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Trabajo final – Módulo 3

ACTUALIZACIÓN ACADÉMICA EN EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL

ESI- RECORRIDOS Y APRENDIZAJES-420

TUTORA: MARÍA EUGENIA VACATELLO

INTEGRANTES DEL GRUPO:


MARTINEZ MARIA CECILIA 33519123 (EEM 1 D.E 21)
RIVERA DANIELA VERONICA DNI:27378162
ROMERO NADIA SOLEDAD DNI 37993144 (Colegio Alfonsina Storni)
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IMAGEN 1

Imagen 2

Imagen 3 y 4
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Imagen 1
Esta imagen es de uno de los pasillos de la EEM 1 D.E 21, esta escuela está ubicada en la
Villa 20, en Villa Lugano, sur de CABA.
Ubicación: https://goo.gl/maps/h5UubcFtbBpTgYpy8
En esta foto podemos dar cuenta el trabajo sobre ESI en la institución educativa, a través de
afiches, panfletos, charlas y debates, se expone un tema que estaba dentro del campo de lo
privado. Gracias al movimiento feminista de los años 80, la violencia por razones de género
reveló, las relaciones desiguales entre las mujeres y los hombres ancladas en las relaciones de
pareja. Este problema político-social pasó a ser considerado un asunto público en los años 90.
La violencia por razones de género es un fenómeno multicausal y complejo que atraviesa el
entramado social y afecta severamente a las mujeres, niñas, niños y a las personas LGBTI+.
Estas relaciones de poder desiguales entre varones y mujeres, como así también para aquellas
personas que desafían las normas de género establecidas, encuentra su raíz en la
construcción de diferentes roles y comportamientos asignados social y culturalmente a las
personas según el género al que pertenezcan. Género performativo, según Butler, que se
forma a través de la repetición de acciones y se naturaliza.
Así, se les asignan a las mujeres roles, comportamientos y características de menor prestigio:
de ellas se espera que sean dulces, emocionales, y que cumplan el rol de madre y esposa en
el espacio privado del hogar, con actitudes de cuidado, presencia y entrega absoluta y de los
varones se espera que sean fuertes, agresivos, racionales, cabeza de la familia y proveedores,
desempeñándose en el ámbito público.
Encontramos como consecuencia de que los hombres tienen la creencia de tener ciertos
privilegios sobre los demás: la violencia. Cobra especial importancia aquí, las costumbres
sociales, tales como alentar la conducta agresiva y reprimir la expresión de las emociones (por
considerarse una cualidad femenina), resolver los conflictos con la fuerza física, asumir riesgos
a cualquier costo, porque estas, terminan funcionando como una suerte de autorización del uso
de la violencia y convalidando a los varones en una posición dominante en relación a las
mujeres.
Ante estas situaciones de violencia el Estado debe intervenir y un claro ejemplo de cómo lo
hace es mediante la escuela, donde claramente se ejercita la ley N° 26.485 de Protección
integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en
que desarrollen sus relaciones interpersonales. También en la fotografía puede verse espacios
establecidos para el debate a determinados grupos y deja vislumbrar, que su finalidad es
reconocer y encomendar la modificación de los patrones socioculturales y las prácticas
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consuetudinarias que sostienen la discriminación y reafirman los estereotipos de mujeres y


varones.
IMAGEN 2
Lugar: Escuela Secundaria Alfonsina Storni. Mariano Acosta.
https://maps.app.goo.gl/xfdomVGWxA434uUX7
Nos pareció propicio adjuntar imágenes de esta institución, ya que los alumnos ( a diferencia de
otras escuelas) no escriben las mesas ni las puertas de los baños, todo lo que quieran expresar
debe ser supervisado por la dueña.
Esta institución particularmente presenta muchas características de la escuela tradicional:
basada en la disciplina, el orden y la exigencia, asemejándose a lo que Graciela Morgade hace
referencia que la vieja escuela reforzaba los estereotipos y la desigualdad, podemos ver por
ejemplo en los carteles de baños, las mujeres con pollera (sí o sí), los varones pantalón.
Claramente no son libres de expresarse, en este espacio cotidiano como es la institución
escolar donde imposibilitan la incorporación de la perspectiva de género y se muestran poco
flexibles a la transformación y al cambio.
Lo podemos analizar desde la definición de género que menciona que es una categoría
construida, cada institución lo forma desde su perspectiva. Que influye de forma crítica en la
división sexual del trabajo, la distribución de los recursos y la definición de jerarquías entre
alumnos, hombres y mujeres de la sociedad. Invitándonos a replantearnos la forma en que
hemos organizado nuestra vida.

Creemos que estas miradas, no comprenden que el género es la expresión cultural del sexo y
que estos alumnes son privados de mostrarse y expresarse como ellos se perciben. Las
perspectivas postestructuralistas sobre la educación han retomado la idea de que el género es
el que construye la diferencia sexual, y que es performativo.

También lo podemos comparar con lo expuesto por Butler, que el género es una actuación
reiterada y obligatoria en función de unas normas sociales que nos exceden. La costumbre
hace que naturalicemos lo diario y que no lo cuestionemos para no salir de la zona de confort.
si cuestionamos somos rebeldes y estamos en contra del sistema.La actuación que podamos
encarnar con respecto al género estará signada siempre por un sistema de recompensas y
castigos. Desde esta perspectiva, los espacios educativos tienen tanto la capacidad de
reproducir la norma de género como de crear espacios de construcción de nuevos sentidos y
significados.
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IMAGEN 3 y 4
Las imágenes, 3 y 4 pertenecen a los baños de la EEM 1 D.E 21, ésta escuela está ubicada en
la Villa 20, en Villa Lugano, sur de CABA, con gran población de familias inmigrantes tanto de
Paraguay, Bolivia y Perú. Ambas muestran el contraste del baño de mujeres y el de hombres.
En la primera foto se pueden ver los mensajes e intercambios que se dan entre las estudiantes.
En la puerta, se leen expresiones muy violentas en las que hay “rivalidades”, acusaciones,
insultos, incluso invitaciones a pelear, además como moneda común, el señalamiento,
denigración y la atribución de culpabilidad por ser engañadas o por vivir plenamente su
sexualidad. En contrapunto en la imagen 2, vemos la puerta del baño de los varones limpia, sin
mensajes, como si no existiesen rivalidades entre los estudiantes hombres. Bien sabemos que
lamentablemente hay expresiones y acciones violentas en todes les estudiantes. Sin embargo
es llamativo (o no, conociendo cómo se configuran las relaciones según géneros) el
comportamiento dispar de las y los usuarios de los baños según su género. La configuración de
esos vínculos y conductas en los que las mujeres debemos tener una rivalidad y los hombres
son “más amigos”, sin tantos conflictos. En esas manifestaciones se evidencia que se siguen
reproduciendo las estructuras que perpetúan las desigualdades sociales según el género y/o
sexo ( y en esas imágenes no se incluyen los géneros que no entran en el binarismo).
Reflexión grupal
En las cuatro imágenes que compartimos y analizamos podemos ver las diferentes
configuraciones en el entramado social de distintas escuelas de diferentes territorios en los que
trabajamos y por supuesto, las distintas gestiones e implementación de la Educación Sexual
Integral en cada una de ellas. Las expresiones y prácticas escolares de las y los estudiantes en
paredes, baños, carteleras en la escuela (o ausencia de ellas) tienen que ver en gran parte con
estas cuestiones mencionadas al principio.
Analizamos qué sucede si una institución tiene una mirada y acción disciplinadora, normativa
en un sentido más bien del orden y quizá de invisibilización de la ESI, o bien en el caso de una
escuela en la que se la implementa y su demostración por ejemplo, en una cartelera en la que
se evidencia una acción colectiva de profes, estudiantes. Una mirada práctica que invita a
visualizar y reflexionar sobre la violencia que se arraiga en los roles y comportamientos
asignados social y culturalmente a las personas según el género al que pertenezcan. Sin
embargo, en la misma escuela se manifiestan expresiones en las puertas de los baños que
diferencia los comportamientos según las normas sociales (de género) en las que se naturaliza
la violencia a, lo que Rita Segato denomina, identidades defectivas, en este caso las mujeres.
Nos preguntamos, qué trabajo hacemos entonces para reconfigurar la norma social de que las
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mujeres deben violentarse en grafitis en el baño, por ejemplo. Qué prácticas se pueden
accionar para que estas normas sociales descriptivas y prescriptivas se desaprendan (y
desprendan) y se reconstruya una estructura basada en acciones que fomenten el
compañerismo, la solidaridad, en ese caso la sororidad por sobre la rivalidad violenta entre las
estudiantes, que nos permita comprender y entender que éstas pueden modificarse.
Claro que sabemos que una implementación de la ESI es la respuesta, ahora bien, la misma
debe ser, en palabras de Lavari y Faur (2021) intervenciones integrales, diversificadas, con una
planificación con una base sólida, pero también y fundamentalmente abierta a las demandas de
las necesidades y a la garantía de los derechos de nuestras/os estudiantes. Pues debe ser no
sólo un interés de las mujeres, sino esencialmente de interés universal, pues afecta a la
creencia, acciones y realidades de/a todas, todos y todes. Podemos entonces pensar, que es
fundamental el concepto (y la práctica) de la interseccionalidad, para que nuestras/os pibis
aprendan y conozcan las distintas opresiones e invalidaciones a las diferentes identidades
políticas, y que sean conscientes de por ejemplo los mandatos de género, que ellos mismo
reproducen pues lo aprendieron en las manifestaciones de las distintas formas de violencia que
atraviesan su cotidiano, la violencia pública, política, la mediática, entre tantas otras.
Cómo formadoras debemos denunciar,develar y revelar los mecanismos que producen y
reproducen lo que se consideraba "normalidad heterosexual" en las instituciones educativas, tal
como lo menciona la pedagogía queer.
Que la escuela, cómo aparato ideológico, dejará de imponer que es lo "normal”, para tratar y
modificar estos estereotipos sexo-genéricos ya que contribuyen y constituyen prejuicios sobre
las características que poseen o deberían poseer los hombres o las mujeres y no dejan lugar a
otras identidades de género que no entran en el binarismo.
Los desafíos que nos quedan por delante son muchos, no debemos dejar implementar y
fortalecer la ESI, ya que como hemos demostrado aún persisten “los todavía,” nos encontramos
en un período de transición, donde cada aporte vale y suma, debemos problematizar y
transformar las normas sociales que reproducen y continúan alimentando las violencias por
motivos de género, y que permiten su impunidad. Dar cuenta de aquellos roles y
comportamientos que naturalizamos para abordarlos desde un enfoque interseccional. Este
enfoque permite visibilizar que algunas personas sufren simultáneamente múltiples formas de
opresión, producto de la “intersección” entre distintos factores como el género, la raza, la etnia,
la clase social, entre muchos otros.
Debemos sentir, pensar y actuar desde la perspectiva de Queer , ya que nos alienta a trabajar
en las escuelas y sobre nuestras propias prácticas, repensando críticamente qué hacemos con
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nuestras narrativas escolares (¿qué circula en nuestras aulas?) y revisar qué no es nombrado o
invisibilizado en el espacio de la vida cotidiana escolar, por qué y cómo podemos desactivar
estos mecanismos que generan diferencias, exclusión e indiferencia.
Bibliografía

● Britzman, Déborah (2016). “¿Hay una pedagogía queer? O, no leas tan recto” en
Revista de Educación. Año 7. Nº 9. Disponible aquí (ver páginas 109 a 120)
● Morgade, Graciela (2011) Toda educación es sexual : hacia una educación sexuada
justa / - 1a ed. - Buenos Aires: La Crujía, 2011.
● Eleonor Faur(2008).
● Butler, Judith (2002). Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discusivos
del sexo. Buenos Aires: Paidós.
● Blas Radi (2018). El sexo como categoría jurídica. Publicación online en el Suplemento
DPI Derecho Civil, Bioética y Derechos Humanos.
● Rita Segato: La violencia de género como problema universal.

https://www.youtube.com/watch?v=z4CiNYoEPlA&feature=youtu.be

● Eleonor Faur, Mariana Lavari. (2021) Cuatro pasos para prevenir la violencia basada en
género. Kit de herramientas teóricas y prácticas para escuelas y comunidades. ©
SPOTLIGHT, UNFPA. Disponible aquí
● Lopez Louro, Extrañar el curriculum. en Spadaro, María Cristina (2012) Enseñar filosofía
hoy, La Plata, EDULP. Disponible aquí. (ver páginas 109 a 120)

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