Está en la página 1de 3

RP18+

EL PADRE DE TODOS NOSOTROS

Al observar el modelo de paternidad de Dios, comprendemos mejor nuestra


relación con Él. Y al obedecer Su dirección, seremos capaces de expresar
correctamente la paternidad a nuestros hijos.

Él desea tener una íntima relación con nosotros. La Biblia nos dice que nos
dirijamos a Él como “Padre”, no sólo como “Dios”, “Rey soberano”, “Santo” o
“Juez”. Aunque debemos conocerlo en todos los aspectos, el Señor quiere que
nos acercarnos a Él de manera transparente en todo momento y lugar,
incluyendo en todas y cada una de nuestras necesidades, debilidades y fracasos.

Dios anhela comunicarse con nosotros. Mateo 6:6 nos dice que busquemos un
lugar apartado para orar a nuestro Padre, “que ve en lo secreto (y que) te
recompensará”. Es decir, Dios nos escucha cuando hablamos con Él, el Señor
responde la oración. Él es la clase de Padre a quien podemos hablarle, y aunque
es posible que no nos dé todo lo que queremos, el Señor responderá a nuestras
peticiones dándonos lo que Él sabe que es lo mejor para nosotros (Mateo 7:7-
11).

Existen diferentes maneras en que Dios es el Padre perfecto

Su paciencia y bondad nunca se acaban

Si alguna vez sentiste que a tu padre se le acabo toda la paciencia por las cosas
que hacías o no hacías, la gracia, paciencia y bondad de Dios son infinitas.

Esto significa que no solamente la bondad y paciencia de Dios son eternas, sino
que también lo es su habilidad para perdonar. El Salmo 103:12 nos asegura que:
“Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras
transgresiones.” Esto quiere decir que tu Padre Celestial jamás usara tu pasado
en tu contra.

Siempre puedes acercarte a Él

Dios nunca tiene un día malo o muy pesado, nunca está de mal humor y nunca
está demasiado distraído o lejos para atender a sus hijos. Cuando estas en una
relación con el hijo de Dios, tienes completo y total acceso al corazón del Padre
Celestial. En Hebreos 4:16 podemos leer “Por tanto, acerquémonos con
confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos
gracia para la ayuda oportuna.”
RP18+
Jamás tendrás que ganarte su amor

Puede ser que en algún punto sentiste que tendrías que ganarte el amor y la
aprobación de tu padre por medio de logros que lo orgullecieran. La verdad
que Dios no es así. En Romanos 5:8 encontramos “Pero Dios demuestra su amor
para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Siendo aún pecadores, esto quiere decir mientras estábamos en contra de su
voluntad, que estábamos en desobediencia, que hicimos a un lado su amor y
confianza en nosotros, y aun así nos amó hasta lo último de su vida. Un amor
como el de Dios jamás encontraremos en esta tierra.
Dios decidió amarte por siempre y no hay nada que puedas hacer que pueda
cambiar esa realidad y amor.

Jamás fallarás de tal manera que Dios dejara de amarte

Ya que no hay nada que puedas hacer para ganar el amor de tu Padre Celestial,
tampoco hay nada que puedas hacer para perderlo. Dios te ha regalado su amor
infinito. Romanos 8:38-39 nos recuerda “Porque estoy convencido de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni
los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
En otras palabras, no existe ninguna circunstancia, vista o invisible, poder,
persona, acción, inercia, o estancamiento que nos pueda separar del amor de
Dios. Esto es una poderosa verdad. Una promesa que solo tu Padre Celestial
tiene el poder de cumplir.

Te ama lo suficiente para disciplinarte

Puede que te cueste trabajo entender este punto, especialmente su alguna vez
fuiste disciplinada por causa del enojo de tu padre en lugar de su amor. La
Palabra de Dios dice en Proverbios 3:11-12 “Hijo mío, no rechaces la disciplina
del SEÑOR ni aborrezcas su reprensión, porque el SEÑOR a quien ama
reprende, como un padre al hijo en quien se deleita.”
La escritura también dice en Proverbios 13:24 “El que escatima la vara odia a su
hijo, más el que lo ama lo disciplina con diligencia.” ¿Alguna vez has tenido
algo que Dios te ha dado o quitado? Confía que Dios tu Padre Celestial te
protege e instruye con cada una de sus palabras y disciplinas.

Su tiempo es perfecto
Dios no comete errores y tampoco olvida sus promesas. A diferencia de padres
humanos, su tiempo siempre es perfecto, cuando pone algo en espera no es
porque este enojado o porque te quiera castigar, tampoco quiere decir que no ha
escuchado tus oraciones, muy por el contrario, en la escritura podemos ver que
“Porque sol y escudo es el SEÑOR Dios; gracia y gloria da el SEÑOR; nada
bueno niega a los que andan en integridad” (Salmo 84:11).
RP18+
Si sientes que has estado haciendo todo bien pidiéndole a Dios sin encontrar
respuesta, hay una razón legítima, o puede que no sea en verdad algo bueno
para ti, o el tiempo no es el indicado. Confía en Él. Confía en lo que Él sabe. Él
sabe dar buenos regalos a aquellos que esperan con paciencia en su voluntad.

Da sabiduría generosamente

El libro de Santiago 1:5 dice “Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría,


que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será
dada.” Este versículo nos reafirma que nuestro padre generoso nos da siempre
que le pidamos, él no retiene cosas simplemente porque no le hicimos caso o no
escuchamos la primera vez.

Te deja hacer tus propias decisiones


Aunque Dios espera cosas de ti, tal y como tu padre terrenal o biológico lo
hayan hecho, Dios jamás se apartará si decides seguir otros caminos o tomar
otras decisiones. Como un padre amoroso, sincero y bondadoso, Dios espera. Y
por sobre todo “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas
cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito”
(Romanos 8:28). Esto quiere decir que después de tiempo ya que hayas
rectificado y regreses a sus caminos Dios es capaz de ayudarte a resolver las
consecuencias de tus acciones.
Te conoce íntimamente

Es una de las necesidades más profundas de la raza humana, ser conocidos


íntimamente. Aun así, a veces escondemos quienes somos en verdad ya sea por
miedo al rechazo o por vergüenza o por inseguridad. Pero no importa que
hagamos para escondernos, la Biblia nos dice que Dios nos creó y nos conoce
íntimamente.

El Salmo 139:1-3 nos dice “Oh SEÑOR, tú me has escudriñado y conocido. Tú


conoces mi sentarme y mi levantarme; desde lejos comprendes mis
pensamientos. Tú escudriñas mi senda y mi descanso, y conoces bien todos mis
caminos.” Dios ya conoce tus pensamientos aun antes de que tú mismo los
tengas, tus palabras antes de decirlas y tus acciones antes de cometerlas. Aun
con todo esto, Dios anhela estar contigo y dejar que tú lo conozcas a Él con la
misma intimidad. Dios te ama como el Padre Perfecto que es.

También podría gustarte