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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACION

DIRECCION DE POSTGRADO
SEDE CAAGUAZU

ESPECIALIZACION EN CIENCIAS SOCIALES

Asignatura: FORMACION ETICA Y CIUDADANA

Nombres y Apellidos: Griselda Beatriz Servian Gonzalez

Profesor: Lic. Edgar Duarte Martínez

¿QUE ENTENDEMOS POR PAZ?

La paz es algo más que ausencia de guerra. La paz significa o implica una
ausencia o una disminución de conflictos, de violencia, ya sea directa (física o
verbal), estructural o cultural, vaya ésta dirigida contra el cuerpo, la mente o el
espíritu de cualquier ser humano o contra la naturaleza. La paz, por tanto, es la suma
de la paz directa, la paz estructural y la paz cultural (Fisas).

Para Galtung y otros investigadores, la paz es también la condición, el contexto, para


que los conflictos puedan ser transformados creativamente y de forma no violenta, de
tal manera que creamos paz en la medida que somos capaces de transformar los
conflictos en cooperación, de forma positiva y creadora, reconociendo a los oponentes
y utilizando una metodología efectiva de diálogo.

La paz positiva debe entenderse como un proceso cultural. En este sentido, si la


cultura es el conjunto de todas las formas y expresiones que se construyen y aprenden
en una comunidad determinada-incluyendo costumbres, practicas, códigos, normas y
creencias-, entonces la cultura de paz es un proceso de aprendizaje colectivo. Este
proceso cultural se basa en los valores de justicia, responsabilidad, libertad,
cooperación, respeto y tolerancia, y tiende a incluir a todas las personas en la toma de
decisiones para una distribución equitativa del poder.

A lo largo de la historia, al ser humano le ha preocupado la violencia y en la mayoría


de las sociedades se le ha considerado indeseable. Pero en algunas de estas
sociedades, en lugar de erradicar la violencia mediante acciones positivas, se le ha
combatido con más violencia. Vemos que existen culturas y sociedades completas que
la legitiman y reproducen. Para ellas, se trata de una forma habitual de convivencia.
Esto debe cambiar. Para corregir esta manera de vivir y pensar tenemos que construir
alternativas basadas en la paz. Si entendemos que es la violencia, sus dimensiones y
manifestaciones, podremos romper sus círculos. Solo así seremos capaces de
construir alternativas que no sean la misma violencia maquillada de paz.

EDUCACIÓN PARA LA PAZ

La paz, como ya se dijo, se construye desde el interior de las personas. Su


aprendizaje comienza desde la infancia en casa y posteriormente en la escuela.
Para vivir en paz se requiere una actitud de calma y tranquilidad interior, así como
un estado de ánimo en que se alienta una visión abierta, propositiva y favorable de
la vida. Lo que sucede a nuestro alrededor nos puede influenciar y afectar, pero la
clave para mantener la paz es la actitud que adoptemos ante la vida, de esto sumos
responsables cada uno.
La paz también debe construirse hacia afuera. Por ello es prioritario aprender a
convivir pacíficamente, a resolver conflictos sin violencia. Para lograrte debemos
comenzar a trabajar en las dimensiones cognitivas, afectiva y conductual de las
personas; en ámbitos como el hogar, las escuelas y las organizaciones sociales.
El saber convivir es uno de los cuatro saberes fundamentales de la "educación del
milenio", la UNESCO considera que cualquier sistema educativo debe fortalecer este
saber de forma prioritaria para lograr la supervivencia de la especie y su desarrollo
sostenible (Delors, 1996). El saber convivir se refiere a las habilidades y a los
valores asociados a la capacidad para desarrollo relaciones sociales no violentas y
cooperativas, en todos los espacios en donde nos corresponda interactuar, para la
búsqueda del bien común.

HERRAMIENTAS DE LA PAZ
Para que exista una cultura de paz es necesario tomar en cuenta los valores que
poseemos, sin la práctica activa de valores es muy difícil lograr un mundo donde
exista justicia, respeto, confianza, y diálogo como factores necesarios para la
solución de los conflictos.

Algunos valores son: honestidad, integridad, respeto, responsabilidad, confianza,


sinceridad, compartir, cooperación, tolerancia, justicia, equidad, y capacidad para el
diálogo, etc. Los cuales orientan conductas como: actuar responsablemente, impartir
justicia, tratar a todos por igual y de manera justa, vivir en democracia', etc.
Diálogo: definido como coloquio o conversación efectiva y adecuada entre dos o
más personas o grupos. Dialogar de manera efectiva permite identificar acciones
favorables en la búsqueda del interés común y de la cooperación social.

Respeto: es la consideración, atención, deferencia o miramiento que se debe a


una persona o al medio ambiente. Podemos decir también que es el sentimiento que
lleva a reconocer los derechos y la dignidad de uno mismo y del otro. El respeto
hacia uno mismo se basa en el respeto que se profesa al otro como persona.

Justicia: Actitud moral o voluntad decidida de dar a cada uno lo que corresponde.
La justicia es un valor que supone, siempre, a la menos otra persona que debe
respetarse. Es un valor que está acompañado por la equidad, la medida, la igualdad
y el orden. Sin justicia es falso pretender que exista la paz.

Confianza: este valor se manifiesta cuando la persona se siente segura, respetada


comprendida, alentada y acogida, en el contexto de una relación dialogante y
respetuosa o en un contexto social determinado. Se desarrolla según nuestras
características individuales, pues necesidad de sentir confianza esta en lo más
básico de nuestro ser. La confianza puede ser fortalecida por la tolerancia y la
cordialidad. Se pierde cuando el entorno social o natural pierde la capacidad de
ofrecer seguridad a las personas. Igualmente con olvidos.

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