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El Immunobio, que 

estará disponible en los próximos días y será de venta libre, es el


quinto autotest autorizado por ANMAT, luego de hacer lo propio con los de los
laboratorios Abbott, Roche, Vyam Group y Wiener, aprobados el miércoles de la
semana pasada.

PCR, IgG, IgM y antígenos: ¿Cómo sé si he pasado el coronavirus?

Desde que la pandemia por coronavirus llegara a nuestras fronteras no se ha dejado de


hablar de la PCR (reacción en cadena de la polimerasa), de anticuerpos, de la IgG, de la
IgM… El último en añadirse a la lista ha sido el test de antígenos. Pero ¿tenemos claro
qué significa cada resultado si debemos someternos a una PCR, a un test de antígenos o
hacer una serología? 

Los síntomas más comunes del coronavirus definidos por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) son la fiebre, la tos seca y el cansancio. Con todo, se reconocen otros
menos frecuentes como los dolores o el malestar, la congestión nasal, el dolor de cabeza,
el dolor de garganta, la falta de gusto o de olfato, conjuntivitis, diarrea, erupciones
cutáneas y ciertas alteraciones en la lengua, lo que se ha denominado Lengua Covid. Una
vez que aparecen esos síntomas, un médico puede pedir la realización de una PCR o de
un test de antígenos para confirmar o descartar el diagnóstico. Ahora, además, se
plantean en un horizonte cada vez más cercano las pruebas de saliva de
antígenos como otra vía para detectar la presencia del coronavirus en el organismo. 

¿Qué es la PCR?

La PCR es una técnica molecular que permite detectar el genoma del virus, ya sea a
partir de su ARN (ácido ribonucleico) o de su ADN (ácido desoxirribonucléico). “En el caso
del coronavirus detectamos el ARN del virus. Es decir, cuando el virus infecta a una
persona se introduce en las células de la nasofaringe y se empieza a replicar. A partir de
una muestra de la zona de la mucosa nasofaríngea intentamos detectar el ARN del virus”,
explica a CuídatePlus Pilar Catalán, responsable de la Sección de Virología del Servicio
de Microbiología del Hospital Universitario Gregorio Marañón.

Esta técnica, compleja y que debe realizarse en el laboratorio, permite conocer si


la persona ha tenido o tiene una infección por coronavirus. Y se puede detectar tanto
unos días antes de que empiecen los síntomas como largo tiempo después de que
desaparezcan. “La prueba PCR determina si existe o no presencia del virus, no la cantidad
de virus -carga viral- que posee el paciente”, añade Daniel Carnevali, jefe del servicio de
Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

La PCR puede continuar siendo positiva durante varias semanas e incluso algunos


meses. Pero esto no tiene por qué significar que el virus siga en activo sino que se siguen
encontrando fragmentos del coronavirus. “Lo que manda es la sintomatología del paciente”
y si los síntomas han desaparecido se considera que la persona se ha curado, explica
Catalán.

También se ha oído hablar en los últimos tiempos de la PCR de cadena larga. Se trata de
una prueba que habitualmente se ha utilizado en otros campos de la Medicina, como la
Genética o la Oncología, y que utilizan fragmentos muy largos de ADN. Según
explica Alberto Delgado-Iribarren, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital
Clínico San Carlos, de Madrid, estas técnicas son más costosas y más complejas que las
PCR convencionales con las que se diagnostica el coronavirus, pero no implican una
mayor fiabilidad en el resultado. "El diagnóstico por PCR convencional es igual de fiable
porque se realiza a nivel de caracterización de la cepa".

Rafael Cantón Moreno, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario


Ramón y Cajal, de Madrid, añade que "son estrategias que se utilizan para amplificar una
región más amplia de lo que se hace con amplificaciones más convencionales. Eso nos
permite solapar unos fragmentos con otros y caracterizar unas variantes de una forma
determinada. La PCR larga es una herramienta diagnóstica y no es exclusiva de
coronavirus".

¿Sirven las técnicas de PCR para detectar las variantes del coronavirus?

Según avanza la pandemia van apareciendo mutaciones del coronavirus original que


dan lugar las variantes. Ya se han identificado tres: la británica, la sudafricana y la
brasileña. Hay quien se pregunta si su prueba de PCR también le informará, además de si
es positivo o negativo, si se ha contagiado con algunas de estas nuevas cepas.
Actualmente en los laboratorios de Microbiología de algunos hospitales españoles ya se
está utilizando la PCR -realizando las modificaciones técnicas pertinentes- para
poder detectar la variante británica.

De momento no se realiza con todas las muestras ya que se trata de un proceso


complejo. "Lo que hay que decirle al paciente o al médico que le trata es si la persona
tiene coronavirus o no", añade Cantón. Y es que el hecho de haberse contagiado con
una cepa o con otra no varía ni el tratamiento ni las medidas de aislamiento e
higiene que hay que tomar. Esta información recogida sobre la presencia de las
mutaciones si tiene, sin embargo, interés para "los estudios epidemiológicos y para
conocer cómo van penetrando las diferentes variantes del coronavirus", añade
Delgado-Iribarren. 

Asimismo se están realizando estudios de secuenciación del genoma del


coronavirus con algunas muestras para seguir aumentando el conocimiento sobre este
patógeno. 

¿Qué es el test de antígenos? 

Los últimos en llegar al escenario del coronavirus en España han sido los test de
antígenos. ¿Qué son? Según Delgado-Iribarren, los test de antígenos sirven
para detectar “la presencia del virus de un modo muy sencillo y con dispositivos muy
rápidos, del tipo a los del test de embarazo, etc”.

Una de sus ventajas por encima de la PCR es que los resultados se obtienen en unos
15 minutos y no hace falta contar con un laboratorio especializado. La rapidez
permite adelantar la toma de decisiones en cuanto a confinamientos y al rastreo de
los contactos. Eso sí, Delgado-Iribarren recalca que los tests de antígenos no se
pueden hacer en casa, sino que la toma de muestras debe realizarla un profesional con
un exudado nasofaríngeo. 

Aunque los test de antígenos son más baratos que las PCR no tienen tanta sensibilidad.
No obstante, permiten diagnosticar a personas con una carga viral alta. “Es una
estrategia que se está siguiendo mayoritariamente en muchos países porque nos interesa
mucho detectar a esos pacientes con gran cantidad de virus porque pueden ser grandes
contagiadores”, dice Delgado-Iribarren. 

La PCR permite detectar el coronavirus en cualquier momento de la infección. Por su


parte, los test de antígenos son útiles en los primeros momentos desde que se ha
producido el contagio, esto es, en los 5 a 7 días posteriores, momento en el que hay
mayor cantidad de virus. Sin embargo, aunque en esos momentos la efectividad entre
ambas pruebas es similar, Delgado-Iribarren explica que el test de antígenos se aplica
principalmente en personas con síntomas.

Aunque la mayoría de los test de antígenos se están realizando desde los centros de
salud, su gran capacidad diagnóstica hace que también se utilicen en los hospitales “nos
interesa que la sala de urgencias no tenga aglomeraciones. Su utilidad es muy grande”. De
hecho, trasladar a Atención Primaria la realización del test de antígenos ha permitido en
cierta manera descongestionar los laboratorios de los hospitales, volcados en gran medida
desde que comenzó la pandemia en la realización de PCR. 

El uso de los test de antígenos en asintomáticos tiene mucha menos utilidad porque no


se puede acotar el momento en el que se ha estado en contacto con el coronavirus. "Es útil
si podemos acotar la infección. Ahí lo conveniente es utilizar una PCR,  ya que aunque
haya niveles menores del virus esta prueba será capaz de detectarlo".

¿Qué son los anticuerpos IgG e IgM?

Otra forma de saber si la persona ha estado expuesta al coronavirus es la detección de


las inmunoglobulinas IgG e IgM. Existen cinco tipos de inmunoglobulinas. IgA, IgM, IgG,
IgE (con varios subtipos) IgE (relacionada con las alergias) y la IgD. “Estas
inmunoglobulinas son proteínas que reconocen, captan y bloquean los virus  para que
las células del sistema inmune (linfocitos) puedan reconocerlos y eliminarlos”, apunta
Carnevali.

En el caso de infecciones, como la del coronavirus, se analiza en sangre la presencia


de anticuerpos IgG e IgM. “Los que primero se generan son las IgM. Suelen aparecer
entre los 7 y 10 días tras el comienzo de la infección. Posteriormente aparecen los IgG,
que permanecen de por vida en muchas infecciones. Y confiemos en que en el coronavirus
también”, señala Catalán. Y es que aunque parece que esta inmunidad se prolonga en el
tiempo aún es pronto para asegurar cien por cien que esto ocurre así puesto que el
coronavirus es un patógeno reciente.

Según Carnevali, si al realizar una serología en sangre para detectar la presencia de los
anticuerpos sólo se hallan IgM es muy probable que la infección se encuentre en sus
fases iniciales. Esta inmunoglobulina va negativizándose en el curso de la enfermedad.
Sin embargo,si aparecen tanto la IgM como la IgG es posible que haya “pasado más
tiempo desde el inicio de la infección y que queden restos de la fase aguda. Cuando sólo
se observan anticuerpos IgG pensamos que la fase de replicación viral ha pasado”, dice
Carnevali.

¿Positivo o negativo?

Entonces ¿qué significan los positivos y los negativos? Pueden darse varias opciones:

 Si la IgM y la IgG son positivas la persona está pasando una infección relativamente
reciente y está desarrollando anticuerpos.
 Si la IgM es positiva y IgG negativa puede significar una infección muy reciente. En
este caso conviene repetir la analítica a los quince días para comprobar si la IgM se
vuelve negativa y la IgG positiva, lo que implicaría la aparición de anticuerpos. 
 Si la IgM es negativa y la IgG positiva muestra que la persona ha estado en
contacto con el virus y ha generado anticuerpos. “Es la situación ideal y en principio la
persona tiene protección frente a una nueva infección”, añade Catalán.
 Si la IgM y la IgG son negativas la persona no ha estado en contacto con el virus y
no ha desarrollado anticuerpos.

Catalán advierte de que la IgM puede dar falsos positivos y lugar a confusiones y lo achaca
a una baja especificidad de la prueba. No obstante, el panorama aún puede cambiar
puesto que la tecnología que se utiliza para un virus tan nuevo es posible que avance en
los próximos tiempos. 
Lo mismo ocurre con los test rápidos, que, aunque cómodos, son menos fiables que las
pruebas de laboratorio. Este tipo de pruebas “no identifican el ARN del virus sino que
detectan los también los anticuerpos producidos frente al virus en sangre, pero no los
cuantifica, sólo dice si están presentes o no”, afirma Carnevali.

Aunque ha habido en los últimos meses cierta confusión con qué son los test rápidos,
Delgado-Iribarren recuerda que estos muestran información sobre la generación de
anticuerpos y si la infección se ha producido en los 7-10-14 días previos. Se trata de
una prueba muy sencilla que se realiza pinchando el dedo del paciente y poniendo la
sangre en un dispositivo, de forma muy similar a cómo se realizan los controles de
glucemia en diabetes. "Los test rápidos no sirven para detectar infecciones activas. Son
muy útiles para estudios de seroprevalencia, aunque son menos menos sensibles que
cuando se analiza la presencia de anticuerpos con un análisis de sangre completo".

Inmunidad celular

Gracias al análisis de las IgG se ha comprobado que un 15% de la población no genera


anticuerpos. ¿Por qué? Según Catalán esto puede deberse bien a que sea necesario
contar con pruebas más avanzadas o a que el sistema inmune ha utilizado otras vías
de defensa, como la inmunidad celular; “en el caso de el organismo deba volver a
enfrentarse con el virus el sistema inmune activará otras vías celulares para defenderse de
la infección”.

¿Los anticuerpos proceden de las vacunas o de la infección?

Un nuevo test de anticuerpos, diseñado por el Centro Nacional de Biotecnología


(CNB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, e Inmmunostep, permite
ahora identificar, cuantificar y diferenciar los anticuerpos producidos por la vacunación del
coronavirus o por la infección natural producida por la Covid-19. 

Este tipo de prueba se basa en la citometría de flujo -una técnica presente en todos los
centros hospitalarios con laboratorios de diagnóstico clínico- y busca obtener
una información muy completa de la respuesta inmunológica frente al virus a partir de
una muestra de sangre. De esta forma, y con una fiabilidad del 99%, se detectan tres
tipos de anticuerpos (IgG, igA e IgG) y cuatro proteínas del SARS-CoV-2 (la proteína
Spike y su dominio RBD, ambas esenciales por ser el componente principal de las vacunas
actuales, y la proteína de la envoltura o nucleocápside (NP) y la proteasa responsable de la
replicación del virus (Mpro/3CLpro). 

"Tras la vacunación sólo se producen anticuerpos frente a la proteína empleada en la


vacuna -esto es la proteína Spike y su dominio RBD-, mientras que en una persona que ha
sufrido la infección también se geran anticuerpos contra las proteínas Mpro y NP",
explica José Miguel Rodríguez Frade, investigador del CNB-CISC. El hecho de obtener
más información sobre la detección de respuesta frente las diferentes proteínas de virus
del que, aunque va aumentando el conocimiento, aún hay mucho por descubrir, "nos
ayudará a mejorar la comprensión de la inmunidad frente al SARS-CoV-2, algo que
será de gran utilidad para una clasificación temprana de los pacientes", señala Hugh
Reybur, científico del CNB-CSIC. 

Desde el CSIC añaden que este dispositivo de momento se realiza con sangre dle paciente
pero se espera que en el futuro se valide también su uso en saliva.

por Taboola
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