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NEUROBIOLOGÍA

La Neurobiología es el estudio de las células del sistema nervioso y la organización


de éstas en vías, circuitos, redes, microsistemas, áreas, órganos y sistemas
neuronales, que procesan información y forman la base esencial del
comportamiento. Es una subdisciplina tanto de la Biología como de la Neurociencia.
Sus áreas de interés incluyen los diversos fenómenos asociados a la generación,
vida y necrosis de las neuronas; así como a la neurotransmisión.

El objetivo principal de la Neurobiología es conocer los mecanismos biológicos


básicos mediante los cuales el sistema nervioso regula el comportamiento. También
comprender cómo interactúan los sistemas sensitivos y motores en la percepción y
en el movimiento, y conocer cómo se generan los distintos tipos de neuronas y cómo
se ensamblan los circuitos nerviosos durante el desarrollo. La Neurobiología estudia
por tanto cómo son los elementos constituyentes del sistema nervioso, las células
nerviosas, y cómo se organizan éstas en circuitos funcionales que procesan la
información y son responsables del comportamiento.

La Neurobiología puede dividirse en forma clásica en:


• Neuroanatomía o estudio de la disposición espacial de los tejidos y órganos
nerviosos.
• Neurofisiología o estudio del funcionamiento de las neuronas individuales y de
los tejidos y órganos del sistema nervioso.
• Neurohistología, o estudio de las células que forman el tejido de las distintas
partes del sistema nervioso.

Un área emergente es la de la Neurobiología Molecular, la cual se especializa en el


estudio de la formación y rol de proteínas ligadas al funcionamiento neuronal (p. ej.,
membranas de las neuronas y de los neurotransmisores). También estudia la
relación entre los genes responsables de la formación de las estructuras neuronales
y los genes funcionales que se ocupan de la formación de neuroreceptores y la
producción de neurotransmisores.

NEUROTRANSMISIÓN QUÍMICA II
En el sistema nervioso, la neurotransmisión química es mediada tanto por
receptores metabotrópicos como por ionotrópicos. a) Los receptores
metabotrópicos son proteínas transmembranales que están asociadas a proteínas
G triméricas. La unión del neurotransmisor a este tipo de receptor, induce la
disociación de las subunidades que componen a la proteína G y actúan sobre
diversas proteínas efectoras como la adenilato ciclasa (AC) o la fosfolipasa C (PLC).

La neurotransmisión química es el tipo de transmisión sináptica en que una célula


se comunica con otra a través de un neurotransmisor. Es un proceso muy
complejo en el cual se pueden definir diferentes etapas. Uno de los modelos más
adecuados para su estudio ha resultado ser la sinapsis neuromuscular
esquelética.

Anatómicamente, este modelo sináptico está formado por el extremo terminal


del axón mielínico de una motoneurona alfa, ubicada en la médula espinal, y por
el segmento de la membrana de la célula muscular esquelética (fibra muscular)
inervado por ese terminal. El terminal axónico representa la parte pre-sináptica y
la fibra muscular la parte post-sináptica. Ambas partes están separadas por
un espacio sináptico.

El extremo del terminal axónico se divide en varias ramas cada una de las cuales
termina en un ensanchamiento, el botón terminal, donde se encuentran las
vesículas sinápticas conteniendo el neurotransmisor, la acetilcolina. Esas
vesículas se van a ubicar en la zona activa del botón terminal para poder liberar el
neurotransmisor.

Frente a cada botón terminal se ubica, al otro lado del espacio sináptico, una
compleja organización de la membrana plasmática de la fibra muscular, la placa
motora. Ella consiste en una serie de hendiduras donde se ubican los receptores
químicos post-sinápticos sobre los cuales actúa el neurotransmisor.

Toda la parte post-sináptica (la membrana de la fibra muscular, incluyendo las


placas) está cubierta por una membrana o lámina basal que mira al espacio
sináptico. Esta membrana está formada por una mezcla de colágeno y de
glicoproteínas.

En la región de la placa se insertan en la lámina basal una variedad de proteínas


que son liberadas desde el terminal nervioso y de la fibra muscular. Una de esas
proteínas es una enzima de gran importancia funcional, la acetilcolinesterasa, una
de cuyas funciones es destruir a la acetilcolina liberada, provocando así el término
de la acción del neurotransmisor.

Cuando llega el potencial de acción al terminal nervioso este se hipopolariza, lo cual


provoca un claro incremento de la salida del neurotrasmisor. La acetilcolina
atraviesa el espacio sináptico por difusión hasta alcanzar los receptores ubicados
en la placa motora. Estos receptores son canales iónicos (receptores
ionotrópicos) que permiten el paso de ión sodio pero que sólo se abren cuando se
combina con ellos el neurotransmisor.
La entrada de sodio a través de los muchos receptores-canales con los que combina
la acetilcolina provoca una disminución del potencial de membrana en esa zona,
una hipopolarización, llamada potencial excitatorio post-sináptico (PEPS). Este
es un potencial graduado porque su magnitud depende de la cantidad de
neurotransmisor liberado. Cuando la magnitud de esta respuesta eléctrica es alta,
el PEPS actúa como un estímulo eléctrico sobre la membrana vecina a la placa
motora, la cual reponde generando un potencial de acción, ahora de la fibra
muscular.

COMPORTAMIENTO Y NEUROTRANSMISORES INVOLUCRADOS


La neuroquímica de estas conexiones o sinapsis es, en última instancia, la
responsable de lo que hacemos, decimos, recordamos, sentimos y pensamos. Así
pues, resulta necesario comprender los mecanismos bioquímicos responsables de
las funciones de nuestro sistema nervioso y de nuestro comportamiento. Las
neuronas que son activadas transmiten impulsos nerviosos que sirven para enviar
una señal a aquellas otras células con las que están conectadas. Los procesos
cognitivos, emocionales y motivacionales del ser humano tienen un sustento
neuronal en la forma de múltiples y elaboradas conexiones celulares. Estas
conexiones, o sinapsis, están mediadas por unas cuantas sustancias transmisoras
que, como tales, están presentes también en numerosas formas de vida. Estas
sustancias se conocen como neurotransmisores, y son esencialmente moléculas
químicas que alteran el estado de reposo de la célula que recibe la señal. Se
describirán algunos de estos neurotransmisores, y se verá su relación con
determinados procesos psicológicos.
Tradicionalmente, los neurotransmisores se han clasificado en tres grandes grupos:
las monoaminas, los aminoácidos transmisores y los neuropéptidos. Sin embargo,
desde que fue descrito el primer neurotransmisor, la acetilcolina, otras moléculas se
han ido incorporando al repertorio químico conocido de la farmacología de nuestra
conducta. Incluso hoy día se sabe que algunos gases solubles, como el óxido nítrico
(NO, por su acrónimo en lengua inglesa), intervienen activamente en muchas de las
sinapsis cerebrales mediando multitud de efectos. Una misma molécula química
puede, además, tener un efecto modulador demorado e indirecto sobre la actividad
celular o un efecto inmediato directo sobre los canales iónicos, según el tipo de
receptor al que se una. La psicofarmacología ha descubierto cómo ciertas
sustancias transmisoras intervienen en estos procesos. Se sabe, por ejemplo, que
existe una relación entre las monoaminas y los estados afectivos, emocionales y
motivacionales. Igualmente, se han descubierto muchas de las neurotransmisiones
que parecen estar alteradas en diversos patologías psiquiátricas y
neuropsicológicas. Y no menos importante es el hallazgo de la función de los
sistemas de neurotransmisión en los efectos de diversas drogas y fármacos
psicoactivos. Algunos de los neurotransmisores clásicos que intenervienen en
nuestro comportamiento son:
La dopamina es una monoamina, y forma parte, junto con la noradrenalina y
adrenalina, del subgrupo de las catecolaminas. En nuestro sistema nervioso central
se han identificado cuatro vías dopaminérgicas relevantes. Una de ellas, la vía
tuberoinfundibular, es importante para el control de la secreción de prolactina, una
hormona que regula la secreción de leche mamaria. Las otras vías tienen una
relación más directa con la conducta, con los efectos de las sustancias adictivas, e
incluso con ciertos trastornos psiquiátricos y neuropsicológicos. Los axones de las
neuronas de la sustancia negra del mesencéfalo liberan dopamina en una zona de
los ganglios basales denominada estriado, formado por los núcleos caudado y
putamen. La liberación de dopamina en esta vía, denominada vía nigroestriada,
permite el control y la regulación de los movimientos voluntarios. Esta vía motora no
es una vía primaria, como lo es la vía piramidal (la cual conecta la corteza motora
primaria con las motoneuronas de la médula espinal). Por ello, se dice que la vía
nigroestriada es una vía extrapiramidal. La formación de cuerpos de Lewy (un
conglomerado de proteínas alteradas) en las neuronas de la sustancia negra, acaba
induciendo la degeneración de estas células y provoca numerosos síntomas
motores extrapiramidales en la enfermedad de Parkinson.
Las otras dos vías dopaminérgicas importantes intervienen en respuestas
cognitivas, emocionales y motivacionales. En la vía mesocortical, los axones
dopaminérgicos liberan dopamina en varias regiones, principalmente la corteza
límbica y la corteza prefrontal. Esta vía, que tiene su origen en un grupo de células
dopaminérgicas situadas en el mesencéfalo, se cree que interviene en procesos
atencionales y emocionales. Además, el deterioro cognitivo que caracteriza a los
síntomas negativos de la esquizofrenia,
Otras monoaminas relacionadas con las emociones y el estado de ánimo son la
noradrenalina y la serotonina. La primera de ellas es, al igual que la dopamina,
una catecolamina. Precisamente, cuando la noradrenalina se hidroxila, gracias a la
acción del enzima dopamina β-hidroxilasa, se convierte en dopamina. La
noradrenalina está implicada en el procesamiento atencional, en el estrés, la
ansiedad y la depresión. Además, la adrenalina, cuyo precursor es la propia
noradrenalina, actúa en el sistema nervioso autónomo y media numerosas
respuestas vegetativas asociadas a la ansiedad. Ambas, la adrenalina y
noradrenalina inducen un aumento de la presión sanguínea y de la frecuencia
cardíaca, con lo que la hiperactividad de estos neurotransmisores es peligrosa para
el sistema cardiovascular general, y para el sistema vascular cerebral en particular.
La serotonina (5-hidroxitriptamina ó 5-HT), molécula del grupo de las indolaminas,
también es un neurotransmisor que interviene en numerosas funciones del sistema
nervioso. Su actividad, distribuida en multitud de circuitos cerebrales, media una
gran variedad de respuestas fisiológicas, tales como el sueño, el apetito, el control
de la temperatura, o la actividad sexual.
La acetilcolina (ACh) es un éster formado por acetato y colina, y actúa como
mensajero neuronal en los sistemas motores, atencionales y de memoria. Además,
también interviene en múltiples respuestas vegetativas.

Estos son algunos de los principales neurotransmisores que intervienen en nuestras


funciones cerebrales. Dependiendo del tipo de receptor que estimule cada sistema
de neurotransmisión, y de la zona del cerebro donde actúe, se podrá activar una u
otra función. Unos pocos neurotransmisores median prácticamente en todas las
funciones nerviosas, excitando o inhibiendo las células que contienen en su
membrana receptores para estas moléculas mensajeras. Por ejemplo, el ácido
glutámico y el aspartato producen potenciales excitatorios en las neuronas en las
que actúan. En cambio, el GABA y la glicina son neurotransmisores inhibitorios. La
importancia de una correcta integridad de los sistemas gabaérgico y glutamatérgico
se refleja en algunos trastornos y patologías que se relacionan con una actividad
anómala en la neurotransmisión de estas moléculas.

MECANISMOS DE NEUROTRANSMISIÓN

Las neuronas se comunican con sus tejidos diana mediante sinapsis a nivel de las
cuales liberan sustancias químicas denominadas neurotransmisores (ligandos).
Como esta comunicación es mediada por sustancias químicas, el proceso es
conocido como neurotransmisión química y ocurre dentro de las sinapsis químicas

Cada sinapsis consta de:

 Membrana presináptica – Membrana del botón terminal (axón terminal) de la fibra


nerviosa presináptica.
 Membrana postsináptica – Membrana de la célula diana (sobre la que la neurona
actuará)
 Hendidura sináptica – El espacio ubicado entre las membranas pre y postsinápticas.
Dentro del botón terminal de la fibra nerviosa presináptica, se producen y almacenan
numerosas vesículas que contienen neurotransmisores. Cuando la membrana
presináptica es despolarizada por un potencial de acción, se abren los canales de
calcio dependientes del voltaje de esta membrana. Esto a su vez genera un ingreso
de iones de calcio hacia el botón terminal, lo cual modifica el estado de ciertas
proteínas de la membrana presináptica, resultando finalmente en la salida (exocitosis)
de los neurotransmisores desde el botón terminal hacia la hendidura sináptica.

Si un neurotransmisor estimula a una célula a realizar una acción, entonces hablamos


de un neurotransmisor excitatorio actuando en una sinapsis excitatoria. Por otra
parte, si se inhibe a la célula diana, se habla de un
neurotransmisor inhibitorio actuando en una sinapsis inhibitoria. Por lo tanto, el
tipo de sinapsis y la respuesta del tejido depende del tipo de neurotransmisor. Los
neurotransmisores excitatorios causan despolarización de las células
postsinápticas y generan un potencial de acción; por ejemplo, la acetilcolina estimula
la contracción muscular. Las sinapsis inhibitorias en cambio
causan hiperpolarización de las células diana, aumentando el umbral de excitación
y de este modo inhibiendo su acción. Por ejemplo, el GABA inhibe los movimientos
involuntarios.

El neurotransmisor liberado en la hendidura sináptica actúa por un corto periodo de


tiempo, solo minutos o incluso segundos. Puede ser degradado por enzimas, o
reabsorbido por el botón terminal de la membrana postsináptica mediante
mecanismos de recaptación para ser reciclado. Los neurotransmisores más
conocidos por su acción excitatoria rápida pero efímera son acetilcolina, norepinefrina
(noradrenalina) y epinefrina (adrenalina). GABA por otra parte, es el principal
neurotransmisor inhibitorio.

La actividad sináptica repetitiva puede generar efectos a largo plazo en la neurona


receptora, incluyendo cambios estructurales como la formación de nuevas sinapsis,
alteración en el árbol dendrítico, o crecimiento de axones. Un ejemplo de esto es
el proceso de aprendizaje -mientras más estudias y repasas, más sinapsis se crean
en tu cerebro y te permiten recuperar la información cuando la requieras.

NEUROTRANSMISORES
Acetilcolina. Este neurotransmisor puede ser excitatorio o inhibitorio. Lo podemos
encontrar por todo el sistema nervioso, tanto a nivel periférico. Al estar presente en
el hipocampo, la Ach puede estar relacionada en enfermedades que afecten a la
memoria. también está presente en el sistema nervioso autónomo, en glándulas y
musculatura lisa. Se puede unir a receptores ionotrópicos y a receptores
metabotrópicos.
Glutamato. neurotransmisor excitatorio por excelencia en el SNC. Este está
implicado en funciones de aprendizaje, memoria (fijación de memoria a largo plazo)
y plasticidad neuronal. Sus receptores pueden ser ionotrópicos y metabotrópicos.
GABA y Glycina. GABA es el neurotransmisor inhibitorio más importante. Este se
encuentra a nivel central, en las interneuronas del encéfalo o en las células de
Purkinje del cerebelo. La glycina es más abundante a nivel del tronco del encéfalo
y dela médula espinal. GABA puede actuar sobre interneuronas que están
implicadas en la inhibición de movimiento, por ejemplo en los movimientos reflejos,
inhibiendo la actividad antagonista. Tienen receptores ionotrópicos y
metabotrópicos. Fármacos potenciadores de GABA pueden actuar sobre dolor,
espasticidad y epilepsia.
Dopamina. Abunda en zonas cerebrales complejas, relacionadas con movimiento
(vía nigroestrial), toma de decisiones, memoria, motivación (sistema mesolímbico-
cortical) y secreción hormonal (vía hipotalámica). Implicada en la enfermedad de
Parkinson, también está relacionada con adicciones y vicios, teniendo implicación
en sistemas de recompensa. La MAO y la COMT son degradadores de dopamina,
foco de aplicación de fármacos. Sus receptores con metabotrópicos.
Noradrenalina: Aparece en el SNC, en el locus coeruleus y en el tronco del
encéfalo. Estas vías tienen que ver con la transmisión del dolor. Interviene también
en el ciclo vigilia suelo, en la atención y la ingesta.
Histamina: Se encuentra en algunas regiones del hipotálamo, médula espinal y
tronco del encéfalo, sobre todo en núcleos de relevo y control de la información
sensitiva. Función muy concreta en modular la transmisión dolorosa en la sustancia
gris perioductal, zona que controla la información nociceptiva. Relación con
atención, ingesta y sueño.
Serotonina: parece tener el rol regulador en el cerebro y que está implicado en
muchos comportamientos. Hay evidencia que sugiere que está involucrado en la
emoción, la motricidad, algunos procesos cognitivos y comportamientos
automáticos como el apetito y el sueño. Media la excitación del sistema nervioso y
parece coordinar comportamientos, ejerciendo su función como neuromodulador.
Es más conocido por sus efectos en el bienestar y en la felicidad en la medida que
regula el estado de ánimo está relacionado con el placer.

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