Está en la página 1de 3

ÉTICA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA DE PAZ

La cultura de paz está estrechamente vinculada a valores éticos. No podemos


generar una cultura de paz si no promovemos una educación para la paz, de
ahí que se hace necesario educar –más que en conceptos– en habilidades
afectivas y de relación interpersonal, en hábitos y competencias que nos
ayuden a convivir en un ambiente de paz

Cuando se habla de una cultura de paz, saltan a la vista imágenes de guerras y


de conflictos que llevan a pensar si es posible caminar hacia este tipo de
cultura. Si estamos buscando generar una cultura de paz, es porque hay un
estado de guerra, de violencia que hace que imaginemos un ambiente
armónico.

Pero, a todo esto, ¿qué significa cultura de paz? Bueno, «consiste en una
serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y
previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los
problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos
y las naciones.

¿Qué necesitamos para generar una cultura de la paz, entonces? La


Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (ONU 1999,
Resolución A/53/243) identifican ocho ámbitos de acción a nivel local, nacional
e internacional para construirla:

 Promover una cultura de paz por medio de la educación


 promover desarrollo económico y social sostenible
 promover el respeto de todos los derechos humanos
 garantizar la igualdad entre mujeres y hombres
 promover la participación democrática
 promover la comprensión, la tolerancia y la solidaridad
 apoyar la comunicación participativa y la libre circulación de información
y conocimientos
 promover la paz y la seguridad internacionales.

La educación para la paz consiste en analizar el mundo en que vivimos,


pasarlo por la crítica reflexiva emanada de los valores propios de una
cosmovisión pacifista y lanzar a los individuos a un compromiso transformador,
liberador de las personas en cuanto que, movidas por ese análisis crítico,
quedan atrapadas por la fuerza de la verdad y obligados en conciencia a
cooperar en la lucha por la emancipación de todos los seres humanos y de sí
misma.

La educación es, sin duda alguna, un instrumento crucial de la transformación


social y política. Si estamos de acuerdo en que la paz es la transformación
creativa de los conflictos, y que sus palabras claves son, entre otras, el
conocimiento, la imaginación, la compasión, el diálogo, la solidaridad, la
integración, la participación y la empatía, hemos de convenir que su propósito
no es otro que formar una cultura de paz, opuesta a la cultura de la violencia,
que pueda desarrollar esos valores, necesidades y potencialidades.

Por medio de la educación se puede introducir de forma generalizada, los


valores, herramientas y conocimientos que forman las bases del respeto hacia
la paz, los derechos humanos y la democracia, porque la educación es un
importante medio para eliminar las diferencias, al mismo tiempo, promueve los
ideales de paz, tolerancia y no violencia, la apreciación mutua entre los
individuos, grupos y naciones

Los derechos humanos constituyen uno de los pilares fundamentales del


discurso de la cultura de paz, puesto que su respeto y cumplimiento de forma
generalizada es la máxima garantía de que los valores mínimos que la
humanidad decida compartir, se traducen en normas de comportamiento e
instrumentos jurídicos de protección para las personas y los pueblos.

ÉTICA

La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El


concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”.
Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y
define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo referente a una
acción o a una decisión.

Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está
realizando un juicio moral. La ética, pues, estudia la moral y determina cómo
deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como
la ciencia del comportamiento moral.
La capacidad que tiene un individuo para decidir si algo está moralmente
correcto o no, recibe por nombre criterio ético. Existen diferentes tipos de
criterios que pueden ser utilizados en la toma de una decisión, entre ellos se
encuentran el criterio utilitario, centrarse en la justicia y centrarse en los
derechos.

Cada individuo está en la capacidad de forjarse una imagen de lo que es y


desea ser en una sociedad, la cual está cada vez más sumergida en
situaciones de riesgo en cuanto a la identidad individual de las personas. A
partir de ese momento la familia juega un papel de suma importancia, ya que,
infunde valores éticos y morales.

VALORES ÉTICOS

Son patrones de conducta que ajustan el comportamiento del individuo. Los


valores éticos son adquiridos a través del desarrollo individual de las personas,
con sus experiencias dentro del entorno que le rodea, como por ejemplo el
familiar, escolar, social y los medios de comunicación.

El objetivo de los valores éticos es mantener las reglas de juego claras en una
sociedad, en lo referente a la ejecución de funciones específicas dentro de la
misma. Los más importantes son: la libertad, justicia, responsabilidad,
honestidad y el respeto.

Dignidad humana significa que un individuo siente respeto por sí mismo y se


valora al mismo tiempo que es respetado y valorado. Implica la necesidad de
que todos los seres humanos sean tratados en un pie de igualdad y que
puedan gozar de los derechos fundamentales que de ellos derivan.

Las personas siempre son consideradas sujetos con valor moral.


Los sujetos con valor moral incluyen a seres como animales u objetos como
las obras arte, que pueden ser vulnerables a daños y tienen importancia para
una comunidad moral. La comunidad moral incluye a todas las personas
desde el nacimiento hasta la muerte.

CONDUCTA ETICA · SUJETO ETICO · Es un ser racional y cociente de sus


actos, es capaz de distinguir y manejar los aspectos espirituales, racionales y
materiales ...

También podría gustarte