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Julio
Agosto
La madrugada del 28 de agosto de 1968,51 varias tanquetas –las cuales destruyeron los
campamentos estudiantiles, soldados con bayoneta calada, granaderos, así como
camiones de bomberos, salieron desde las calles de Pino Suárez, Seminario y Moneda.
Los estudiantes gritan: “¡México, libertad!, ¡México, libertad!”, retirándose por Madero
siendo aproximadamente mil 500 personas, otros trataron inútilmente de detener la
marcha de los tanques ligeros tirándose a su paso o subiéndose a ellos. Al final todos
fueron desalojados del Zócalo. Los estudiantes no solo fueron desalojados, sino
perseguidos y golpeados a lo largo de las calles del Centro Histórico hasta la Torre
Latinoamericana, donde el Ejército corta cartucho. En El Caballito, en las inmediaciones
de Bucareli y Reforma, arremete a culatazos contra los estudiantes. En el operativo
participaron el 43.º y el 44.º Batallón de Infantería y 1.º de Fusileros Paracaidistas, al
mando del general Benjamín Reyes García; así como 12 carros blindados de la guardia
presidencial, cuatro carros de bomberos, alrededor de 200 patrullas de la policía
preventiva, cuatro batallones de tránsito y unos diez motociclistas de la Dirección General
de Tránsito. Durante la madrugada, empleados del Departamento del Distrito Federal
(DDF), ahora Gobierno de la Ciudad de México, izaron nuevamente el banderín rojinegro
antes del amanecer. Ese mismo día, varios burócratas del DDF fueron llevados en
camiones al Zócalo. Súbitamente, los propios empleados gubernamentales comienzan a
corear “¡Somos borregos!”, “¡Somos acarreados!” y “¡No vamos! ¡Nos llevan!”. Durante
este “acto de desagravio” a la Bandera Nacional, se abren las puertas del Palacio
Nacional, de donde salieron tanquetas del ejército para dispersar a los manifestantes.
En las horas subsecuentes, varios tiradores abren fuego contra estudiantes y soldados
desde el tercer piso del Hotel Majestic, el edificio ubicado en Madero #68, en la esquina
de Madero y Palma y desde algunos edificios de la avenida Pino Suárez. Posteriormente,
dos sospechosos de haber disparado desde los edificios son detenidos y se les
decomisan una subametralladora y un rifle M-2, sin embargo, los sospechosos fueron
liberados. Investigaciones posteriores señalan que los presuntos tiradores trabajaban para
las esferas más altas del gobierno al observarse un disparo que sale desde la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
Septiembre
En las primeras horas de la noche se inician una serie de choques violentos entre
estudiantes y granaderos en las zonas del Casco de Santo Tomás, de la Unidad Nonoalco
Tlatelolco y de la Unidad Profesional de Zacatenco. En el Casco de Santo Tomás los
estudiantes secuestran autobuses y los colocan en forma estratégica alrededor de las
escuelas; abren zanjas y derriban postes «con el fin de impedir el paso de los vehículos
policíacos». A las 19 horas arriban al lugar alrededor de mil 500 granaderos en autobuses
de pasajeros, y de inmediato rodean las instalaciones del Casco. Los politécnicos
incendian los camiones con los que habían bloqueado las calles aledañas al Casco, y
desde las escuelas y algunas casas comienzan a arrojar bombas molotov a los policías y
a los autobuses en que éstos habían llegado. Los granaderos lanzan en varias ocasiones
gases lacrimógenos, pero se repliegan para evadir las bombas molotov que les lanzan. La
lucha se extiende hasta la avenida Instituto Técnico, donde los estudiantes queman varios
autobuses. En la madrugada del día 24, «cientos de granaderos y soldados, apoyados
con tiros de fusil», toman todas las escuelas del Casco de Santo Tomás. Se detienen a
350 estudiantes, hombres y mujeres. Todos ellos son trasladados a las cárceles en
autobuses urbanos y vehículos policíacos. En la Unidad Profesional de Zacatenco, los
estudiantes también se enfrentan a las fuerzas policíacas.
Las batallas por tomar el Casco de Santo Tomás y la Unidad Profesional Zacatenco duran
más de doce horas. Los estudiantes politécnicos defienden sus escuelas a sangre y fuego
en contra de los granaderos; así que debe intervenir el ejército. En los primeros minutos
del día 24 de septiembre, el general Gustavo Castillo salió con mil soldados de su cuartel
general y se dirigió a la Unidad Profesional Zacatenco, en donde ya llevaban tres días de
enfrentamientos contra los granaderos. El general Carrillo tomó la Unidad Profesional con
el apoyo de mil soldados, 15 carros blindados, M-1, lanzagranadas y 150 judiciales. El
saldo oficial fue de 33 heridos y un muerto. A las tres de la mañana, el general Castillo
dejó a 400 soldados custodiando la Unidad Profesional Zacatenco, y con 15 carros
blindados y los 600 soldados restastes se dirigió a Santo Tomás. De la batalla por tomar
Santo Tomás da cuenta la revista francesa L'Express al informar que en los combates se
dispararon más de mil balas y que al final hubo 15 muertos; la información oficial del día
redujo el marcador a tres muertos y 45 lesionados.
Durante las ocupaciones de la Ciudad Universitaria y del Casco de Santo Tomás, varios
informes mencionan la participación de un agrupamiento denominado “Batallón Olimpia”,
el cual originalmente estaba destinado a cuidar las instalaciones olímpicas y pasó a ser un
grupo de choque, y fue responsable de varios enfrentamientos callejeros con los
estudiantes de varias vocacionales y preparatorias.
Octubre
Matanza de Tlatelolco
Fue el 2 de octubre de 1968, un día después de la salida del ejército del campus de la
UNAM, cuando miles de personas se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas en
Tlatelolco para asistir a un mitin convocado por el Consejo Nacional de Huelga.
Mientras tanto, el ejército vigilaba, como en todas las manifestaciones anteriores, que no
hubiera disturbios, principalmente porque el gobierno tenía temor de que fuera asaltada la
Torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Asimismo, contaban con el apoyo de dos
helicópteros: uno de la policía y otro del ejército.
Por su parte, miembros del Batallón Olimpia, cuyos integrantes iban vestidos de civiles
con un pañuelo o guante blanco en la mano izquierda, se infiltraban en la manifestación
hasta llegar al tercer piso del edificio Chihuahua donde se encontraban los oradores del
movimiento y varios periodistas.
Cerca de las 5:55 de la tarde, dos bengalas rojas fueron disparadas desde la torre de
Tlatelolco. A las 6:10, sobrevoló la plaza un helicóptero del cual dispararon bengalas, la
primera verde y la segunda roja, presumiblemente, como señal para que los
francotiradores del Batallón Olimpia apostados en los edificios Chihuahua, 2 de Abril, 15
de Septiembre, I.S.S.S.T.E., Revolución de 1910 y la Iglesia de Santiago así como varios
miembros del Batallón Olimpia parapetados en los departamentos del Chihuahua y en el
corredor del tercer piso, abrieran fuego en contra de los manifestantes y militares que
resguardaban el lugar, para hacerles creer a estos últimos que los estudiantes eran los
agresores. Los militares, en su intento de defenderse, repelieron “la agresión de los
estudiantes”, pero ante la confusión, los disparos no fueron dirigidos contra sus agresores,
sino hacia la multitud de manifestantes que se encontraban en la plaza de Tlatelolco.
Algunos autores, como Jorge Castañeda, creen que todo uso de la fuerza pública
comenzó a ser magnificado por la población luego de la operación contra los estudiantes
en Tlatelolco. Este autor sostiene que los estudiantes asesinados fueron 68, y que
también murió 1 soldado.
Repudio de la masacre
Pese a la fuerte estrategia de censura del gobierno de México, luego de saberse la noticia
de la matanza del 2 de octubre, se suscitaron diversos actos y hechos asociados de
repudio. El caricaturista Abel Quezada publicaría como cartón el 3 de octubre en el diario
Excélsior un recuadro negro con la leyenda "¿Por qué?" Algunos funcionarios mexicanos
como Sergio Pitol, que se desempeñaba como agregado cultural en Belgrado,
renunciaron a su puesto. Se ha dicho que hizo lo mismo Octavio Paz como embajador de
México en la India, si bien el escritor se colocó "a disponibilidad" y continuó cobrando un
sueldo como parte del servicio diplomático mexicano hasta 1973.
En algunos casos se persiguió a periodistas dentro y fuera del país en caso de difundir la
noticia en cualquier medio de comunicación. Sin embargo, la noticia sí llegó a oídos de los
movimientos juveniles de Latinoamérica y Europa. En Centro y Sudamérica las
embajadas mexicanas fueron apedreadas; hubo marchas en Santiago de Chile.[cita
requerida] Se hizo un mitin en Londres frente a la embajada mexicana en simpatía con el
movimiento y en protesta por la represión cada vez más sangrienta por parte del gobierno;
hubo también marchas en Toulouse y en París (Francia). En Alemania, la embajada de
México fue grafiteada con “SS” rúnicas y cruces gamadas; la Unión de los Estudiantes
Suecos organizó una manifestación frente a la embajada de México y un mitin similar en
Helsinki, Finlandia, fue disuelto por la policía; el Consejo de Estudiantes de los Países
Bajos solicitó que sus atletas no participaran en los Juegos Olímpicos y el consulado
mexicano en ese país fue ocupado. En Moscú, los estudiantes latinoamericanos de la
Universidad Patricio Lumumba, protestaron frente a la embajada mexicana. El embajador
de Bélgica en México, Jacques Groothaert, expresaba que "el gobierno de Díaz Ordaz
estaba actuando con una fuerza innecesaria contra los estudiantes, y creía que las
reivindicaciones del movimiento universitario eran legítimas frente a un sistema
democrático "de caricatura". El expresidente Lázaro Cárdenas estaba incrédulo por la
actuación del ejército contra el pueblo mexicano.29
Se ha atribuido al periodista Jacobo Zabludovsky la frase "Hoy fue un día soleado (sic),
que en general se usa como ejemplo de como los medios de comunicación y el gobierno
estaban en complicidad para tapar lo ocurrido. No existe un consenso en las condiciones
en que habría ocurrido dicha afirmación.95 Los medios de comunicación masiva se
limitaron a difundir la versión oficial de los hechos de un zafarrancho. Solo el noticiario
televisivo Noticias Excélsior habría transmitido una grabación de 8 minutos con imágenes
tomadas en Tlatelolco, razón que habría ameritado la cancelación posterior de dicho
segmento por orden presidencial.
Últimos días
3 de Octubre
Los soldados continúan cateando los edificios cercanos a la Plaza de la Tres Culturas en
busca de estudiantes que se habían refugiado en ellos durante la refriega del día anterior.
Muchos jóvenes son detenidos y conducidos al corredor de la planta baja del edificio
Chihuahua, donde permanecen varias horas con los brazos en alto. Según informes
oficiales, las cifras de personas civiles muertas y heridas en Tlatelolco, registradas hasta
este día, son 30 muertos y 70 heridos; 53 de ellos heridos graves. También se notifica que
en el Campo Militar Número Uno están detenidas 1500 personas. El Senado de la
República, en un documento oficial firmado por 30 legisladores de la Gran Comisión,
“justifica plenamente” la intervención de la fuerza pública el 2 de octubre.
5 de octubre
Noviembre
El 11 de noviembre aumentan las presiones para que los estudiantes retornen a clases y
circulan rumores de una posible intervención del estado en la UNAM. Ese día, luego de
dar una conferencia en Ciudad Universitaria, el escritor y activista José Revueltas fue
detenido en la colonia Portales. Revueltas era señalado por la prensa de ser el "autor
intelectual" del movimiento.
“Gran Marcha de Protesta”, cuyo recorrido sería entre la Ciudad Universitaria y el Casco
de Santo Tomás.
El 12 de diciembre el Gobierno del Distrito Federal niega la autorización para la
realización de la manifestación estudiantil programada para el 13 de diciembre. La
Jefatura de Policía advierte: “ese acto no será permitido por carecer del permiso
respectivo”.