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Otro 16 de septiembre nos encuentra educando.

Pocos años después del inicio de la democracia un grupo de docentes nos sumamos a la vieja
Escuela Media, hoy Secundaria 1, y nos sumamos también a los recuerdos que la primera
escuela pública de Magdalena tenía de las décadas anteriores a nosotros mismos.

En esa construcción, aprendimos a educar a las promociones que les siguieron, con lo que
sabíamos y lo que aprendimos a aprender para enseñar en los años que siguieron. Entre éstas
últimas cuestiones están los conceptos fundantes de Memoria, Verdad y Justicia.

Nada sabíamos de quienes habían sido ni lo que aspiraban para sí, sus familias o el país
después que dejaron la Escuela nuestros ex estudiantes detenidos- desaparecidos, nos faltaba
conocer la verdad; sabíamos que sus familias los esperaban, recurrían a los ministerios
públicos por información y buscaban justicia, así que a nosotros nos quedó no olvidarlos, a la
Escuela le quedó construir su memoria.

Y otra vez aprendimos diferentes formas de hacer Memoria, acorde con los tiempos que
corren, porque la única educación permanente es la que nos prepara para el cambio: primero
fueron sus propias fotos en un cuadro, luego fue el tiempo de las baldosas, en el medio, nos
diversificamos con investigaciones, documentales y pequeños videos, antes, como ahora, y
siempre los murales por las que “las paredes hablan” y que se construyen colectivamente
como toda práctica escolar y educativa.

Ahora que aquella generación de docentes que iniciamos nuestra tarea en años de los
ochentas estamos jubilados es muy reconfortante saber que parte de esa educación y
construcción escolar continúa viva en esta Escuela porque lo que también aprendimos es que
no sólo construimos historias al recordarlos, también educamos en la “no repetición”: nadie,
por ninguna circunstancia puede atacar a nuestros estudiantes actuales o egresados futuros
por sus ideas, proyectos, aspiraciones de país, como lo hicieron con nuestros egresados
desaparecidos en los setentas, ni antes debieron hacerlo, ni ahora debería pasar ni nunca
debiera n ser lo. Tampoco debería negarse que estas atrocidades pasaron porque incomodan,
o minimizar sus acciones porque pasaron 40 años, porque entonces borremos Malvinas y sus
combatientes, o dejemos de enseñar el cruce de los Andes, ahora que total, ni Chile ni Perú
jugarán el Mundial de este año, porque lo banalizamos todo. Y la educación no es banal ni
trivial ni una pérdida de tiempo.

Educar incomoda, requiere esfuerzo personal y colectivo y tiempos escolares que se dediquen
a ello, sean en clase o un sábado para poder concluir la tarea. Y por eso, un sábado están
escuchando mis palabras a la distancia. Gracias por estar, por hacer, por educar desde la
Escuela y continuar lo que también nosotros continuamos. Ahora y siempre.

Vilma

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