionales a la
velocidad de giro de su rotor, que a su vez es proporcional a la velocidad del viento.
Los datos de las medidas de velocidad y dirección del viento se deben registrar durante largos
periodos de tiempo, al menos durante la campaña de medidas. Por ello, es necesario habilitar un sistema
de almacenamiento de dichos datos. Esto se puede realizar utilizando sistemas del tipo datalogger, que
se sitúan en la base de la torre meteorológica, donde se ubican también los equipos de medida: veleta,
anemómetro, etc.
Torres meteorológicas
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Suelen incorporar otros dispositivos de medida con el fin de almacenar la mayor cantidad de
información posible sobre el comportamiento de la atmósfera en la zona. Así, es muy común registrar
también parámetros como la humedad ambiental, la presión atmosférica o la intensidad de la radiación
solar. Estos datos sirven como entrada para los modelos de predicción del viento, con los que es
posible estimar con antelación la energía generada por un determinado parque eólico.
Figura 14. Imagen de una torre meteorológica, en lo alto de la cual se ubican los dispositivos de
medida: anemómetro, veleta, termómetro, etc.
Fuente: http://www2.uah.es/gifa/fotorre5.htm
Actualmente reduce tanto el coste como el tiempo necesario para identificar y evaluar regiones
potencialmente prometedoras para la implantación de proyectos eólicos. Utiliza el histórico recogido por
las estaciones meteorológicas junto con bases de datos geofísicos y de datos globales. Aunque estos
modelos suelen ser muy fiables, hay factores que afectan a la precisión de la estimación: escala finita de
la red de simulación; errores en las propiedades estimadas, como la rugosidad del terreno; y errores en
las bases de datos de topografía y usos del suelo. Más adelante se comentarán los softwares habituales
en la estimación del recurso eólico y en otras fases del proyecto de parques eólicos
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Este histograma (figura 16) ya aporta más información que el anterior. Dice que hay un 11,5 % del tiempo
en el que el viento sopla a una velocidad de 6 m/s y otro porcentaje similar a una velocidad de 7 m/s. Así,
una turbina que trabaje entre 4 m/s y 12 m/s estará girando un 71 % del tiempo (si el intervalo de tiempo en
un año producirá energía un 71 % de los días).
Es decir, de acuerdo con la aproximación exponencial, el viento a la altura del rotor alcanzará
velocidades de entre 7,75 m/s y 8,23 m/s. Si se conociera con precisión el coeficiente de
rugosidad de la zona se podría determinar con mayor exactitud la velocidad.
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En ocasiones, es posible obtener mucha información de las características del viento en una zona
observando la influencia de este en el entorno. Especialmente, en áreas con vientos intensos y
persistentes, donde sus efectos pueden modificar significativamente las características de la orografía y
del manto vegetal existente.
Por ejemplo, en lugares con fuertes vientos, es posible que estos provoquen cambios permanentes en
las plantas. Este efecto es especialmente interesante en árboles, en los que pueden llegar a aparecer
deformaciones en el tronco, ramas u hojas, que es posible correlacionar con la velocidad del viento.
Así, los árboles presentarán cierta inclinación en la dirección predominante, que será tanto más acusada
cuanto más intenso sea el recurso eólico en la zona.
Por ejemplo, en desiertos y otras zonas arenosas, la forma de las dunas y su orientación pueden
ser indicativas de las características del viento, tal y como puede apreciarse en la figura 17.
Figura 17. Efecto de los vientos persistentes sobre la orografía en zonas arenosas.
Fuente: Beaufor, J.
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Los datos obtenidos durante la campaña de medidas han de ser procesados para poder extraer toda
la información. Dichos datos son la base para estimar la producción eléctrica del hipotético parque
eólico y, a partir de ellos, su viabilidad y, en su caso, su potencial de rentabilidad.
Ya se ha mencionado una herramienta muy valiosa para presentar la información medida; la llamada
“rosa de los vientos”. Se trata de una representación gráfica de los datos de la velocidad del viento en
cada dirección del espacio. Es habitual mostrar, por un lado, la velocidad media y, por otro, la
probabilidad de que el viento sople en cada dirección en el emplazamiento en cuestión. En este último
caso, se representa el porcentaje de tiempo (o frecuencia) en el que el viento sopla en cada dirección.
En realidad, la rosa de los vientos es una representación muy visual de la dirección de los
vientos dominantes y la frecuencia y velocidades de estos. Es un diagrama polar que indica el % de
tiempo en que el viento sopla en una determinada dirección. Se suele añadir información sobre
velocidades en esas direcciones y potencia disponible asociada.
Este estudio debe hacerse como parte preliminar del proyecto en el caso de parques eólicos. Si el
tamaño de la instalación no justifica el gasto en un estudio y recogida de datos previos exhaustivos,
siempre se podrá recurrir a los datos facilitados por alguna estación meteorológica cercana y cuyas
características se asemejen al emplazamiento en cuestión. Una vez que se tienen esos datos se puede
proceder a dibujar las rosas de los vientos. Habitualmente se empleará una rosa de los vientos de
frecuencia de vientos, de potencia y de energía.
En este ejemplo, para ver cómo se procedería, se han tomado los datos del mes de marzo,
registrados cada hora, de la velocidad y dirección del viento.
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1. Representación en gráfica
Se representan en una gráfica los tramos horarios en los que se han hecho las mediciones en el eje de
abscisas y las velocidades de viento (figura 18) o la dirección desde donde ha soplado el viento (figura
18) en el eje de ordenadas.
Figura 18. Representación de todos los datos de velocidad de viento según se han ido registrando
desde la hora 0 hasta la hora final. En este caso desde el 1 de marzo hasta el 1 de abril.
Fuente: Sotavento Galicia.
También se puede representar de esta misma manera (figura 19) las direcciones en las que ha soplado
el viento:
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Para ello se representan en horizontales el número de horas en que el viento ha estado soplando a un
determinado intervalo de velocidad y, en el otro eje, las velocidades de ese tramo (figura 20). Otra
posibilidad es representar, en un eje, el número de horas que el viento ha soplado desde un determinado
punto geográfico y, en el otro, las coordenadas geográficas (figura 21).
Figura 20. Histograma con el número de horas que sopla el viento en cada rango de velocidad.
Fuente: Sotavento Galicia.
Figura 21. Histograma con el número de horas que sopla el viento desde cada una de las direcciones
geográficas.
Fuente: Sotavento Galicia.
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Se construye a continuación una tabla en la que se registran los intervalos de velocidad considerados, la
frecuencia de clase (Fc) que representa para cada valor el número de mediciones en ese intervalo de
velocidad de viento (tabla 5) y, en la misma tabla o en otra diferente, los datos de la dirección de
soplado (tabla 6).
4. Frecuencia relativa
Se añade una columna con la frecuencia relativa (Fr), que es simplemente dividir Fc entre el número total
de registros.
5. Porcentajes
6. Frecuencia acumulada
Se añade otra columna con la frecuencia acumulada (Fa), que es la sumatoria de un intervalo con el
siguiente; la suma total deberá ser 1 (tabla 5).
Tabla 5. Datos de velocidad, con el número de datos que hay en cada rango de velocidad, su
frecuencia y su frecuencia acumulada.
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Tabla 6. Datos de dirección de soplado, con el número de datos que hay en cada punto geográfico,
su frecuencia y su frecuencia acumulada.
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7. Histograma de frecuencias
Se elabora un histograma de frecuencias (figura 22), con los datos de la frecuencia relativa, lo que
permite apreciar el % del tiempo para un periodo en el que el viento ha estado soplando a una
determinada velocidad (intervalo).
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Se elabora una curva de frecuencia acumulada (figura 23), que representa la probabilidad de que el
viento sea menor o mayor que una velocidad determinada.
Una vez obtenidos los datos anteriores se puede proceder a dibujar la rosa de los vientos para ese
emplazamiento y periodo de tiempo concretos (figura 24).
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Dibujo manual
Para dibujar manualmente la rosa de los vientos se comienza dibujando una circunferencia y dividiendo
los 360° en 16 sectores, que corresponden a las direcciones. Estas son: N, NNE, NE, ENE, E, ESE, SE,
SSE, S, SSO, SO, OSO, O, NO, NNO. A cada sector le corresponden 22,5° (360/16 = 22,5); y luego,
en cada radio, se dibuja la frecuencia. Los radios están cortados por círculos concéntricos distanciados
entre sí por un rango de frecuencia. A continuación, se presentan varios ejemplos de rosas de los
vientos (figuras 25, 26 y 27).
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Otra representación muy habitual de los datos obtenidos durante la campaña de medidas es la de
distribución de velocidades del viento en el emplazamiento, también conocida como distribución
Weibull. En ella se representa el número de horas al año (o porcentaje de horas anuales) para cada
velocidad en una gráfica de barras. Esta gráfica permite estimar la energía suministrada por un
determinado aerogenerador a partir de las características del mismo.
Para obtener las frecuencias o tiempos para esta gráfica, se utiliza el polinomio de Weibull:
Como en el caso de la rosa de los vientos, se incluyen también todos los datos en forma tabular (tabla
8). Y es que las representaciones tabulares son muy útiles porque permiten recuperar los datos
numéricos para hacer tratamientos estadísticos diferentes, en función de las necesidades.
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Recurso eólico
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En la figura 30 se observa cómo la velocidad más probable en este emplazamiento es de 4 m/s, ya que el
viento sopla unas 1 250 horas de media al año a esa velocidad. La siguiente velocidad más probable es de 5
m/s, a la que el viento sopla algo más de 1 200 horas al año.
Así, las variaciones de recurso eólico en dos lugares relativamente cercanos (que pueden tener una
disponibilidad de luz solar semejante) pueden ser muy importantes debido a la presencia de
obstáculos, a la diferente orientación, a las características del terreno, etc.
Desde el punto de vista de la producción eléctrica, la aleatoriedad del viento se manifiesta en que no es
posible elegir el momento en que un parque eólico inyecta electricidad a la red, ni tampoco aumentar o
disminuir la potencia generada. La producción eólica tiene lugar cuando existe viento, y la energía
generada depende de la intensidad del viento en ese momento.
Estas características del recurso eólico tienen una influencia considerable en los sistemas eléctricos,
especialmente en aquellos con una gran potencia instalada en parques eólicos (este es el caso de países
como Dinamarca, España o Alemania). Dado que la electricidad no puede almacenarse a gran escala, la
producción de todas las fuentes de suministro (las centrales) debe igualar en cada momento a la
demanda, para evitando así cortes de suministro o excesos de producción (que se perderían).
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Recurso eólico
Esto se consigue utilizando centrales de reserva, que se mantienen funcionando a poca potencia, la
mínima indispensable para poder empezar a producir de manera inmediata, y reaccionando ante posibles
incrementos de la demanda o ante una caída en la producción (provocada, por ejemplo, por la menor
producción de los parques eólicos debido a la disminución en la intensidad del viento).
La aleatoriedad en la producción eólica ha sido la causa de que en algunos países se haya limitado la
autorización para conectar nuevos parques a las redes eléctricas, lo que ha frenando así el desarrollo de
esta tecnología. Hay que recordar que, en países como España, la venta de la energía producida por
fuentes renovables está garantizada por ley, por lo que, una vez conectado un parque, el operador de la
red está obligado a dar salida a la electricidad generada (siempre dentro de los límites marcados por la
legislación en cuanto a seguridad y calidad de la red).
Una manera de minimizar estos inconvenientes de la energía eólica es estimar por adelantado la
disponibilidad de viento e informar a los gestores de la red de la producción prevista. Así, el gestor
puede cuantificar con mayor precisión las necesidades en centrales de reserva, minimizarndo la potencia
extra perdida (y, por lo tanto, el gasto de combustible, en el caso de las centrales térmicas o nucleares)
en espera de fluctuaciones en la demanda, y reducirendo los costes totales del sistema.
En España, el gestor de la red es la compañía Red Eléctrica de España (REE), que es la encargada de
garantizar en todo momento que la generación eléctrica sea igual a la demanda. REE informa en tiempo
real de la demanda de energía a través de su página web, en la que también es posible ver la estimación
que la propia compañía realiza por adelantado sobre la potencia eléctrica necesaria a lo largo de cada
día, tal y como se muestra en la figura 31.
Figura 31. Curva de demanda de electricidad que REE proporciona en tiempo de su página web. La
imagen muestra la previsión de demanda que la compañía realiza por adelantado.
Fuente: REE (2019).
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Por ello, el marco legal español en materia de energía contempla esta problemática. En particular, el
RD 436/2004, que establecía el régimen jurídico y económico de la producción de electricidad en
régimen especial, en el que se incluyen las energías renovables.
El RD 436/2004 (derogado mediante el RD 661/2007, luego por el RDL 6/2009 y finalmente por el
RDL 9/2013) obligaba a los parques eólicos de más de 10 MW de potencia a estimar su producción
con 30 horas de antelación, y a informando al gestor del sistema de dicha previsión. Las instalaciones
que no cumplan la previsión de producción, dentro de un margen de error del 20 %, son penalizadas
económicamente en la venta de la electricidad, por lo que percibiendo menos ingresos que aquellas que
cumplan la estimación realizada.
La normativa actual, dista mucho de estos dos reales decretos, y llegando a retirar las primas
con efectos retroactivos. A continuación, se resumen una serie de normativas publicadas en la
página de la AEE que afectaban directamente a la energía eólica:
Corrección de errores del RD 661/2007, de 25 de mayo, por el que se regula la actividad de
producción de energía eléctrica en régimen especial.
RD 1028/2007, de 20 de julio, por el que se establece el procedimiento administrativo para la
tramitación de las solicitudes de autorización de instalaciones de generación eléctrica en el mar
territorial.
Orden ITC 3860/2007, de 28 de diciembre, por la que se revisan las tarifas eléctricas a partir de
1 de enero de 2008.
Orden IET/3586/2011, de 30 de diciembre, por la que se establecen los peajes de acceso a
partir de 1 de enero de 2012 y las tarifas y primas de las instalaciones del régimen especial.
RDL 1/2012, de 27 de enero, por el que se procede a la suspensión de los procedimientos de
preasignación de retribución y a la supresión de los incentivos económicos para nuevas
instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de cogeneración, fuentes de energía
renovables y residuos.
RDL 13/2012, de 30 de marzo, por el que se transponen directivas en materia de mercados
interiores de electricidad y gas y en materia de comunicaciones electrónicas, y por el que se
adoptan medidas para la corrección de las desviaciones por desajustes entre los costes e
ingresos de los sectores eléctrico y gasista.
RDL 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de
fomento de la competitividad.
RDL 2/2013, de 1 de febrero, de medidas urgentes en el sistema eléctrico y en el sector
financiero.
Orden IET/221/2013, de 14 de febrero, por la que se establecen los peajes de acceso a partir de
1 de enero de 2013 y las tarifas y primas de las instalaciones del régimen especial.
RDL 9/2013, de 12 de julio, por el que se adoptan medidas urgentes para garantizar la
estabilidad financiera del sistema eléctrico.
Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del sector eléctrico.
Orden IET/346/2014, de 7 de marzo, por la que se modifica la Orden IET/2013/2013, de 31 de
octubre, por la que se regula el mecanismo competitivo de asignación del servicio de gestión de
la demanda de interrumpibilidad.
RD 413/2014, de 6 de junio, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica
a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos.
Orden IET/1045/2014, de 16 de junio, por la que se aprueban los parámetros retributivos de las
instalaciones tipo aplicables a determinadas instalaciones de producción de energía eléctrica a
partir de fuentes de EERR, cogeneración y residuos.
Orden IET/1459/2014, de 1 de agosto, por la que se aprueban parámetros retributivos y que
establece mecanismos de asignación de régimen retributivo específico para nuevas instalaciones
eólicas y fotovoltaicas en sistemas eléctricos no peninsulares.
Orden IET/2444/2014, de 19 de diciembre, por la que se determinan los peajes de acceso de
energía eléctrica para 2015.
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Recurso eólico
Toda la normativa mencionada ha dado como resultado una subida de los precios de los peajes
eléctricos en España de una forma espectacular en los últimos años, y ha paralizado el crecimiento
de la energía eólica hasta el año 2018, en el que se volvieron a realizar inversiones en energía eólica
y se instalaron 392 MW nuevos. Y esta tendencia se mantendrá en el futuro, ya que según el Plan
Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la descarbonización de la energía es una realidad,
con el objetivo europeo del 100 % de descarbonización de la energía en el año 2050.
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Así pues, conocer con cierta fiabilidad cómo va a soplar el viento es muy importante y fundamental para
la buena marcha no solo del parque eólico, sino también de todo el sistema eléctrico.
La predicción del recurso eólico disponible en una determinada zona parte de las previsiones
meteorológicas publicadas por diversos organismos, como es el caso de la Agencia Estatal de
Meteorología en España.
Datos como la velocidad y dirección del viento, la temperatura, la presión atmosférica, la humedad
relativa, etc., que están ampliamente disponibles, son procesados mediante sofisticados modelos físicos
y estadísticos.
Puesto que el viento tiene importantes variaciones locales, causadas por la orografía particular de la
zona, es necesario añadir al modelo los datos climáticos históricos del parque en cuestión.
Con los resultados de la predicción del viento, es posible evaluar la producción eléctrica de un parque
eólico, a partir de los datos de las instalaciones del propio parque (en particular, de las características de
los aerogeneradores).
De esta manera, el funcionamiento de la energía eólica se acerca al de las centrales convencionales, dado
que es posible adelantar con cierta precisión la producción futura.
En este sentido, los mejores resultados de los modelos se obtienen para horizontes temporales de entre 1
y 5 horas, si bien las predicciones son bastante fiables con una antelación de entre 24 y 48 horas.
La siguiente figura muestra la velocidad del viento, suministrada en tiempo real por diversos organismos.
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Figura 33. Velocidad del viento, suministrada en tiempo real por diversos organismos.
Figura 33. Velocidad del viento, suministrada en tiempo real por diversos organismos.
Fuente: www.wunderground.com
La previsión del viento no es una disciplina nueva, ha sido aplicada anteriormente en diversos campos,
como en la aviación, en la navegación marítima, en el sector turístico o en el ámbito del deporte. En los
últimos años, debido a la espectacular penetración de la eólica, los modelos de predicción han sido
depurados, y han alcanzando grados de exactitud desconocidos hasta entonces.
Actualmente se utilizan modelos a escala mesoescalar y microescalar que están dando resultados muy
fiables. Con estos modelos el IDEA ha calculado el potencial eólico de España que se muestra en la figura
34.
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Recurso eólico
Figura 34. Potencial eólico estimado en España (en GW), según la velocidad del viento mínima, a 80
m de altura, para la viabilidad de los proyectos.
Fuente: IDAE.
Y es que la predicción eólica requiere unos niveles de precisión mucho mayores que en el resto de
campos citados. La energía suministrada por un aerogenerador es proporcional al cubo de la velocidad
del viento, por lo que pequeños errores en la estimación de este parámetro producen errores significativos
en el cálculo de la electricidad generada.
Además de las ventajas citadas de la predicción eólica (ahorro de costes del sistema, aumento de
la penetración de la eólica al facilitar la gestión del suministro y la seguridad de este), los
propietarios de parques eólicos encuentran otra importante ventaja que compensa con creces la
complejidad añadida por los propios sistemas de predicción. Esta otra ventaja es la posibilidad de
realizar el mantenimiento de los aerogeneradores y del resto de sistemas eléctricos de los parques
justo en momentos de baja intensidad del viento, que pueden ser conocidos con suficiente
antelación. De esta manera, se reducen significativamente las pérdidas energéticas (y también
económicas) en estos intervalos de mantenimiento.
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Recurso eólico
SIPREOLICO
En España, se viene empleando desde 2002 un programa informático que ayuda a predecir la
producción de energía eólica. Este programa, con sus diferentes versiones posteriores, se denominaba
originariamente SIPREOLICO, y utiliza los datos enviados en tiempo real por diferentes entidades. Este
programa permite realizar predicciones para las siguientes 48 horas para cada zona de aprovechamiento.
También trabaja con las series de datos aportadas por los propios parques una vez ya en
funcionamiento. Su desviación entre las predicciones y las producciones reales es muy pequeña, y
permite a REE gestionar convenientemente la energía que circula por la Red Nacional.
La mayoría de las grandes empresas dedicadas a la explotación de la energía eólica han desarrollado y
manejan sus propios software como herramienta de apoyo al dimensionado y estimación de producción del
parque en fase de proyecto. Otros programas informáticos de ayuda a diseño de parques eólicos que se
emplean actualmente son WAsP, windPRO y WindFarm:
WAsP
Este programa es una herramienta que viene utilizándose desde hace bastantes años como software
que ayuda a estimar la eficiencia en parques eólicos. Se desarrolló por la empresa danesa Risø DTU.
Sus diversas ayudas son las siguientes, según la página del propio desarrollador del software:
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Recurso eólico
Dado un clima eólico regional y un mapa digital en un sitio y altura, este mapa puede evaluarlo en
varios segundos. Una turbina eólica virtual puede moverse en el terreno arrastrando el ratón o
especificando sus coordenadas, y se obtiene el clima eólico y la producción de energía de estos
sitios.
El contenido de energía total del viento promedio se calcula mediante WAsP. Pero, además, se
estima la producción de energía anual media (AEP) de una turbina eólica proporcionando a WAsP la
curva de potencia de la turbina eólica en cuestión.
Una retícula permite gestionar los datos de clima eólico calculados. Los puntos se espacian
regularmente en filas y columnas. Esto permite ver el modelo de clima eólico de recursos eólicos para
un área.
Usando un clima eólico calculado u obtenido de otra fuente (ver Wind Atlases ), WAsP puede
predecir el clima eólico para un sitio específico y altura, realizando el cálculo inverso al usado para
generar el clima eólico regional. Introduciendo una descripción del terreno alrededor del sitio
analizado, los modelos WAsP pueden predecir el clima eólico actual y esperado en el sitio.
El clima eólico observado puede transformarse en un clima eólico regional. En estos atlas, las
observaciones eólicas se “limpian” con respecto a las condiciones específicas en el sitio del
anemómetro.
Esta opción permite el análisis de series temporales de mediciones eólicas para proporcionar un
resumen de lo observado.
WAsP usa mapas digitales del terreno para modelar el flujo. El editor del mapa es una herramienta
separada, usada para proporcionar las entradas topográficas.
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Recurso eólico
El paquete WAsP contiene un editor de turbina para preparar y editar archivos de turbinas. En los
archivos obtenidos, con numerosas tablas de rendimiento, se permite estudiar diferentes densidades
del aire y máximos niveles de ruido contenidos en un único archivo.
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Recurso eólico
WindPRO
Es un programa diseñado por EMD International A/S aceptado y válido a nivel mundial por
inversores, bancos y administraciones que intervengan en cualquiera de las fases del proyecto. El
programa abarca todos los aspectos de la planificación de proyectos, tales como la estimación de la
producción de energía, los impactos ambientales, ayuda a la selección de la tecnología, fórmulas de la
financiación y la operación del proyecto.
El usuario podrá configurar desde su escritorio los servicios de cluster para las modelaciones WRF y
WAsP-CFD.
Corrección de curva de potencia con datos variables en el tiempo de densidad de aire, turbulencia,
perfil vertical, etc.
Utilización de los resultados de WasP-CFD en el análisis de los parámetros del sitio (velocidad
extrema, turbulencia efectiva, distribución de frecuencia de la velocidad de viento, inclinación del
vector de entrada, perfil vertical, densidad de aire, temperatura, condiciones externas).
Nueva herramienta: estimación del impacto del recurso eólico en las cargas estructurales del
aerogenerador, identificar los componentes más vulnerables a fatiga.
El Project Wizard descarga automáticamente todos los datos que estén disponibles en línea para un
determinado proyecto: rugosidad, elevación, mapas de fondo, datos meteorológicos, etc.
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Recurso eólico
El paquete de software windPRO se compone de varios módulos, cada uno con un propósito
específico. El usuario es libre de combinar los módulos exactamente a su necesidad y su presupuesto.
Siempre se pueden agregar módulos adicionales.
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WindFarm
Programa similar al anterior en cuanto a sus prestaciones. Permite analizar, diseñar y optimizar los
proyectos de parques eólicos. Funciona en entornos Windows XP, Vista y W7 y no requiere ningún
paquete de software adicional. Se caracteriza por generar informes muy completos y aceptados a
efectos de inversión, permisos, etc.
X. Resumen
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Recurso eólico
En esta unidad se han mostrado los fundamentos físicos del viento como recurso natural
aprovechable para obtener energía. En este sentido, la circulación general de la atmósfera permite
explicar con cierta precisión el comportamiento del viento a gran escala, lo que se denomina el
“viento geostrófico”.
Las variaciones locales del viento modifican los efectos de la circulación a gran escala para dar
lugar al recurso eólico que observamos en la superficie terrestre, que es el que se puede
aprovechar en los parques eólicos. Entre estas variaciones locales, cabe destacar, por su notable
influencia, el rozamiento con la superficie terrestre o la influencia de factores orográficos, como la
presencia de cadenas montañosas o de grandes masas de agua (origen de las brisas de montaña y
de la costa).
Las áreas geográficas del planeta con mayor potencial eólico están situadas en Norteamérica, en
el norte del continente europeo, en el sur de Iberoamérica y en Australia. Así ha sido constatado
en los mapas de recurso eólico realizados hasta la fecha. España, a pesar de que no está ubicada
en las áreas con mayores recursos, tiene un importante potencial para el aprovechamiento eólico,
especialmente en el noroeste de la península (Galicia), en el valle del Ebro, en La Mancha y en las
Islas Canarias.
En esta unidad se han desarrollado ejemplos de cómo construir la rosa de los vientos, una
herramienta gráfica muy sencilla y que permite interpretar los datos de dirección y velocidades de
vientos a partir de los registros realizados. La predicción del viento es una disciplina que permite
estimar la disponibilidad de energía en parques eólicos con cierta antelación. La predicción eólica
es fundamental para mejorar la gestión de los parques eólicos, aumentar la penetración de esta
tecnología y reducir los costes del sistema eléctrico.
Para finalizar la unidad, se han comentado con algo más de detalle algunos programas o
herramientas informáticas empleados en el diseño y seguimiento de operación de parques eólicos.
En concreto se han estudiado los software WAsP, windPRO y WindFarm.
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Ejercicios
Caso práctico
Se pide
Dibujar la rosa de los vientos, histogramas de velocidades y dirección de soplado del viento.
Datos
1 3,6 192
2 4,2 205
3 6,4 215
4 3,5 240
5 4,6 238
6 7,4 229
7 6,9 234
8 3,5 328
9 4,8 315
10 7,2 300
11 6,3 287
12 5,3 350
13 5,8 2
14 8,6 6
15 7,1 359
16 5,4 4
17 4,9 327
18 8,9 320
19 9,2 315
20 6,3 286
21 6,1 290
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Recurso eólico
22 5,3 308
23 7,8 304
24 3,6 10
25 5,8 1
26 7,1 324
27 8,4 310
28 4,2 160
29 5,7 175
30 9,5 321
31 8,5 330
32 10,2 309
33 7,2 337
34 4,8 168
35 6,3 159
36 3,8 260
37 9,7 310
38 8,3 286
39 7,6 275
40 4,5 145
41 3,6 157
42 5,7 149
43 9,5 320
44 10,1 325
45 9,4 3
46 7,4 9
47 5,8 333
48 5,6 300
49 6,2 344
50 4,3 264
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Recurso eólico
SOLUCIÓN
Primero se calculan las frecuencias, tanto de velocidad como de dirección del viento. Para ello habrá
que colocar los datos en orden creciente o decreciente según la velocidad, para conocer la frecuencia de
velocidad, y según los grados desde donde sopla el viento. Una vez colocados en orden, se cuenta el
número de datos que hay en cada intervalo. Por ejemplo, el intervalo de velocidad será 1 m/s y el de
grados, como se ha visto en la teoría, 22,5°.
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Recurso eólico
A continuación, se trasladan los datos de frecuencia a los histogramas y rosa de los vientos:
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Recurso eólico
En cada punto de la rosa de los vientos se puede poner la velocidad media a la que sopla el viento
en cada dirección o el porcentaje de las velocidades de viento.
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Recursos
Glosario.
CELDA DE FERREL: zona que ocupa las latitudes entre los 30° y los 60° en cada
hemisferio.
CELDA DE HADLEY: zona que ocupa entre el ecuador y los 30° de latitud en cada
hemisferio.
Efecto esquina: Es la concentración del viento en franjas de terreno que forman salientes en el
mar, en áreas literalmente asomadas a grandes masas de agua. Por ejemplo, se observa en
pequeñas penínsulas y en cabos.
ROSA DE LOS VIENTOS: representación gráfica de los datos de la velocidad del viento en
cada dirección del espacio.
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