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d) De los hechos lícitos e ilícitos: Son hechos lícitos aquellos que están conforme al
ordenamiento jurídico; y hechos ilícitos: Cuando hay una prohibición expresa o implícita
y el accionar humano incurre en ellas.
Los Actos Jurídicos: Cuando el acto es humano, voluntario, lícito y está destinado a producir
efectos o consecuencias jurídicas, estamos ante un acto jurídico, o negocio jurídico.
A partir de los 14 años un adolescente ya es considerado racional ya que sabe discernir lo bueno
de lo malo.
Función de los actos jurídicos: es desentrañar el verdadero sentido de los actos jurídicos.
Prestación Obligaciones consisten en obligaciones de dar, hacer o no hacer.
De los Actos Jurídicos
El acto jurídico constituye la expresión más pura de la libertad individual; el instrumento a través
del cual los hombres pueden hilar sus relaciones sociales con entera discreción, bajo la sola
limitación de no afectarse intereses superiores.
La ley, la voluntad, y sus límites
Art. 669 contratos: Los interesados pueden reglar libremente sus derechos mediante contratos
observando las normas imperativas de la ley, y en particular, las contenidas en este título y en el
relativo a los actos jurídicos.
El límite de los contratos es que no afecte intereses de terceros.
Elementos de los Actos Jurídicos Tres órdenes de elementos de los actos jurídicos se destacan
conforme a la doctrina tradicional: 1º) los elementos esenciales; 2º) los elementos naturales, y;
3º) los elementos accidentales.
Elementos Esenciales son elementos sobreentendidos en determinados actos, que, no obstante, a
diferencia de los elementos esenciales, pueden ser dejados de lado por los particulares.
Elementos naturales son elementos sobreentendidos en determinados actos, que, no obstante, a
diferencia de los elementos esenciales, pueden ser dejados de lado por los particulares.
Elementos Accidentales no son indispensables para la validez en sí del acto, ni normalmente lo
integran, pero pueden ser previstos por las partes, y como tales, producirán plenos efectos.
El objeto de los Actos Jurídicos es aquello que las partes persiguen con su celebración, son
siempre bienes: cosas, derechos, o cualquier utilidad pretendida.
Art.299.- No podrá ser objeto de los actos jurídicos: a) aquello que no esté dentro del comercio;
b) lo comprendido en una prohibición de la ley; y c) los hechos imposibles, ilícitos, contrarios a
la moral y a las buenas costumbres, o que perjudiquen los derechos de terceros.
los caracteres que no puede reunir el objeto de los actos jurídicos: a) no debe ser imposible; b)
no debe ser indeterminable; c) no debe ser ilícito; d) no debe contrariar el orden moral.
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sí no será un medio probatorio idóneo, sino un mero principio de prueba por escrito, a ser
complementado por otras probanzas fehacientes.
Efecto entre las partes y Respecto a terceros
los instrumentos privados a diferencia de los instrumentos públicos, carecen de valor probatorio
como tales hasta tanto sean reconocidas las firmas, o hasta que estas hayan sido declaradas
auténticas por el juez.
Art.407.- El instrumento privado judicialmente reconocido por la parte a quien se opone, o
declarado debidamente reconocido, tiene el mismo valor que el instrumento público entre los que
lo han suscripto y sus sucesores.
La prueba que resulta del reconocimiento de los instrumentos privados es indivisible y tiene la
misma fuerza contra quienes los reconocen, que contra aquéllos que los presentaren.
Art.408.- Los instrumentos privados, aunque están reconocidos, no prueban contra los terceros o
los sucesores a título singular, la verdad de la fecha expresada en ellos. Su fecha cierta será
respecto de dichas personas:
a) la de su exhibición en juicio, o en una repartición pública, si allí quedare archivado;
b) la de su autenticación o certificación por un escribano;
c) la de su transcripción en cualquier registro público; y
d) la del fallecimiento o de la imposibilidad física permanente para escribir de la parte que lo
firmó, o de la que lo extendió, o del que firmó como testigo.
Alcance del reconocimiento de firmas
El reconocimiento judicial de la firma importa el del cuerpo del instrumento. Ocurre que, al
reconocerse la firma, o al declarársela reconocida por el juez, el instrumento privado queda
equiparado a un instrumento público.
Art.404.- Toda persona contra quien se presentare en juicio un instrumento privado cuya firma
se le atribuye, deberá declarar si la firma es o no suya. Los sucesores podrán limitarse a
manifestar que ignoran si ella es o no la causante. Si la firma no fuere conocida, se ordenará el
cotejo de la misma, sin perjuicio de los demás medios de prueba para acreditar su autenticidad.
El reconocimiento judicial de la firma importa el del cuerpo del instrumento.
Fecha cierta a diferencia de los instrumentos públicos, los instrumentos privados, aun los
reconocidos, no prueban contra terceros la verdad de la fecha expresada en ellos.
Modos de adquirir fecha cierta ART 408.
a) la de su exhibición en juicio, o en una repartición pública, si allí quedare archivado;
b) la de su autenticación o certificación por un escribano;
c) la de su transcripción en cualquier registro público; y
d) la del fallecimiento o de la imposibilidad física permanente para escribir de la parte que lo
firmó, o de la que lo extendió, o del que firmó como testigo.
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Art.383.- El instrumento público hará plena fe mientras no fuere argüido de falso por acción
criminal o civil, en juicio principal o en incidente, sobre la realidad de los hechos que el
autorizante enunciare como cumplidos por él o pasados en su presencia.
Art.385.- Los instrumentos públicos hacen plena fe entre las partes y contra terceros:
a) en cuanto a la circunstancia de haberse ejecutado el acto;
b) respecto de las convenciones, disposiciones, pagos, reconocimientos y demás declaraciones
contenidas en ellos; y
c) acerca de las enunciaciones de hechos directamente relacionados con el acto jurídico que
forma el objeto principal.
Enumeración de los Instrumentos Públicos
Art.375.- Son instrumentos públicos:
Limitaciones en principio un acto jurídico solo puede regir para las partes, no es oponible ante
terceros (actos jurídicos bilaterales).
No obstante, existen los actos jurídicos unilaterales, que sí pueden beneficiar a terceros
(testamentos, seguro de vida) pero ese beneficio puede perjudicar a los beneficiarios.
Existen casos en que un acto jurídico afecta a terceras personas, ejemplo la compra de una casa
alquilada, el comprador adquiere el inmueble con esa carga y el inquilino deberá por su parte
abonar la mensualidad al nuevo propietario del inmueble.
Acreedores son terceros en los actos celebrados por sus deudores con relación a su patrimonio,
también pueden verse afectados en sus derechos con la realización de esos actos.
Cuando más aumente el valor del patrimonio del deudor, más aumentan las garantías o viceversa.
Los actos del deudor afectan al acreedor, desde que importan un aumento o disminución en sus
garantías.
¿Quiénes son las partes en un acto jurídico?
En un acto jurídico las partes son aquellas que celebran el acto, por ejemplo, en un acto jurídico
de compra venta, las partes serán el comprador y el vendedor.
¿Quiénes son los terceros?
Los terceros son todos aquellos que no forman parte del acto jurídico, por ejemplo, en un acto
jurídico forman parte testigos, pero no por eso son partes del acto jurídico sino son terceros.
Signatario no hay que confundir parte con signatario del acto. Signatario es quien ha suscrito el
acto. Por lo general será la propia parte. Pero puede no serlo. El signatario del acto puede
también ser un representante: alguien que actúa en nombre de otro, en lugar de otro. El oficial
público y los testigos intervinientes en un instrumente tampoco son partes del acto.
Representante Representar no es sino actuar por otro, lo que llevará a que las consecuencias de
esa actuación se extiendan a la persona por quién y en nombre de quien se obró. En
contrapartida, siempre y cuando no se extralimite, el representante no quedará obligado por el
acto.
Conveniencia y necesidad de la representación
Existen personas que no pueden ejercer por sí solas sus derechos. Son los incapaces de hecho,
que solo pueden obrar por medio de sus representantes. La representación puede obedecer
también a razones de comodidad.
No puede negarse el derecho a una persona que quiera llevar una vida tranquila, de designar
quien administre sus bienes y los haga producir.
La representación en juicio por intermedio de abogados obedece a razones de comodidad, pero a
veces de real necesidad.
La representación puede ser:
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En puridad, solo las dos primeras condición y plazo son verdaderas modalidades de los actos,
que alteran la producción normal de sus efectos, en el sentido de que, tratándose de la condición,
se difiere la eficacia del negocio a la espera de la producción de un acontecimiento futuro e
incierto, y, con relación al plazo, simplemente se difiere en el tiempo el ejercicio o extinción de
un derecho; la diferencia salta a la vista: la condición es incierta; el plazo, fatalmente, acaecerá.
Por su parte, el cargo no es sino una prestación accesoria que no afecta la eficacia de la
obligación, salvo que adquiera la forma de una condición, en cuyo caso regirán los principios de
esta.
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DE LA CONDICION
Art.318.- En los actos jurídicos las partes podrán subordinar a un acontecimiento futuro e
incierto la existencia o la resolución de sus efectos.
Art.319.- La condición de un hecho imposible, contrario a la moral o a las buenas costumbres, o
prohibido por las leyes, deja sin efecto el acto jurídico. Quedan especialmente prohibidas las
siguientes condiciones:
a) habitar siempre un lugar determinado o sujetar la elección de domicilio a la voluntad de un
tercero;
b) mudar o no mudar de religión;
c) casarse con determinada persona, con aprobación de un tercero, o en cierto lugar o en cierto
tiempo; pero será válida la de contraer matrimonio; y
d) vivir célibe perpetua o temporalmente, o no casarse con persona determinada, o divorciarse.
Art.320.- La condición debe cumplirse de la manera como se la estipuló. El cumplimiento de la
condición es indivisible aunque la prestación consista en hechos divisibles. Cumplida sólo en
parte, los efectos del acto jurídico no existen o se resuelven en parte.
Art.321.- La condición se juzgará cumplida, cuando las partes a quienes su cumplimiento
aprovecha, voluntariamente la renuncien; o cuando, dependiendo del acto voluntario de un
tercero, éste se negare al acto, o rehusare su asentimiento.
Art.322.- Si la relación de derecho fuere subordinada a una condición resolutoria, sus efectos
cesan por el cumplimiento de ella. A partir de este momento se restablece el estado anterior a la
celebración del acto.
Debe restituirse lo que hubiere recibido en virtud de la obligación.
Art.323.- Pendiente la condición suspensiva no puede exigirse el cumplimiento de la obligación
a ella subordinada.
Si por error el deudor hubiere entregado bienes en ejecución de la obligación condicionada,
podrá repetirlos.
Si la condición no llegare a cumplirse, se juzgará que el acto no existió.
Art.324.- El que tenga un derecho subordinado a una condición suspensiva podrá exigir, en caso
de realizarse la condición, daños y perjuicios a la otra parte, si ésta, durante el tiempo intermedio
de la suspensión, ha destruido o limitado el derecho dependiente de la condición. En caso de un
acto bajo condición resolutoria, tendrá el mismo derecho en las mismas circunstancias, aquél en
cuyo beneficio se restablece la situación jurídica anterior.
Art.325.- Si alguien ha dispuesto de un objeto bajo condición suspensiva, todo acto posterior
efectuado sobre dicho objeto, pendiente la condición, será ineficaz si la condición se cumpliere,
en la medida en que perjudicase el efecto dependiente de ella.
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Se equiparará a este acto el que se realice, pendiente la condición, por medio de una ejecución
forzosa, un embargo, o por el síndico de un concurso.
Lo mismo sucederá, siendo la condición resolutoria, con los actos de disposición realizados por
aquél cuyo derecho cese por el cumplimiento de la condición.
La anulación declarada no afectará los derechos de terceros de buena fe.
Art.326.- Cumplida la condición, quedan subsistentes los actos de administración realizados por
el propietario durante el tiempo intermedio.
Art.327.- Pendiente la condición, los interesados podrán usar de todas las medidas
conservatorias de los derechos que les corresponderían en el caso de que ella se cumpliera.
DEL CARGO
Art.328.- El cargo impuesto sólo impedirá el efecto del acto jurídico cuando importase una
condición suspensiva. En caso de duda se entenderá que tal condición no ha existido.
Art.329.- Si hubiere condición resolutoria por falta de cumplimiento del cargo impuesto, será
necesaria la sentencia del juez para que el beneficiario pierda el derecho adquirido.
Art.330.- Si no hubiere condición resolutoria, la falta de cumplimiento del cargo no hará incurrir
en la pérdida de los bienes adquiridos y quedará a salvo a los interesados el derecho de constreñir
judicialmente al gravado a cumplir el cargo impuesto.
Art.331.- A falta de plazo determinado, el cargo deberá cumplirse dentro del señalado por el
juez.
Art.332.- La obligación de cumplir el cargo impuesto para la adquisición de un derecho pasa a
los herederos del que fue gravado con él, a no ser que sólo pudiese ser cumplido por el deudor,
como inherente a su persona. En este caso si el gravado fallece sin cumplir el cargo, la
adquisición del derecho queda sin ningún efecto, volviendo los bienes al imponente del cargo, o
a sus herederos.
En cuanto a los terceros, será aplicable lo dispuesto para la condición resolutoria.
Art.333.- Si el hecho no fuere absolutamente imposible, pero llegare a serlo adquirente, la
adquisición subsistirá y los bienes quedarán adquiridos sin cargo alguno.
DEL PLAZO
Art.334.- Podrá establecerse que el efecto jurídico de un acto no sea exigible antes de vencer el
plazo, o que se extinguirá al término de éste. Dicho término podrá referirse a una fecha dada o a
un acontecimiento futuro que se producirá necesariamente.
Art.335.- El plazo en los actos jurídicos se presume establecido a favor de todos los interesados,
a no ser que resultare lo contrario del objeto de aquellos o de otras circunstancias. El pago no
podrá hacerse antes del término sino de común acuerdo. En los testamentos, el plazo es a favor
del beneficiario.
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Resulta, pues, de suma importancia fijar si para la interpretación se atenderá a los del lugar de
celebración del acto, o los del lugar de ejecución.
Regla octava de Pothier
Este señalado: “por generales que fueren las expresiones usadas en el contrato, este no
comprende sino los objetos sobre los que las partes se han propuesto contratar”.
Así, por ejemplo, si en un acuerdo de partes se deja, establecido que una persona no tiene nada
más que reclamar, pero resulta posteriormente que existían otros derechos litigiosos contra la
misma persona de los que no se tenía conocimiento al tiempo de la transacción, estos no deben
considerarse extinguidos.
Regla décima de Pothier
El art. 711 la prevé expresamente: “cuando en un contrato se hubiere hecho referencia a un
caso con el fin de explicar un pacto, no se presumirán excluidos los casos no expresados, a los
que, de acuerdo con la razón, puede extenderse dicho pacto”.
Favor contractus (o principio de conservación)
Dice el art. 712 del Código que “las cláusulas susceptibles de dos sentidos, del uno de los cuales
resultaría la validez, y del otro la nulidad del acto, deben entenderse en el primero. Si ambos
dieren igualmente validez al acto, deben tomarse en el sentido que más convenga a la
naturaleza de los contratos y a las reglas de la equidad”.
Cláusulas imprecisas u oscuras
Se ha sostenido que las cláusulas imprecisas u oscuras deben interpretarse contra quien las
redactó.
“las cláusulas insertas en las condiciones generales del contrato, así como en formularios
dispuestos por uno de los contratantes, se interpretarán, en caso de duda, a favor del otro” (art.
713, Cód. Civil).
La naturaleza del acto Otro importante elemento de valoración para una correcta interpretación
será atender a la naturaleza del acto (art. 712, última parte).
Art.712.- Las cláusulas susceptibles de dos sentidos, del uno de los cuales resultaría la validez, y
del otro la nulidad del acto, deben entenderse en el primero. Si ambos dieren igualmente validez
al acto, deben tomarse en el sentido que más convenga a la naturaleza de los contratos y a las
reglas de la equidad.
Los principios del “favor debitóris” y de la equidad
El art. 714 prevé que, si a pesar de las normas de interpretación subsistiera la oscuridad del
acto, este deberá ser entendido en el sentido menos gravoso para el obligado, si fuera a título
gratuito, y en el sentido que realice la armonización equitativa de los intereses de las partes, si
fuera a título oneroso.
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Esta es la última ratio, cuando todos los esfuerzos del juez han sido frustrados por la oscuridad
del contrato.
Si el acto fuera a título gratuito, vale decir, si las prestaciones del mismo solo estuvieran a cargo
de una de las partes, pues natural resultará que, en caso de ambigüedades, la duda se entienda en
favor de su liberación, dado que la otra parte nada aporta en contraprestación.
Reglas de interpretación para actos de última voluntad o no recepticios
En los actos de última voluntad, sin embargo, no existe voluntad o intención común, sino
exclusivamente la del testador.
Por ello, si bien siempre queda por indagar la real intención, aquí será ya la exclusiva del
testador. Cuando se atienda a las palabras, no se considerará ya el significado común de ellas,
sino el modo propio de expresarse del declarante, sus convicciones o afectos, e incluso sus
prejuicios, sin consideración alguna a las expectativas, ideas e ilusiones ajenas.
Interpretación de la ley y del acto jurídico
Resulta que la ley es dictada en sentido abstracto y general, por lo cual en su estructura misma
difiere del acto o negocio en concreto.
Por ello, se ha dicho que la ley, una vez sancionada, se desliga o independiza de los motivos que
la han guiado, no ocurriendo lo propio con los actos jurídicos, en los cuales estos son de
primordial importancia. También se ha señalado que la ley debe interpretarse con criterio técnico
y científico, en tanto que los actos jurídicos conforme a la significación común que reciben los
términos allí empleados.
La prueba de hechos y actos jurídicos La prueba consiste, en lo esencial, en la demostración
de la realidad de un hecho controvertido, del cual depende la existencia de un derecho. Probar
es demostrar la verdad de una proposición, pero en su significación corriente expresa una
operación mental de comparación. Desde este punto de vista, la prueba judicial es la
confrontación de la versión de cada parte con los medios producidos para abonarla
Función de la prueba Para entender la función de la prueba, y apreciar su real importancia,
basta con señalar que un derecho puede existir perfectamente, pero en la práctica, por falta de
pruebas, no hacerse valer. En efecto: cuando las partes interesadas están de acuerdo con los
hechos y el derecho que a estos se aplica, no existe problema alguno; basta con que cumplan con
las obligaciones emergentes de ellos y punto. Es de fundamental importancia la materia de la
prueba, pues de esta depende el derecho aplicable al hecho, cuya existencia, se controvierte.
Diferencia entre forma y prueba
Además, la forma, cuando es requerida bajo pena de invalidez, hace al acto en sí, es un elemento
constitutivo; la prueba, sin embargo, es independiente de la existencia de ese acto jurídico. La
forma debe verificarse al momento del acto, en tanto que la prueba puede ser coetánea o
posterior. Por último, la forma solo alude a actos jurídicos, en tanto que la prueba puede recaer
también sobre hechos en general.
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