Está en la página 1de 2

Decía Aristóteles que las cuestiones de los hombres – la ética y la política – son las más

escurridizas, y se escapan a nuestros intentos de establecer un saber definitivo a su respecto.

En principio era la filosofía la que se encargaba de esas cuestiones – igual que de la reflexión
sobre la educación, la cultura, etc. Después, aparecieron multitud de disciplinas, cada una con
sus respectivos métodos, asegurando poder dar las respuestas convenientes a esas cuestiones
con las que ni el mismo Aristóteles podía (pretenciosos).

Una de esas disciplinas es la sociología. La sociología es tal y es cual. Para ello, trabaja con
encuestas. Y aquí encontramos el problema que queríamos tratar.

Una encuesta es un método de “estudio” tal tal tal. Por definición, una encuesta es sesgada, y
nada indica, al menos a priori, que su resultado vaya a ser representativo. Ni siquiera
encuestando al 50% de la población, por decir un disparate cualquiera. Por eso nunca me he
fiado del arte de la encuesta.

Desgraciadamente, buena parte del saber popular, cuando tiene que ver con asuntos como la
moral o la política (los que decía Aristóteles que eran más escurridizos, los asuntos de los
hombres), proviene de encuestas, a falta de una autoridad mejor (que haberlas, las hay, lo que
pasa es que somos muy perezosos como para revisarlas). Y, desgraciadamente, las encuestas
nos condicionan.

Un caso paradigmático – y trágico, como no puede ser de otra forma – es el de la encuesta de


intención de voto del CIS.

El condicionamiento de esta encuesta sobre nuestras vidas es un movimiento particular, y


particularmente falaz. Tiene lugar desde el futuro – por eso de la intención – hacia el presente
(aquí el CIS inaugura una nueva dimensión temporal, a medio camino entre el presente
efectivo y el futuro efectivo, cualquiera que sea, que es el futuro posible, toda una proyección
completa de futuro que nace a raíz de unos posibles resultados electorales), y propicia un
movimiento desde el presente, que va a configurar el futuro de una manera determinada.

EL PROBLEMA NO ES DEL CIS EN CONCRETO, NI DE TEZANOS COMO EL TITIRITERO QUE MUEVE


LOS HILOS DE ESA INSTITUCIÓN. EL PROBLEMA ES DE LAS ENCUESTAS EN GENERAL, COMO
MÉTODO, Y CONCRETAMENTE SOMOS NOSOTROS, QUE LES DAMOS VALIDEZ. EN LO QUE
RESPECTA AL CIS PARTICULARMENTE, TIENE COJONES SOBREMANERA. AL MARGEN DE QUE
TEZANOS LAS COCINE O NO, QUE PARECE EVIDENTE QUE SÍ (A LA LUZ DE LOS FUTUROS
RESULTADOS). NO DENUNCIARÍA A TEZANOS, O A LA INSTITUCIÓN, POR MALVERSACIÓN DE
FONDOS PÚBLICOS – EN LA PRÁCTICA TAL VEZ ESO SEA LO QUE ESTÁ OCURRIENDO -, SINO
QUE IMPUGNARÍA LA EXISTENCIA MISMA DEL CIS COMO ORGANISMO PÚBLICO. ES BUENO
TENER CIERTOS INDICADORES DE POR DÓNDE RESPIRA EL PAÍS, PERO MEJOR SERÍA QUE ESOS
INDICADORES FUERAN FIABLES, ESTUVIERAN ELABORADOS DE MANERA RIGUROSA Y NO NOS
COSTARAN 300000 EUROS POR RONDA.
Sobre Tezanos, el CIS, la inducción al voto (usando también medios oficiales, como el tuit aquel
con la encuesta desde la propia cuenta del CIS, creo recordar), el español mongolo que tira pa
donde le lleve el viento (AKA indeciso AKA procrastinador), etc… Alguien debería exigir
responsabilidades después de las elecciones. Y lo digo ahora, antes de las elecciones,
arriesgando a muerte, pudiendo quedar fatal y teniendo que retractarme porque las encuestas
estaban bien hechas (llegado el momento, prometo no acogerme a ese argumento de: es la
primera vez que aciertan, porque, si aciertan, efectivamente será la primera vez que lo hagan –
ya se vio lo de los 12 de VOX que no los daba nadie más que Dragó y cuatro locos más -, pero
eso no es excusa). El uso del CIS, como organismo, y en general de toda la maquinaria y la
parafernalia a disposición, es demencial. Malversación de fondos públicos pero de las más
flagrantes de todas. El CIS, porque somos subnormales, es importante (si no, simplemente una
fuente más de datos).

Como de costumbre, la izquierda está dispuesta a hacer las trampas que sean necesarias para
conseguir el poder. Ahora, además, es importante, porque aún no lo han hundido. Tienen que
hundirlo para que sean otros quienes lo rescaten y para poder hacer oposición frente a esos
otros diciéndoles 24/7 que no lo están arreglando bien (lo que ELLOS rompieron). Dios santo,
es que faltan palabras para expresar el asombro que produce este país. Platón decía que la
filosofía nace del asombro, así que espero que nos inspiremos. Yo, al menos, es que no doy
crédito.

También podría gustarte