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¿Cómo inicio?

El 26 de julio de 1968 numerosos politécnicos y universitarios se dirigieron a la Plaza de la


Constitución para protestar contra las agresiones a los estudiantes ocurridas unos días
antes. Nunca llegaron al Zócalo, pues fueron frenados por la policía que los reprimió y
persiguió por las calles del Centro Histórico.

Los estudiantes se habían juntado en el Hemiciclo a Juárez, frente a la Alameda central


capitalina, tras participar en dos manifestaciones paralelas. La primera, convocada por la
Federación Nacional de Estudiantes Técnicos para protestar por las mencionadas
agresiones; la segunda, por iniciativa de organizaciones de izquierda para conmemorar el
aniversario del inicio de la Revolución cubana en 1953.

El reclamo que pretendían maximizar quienes se dirigían al Zócalo tenía que ver con la
brutal intervención policiaca en un pleito menor en que se enfrentron estudiantes de las
vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional, contra alumnos de la preparatoria
particular Maestro Isaac Ochoterena, incorporada a la UNAM. Los granaderos reprimieron
a los jóvenes con gases lacrimógenos, detuvieron a varios y ocuparon las instalaciones de
ambas vocacionales.

El 26 de julio la represión a la manifestación alcanzó niveles que los estudiantes no


conocían. El edificio del Partido Comunista fue allanado y algunos de sus miembros
resultaron aprehendidos. Tres jóvenes murieron, cientos fueron lesionados y muchos otros
se refugiaron en el recinto de la Prepa 1 de la Universidad, el histórico Colegio de San
Ildefonso, donde quedarían sitiados por la policía.

Al día siguiente, los estudiantes tomaron las preparatorias 1, 2 y 3 de la UNAM y los


enfrentamientos se extendieron a otras escuelas. El movimiento creció y los granaderos no
pudieron contenerlo, por lo que después intervino el ejército. En las primeras horas del 30
de julio, tropas militares derribaron de un bazucazo la puerta de San Ildefonso, labrada en
el siglo XVIII, llevando presos a los pocos estudiantes que continuaban ahí. Mas tarde, la
mayor parte de las escuelas de la Universidad y el Politécnico se declararon en huelga.

El 1 de agosto, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, condenaría públicamente los


hechos desde Ciudad Universitaria. Izó la bandera mexicana a media asta y con un emotivo
discurso se pronunció a favor de la autonomía de la institución que dirigía y exigió la
libertad de los presos políticos, refiriéndose a los estudiantes detenidos de la Prepa 1.
Desde entonces se considera que el 26 de julio inició el movimiento de 1968, que habría
de tener profundas y trascendentales consecuencias en la vida nacional.
Durante cien días, los estudiantes hicieron suyas las calles de la ciudad. De esta forma se
desafiaba de una manera nunca antes vista –fresca, jovial e irreverente– el autoritarismo
del sistema político y se criticaba la intocable figura presidencial. Hasta que el 2 de octubre
de ese mismo año acabó el sueño, bañado en sangre, en la plancha de la Plaza de las Tres
Culturas de Tlatelolco.

El movimiento de 1968 en México fue un movimiento social en el que además de


estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto
Politécnico Nacional (IPN), El Colegio de México, la Escuela de Agricultura de Chapingo, la
Universidad Iberoamericana, la Universidad La Salle y la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y
profesionales en la Ciudad de México y otros estados como Puebla,23 constituidos en el
órgano directriz del movimiento denominado Consejo Nacional de Huelga (CNH). El
movimiento contó con un pliego petitorio del CNH al Gobierno de México de acciones
específicas como la libertad a presos políticos y la reducción o eliminación del
autoritarismo. De fondo, el movimiento buscaba un cambio democrático en el país,
mayores libertades políticas y civiles, menor desigualdad y la renuncia del gobierno del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) que consideraban autoritario. Fue reprimido
continuamente durante el transcurso del mismo por el gobierno de México, y con el fin de
terminarlo, el 2 de octubre de 1968 perpetró la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de
Tlatelolco, logrando disolver el movimiento en diciembre de ese año. El hecho fue
cometido de manera conjunta como parte de la Operación Galeana por el grupo
paramilitar denominado Batallón Olimpia, la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la
llamada entonces Policía Secreta y el Ejército Mexicano, en contra de una manifestación
convocada por el CNH. De acuerdo con lo dicho por sí mismo en 19694 y por Luis
Echeverría Álvarez, el responsable de la matanza fue Gustavo Díaz Ordaz. La Fiscalía
Especial para los Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP) de la
Procuraduría General de la República del gobierno de México concluyó en 2006 en su
Informe Histórico presentado a la sociedad mexicana que el movimiento estudiantil
"marcó una inflexión en los tiempos políticos de México, fue "independiente, contestatario
y que recurría a la resistencia civil" y se potenció "con las demandas libertarias y de
democratización que dominaban el imaginario mundial". El mismo informe concluyó que
durante el movimiento el gobierno mexicano aplicó "sus mecanismos de control y
disuasión que solía utilizar frente a la disidencia social lo caracterizó como subversivo y, en
lugar de encontrar formas de atender las legítimas demandas, optó por reprimirlo y
aniquilar su dirigencia y al sector que consideró más combativo".Para ello recurrió a
detenciones ilegales, maltratos, torturas, persecuciones, desapariciones forzadas,
espionaje, criminalización, homicidios y ejecuciones extrajudiciales, caracterizando dicha
fiscalía el uso de la fuerza institucional del estado mexicano como "criminal"

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