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de la:
Función Masticatoria
PROFESORAS:
ALUMNAS:
o Caballero, Keila
o Delgado, Leidy
o Méndez, Camila
o Mereles, Melisa
o Núñez, Lujan
o Olmedo, Noelia
o Ramos, Jessica
Asunción – Paraguay
2022
ÍNDICE
→ PORTADA-------------------------------------------------------------------------- Pág. 1
→ ÍNDICE------------------------------------------------------------------------------ Pág. 2
→ INTRODUCCIÓN----------------------------------------------------------------- Pág. 3
→ OBJETIVOS----------------------------------------------------------------------- Pág. 4
→ CONTENIDO---------------------------------------------------------------------- Pág. 5 al
→ CONCLUSIÓN-------------------------------------------------------------------- Pág.
→ ANEXO----------------------------------------------------------------------------- Pág.
→ BIBLIOGRAFÍA------------------------------------------------------------------- Pág.
INTRODUCCIÓN
OBJETIVO GENERAL
✓ Conocer el origen, importancia, y características de los mecanismos
neuromusculares de la función masticatoria.
OBJETIVO ESPECÍFICO
✓ Conocer el proceso de contracción muscular.
✓ Conocer la importancia de los mecanismos neuromusculares.
✓ Demostrar los mecanismos neuromusculares del sistema estomatognático.
MECANISMOS NEUROMUSCULARES DE LA
FUNCIÓN MASTICATORIA:
SENSIBILIDAD RECEPTORES
ORAL DEL SISTEMA
ESTOMATOGNÁTICO
Una vez conocidos los grupos dentarios y sus respectivas funciones, es fácil
dividir el acto masticatorio en etapas para su mejor entendimiento. De esa
manera, este proceso puede ser dividido en tres etapas:
INCISIÓN, realizada por el grupo de los incisivos y caninos, que van a
promover el corte y la dilaceración de los alimentos para que estos puedan
ser introducidos en la boca;
TRITURACIÓN, realizada por los premolares, que en acción coordinada con
la mandíbula (movimientos de abertura y cierre), lengua y carrillos,
mantienen el alimento sobre la superficie oclusal reduciéndolo en pedazos
menores;
PULVERIZACIÓN, realizada por los molares, que irán transformar el
alimento en partículas cada vez menores y sin resistencia a las superficies
oclusales o a la mucosa bucal. En el final de esta fase, la disolución de las
substancias de los alimentos establece un feedback positivo que mantiene
la producción de saliva y ayuda a diluir el bolo alimentar y lo transforma en
un líquido espeso, es cuando, entonces, está preparado para la deglución.
Los dientes tienen estructuras que constituyen el periodonto, también
llamado ligamento periodontal y hueso alveolar. Este puede ser dividido en
periodonto de inserción y de protección. El primero es constituido por el
hueso alveolar, alveolo y fibras periodontales, funcionando activamente en
las acciones masticatorias. El actúa transmitiendo los choques igualmente
por toda el área de implantación de la raíz dentaria, evitando zonas de
concentraciones de esfuerzos; absorbiendo las cargas masticatorias y
consecuentemente reduciendo la presión sobre el hueso alveolar; y
sirviendo de inserción a los dientes, actuando, a través de sus células, vasos
y principalmente fibras, como agentes o fuerzas contrarias que tienden a
dislocar los dientes. Además de eso, el periodonto de inserción tiene aún
una función propioceptora. El periodonto de protección, formado por la
encía, inserción epitelial, cutícula y dientes proporcionan una acción
protectora al periodonto de inserción-
A fin de contribuir para la efectividad de los elementos dentarios, actuando
de forma secundaria para que los dientes realicen sus funciones con el
menor desperdicio de energía posible, están las glándulas salivales, la
lengua, las mejillas, el paladar duro, los labios, los huesos maxilares, la
articulación temporomandibular y la oclusión dentaria.
Los huesos maxilares, son estructuras para el implante dental, colaboran
para que la disposición de los mismos sea normal. Así, cuando bien
desarrollados, los huesos maxilares favorecen a los dientes en oclusión
normal, proporcionan un área de implantación mayor y contactos más
amplios, favoreciendo sobre manera al sistema masticatorio. En individuos
con huesos maxilares atrésicos, a pesar de ni siempre haber mala oclusión,
se observa menor área de contacto interoclusal y, consecuentemente,
necesidad de mayor gasto de energía para una masticación satisfactoria.
Otra estructura que también influencia en la masticación es la articulación
temporomandibular (ATM). Existen estudios que demuestran que la ATM
varía conforme el tipo de función que deba realizar, de la misma forma que
los grupos dentarios. Por eso se presenta más o menos desarrollada en
diferentes animales, variando de acuerdo con el tipo de masticación
realizada. La ATM está en íntima relación con la articulación dentaria y los
músculos masticatorios.
Hay dos tipos de movimientos mandibulares: masticatorio y no masticatorio.
Los movimientos masticatorios son los movimientos de revolución de la
mandíbula, realizados en ciclo en el plano vertical.
Los movimientos no masticatorios son las excursiones de lateralidad y de
protrusión, efectuadas en el plano horizontal. Otros dos tipos son
movimiento voluntario y movimiento funcional.
Se llama de movimiento voluntario al conjunto de movimientos de
deslizamiento, de friccionamiento y de bruxismo que son realizados con los
dientes de los arcos opuestos en contacto. De movimiento funcional son
llamados los de mordida natural que son ejecutados en dirección vertical.
Receptores del sistema estomatognático
Los receptores sensoriales Son los encargados de captar la información del
medio externo e interno y de transmitirla al sistema nervioso.
1) Exteroceptores: son los órganos sensitivos de la piel y los
sentidos especiales (oído, vista...), que reciben sensaciones del
mundo exterior.
2) Interoceptores: localizados en el interior del organismo de donde
reciben la información. Pueden ser de dos tipos:
a) Propioceptores: receptores sensoriales de los músculos,
tendones y articulaciones que informan del estado del aparato
locomotor.
b) Visceroceptores: se localizan en el resto de órganos.
El conocimiento de la función de estos tipos de receptores se podría estimar
fundamental, porque guiará las posibilidades que se tienen para estimular y
corregir la movilidad y posicionamiento de la mandíbula y durante la
diversidad de funciones estomatognáticas. La posición habitual de la
mandíbula cuando el individuo está de pie es de inoclusión dentofacial
(espacio interdental de 1-3 mm), dejando, por lo tanto, espacio entre ambos
arcos dentarios. Dicha postura basal es mantenida durante la posición de
alerta, pero varía levemente cuando la postura corporal es modificada o de
acuerdo a la función que se efectuará. De esta manera, cuando el individuo
está echado de cúbito dorsal el espacio interoclusal aumenta, inclusive, se
incrementa levemente más en una posición intermedia como sentado. La
postura de la mandíbula es mantenida por una serie de mecanismos (físicos,
fisiológicos y nerviosos, centrales del patrón postural) y reflejos adaptativos.
Estos últimos mecanismos tienen la participación de diversos receptores
estomatognáticos, pero entre ellos se destaca el receptor de la ATM GW I,
que sería el receptor que tiene una participación fundamental en la
manutención del tono muscular de “reposo” de los músculos mandibulares
(elevadores y depresores). En ese sentido, estimular este tipo de receptor,
podrá contribuir con la estabilidad de la postura mandibular apropiada,
manteniendo la oclusión correspondiente.
FUNCIONES DEL SISTEMA ESTOMATOGNÁTICO
El Sistema Estomatognático (SE) está conformado por dos grupos de
estructuras bucales: las estáticas o pasivas y las dinámicas o activas.
Las estructuras estáticas son: la mandíbula, el maxilar, huesos del cráneo y
hueso hioides.
Las estructuras dinámicas están representadas por la unidad neuromuscular
que mueve a las estructuras del primer grupo.
El S.E. es la unidad morfofuncional integrada y coordinada, constituida por
el conjunto de estructuras esqueléticas, musculares, angiológicas,
nerviosas, glandulares y dentales que tienen cómo límites un plano lateral
que corresponde alas apófisis mastoides, y un plano frontal que
corresponde a los rebordes supra orbitarios por arriba y al hueso hioides
por abajo.
CONCLUSIÓN
En función de la complejidad del sistema masticatorio y de todas las estructuras
relacionadas, la reunión del mayor número posible de informaciones durante la
anamnesis, examen clínico y complementares es importantísimo para el éxito de
cualquier tratamiento que envuelva pacientes ancianos. Estos tratamientos deben tener
un planeamiento multidisciplinar en que cada especialidad relacionada siga una
secuencia lógica e integrada de ejecución, para que sean alcanzados los resultados
anhelados. Con miras a una mayor longevidad de estos resultados, es imprescindible la
realización de un riguroso esquema de higiene y controles periódicos.
ANEXOS
WEB – GRAFIA
o http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0001
63652008000300025
o https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717
92272017000100002
o http://articulos.sld.cu/ortodoncia/files/2009/12/fisiologia-d-m-f.pdf
o https://www.studocu.com/latam/document/universidad-de-las-ciencias-de-la
salud-hugo-chavez-frias/morfologia/receptores-se-elizabeth-garcia/10149771
o https://raquelgalindomartinez.com/articulacion-temporomandibular-y-musculatura
masticatoria/#:~:text=Masetero%3A%20es%20el%20principal%20m%C3%BAsul
o,principales%20m%C3%BAsculos%20de%20cierre%20bucal
o https://estudidentalbarcelona.com/cuales-los-musculos-la-masticacion-funcion-e
importancia/