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MECANISMOS NEUROMUSCULARES

de la:

Función Masticatoria

PROFESORAS:

o Dra. Shirley Silva


o Dra. Celia Bogad

ALUMNAS:

o Caballero, Keila
o Delgado, Leidy
o Méndez, Camila
o Mereles, Melisa
o Núñez, Lujan
o Olmedo, Noelia
o Ramos, Jessica

Asunción – Paraguay

2022
ÍNDICE

→ PORTADA-------------------------------------------------------------------------- Pág. 1

→ ÍNDICE------------------------------------------------------------------------------ Pág. 2

→ INTRODUCCIÓN----------------------------------------------------------------- Pág. 3

→ OBJETIVOS----------------------------------------------------------------------- Pág. 4

→ CONTENIDO---------------------------------------------------------------------- Pág. 5 al

→ CONCLUSIÓN-------------------------------------------------------------------- Pág.

→ ANEXO----------------------------------------------------------------------------- Pág.

→ BIBLIOGRAFÍA------------------------------------------------------------------- Pág.
INTRODUCCIÓN

La masticación es una de las funciones más importantes del sistema


estomatognático, el cual se define como la unidad morfofuncional o sistema
biológico que se encuentra localizado anatómicamente en el territorio
cráneo-cérvico-facial comprendiendo básicamente las estructuras
combinadas de la boca y los maxilares, siendo responsable tanto de la
función masticatoria como de la deglución y del fono articulación.
La información sensitiva que parte del sistema estomatognático es llevada,
principalmente, por el nervio trigémino hacia diversas estructuras del
sistema nervioso central (SNC). Dicha información sensitiva activa a
diversas áreas dentro del tallo encefálico y del neocórtex, estando dichas
áreas involucradas en importantes funciones superiores.
Esta revisión tiene como propósito actualizar y comprender los actuales
conocimientos sobre los mecanismos neurocientíficos que subyacen en la
función masticatoria y a su vez exponer cómo esta función modula variados
procesos en el SNC.
OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL
✓ Conocer el origen, importancia, y características de los mecanismos
neuromusculares de la función masticatoria.

OBJETIVO ESPECÍFICO
✓ Conocer el proceso de contracción muscular.
✓ Conocer la importancia de los mecanismos neuromusculares.
✓ Demostrar los mecanismos neuromusculares del sistema estomatognático.
MECANISMOS NEUROMUSCULARES DE LA
FUNCIÓN MASTICATORIA:

SENSIBILIDAD RECEPTORES
ORAL DEL SISTEMA
ESTOMATOGNÁTICO

LOS MECANISMOS NEUROMUSCULARES

Desempeñan un papel preponderante en el funcionamiento del sistema


estomatognático, puesto que la dinámica de este sistema y la consecuente
ejecución de movimientos mandibulares funcionales, depende en último
término de la actividad contráctil coordinada y sincronizada de los músculos
mandibulares o masticatorios, que son controlados precisamente por estos
mecanismos nerviosos.
Expresado, en otros términos, los mecanismos neuromusculares
proporcionan la energía nerviosa necesaria para poner en marcha a los
músculos mandibulares, que representan a los verdaderos motores del
sistema.12
La inervación motora de los músculos masticatorios o mandibulares, que
transmite los potenciales de acción para la contracción de sus fibras,
proviene de neuronas que se encuentran reunidas en un centro nervioso a
nivel de la protuberancia o puente, el núcleo motor del trigémino y se
denominan motoneuronas apara diferenciarlas de otro grupo de
motoneuronas,
también ubicadas en el núcleo motor mencionado y que son más pequeñas
en tamaño, las motoneuronas y, que están encargadas de la inervación y el
control eferente de los husos neuromusculares.
Como una información de la complejidad de organización nerviosa del
núcleo motor del V par, es de destacar que existen alrededor de 5.500
motoneuronas a en el núcleo motor del V par izquierdo y 5.000 en el derecho
en el ser humano.30 Si consideráramos una relación para los diferentes
músculos masticatorios de imotoneurona a. por 600 fibras musculares, se
tendría que ambos núcleos tienen a su cargo la inervación de 6 x 106 fibras
musculares Para posibilitar la ejecución de movimientos mandibulares
coordinados y armónicos, dentro del patrón de coactivación y modos de
acción de la musculatura mandibular mencionados , se requiere de
vías nerviosas que modulen las descargas de los diferentes "pools" de
motoneuronas a trigeminales que inervan cada músculo en particular, y que
en consecuencia regulen la contracción de estas millones de fibras que
componen la musculatura masticatoria.
Expresado en otros términos, tienen que existir mecanismos nerviosos de
control sobre estas motoneuronas que determinen su excitación para que
descarguen o su inhibición para frenar su descarga. Únicamente a partir de
una regulación nerviosa de esta naturaleza es posible, por ejemplo, que en
un movimiento de cierre mandibular sean excitadas paulatinamente las
motoneuronas que inervan a los músculos elevadores mandibulares, en
cambio sean inhibidas paulatinamente las motoneuronas de los músculos
antagonistas a este movimiento, como son los depresores mandibulares.
Esta modulación de la descarga de las motoneuronas trigémina/es depende
de las influencias que determinarán las múltiples fibras nerviosas que
convergen sobre su superficie celular provenientes tanto desde los
diferentes receptores que se encuentran diseminados en las diversas
estructuras del sistema estomatognático (periodontales, articulares,
muscularesmucosales, etc.) como a partir de centros cerebrales altos
pertenecientes al sistema motor esqueletal o somático (áreas corticales
motoras, formación reticular núcleos subcorticales, etc.). El sitio en el cual
una fibra nerviosa hace contacto con el cuerpo celular, dendritas u axón de
una neurona, se llama sinapsis. Cerca de 1.200 fibras o más pueden hacer
sinapsis en una a motoneurona. De esta manera es posible afirmar que la
motoneurona a trigeminal representa la meta final o la vía común para las
fibras nerviosas que convergen sobre ella, constituyendo la denominada vía
final común de Sherrington.31 Es así también que la actividad de las
motoneuronas alfa trigeminales, es la determinante final de la actividad
muscular desencadenada durante la función masticatoria.

SENSIBILIDAD ORAL Y RECEPTORES DEL SISTEMA


ESTOMATOGNÁTICO
La cavidad oral constituye, como puerta de entrada al tracto digestivo una
de las regiones del organismo humano más ricamente inervadas, y con
mayor representación y diversificación de receptores. Está ampliamente
descrita la gran variedad de sensaciones que pueden nacer de ella, desde
el gusto, uno de los más placenteros hasta el dolor dentario, uno de los más
desagradables. Esta sensación oral, que representa una gran fuente de
información sensorial, ejerce una importante influencia funcional en
cualquier etapa de la vida Esta riqueza de sensibilidad oral está a cargo de
la gran representación y diversificación de receptores, junto a sus vías
sensitivas de conducción. Los diferentes receptores estomatognáticos
corresponden a las terminaciones nerviosas de las fibras aferentes
primarias que conforman las diferentes ramas periféricas del nervio
trigémino. Algunas de estas fibras aferentes son de pequeño diámetro y
conducción lenta, que terminan como terminaciones libres que son
activadas por estímulos nociceptivos y se denominan por esta razón
nociceptores. Otras fibras aferentes primarias de pequeño diámetro tienen
terminaciones que actúan como termorreceptores. Las fibras aferentes
primarias de mayor diámetro y de conducción rápida son comparativamente
de menor umbral de excitación (ej. receptores de tipo Ruffini o Pacini), y son
activadas por estímulos mecánicos no-nociceptivos o estímulos dinámicos
como los movimientos. Estos receptores especializados típicamente
muestran la presencia de células epiteliales o conectivas que envuelven las
terminaciones primarias. En la mayoría de los músculos mandibulares,
algunas de estas fibras aferentes primarias de gran diámetro están
asociadas a los husos neuromusculares y los órganos tendinosos de estos
músculos, que responden al estiramiento muscular y tensión contráctil,
respectivamente. Adicionalmente es posible considerar que la mayoría de
las fibras aferentes primarias que suplen estos receptores especializados y
no especializados tienen un diámetro inferior a 10 u.m sobre todo en las que
no terminan en receptores especializados. Por último, los husos
neuromusculares están inervados sensitivamente por fibras primarias tanto
de tipo la como II, y los órganos tendinosos de Golgi por Ib. Desde ya es
posible explicar, que los receptores son estructura especializadas del
sistema nervioso ubicadas en diferentes zonas del cuerpo, que son capaces
de captar o recibir estímulos del medio ambiente externo o interno y
transformarlos en potenciales de tipo bioeléctrico (potenciales de acción).
Esta capacidad de transformar un cambio energético o acontecimiento
ambiental no nervioso llamado estímulo (estímulos térmicos, mecánicos,
químicos o eléctricos), en energía de tipo nervioso se denomina
transducción. Los mecanismos de la transducción receptora sensitiva varían
con el tipo de receptor, pero frecuentemente dependen de cambios en las
corrientes de iones a través de los canales iónicos como repuesta a la
activación de moléculas receptoras. Por ejemplo, los canales iónicos
sensibles a la deformación mecánica en la membrana superficial de un
mecanorreceptor se abren como repuesta a la aplicación de una fuerza
mecánica sobre la membrana. Una vez generados los potenciales de
acción, que acontece por lo general por la generación o inducción de un
potencial de receptor por el mecanismo de transducción, éstos son
transmitidos a través de vías aferentes o sensitivas hacia el sistema nervioso
central, pudiendo evocar por sus conexiones tálamo-corticales una
sensopercepción. La sensopercepción consiste, por consiguiente, en la
apreciación de un cambio significativo en el ambiente y depende de la
estimulación de terminaciones receptoras. Todos los receptores tienen un
umbral de excitación, que representa cierto nivel de sensibilidad o nivel de
despolarización frente a un estímulo. Un estímulo umbral es el estímulo más
débil que es posible detectar, y que consecuentemente es capaz de alcanzar
el umbral de excitación receptor. Si la intensidad del estímulo no alcanza
este nivel, denominado estímulo subumbral, el receptor no descarga. Los
receptores responden con un umbral de excitación más bajo que otros, a un
cierto tipo de energía excitatoria. Esta forma de energía a la que el receptor
es más sensible, se denomina estímulo adecuado. Pero esto no significa
que estímulos de otro tipo no puedan activar al mismo receptor, en cuyo
caso eso si se requiere de un estímulo de energía más intensa. En razón de
tal sensibilidad selectiva, existen diferentes modalidades sensoriales
codificas y transmitidas por vías sensitivas específicas con sus receptores
especializados en detectar una sensación específica: vías nociceptivas o del
dolor; vías que transmiten las modalidades del frío y el calor; vías del tacto-
presión, por nombrar algunas de las modalidades cutáneas o mucorales. Un
rasgo fisiológico importante es que los receptores presentan el proceso
denominado de adaptación, que se refiere a la disminución o cese de la
descarga del receptor a pesar de que su estimulación sea mantenida
constante. Es posible ofrecer dos tipos de explicación para este fenómeno:
• Adaptación mecánica del receptor frente a los cambios visco-elásticos de
las estructuras que lo rodean.
• Adaptación del mecanismo generador de potenciales de acción de las
terminaciones receptoras, desencadenando una elevación gradual del
umbral de excitación del receptor.
Otro rasgo fisiológico tanto de los receptores sensitivos como de la cadena
neuroniana (vía sensitiva) que transmite la información sensorial al sistema
nervioso central, se refiere al campo receptivo. El campo receptivo neuronal
consiste en aquella región periférica corporal (cutánea o mucosal), que al
ser estimulada activa una neurona de una determinada vía sensitiva. Es así,
que los campos receptivos de las neuronas sensitivas que conforman la vía
sensitiva y que están localizados en el sistema nervioso central, suelen ser
más grandes que los de los receptores sensoriales o sensitivos. Esto es
debido a que las neuronas centrales reciben información de muchos
receptores. Por lo general, los campos receptivos de los receptores
sensoriales son excitadores. No obstante, una neurona sensitiva central de
la vía sensitiva puede presentar tanto un campo receptivo inhibitorio como
excitatorio. El campo receptivo inhibitorio es el resultado del procesamiento
del "input" o información sensorial de entrada en los circuitos neurales
sensitivos, y está mediada por neuronas inhibitorias. La codificación de la
información sensorial se basa en las respuestas de los receptores
sensoriales y en el procesamiento de la información dentro de la vía
sensitiva. Algunas de las características fisiológicas de los estímulos que
activan una determinada vía sensitiva que son posibles de codificar, son:
localización espacial; intensidad; frecuencia y duración

• localización espacial del estímulo: mayoritariamente es transmitida


por medio de la activación de una población específica o concreta de
neuronas sensitivas, cuyos campos receptivos son activados por el
estímulo. No obstante, en algunos casos también un campo receptivo
inhibitorio o la zona de delimitación de contraste entre un campo
receptivo excitatorio y otro inhibitorio, pueden constituir mecanismos
adicionales para la localización espacial más precisa de un estímulo.
• Intensidad del estímulo: puede estar codificada básicamente por tres
mecanismos neurales. En primer lugar, en función de la frecuencia
media de descarga de las neuronas sensitivas. Mientras mayor es la
intensidad del estímulo, mayor es la frecuencia de descarga de los
receptores activados. Otra forma de codificar la intensidad, es en
cuanto al número de receptores sensitivos activados. Un estímulo
umbral es capaz de activar solamente unas pocas fibras aferentes
primarias; en cambio, un estímulo supraumbral y de mayor intensidad,
puede excitar una mayor población de receptores con sus campos
receptivos correspondientes. Por último, la codificación de la
intensidad depende del hecho que diferentes intensidades pueden
activar distintos tipos de receptores. Es así, que un estímulo mecánico
cutáneo débil puede activar sólo los mecanorreceptores, mientras que
un estímulo de mayor intensidad podría activar tanto
mecanorreceptores como nociceptores cutáneos. En este caso
particular, la sensopercepción desencadenada por el estímulo más
potente sería más intensa y su cualidad diferente.

• Frecuencia del estímulo: su codificación depende de los intervalos


entre las descargas de las neuronas sensitivas.

• Duración del estímulo: en las neuronas de adaptación lenta, su


codificación depende de la duración de su activación. En cambio, en
las de adaptación rápida las neuronas descargan sólo al inicio y al final
de la estimulación.
DISFUNCION NEUROMUSCULAR

o Mioterapia bucal a pacientes con disfunción neuromuscular.


Existen disfunciones musculares y hábitos perniciosos que pueden influir de
manera determinante en la aparición o recidiva de anomalías
dentomaxilofaciales. Las disfunciones neuromusculares se producen
cuando un músculo o grupos musculares tienen alterado su funcionamiento,
pueden ser causa de malposiciones esqueletales y dentales, y afectan en
alguna medida las funciones de todo el sistema estomatognático.
Los hábitos bucales deformantes más frecuentes y relacionados con la
aparición de las disfunciones neuromusculares son la succión digital, la
disfunción lingual y la respiración bucal que producen efectos específicos en
las estructuras dentales y los maxilares y por tanto deben seguirse
conductas terapéuticas específicas.
La mioterapia o terapéutica fisiológica consiste en todos los ejercicios
musculares que pueden coadyuvar al tratamiento ortodóncico. Donde se
emplean fuerzas naturales de la musculatura facial y masticatoria y por
medio de los cuales se produce la corrección de las anomalías de los tejidos
blandos. Al mismo tiempo se favorece al tratamiento ortodóncico de formas
distintas: en prevención, como tratamiento propiamente dicho en pequeñas
anomalías dentomaxilofaciales y contención de los objetivos logrados al
finalizar el tratamiento.
La consecuente ejecución de movimientos mandibulares funcionales,
depende en último término de la actividad contráctil coordinada y
sincronizada de los músculos mandibulares o masticatorios, que son
controlados precisamente por estos mecanismos nerviosos. Dicho en otras
palabras, los mecanismos neuromusculares proporcionan la energía
nerviosa necesaria para poner en marcha a los músculos mandibulares, que
representan a los verdaderos motores del sistema.
El sistema estomatognático, con sus estructuras coordinadas por el sistema
neuromuscular, desempeña funciones importantes para la sobrevivencia y
comunicación del individuo. La masticación es una de esas funciones
estomatognáticas de real importancia, pues es la fase inicial del proceso
digestivo.
El acto masticatorio es un complejo proceso fisiológico que se inicia con la
trituración de los alimentos, y termina con la formación del bolo alimenticio.
Para la ejecución de esta tarea participan no solo las estructuras suaves y
duras que componen la cavidad bucal, sino también, los elementos más
distantes que mantienen relaciones de continuidad funcional con el sistema
estomatognático. Estos son: los dientes implantados en los procesos
alveolares, el periodonto, los músculos, la articulación temporomandibular,
el paladar duro, los huesos maxilares, los labios, las mejillas, la lengua y las
glándulas salivales.
Además de eso, la masticación permite, a través de la acción nociceptiva de
la cavidad oral, juntamente con los proprioceptores del periodonto, evitar
que cuerpos nocivos sean deglutidos; y aún contribuir para la salud de los
tejidos orales, constituyendo un incremento continuo para su bienestar. Eso
porque los alimentos duros y fibrosos actúan sobre las encías como agente
de limpieza y permiten que los tejidos sufran una queratinización constante,
dando resistencia y capacidad de adaptación. Esto también es válido para
el periodonto, donde se halla a vista las modificaciones que sufre el
ligamento periodontal cuando uno o varios dientes no trabajan.
Sin duda, el proceso digestivo es facilitado cuando el alimento es bien
triturado en la cavidad bucal. En este momento, la masticación mezcla el
bolo alimenticio con la saliva, proporcionando un mayor estímulo de los
botones gustativos.
EL SISTEMA MASTICATORIO
La función masticatoria comprende una acción altamente organizada y
compleja, que envuelve la participación de diversos elementos. Dentro de
ellos, el principal es el diente, contenido en el interior del alvéolo dentario.
Los dientes están constituidos de tejidos duros y suaves ejerciendo
funciones diversas, de acuerdo con su posición y características
anatómicas, puede ser divididos en cuatro grupos distintos, asignando sus
respectivas funciones:
• Grupo de los incisivos (cortan los alimentos);
• Grupo de los caninos (perforan y rasgan los alimentos);
• Grupo de los premolares (inician el proceso de trituración);
• Grupo dos molares (trituran y amasan los alimentos y se adaptan a las
funciones de los grupos anteriormente citados).

Una vez conocidos los grupos dentarios y sus respectivas funciones, es fácil
dividir el acto masticatorio en etapas para su mejor entendimiento. De esa
manera, este proceso puede ser dividido en tres etapas:
INCISIÓN, realizada por el grupo de los incisivos y caninos, que van a
promover el corte y la dilaceración de los alimentos para que estos puedan
ser introducidos en la boca;
TRITURACIÓN, realizada por los premolares, que en acción coordinada con
la mandíbula (movimientos de abertura y cierre), lengua y carrillos,
mantienen el alimento sobre la superficie oclusal reduciéndolo en pedazos
menores;
PULVERIZACIÓN, realizada por los molares, que irán transformar el
alimento en partículas cada vez menores y sin resistencia a las superficies
oclusales o a la mucosa bucal. En el final de esta fase, la disolución de las
substancias de los alimentos establece un feedback positivo que mantiene
la producción de saliva y ayuda a diluir el bolo alimentar y lo transforma en
un líquido espeso, es cuando, entonces, está preparado para la deglución.
Los dientes tienen estructuras que constituyen el periodonto, también
llamado ligamento periodontal y hueso alveolar. Este puede ser dividido en
periodonto de inserción y de protección. El primero es constituido por el
hueso alveolar, alveolo y fibras periodontales, funcionando activamente en
las acciones masticatorias. El actúa transmitiendo los choques igualmente
por toda el área de implantación de la raíz dentaria, evitando zonas de
concentraciones de esfuerzos; absorbiendo las cargas masticatorias y
consecuentemente reduciendo la presión sobre el hueso alveolar; y
sirviendo de inserción a los dientes, actuando, a través de sus células, vasos
y principalmente fibras, como agentes o fuerzas contrarias que tienden a
dislocar los dientes. Además de eso, el periodonto de inserción tiene aún
una función propioceptora. El periodonto de protección, formado por la
encía, inserción epitelial, cutícula y dientes proporcionan una acción
protectora al periodonto de inserción-
A fin de contribuir para la efectividad de los elementos dentarios, actuando
de forma secundaria para que los dientes realicen sus funciones con el
menor desperdicio de energía posible, están las glándulas salivales, la
lengua, las mejillas, el paladar duro, los labios, los huesos maxilares, la
articulación temporomandibular y la oclusión dentaria.
Los huesos maxilares, son estructuras para el implante dental, colaboran
para que la disposición de los mismos sea normal. Así, cuando bien
desarrollados, los huesos maxilares favorecen a los dientes en oclusión
normal, proporcionan un área de implantación mayor y contactos más
amplios, favoreciendo sobre manera al sistema masticatorio. En individuos
con huesos maxilares atrésicos, a pesar de ni siempre haber mala oclusión,
se observa menor área de contacto interoclusal y, consecuentemente,
necesidad de mayor gasto de energía para una masticación satisfactoria.
Otra estructura que también influencia en la masticación es la articulación
temporomandibular (ATM). Existen estudios que demuestran que la ATM
varía conforme el tipo de función que deba realizar, de la misma forma que
los grupos dentarios. Por eso se presenta más o menos desarrollada en
diferentes animales, variando de acuerdo con el tipo de masticación
realizada. La ATM está en íntima relación con la articulación dentaria y los
músculos masticatorios.
Hay dos tipos de movimientos mandibulares: masticatorio y no masticatorio.
Los movimientos masticatorios son los movimientos de revolución de la
mandíbula, realizados en ciclo en el plano vertical.
Los movimientos no masticatorios son las excursiones de lateralidad y de
protrusión, efectuadas en el plano horizontal. Otros dos tipos son
movimiento voluntario y movimiento funcional.
Se llama de movimiento voluntario al conjunto de movimientos de
deslizamiento, de friccionamiento y de bruxismo que son realizados con los
dientes de los arcos opuestos en contacto. De movimiento funcional son
llamados los de mordida natural que son ejecutados en dirección vertical.
Receptores del sistema estomatognático
Los receptores sensoriales Son los encargados de captar la información del
medio externo e interno y de transmitirla al sistema nervioso.
1) Exteroceptores: son los órganos sensitivos de la piel y los
sentidos especiales (oído, vista...), que reciben sensaciones del
mundo exterior.
2) Interoceptores: localizados en el interior del organismo de donde
reciben la información. Pueden ser de dos tipos:
a) Propioceptores: receptores sensoriales de los músculos,
tendones y articulaciones que informan del estado del aparato
locomotor.
b) Visceroceptores: se localizan en el resto de órganos.
El conocimiento de la función de estos tipos de receptores se podría estimar
fundamental, porque guiará las posibilidades que se tienen para estimular y
corregir la movilidad y posicionamiento de la mandíbula y durante la
diversidad de funciones estomatognáticas. La posición habitual de la
mandíbula cuando el individuo está de pie es de inoclusión dentofacial
(espacio interdental de 1-3 mm), dejando, por lo tanto, espacio entre ambos
arcos dentarios. Dicha postura basal es mantenida durante la posición de
alerta, pero varía levemente cuando la postura corporal es modificada o de
acuerdo a la función que se efectuará. De esta manera, cuando el individuo
está echado de cúbito dorsal el espacio interoclusal aumenta, inclusive, se
incrementa levemente más en una posición intermedia como sentado. La
postura de la mandíbula es mantenida por una serie de mecanismos (físicos,
fisiológicos y nerviosos, centrales del patrón postural) y reflejos adaptativos.
Estos últimos mecanismos tienen la participación de diversos receptores
estomatognáticos, pero entre ellos se destaca el receptor de la ATM GW I,
que sería el receptor que tiene una participación fundamental en la
manutención del tono muscular de “reposo” de los músculos mandibulares
(elevadores y depresores). En ese sentido, estimular este tipo de receptor,
podrá contribuir con la estabilidad de la postura mandibular apropiada,
manteniendo la oclusión correspondiente.
FUNCIONES DEL SISTEMA ESTOMATOGNÁTICO
El Sistema Estomatognático (SE) está conformado por dos grupos de
estructuras bucales: las estáticas o pasivas y las dinámicas o activas.
Las estructuras estáticas son: la mandíbula, el maxilar, huesos del cráneo y
hueso hioides.
Las estructuras dinámicas están representadas por la unidad neuromuscular
que mueve a las estructuras del primer grupo.
El S.E. es la unidad morfofuncional integrada y coordinada, constituida por
el conjunto de estructuras esqueléticas, musculares, angiológicas,
nerviosas, glandulares y dentales que tienen cómo límites un plano lateral
que corresponde alas apófisis mastoides, y un plano frontal que
corresponde a los rebordes supra orbitarios por arriba y al hueso hioides
por abajo.
CONCLUSIÓN
En función de la complejidad del sistema masticatorio y de todas las estructuras
relacionadas, la reunión del mayor número posible de informaciones durante la
anamnesis, examen clínico y complementares es importantísimo para el éxito de
cualquier tratamiento que envuelva pacientes ancianos. Estos tratamientos deben tener
un planeamiento multidisciplinar en que cada especialidad relacionada siga una
secuencia lógica e integrada de ejecución, para que sean alcanzados los resultados
anhelados. Con miras a una mayor longevidad de estos resultados, es imprescindible la
realización de un riguroso esquema de higiene y controles periódicos.
ANEXOS
WEB – GRAFIA

o http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0001
63652008000300025
o https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717
92272017000100002
o http://articulos.sld.cu/ortodoncia/files/2009/12/fisiologia-d-m-f.pdf
o https://www.studocu.com/latam/document/universidad-de-las-ciencias-de-la
salud-hugo-chavez-frias/morfologia/receptores-se-elizabeth-garcia/10149771
o https://raquelgalindomartinez.com/articulacion-temporomandibular-y-musculatura
masticatoria/#:~:text=Masetero%3A%20es%20el%20principal%20m%C3%BAsul
o,principales%20m%C3%BAsculos%20de%20cierre%20bucal
o https://estudidentalbarcelona.com/cuales-los-musculos-la-masticacion-funcion-e
importancia/

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