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Esto significa que, debo alinearme al propósito, teniendo en cuenta que ese
propósito es CRISTO como una vida real en nosotros.
Esto implica enfrentar desafíos, que el sistema nos impone
En este sentido, los que conocen el propósito eterno tienen una mentalidad
expansionista, asumen un compromiso frente a la edificación de sus vidas.
Los creyentes que asumen este desafió, operan bajo un propósito y diseño
divino y son entrenados por los cinco ministerios de edificación que
constituyó el Cristo Ascendido (Efesios 4:11).
Cuando nos ajustamos a los lineamientos que nos ayudan a decodificar una
vida alineada al propósito eterno y a un diseño divino, esa vida mostrará
productividad, frutos, prosperidad, abundancia, tendrá credenciales que lo
habilitarán para ser como dijo el Apóstol Pablo, “perito arquitecto”. (1ª
Corintios 3:10)
Para esto se debe tener una mentalidad y un espíritu altamente alineados a
una visión, a un propósito y diseño que nos colocará en una posición de
gobierno.
¿Conoces la visión de la casa?
Cuando entiendo el propósito de Dios, me alineo a una visión.
¿Qué es propósito?
“Propósito” se define como la razón o el resultado deseado para comenzar a
producir algo. Dicho sencillamente es el “por que” de la existencia de algo o
alguien.
Myles Munroe, hizo esta poderosa declaración: “La mayor tragedia en la vida de un
hombre no es la muerte: es vivir una vida sin descubrir y desarrollar el propósito de
su existencia”.
¿Qué es un diseño?
• Un diseño está unido a un designio y propósito específico.
• Es un plano de algo trazado y delineado, sea de un edificio o una figura.
• Una concepción original de algo o de una obra para su producción, es la
forma gráfica de cada uno de estos objetos.
• Es la descripción o el bosquejo verbal de algo.
1.3. Todo Lo Que Se Edifica Se Basa En Unos Planos.
Todo diseño está regulado por unos planos y estos son necesarios para que
especifiquen los detalles del proyecto. Cristo como Arquitecto definió los planos en
que se debe edificar Su Iglesia y los reveló a los apóstoles (particularmente a Pablo)
para que esto se guardara en todas las iglesias y para todos los tiempos. (2ª
Corintios 4:17, Filipenses 3:15-17)
¿Qué es un plano?
Es la representación gráfica a escala de un objeto real.
Los planos son los documentos más utilizados de un proyecto, y por ello han de ser
completos, suficientes y concisos. Deben incluir la información necesaria para
ejecutar la obra objeto del proyecto en la forma más concreta posible y no dar
información inútil o innecesaria.
Los planos tienen un carácter vinculante en las reclamaciones jurídicas de un
Contrato de Obra, los planos forman parte de la documentación contractual del
proyecto.
Deben realizarse con sumo cuidado, pues sus errores pueden tener repercusiones
muy grandes.
Funciones de los planos:
a. Recoger los antecedentes que existan antes de realizarse el proyecto.
b. Definir de una manera exacta, inequívoca (que no da espacio a errores), y
también de manera unívoca (que solamente tiene un significado o una
interpretación posible) y completa de todos y cada uno de los elementos del
proyecto, tanto en formas como dimensiones y características esenciales.
c. Representar el funcionamiento de los elementos y combinaciones de elementos
que componen el proyecto.
d. Indicar la flexibilidad de las soluciones adoptadas y sus posibilidades de
ampliación.
e. Reflejar la influencia de la modificación sobre el área circundante.
Desde el punto de vista de ejecución del proyecto los planos deben ser:
Medibles, puesto que con base a ellos se hacen las mediciones y presupuesto,
para permitir el control de la obra en cuanto a plazos y calidades por parte de la
Dirección Facultativa.
Entendibles, para facilitar la planificación de la ejecución de obras e instalaciones,
y ser fácilmente comprensibles por cualquier técnico, contratista o instalador
vinculado al proyecto.
Legales, pues quedan como documentos representativos de las obras e
instalaciones, y pueden ser consultados por cualquier experto ajeno al proyecto.
Para poder ejecutar los diseños divinos, debemos tener una alta capacidad de
interpretación de los planos que Dios ha establecido para llevar a cabo la tarea
asignada.
Los códigos de construcción son universales y guardan dos principios inviolables,
son unívocos y son inequívocos.
Este Reino, sin ser una realidad desligable de la Iglesia, trasciende sus límites
visibles, porque se da en cierto modo dondequiera que Dios esté reinando mediante
su gracia y su amor.
Por lo tanto, la Iglesia es lo que tiene que ser en la medida en que ella misma vive
la realidad del Reino y así lo hace presente en el mundo y en la sociedad. Y, por el
contrario, una Iglesia que no viva el Reino de Dios no puede ser la verdadera Iglesia
que Jesús quiso edificar.
c. El nuevo pacto.
El Nuevo Pacto es el punto central de la historia de la redención. A partir de las
palabras de Cristo “está consumado”, debemos observar algo muy importante. El
resultado terrenal de la redención realizada por el Mesías es a la vez la culminación
de (1) el propósito eterno (1ª Pedro 1:20), y (2) el proceso histórico (Gálatas 4:4).
Por lo tanto, el Nuevo Pacto se sustenta en lo que hizo Jesús, no en lo que nosotros
hemos hecho. Él es el fiador, no nosotros, su persona y su obra perfecta son la
garantía que nos asegura ante Dios que todo está consumado y en El estamos
completos.
c. La vida en el Espíritu.
El nuevo nacimientos es lo más importante en la vida espiritual, pues sin pasar por
ello, no puedo tener la vida de Cristo. Pero es solo el comienzo. Lo que tiene
realmente importancia es vivir Su vida en nuestra nueva vida en todas sus relaciones,
posibilidades, y capacidades.
Lo que importa tras nacer de nuevo, es vivir la realidad de Cristo y no la religiosidad
cristiana (ritos, tradiciones, ceremonias, etc). Lo que ahora cuenta, si hemos nacido
de nuevo, es vivir una genuina espiritualidad, vivir en la expresión, santificación y
glorificación de Cristo, lo cual es imposible sin la intervención permanente del Espíritu
Santo quien toma de Cristo y nos lo hace saber como realidad de vida y no simple
sentir religioso (Juan 16:13-14).
Pablo en Efesios 5:18, donde nos pide continuar siendo llenos del Espíritu Santo. En
ese mismo orden de ideas, Pablo reitera en Gálatas 5:18-26, la obra del Espíritu y su
experiencia en la vida de los hijos de Dios.
En Gálatas 5:22 dice que el Espíritu produce un fruto multifacético en los hijos del
reino de Dios y que se refleja en ciertas características: amor, gozo, paz, paciencia,
amabilidad, bondad, fidelidad, modestia y dominio propio. Podríamos hablar de una
"espiritualidad relacional" del creyente con Dios, consigo mismo y con su prójimo.
Pablo también nos aclara que la "espiritualidad del Espíritu Santo" busca la justicia y
la paz del reino de Dios (Romanos 14:17-19).
El criterio de la vida en el Espíritu tiene que ver con aquello que somos y con las
motivaciones que estimulan nuestro ser, antes que con experiencias de éxtasis o con
la práctica de un misticismo espurio. Si quisiéramos intentar una definición
aproximada, que nos sirva como referencia para el presente punto, diríamos que la
vida en el Espíritu es el proceso continuo por medio del cual vivimos a Cristo,
alimentándonos de la comunión íntima con el Padre, bajo el impulso del Espíritu Santo
y en compromiso fraterno con la iglesia expresamos integralmente las verdades y
principios de la Palabra, para la cooperación efectiva en el propósito eterno de Dios.
El Señor nos demanda edificar nuestro casa personal, conyugal y familiar para
establecer congregaciones firmes, saludables y efectivas en sus planes y propósito
eterno.
El apóstol Pablo dice en Efesios 2:20-22 que todo el edificio bien coordinado va
creciendo. Se trata de ensamblar todas sus partes y al mismo tiempo de adquirir un
desarrollo pleno.
Este edificio, siendo un templo santo al Señor, debe influenciar todo ámbito de la
sociedad en la cual está insertada.
En este punto, vamos a profundizar un poco sobre una de estas figuras que el
apóstol Pablo emplea para enseñar a los creyentes en Corinto, de lo que es la
Iglesia, como el Edificio de Dios.
Pablo, expone con amplitud que la iglesia es el edificio de Dios, con todas las
características que esto implica: un arquitecto, un diseño, unos planos, un
fundamento, una estructura, unas medidas y unos materiales que se implementan
en un proceso de edificación.
Pablo declara que dar a conocer a los santos este misterio, (en el cual Dios se funde
con el hombre, y crear su morada, al impartir a Cristo en nosotros como esperanza
de gloria), es una tarea ardua; para lo cual lucha y trabaja, anunciando, enseñando,
amonestando para presentarles perfectos en Cristo, pero lo hace confiado en el
poder de Dios que actúa en él (Colosenses 1:28-29)
La historia humana registra miles de tragedias por causa de que las cosas
fundamentales fueron desestimadas, acareando pérdidas de vidas y recursos, que
repercuten en la vida presente y futura.
El Materialismo, tendencia cautivante que das más importancia a la codicia por las
cosas que a la trascendencia de los valores.
El Sincretismo, postura enajenante que carece de una verdad absoluta que defina
el fundamento de fe y creencias que gobiernan la vida de los creyentes.
Muchos ministros edificadores de la casa de Dios han caído en esta trampa, donde
el reconocimiento y aceptación del sistema religioso está basado en números,
apariencia y cosas. Una actitud facilista que le interesa lo cosmético pero no lo ético,
le interesa más el estilo de lo que se dice, que la sustancia de lo que se dice.
Al describir su obra entre los corintios, Pablo comienza con una declaración
de gracia. Él sabía que su estatus como obrero en el campo de Dios, o en el edificio
de Dios, estaba basado en el favor inmerecido de Dios, no en ser merecedor o digno
de ello.
Esta misma afirmación la hizo a los creyentes en Roma, cuando les dijo que él
recibió primero la gracia de Dios, para luego ejercer el apostolado en las naciones
(Romanos 1:5-8).
Es un altísimo privilegio y honor poder ser un colaborador con Dios. Sin embargo,
en todas las Escrituras observamos que Dios nunca elige gente engreída y
prepotente para hacer su obra. No hay nada en los edificadores que los haga dignos
de ser sus obreros, es conforme a la gracia de Dios.
Este trabajo edificante es por gracia y se hace con gratitud (Hebreos 12:28). No por
ganancia personal ni conveniencia propia.
Cuando consideramos todas las formas en que Dios pudo haber hecho su trabajo,
es aún más asombroso saber que quiere nuestra participación, nos llama sus
colaboradores, esta palabra en griego es “sunergos”, de donde se deriva sinergia,
el principio de la dinámica donde la suma y unión de las partes hace mayor al todo.
La obra que Pablo hizo con Dios era trabajar “en, con y entre” el pueblo de
Dios. Ellos eran su “labranza o campo” (usando la ilustración del granjero plantando
y regando), y ellos eran su “edificio” (usando la ilustración del constructor).
Cuando el texto dice que “Pablo plantó y Apolos regó”, marcan actos definidos en
el pasado; y cuando dice que “Dios da el crecimiento”, marcan la obra continuada
de Dios.
Algunas personas están frustradas porque solo quieren regar cuando Dios los ha
llamado a plantar, o quieren plantar cuando Dios los ha llamado a regar. Otros están
frustrados porque quieren hacer que el crecimiento aparezca, cuando solamente
Dios puede hacer eso.
Cristo y nada más que Cristo es la Roca sólida, única y eterna de los siglos. El
salmista declara que si los cimientos son destruidos no hay esperanza de nada
seguro para los justos (Salmo 11:3)
El fundamento es el que determina tanto el tamaño como el peso del edificio. Nunca
se puede construir un edificio más grande de lo que el cimiento puede soportar. Lo
mismo sucede con la Iglesia. Una iglesia edificada en un fundamento incorrecto o
inadecuado no podrá alcanzar la altura que Dios pretende que alcance.
La paja y el heno pueden estar bien para construir el techo de una granja, pero es
un material inadecuado para construir un palacio de gobierno. Los edificadores del
reino debemos entender que el Rey nos llamó para edificar la Iglesia del Dios
Viviente, que es Columna y Baluarte de la verdad, o sea una casa de gobierno. No
fuimos llamados para construir un establo para reunir ovejas.
Del mismo modo, la sabiduría humana y atracciones carnales pueden tener un lugar
en el sistema religioso, pero no en la edificación de la iglesia. Lo erróneo y lo
infundado se desvanecerá; pero por la misericordia de Dios el edificador equivocado
se salvará, pero su obra se perderá.
Cuando nuestra obra sea probada delante del Señor, seremos recompensados de
acuerdo a lo que permanezca. La obra de cada uno será examinada bajo el fuego
divino. Es importante destacar que el fuego no purifica al obrero, prueba su obra.
Algunos serán salvos, pero con una vida que fue un desperdicio, y no recibirán una
corona para ponerla a los pies del Rey, para su gloria (Apocalipsis 4:10-11). Él
mismo será salvo, aunque así como por fuego, es decir: Salvo, pero solamente salvo
y salvo sin nada.
Si uno hizo mucho trabajo terrenal incorrecto, será como si no hubiera hecho
nada. Su obra será quemada y se desvanecerá en la eternidad. Es vital reconocer
que la cantidad del trabajo no será evaluada (aunque tiene cierta relevancia), sino
la calidad de la obra.
1. El Principio De Responsabilidad. Vr 10
Mire cada uno como sobreedifica…
Podemos dejar de ser fieles edificadores de Dios, cuando actuamos como jefes en
vez de servidores.
Luego está "el hombre espiritual", o sea, el que tiene el Espíritu de Dios, al ser un
hijo suyo. Él comprende todas las cosas, tiene un discernimiento, una percepción
espiritual.
Ese criterio espiritual hace que resulte incomprendido por los que están dominados
por la forma de pensar del sistema del mundo. Porque el hombre normal y natural
sencillamente no puede entender ni sus creencias ni sus actitudes.
Hay una diferencia entre ser de carne, que en griego es “sarkinos”, usado en 2
Corintios 3:3 y ser carnal, la palabra griega “sarkikos”, usada en este pasaje.
Ser edificador de carne es una condición general, pero ser edificador carnal es una
decisión personal.
Pablo dice que de la sabiduría humana debemos ser ignorantes, pero de la divina
conocedores.
Debemos glorificar a Dios persiguiendo la sabiduría real. ¿Qué es lo que hay que
hacer si son sabios en este siglo? Si son sabios de acuerdo con la medida humana
de sabiduría? Deben hacerse ignorantes, para que lleguen a ser sabios.
Pablo les pide que renuncien a toda sabiduría del mundo, todo el humanismo
(filosofía centrada en el hombre), incluso si significa ser llamado un ignorante.
Si alguien no está deseando ser considerado un ignorante por aquellos que valoran
la sabiduría humana, nunca podrán ser capaces de realmente ser sabios a la
manera de Dios.
Dios ha evaluado la sabiduría de este mundo, y Él la considera insensatez, astucia,
y vana. ¿Estaremos de acuerdo con la evaluación de Dios, o no?
3. El Principio De Recompensa. Vr 14
Como edificadores en el siglo 21, necesitamos abrazar esta visión apostólica sobre
la edificación, que va más allá de los programas eclesiásticos o los proyectos
personales, compra de propiedades y equipos, si bien son importantes; no nos
conectan con todo lo que Dios está haciendo en el mundo.
4. El Principio De La Propiedad. Vr 23
Este es el principio fundamental con el que Pablo cierra el capítulo 3: Todo es de
Dios.
Dios es el dueño y Creador de todo. Salmo 24:1, dice: “Del Señor es la tierra y su
plenitud, el mundo y los que en el habitan”.
Esto nos incluye a nosotros mismos y a todas las cosas que él ha puesto a nuestro
cuidado. Nosotros somos simplemente mayordomos o administradores que actúan
en su nombre. por consiguiente, debemos manejar la vida, tiempo, recursos y
talentos de la mejor manera para agradar a Dios.
Dios se reserva los derechos de propiedad exclusiva sobre la iglesia por cuanto es
el Creador y Redentor de ella, además es el Arquitecto y Constructor de la misma,
es la cabeza de ella, es el fundamento y también piedra angular de este edificio
santo.