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LA DANZA DE LOS SIGNOS

Nociones de semiótica general


Victorino Zecchetto

1a. Edición Ediciones Abya- Yala


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ISBN: 9978-22-234-0

Impresión: Impresiones Digitales Abya-Yala

Quito, Ecuador, Abril del 2002


1
¿QUÉ ES LA SEMIÓTICA?

En la semiótica hallamos diversas finalidades,


todas ellas tienen que ver con el lenguaje y los signos.
J. Lambert, 1763

La semiótica es una ciencia que depen- La teoría de los signos fue bautizada
de de la “realidad de la comunicación”. con el nombre de “semiología” por Saus-
Primero vivimos y practicamos la co- sure, y después de él, por varios estudiosos
municación, y en un segundo momento del lenguaje. Pero pronto el término entró
reflexionamos sobre su sentido, su estruc- en colisión con la palabra “semiótica”, uti-
tura y funcionamiento. Eso es la semiótica. lizada con anterioridad. Ya en el siglo XVII
En ciertos estudiantes, el lenguaje de la John Locke habló de una doctrina de los
semiótica y su lógica hacen surgir el temor signos con el nombre de semiotiké, y Jo-
de hallarse ante un fantasma inasible. Pero hann Lambert (1764) escribió un tratado
no debiera ser así, sólo se trata de com- que incluía una parte llamada Semiótica.
prender sus pretensiones y su enfoque. Es- Sin embargo, ambos pensadores no se
to es lo que queremos explicar en este bre- apartaron del enfoque gramatical y lin-
ve capítulo. Y comenzamos precisando la güístico propio de su tiempo. El estatuto
terminología. científico de una disciplina de los signos, y
también el proceso diacrónico de la eti-
1. Discusión sobre los términos mología, sólo se planteó en el siglo XX,
cuando se publicaron los estudios siste-
El estudio de los signos tiene un largo máticos de Saussure y de Peirce.
historial, prácticamente desde el origen Ferdinand de Saussure, desde la ver-
mismo de la filosofía, pero este tema rela- tiente lingüística, reivindicó el derecho a
cionado con la historia lo abordaremos en una ciencia “que estudie la vida de los sig-
un capítulo posterior. En cambio, el asun- nos en el seno de la vida social... la deno-
to de la terminología usada para designar minaríamos semiología (del griego se-
el estudio y la teoría de los signos, ha teni- meion, ‘signo’). Ella nos enseñaría en qué
do sus vaivenes y discusiones sólo en épo- consisten los signos, qué leyes los regu-
ca relativamente reciente. lan”.1 Según Saussure la semiología no era

1 En: Curso de lingüística general. Ed. Planeta-Agostini, Buenos Aires, 1994 - Introd. Cap.III, 3
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aún reconocida como ciencia autónoma, semiología Roland Barthes (1964), Louis
porque se creía que la lengua es más apta Hjelmslev (1957), Luis Prieto (1966), Pie-
para comprender los problemas semioló- rre Guiraud (1971), aunque cada uno la
gicos. Sin embargo, la lengua es un sistema entiende desde posturas teóricas diferen-
más entre otros sistemas de signos. Por tes. Barthes, por ejemplo, invirtió la posi-
consiguiente -sostiene Saussure- la lin- ción de F. De Saussure y, según él, la se-
güística es sólo una parte de la ciencia ge- miología forma parte de la lingüística,
neral de los signos, o sea, de la semiología. porque “parece cada vez más difícil conce-
De manera paralela a Saussure, el filó- bir un sistema de imágenes u objetos cu-
sofo norteamericano Charles Peirce yos ‘significados’ pudieran existir fuera del
(1839-1914), agudo investigador de los lenguaje”. Por consiguiente, concluye: “la
signos, había introducido el término se- lingüística no es una parte, aunque privi-
miotics para indicar el estudio de los sig- legiada de la ciencia general de los signos;
nos.2 Este autor, a pesar de la riqueza de su es la semiología la que es parte de la lin-
pensamiento, fue siempre poco leído por güística.” También el lingüista Hjelmslev
lo difícil que resulta entender su lenguaje. sostuvo que la semiótica debería ser consi-
Peirce concibió la semiótica como un derada más bien como el estudio teórico
campo científico articulado en torno a re- de las relaciones que se dan en los proce-
flexiones de carácter lógico-filosófico que sos universales de significación y calcada
tuviera como objeto específico de su in- sobre el modelo lingüístico. Eso mismo
vestigación la “semiosis”, es decir, el proce- afirmará más tarde Greimas, pero añade
so de significación donde participan “un que la semiología de los signos lingüísticos
signo, su objeto y su interpretante”. entró en crisis, y es preciso ensanchar las
Históricamente, se instalaron dos tra- fronteras para llegar a la “semiótica de los
diciones etimológicas, cuyas dos palabras procesos semánticos”.
representaban una mirada de doble foco: El término semiótica se impuso más en
la de F. Saussure que usó el término semio- los países anglosajones, aunque pronto
logía, y la del filósofo Ch. Peirce que optó desbordó ese ámbito. Más recientemente
por la palabra semiótica. La corriente saus- se han inclinado por esa palabra Julia
suriana ha tenido su base sobre todo en Kristeva (1971), Umberto Eco (1975), A.J.
Europa, se difundió hasta Rusia y, en par- Greimas y J. Courtés (1979), Paolo Fabbris
te, también en América Latina. Hablan de (1980). En América Latina hallamos a

2 Peirce en una carta a Lady Welby habla de “...la ciencia de la semiótica (semiotics) (semeiotikè), o cien-
cia cenoscópica de los signos...” - The Corespondence between Charles S. Peirce and Victoria Lady Welby.
Bloomington, Indiana University Press, 1977 (Año 1908). La traducción es nuestra.
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Steimberg O. (Argentina), Marques de sólo posteriormente –después de la muer-


Melo J. (Brasil), Javier Esteinou (México), te de ambos–los teóricos de la comunica-
D. Blanco y O. Quezada (Perú), entre nu- ción plantearon el problema de los térmi-
merosos otros. nos.
Es legítimo preguntarse: ¿a la diferen- En 1938, Charles Morris en un clásico
cia terminológica corresponden también trabajo sobre los signos, y preocupado por
contenidos diferentes? demarcar los límites de las ciencias, usó la
Ciertamente hubo concepciones dis- palabra semiótica refiriéndose a ella de es-
tintas en el origen histórico de ambas pa- ta forma: “La semiótica tiene un doble vín-
labras. Saussure consideró la semiología culo con las ciencias: es una ciencia más y a
relacionada con la psicología social y aso- la vez un instrumento de las ciencias. La
ciada a los procesos que de ella se derivan, significación de la semiótica como ciencia
pero siempre dentro de los límites de la estriba en el hecho de suponer un nuevo pa-
lingüística. Es comprensible, pues, que los so en la unificación de la ciencia, puesto que
seguidores de Saussure asumieran los aporta los fundamentos para cualquier
principios de la semiología con una visión ciencia especial de los signos, como la lin-
lingüística, para trasladarla analógica- güística, la lógica, la matemática...”3 El
mente a otros campos de la cultura. propósito de Morris y del grupo de empi-
En cambio la perspectiva de Peirce des- ristas científicos, era lograr la formación
de la lógica filosófica, fue más general. Pa- de un lenguaje general para la unificación
ra él todo está integrado en el campo de de las ciencias, y la semiótica debía ser un
las relaciones comunicativas, donde la eslabón importante para ello.
realidad entera se articula como un siste- Más tarde Thomas Sebeok vuelve so-
ma total de semiosis, amplio e ilimitado, bre la palabra semiotics (en plural) para
previo a cualquier descripción posterior. señalar su característica de ciencia.4
Esto explica que la tradición semiótica Finalmente en 1969, al instituírse en La
afirmara la importancia de abarcar el con- Haya, la Asociación Internacional de Estu-
junto de los fenómenos de la semiosis co- dios Semióticos, se convino en unificar las
mo parte integrante de una teoría del co- posiciones, y se adoptó el término semió-
nocimiento. tica. Sin embargo, hasta el presente, se ha-
A pesar de ser contemporáneos, Saus- llan todavía estudiosos que gustan distin-
sure y Peirce no se conocieron en vida, y guir entre semiología y semiótica, para in-

3 Morris Charles: Fundamentos de la teoría de los signos. Ed. Planeta-Agostini, Barcelona, México, Buenos
Aires, 1994. Pág. 24
4 Cfr. Approaches to semiotics. Ed. Mouton, 1964.
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dicar diferentes espacios de estudio de los les que atañen a la problemática sígnica.
sistemas de signos, reservando para la se- Según esto, a la semiótica le corresponde
miología la descripción teórica y general verificar la estructura de los signos y la va-
del funcionamiento de todos los sistemas lidez que pueden tener en las percepciones
simbólicos, sin especificaciones ni parti- culturales, procurando, además, enfren-
cularidades; mientras que a la semiótica le tarse con explicaciones teóricas que den
estaría reservada la indagación más espe- razones coherentes de esos fenómenos
cíficas de los sistemas particulares (semió- que involucran la comunicación humana.
tica del cine, de la publicidad, de la mo- A partir de esta acepción del concepto, se
da... etc.). A nosotros nos parece ya super- puede, ulteriormente, ir perfeccionando
flua tal distinción, además de ser incluso, los contornos, pero manteniendo ese nú-
contraria a los sentidos estrictamente ori- cleo fundamental.
ginales de los términos. Es verdad que am- Entendemos que la semiótica está rela-
bas tradiciones no son excluyentes, pero cionada con el problema del conocimien-
precisamente por ello, consideramos más to, y con el modo mediante el cual pode-
clara y práctica la postura unificada asu- mos llegar a él a través del vehículo inelu-
mida en La Haya, que le otorgó existencia dible de los signos. La semiótica se presen-
oficial a la disciplina institucionalizando ta, entonces, como un punto de vista sobre
universalmente el nombre. la realidad, una mirada acerca del modo
en que las cosas se convierten en signos y
2. Motivo y finalidad de la son portadoras de significado. Su radio de
mirada semiótica acción, sin embargo, no abarca sólo la des-
cripción de los signos y sus significados,
Las fronteras y los objetivos de la se- sino que incluye y presta atención a la se-
miótica, como hoy son propuestos por la miosis, es decir, a la dinámica concreta de
comunidad científica, no son ajenos a la los signos en un contexto social y cultural
historia de esta disciplina, y están dictados dado. La semiosis es un fenómeno opera-
por la reflexión científica como proceso tivo contextualizado, en el cual los diver-
diacrónico. sos sistemas de significaciones transmiten
sentidos, desde el lenguaje verbal al no
a) Una primera descripción
verbal, pasando por los lenguajes audiovi-
¿Qué es la semiótica? ¿De qué se ocu- suales, hasta las más modernas comunica-
pa?, ¿De qué trata? ¿Cuál es su espacio de ciones virtuales. Las áreas que investiga la
estudio? De entrada conviene mantener la semiótica tienen que ver, pues, con las no-
descripción más simple sobre el objeto ciones fundamentales y generales que ri-
primario de la semiótica, que la define co- gen el conjunto más relevante de signos y
mo la teoría de los signos, y cuyo propósito de semiosis. Ello no interfiere con los ob-
es estudiar los conceptos básicos y genera- jetivos de otras disciplinas que se ocupan
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de esos temas, ya que se trata de perspec- una cantidad de fenómenos extensional-


tivas diversas. mente relevantes. Las discrepancias entre
hipótesis y resultados esperados sólo pue-
b) Lenguaje común y lenguaje científico den establecerse a posteriori, una vez que
se verificaron las explicaciones aportadas.
Otra observación atañe al lenguaje. La Porque -es preciso repetirlo- las ciencias
semiótica no se elabora a espaldas de los operan y funcionan con hipótesis, y eso ri-
lenguajes que corrientemente se usan, co- ge también para la semiótica. Esto da lu-
mo si las interpretaciones que proporcio- gar a que a veces, surjan “paradojas” cuan-
na, fuesen totalmente ajenas a las prácticas do se rompe el equilibrio entre el mundo
comunicativas de los individuos. Existe real de la comunicación y su teorización.
cierto desarrollo en continuidad entre Aparentemente cada realidad se rige con
uno y otro aspecto, teniendo presente sin nociones a escalas diferentes. Y es bueno
embargo, que la semiótica -es obvio- utili- que así sea, porque “la realidad” constitu-
za un lenguaje y un instrumental metodo- ye una “resistencia” para cualquier ciencia,
lógico específicos, para darle consistencia pero eso permite una continua renova-
a su investigación. Como toda ciencia, ción de interacciones entre los fenómenos
también ella está sujeta a reglas de verifi- reales y las representaciones científicas. El
cación (o de falsedad si queremos estirar lenguaje de éstas se vincula con los niveles
hasta acá la posición de Popper), y sus hi- de la realidad desde el estatuto del obser-
pótesis deben sostenerse en certezas pro- vador (del semiólogo investigador), el cual
porcionadas por argumentos de realidad, aplica su inteligencia (un punto de vista
aunque no siempre es fácil demarcar ta- teórico y el desarrollo de un método) a la
jantemente los límites entre las posibles descripción y comprensión de los fenó-
evidencias o pruebas plausibles. menos. La utilización de hipótesis funcio-
De todos modos, no hay razón para na al mismo tiempo como argumentos
suponer (tal vez piensen así muchos estu- eurísticos, como guías que orienten la
diantes), que hay una ruptura profunda marcha de la investigación.
entre las teorías semióticas y la razón co-
mún aplicada a la comunicación. Aunque c) El punto de vista semiótico
nos topemos con teorías distintas para ex-
plicar un mismo fenómeno, es cierto que El conjunto de mundos reales o ideales
un modelo teórico nunca es totalmente es susceptible de ser analizado desde múl-
falso, siempre ilumina alguna parte de la tiples puntos de vista. También la semióti-
realidad comunicativa. Y si una hipótesis ca tiene el suyo. Ella presta atención a la
se abandona, es porque se hallan motivos multitud de objetos, de seres y de hechos
para refutarla, generalmente por ser de- que llenan nuestra realidad, especialmen-
masiado reduccionista y no poder abarcar te aquellos que son fruto de la cultura hu-
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mana. Pero, lo propio de la semiótica es sociedad, portador de significados para


considerar los fenómenos y los hechos de especialistas y para los ciudadanos en ge-
cultura “sub specie communicationis”, es- neral. Los biólogos lo leerán e interpreta-
to es, desde el ángulo o el punto de vista rán desde su ciencia, y para los ciudadanos
de la comunicación. Es ajeno a su interés comunes será un dato de divulgación
incursionar o analizar la cultura con cien- científica con un componente ideológico
cias que barajan intereses, métodos y ex- de importancia, que afecta al imaginario
plicaciones etnográficas, físicas, biológi- colectivo por su referencia a la estructura
cas, etc. y que no tienen una conexión ló- profunda del ser humano. A la semiótica
gica interna con la semiótica, que analiza le interesa esto último, es decir, averiguar
específicamente la red de signos y de he- el valor y el significado que tiene esa infor-
chos de semiosis que se tejen en las cultu- mación en la semiosis social.
ras, con sus dimensiones de significados Los rasgos peculiares que caen bajo la
comunicados. Fijémonos en la siguiente mirada específica de la semiótica tienen
nota de prensa con una información acer- que ver con el estudio de los fenómenos
ca del genoma humano: de semiosis en cuanto generadores de sig-
“En el año 2001 había más de dos mil nificados, o en otras palabras, el análisis de
colaboradores internacionales trabajando los hechos de comunicación en relación
en la construcción del gran libro del geno- con la comunicabilidad de sus significan-
ma humano, es decir, del enorme mapa de tes. Un cartel publicitario será analizado
todas las combinaciones posibles de nues- por la semiótica no como un fenómeno
tro alfabeto genético, cuyas letras básicas económico o de marketing, sino a partir
son cuatro: ATGC. Se estima que, una vez de su estructura de lenguaje y de su iconis-
concluido el libro del genoma, una perso- mo, poseedor de formas estéticas (imagen,
na demoraría 32 años en leerlo, siempre colores, texto) que fungen de significantes
que lo hiciera a la velocidad de lectura de productores de significaciones en la socie-
200 páginas diarias. El cálculo científico dad y en la cultura urbana de hoy. Si que-
arroja la cifra de 3,5 billones de caracteres remos teorizar un poco este punto, hemos
que componen el código genético conte- de afirmar que la semiótica tiene la tarea
nido en el núcleo de cada célula humana. de buscar leyes y otras generalidades rela-
En la actualidad sólo del 5 al 10 % de esos tivas a su objeto de estudio, o sea, debe ser
caracteres forman las frases susceptibles una ciencia de las representaciones sígni-
de ser entendidas”. cas y de los fenómenos de semiosis.
Estos datos ante todo tienen un interés Vista desde esta óptica, aparece otra
científico para la medicina. Pero también característica de la semiótica, y es que ella
es un texto susceptible de ser analizado basa su conocimiento en la construcción de
“semióticamente”, es decir, como un “dis- modelos para que sirvan de marcos refe-
curso científico y social” que circula en la renciales en la tarea de análisis y estudio
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de los fenómenos de comunicación. Me- Hay quienes critican las pretensiones


diante ese instrumento teórico, se con- demasiado extensivas de la semiótica, afir-
fronta y se evalúa la validez de la investiga- mando que no le sientan bien, porque
ción. En rigor, pues, no existe un método quieren abarcar demasiado. Sostienen que
semiótico único, sino múltiples modos de la semiótica debería ponerle límites a sus
realizar los estudios de los hechos que in- aspiraciones totalizantes, porque en el
teresan. En cierto modo un modelo se- fondo, el estudio de la estructura y de las
miótico es como una categoría a priori, de funciones sígnicas de la cultura y sus sig-
carácter más bien hipotético y con posibi- nificados, es una manera de colocarse to-
lidad de circunscribirlo a un determinado talmente por encima de ella, incluso de las
objeto de estudio. De hecho constatamos ideologías, y eso revelaría la pretensión
que así ha sucedido, se crearon modelos y imperialista de la semiótica.
se aplicaron al análisis de ciertos procesos A esta crítica podemos responder di-
o fenómenos comunicativos particulares. ciendo que la semiótica no se cree omni-
Surgió la oposición binaria, el cuadrado potente, ya tiene fronteras epistemológi-
semiótico, las constantes estructurales de cas que regulan su quehacer. Como todo
Lévi-Strauss, los códigos de normas y des- estudio de la cultura, también el análisis
viaciones icónicas, etcétera. Cada modelo semiótico es sólo un aspecto de las múlti-
debe verificarse, perfeccionarse, modifi- ples miradas sobre la realidad. Presta aten-
carse o abandonarse. ción a aquellos espacios de sentido que se
Resumiendo, el espacio semiótico, in- crean mediante el uso de los objetos y len-
cluye todos los aspectos que tocan las for- guajes. Más allá y al fondo todavía, quedan
mas y las relaciones sígnicas de las cosas, los horizontes de la filosofía que indaga
por tanto, es como si todo fuera materia los criterios hermenéuticos para interpre-
significante de semiosis, o sea, signos y len- tar los contenidos y la verdad o falsedad
guajes que alimentan fenómenos de signi- del lenguaje humano.
ficación. Se pasó, pues, de la semiótica en-
tendida como “ciencia de los signos”, a la 3. Las generaciones de la semiótica
semiótica comprendida como “ciencia de
las significaciones”. Pero ambos aspectos Desde que comenzaron los estudios
van unidos, no pueden separarse. De este científicos de las comunicaciones sociales
modo, la semiótica permanece como la en el siglo XX, hubo necesidad de echar
ciencia de los signos que circulan y produ- manos de marcos o enfoques teóricos que
cen sentido en el ámbito de las culturas y dieran razón de cierto conjunto de fenó-
sociedades humanas, tomando en cuenta menos. Así, desde la perspectiva sociológi-
sus lenguajes, lo que ellos revelan, lo que ca se organizó la indagación en torno a las
dicen y como dicen las cosas que la gente múltiples relaciones existentes entre co-
hace. municación (medios de comunicación) y
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sociedad, los modos de recepción de los a lo largo de la relativamente corta histo-


medios, las expectativas del público, los ria de esta disciplina, se suelen clasificar en
efectos de los medios masivos en los gru- tres etapas.
pos, sus repercusiones educativas, familia- Esta división es tan sólo una manera
res, grupales, sociales. didáctica de poner orden en un terreno
Desde otro ángulo, la vertiente psico- que demanda ser constantemente esclare-
lógica abordó las comunicaciones sociales cido, precisado y actualizado.
centrándose en las personas y los indivi-
duos, sus experiencias estéticas, su valora- a) Semiótica de primera generación
ción de los mensajes, las imágenes que de
sí mismos se forjan los sujetos ante el es- Tuvo origen ya en la década de 1950,
pejo mediático, las repercusiones en sus cuando apenas se iniciaban los estudios de
imaginarios. semiología. Al inicio los enfoques fueron
Los enfoques más filosóficos, en cam- eminentemente lingüísticos en la línea de
bio, se centraron en el análisis de la natu- la tradición saussuriana. Entonces la pre-
raleza y del sentido de la comunicación. gunta básica era acerca de la “arquitectura
Las preguntas y las cuestiones eran: ¿en de un texto”. Desde ese planteo, el acerca-
qué consiste realmente la comunicación? miento a los problemas de la comunica-
¿Cuál es su esencia y su verdad profunda? ción, consistía en hallar y descomponer
Es obvio que el conjunto de las teorías los elementos constitutivos de cada texto o
utilizadas por cada rama científica, repre- discurso. Una vez encontrada su estructu-
senta un mapa diversificado. Con ellas se ra fundamental y los elementos que la
han implementado no sólo distintos nive- conforman, el problema semiótico se con-
les de estudio, de lectura y de investiga- sideraba resuelto. No había aún preocupa-
ción, sino que se obtuvieron también re- ción por analizar otras cuestiones concep-
sultados a veces difíciles de conciliar5. A tuales básicas, que surgieron después, a
menudo los trabajos se han llevado a cabo medida que la semiótica asumió un perfil
con total independencia entre un enfoque más definido en la década de 1960 con la
y otro, sin ninguna interdisciplinariedad, aparición del estructuralismo.
de modo que la sensación producida es la La semiótica estructural asumió el pos-
de quien se halla delante de un rompeca- tulado según el cual todo lector es un de-
bezas. codificador y el mensaje una obra. Roland
Por lo que atañe a la semiótica, los re- Barthes, uno de los exponentes más cono-
corridos teóricos que se han desarrollado cidos de esta semiótica, afirmaba, en efec-

5 Como ejemplo de lo que decimos, ver la descripción de los diferentes enfoques en las investigaciones
de los efectos de los medios que reportan Mc Quail D. (1980, 1983), y Mauro Wolf (1992).
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to, que toda obra es un fragmento de una usó para estudiar las estructuras parenta-
sustancia que tiene un cuerpo y ocupa un les de los grupos étnicos 7, mientras que a
espacio, lleva en sí misma un significado y R.Jakobson la aplicó a la lingüística8. En
es fruto de una tarea de producción. Aho- fin de cuentas fue posible buscar la estruc-
ra bien, todo texto se organiza en torno al tura de cualquier fenómeno, y por esta ra-
concepto central de estructura.6 zón se acuñó la expresión análisis estruc-
No debemos olvidar que esta primera tural, aplicable tanto al campo cinemato-
semiótica fue deudora de toda la corrien- gráfico, como al análisis de obras pictóri-
te estructuralista que en aquellas décadas ca, de una novela o incluso de un fenóme-
impregnó numerosas disciplinas, sobre no político-social.
todo los estudios de antropología cultural, Las semióticas de primera generación
de sociología, de lingüística. En sentido se remitieron a este bagaje conceptual es-
general, cuando se habla de estructuralis- tructuralista. Y con ese instrumental de
mo se entiende un método de análisis que trabajo, ellas se han detenido de modo
permite introducir un orden explicativo particular en el análisis de los objetos sig-
en un conjunto o serie de fenómenos apa- nificantes de los lenguajes, y en los proce-
rentemente desconectados entre sí. Su ob- sos de comunicación entendidos como el
jeto de estudio es, por consiguiente, el flujo informativo entre emisores y recep-
análisis de las relaciones que surgen entre tores mediante un desarrollo regular y li-
sus elementos. En este contexto la idea de neal.
estructura puede remitir a uno de estos A pesar de sus límites, estas semióticas
dos significados: como un sistema de rela- de primera generación, han tenido el mé-
ciones, es decir, como una totalidad no re- rito de ensanchar el horizonte restringido
ducible a sus partes, y por tanto, dichas re- de la vieja lingüística y se han preocupado
laciones son susceptibles de estudio y aná- por abarcar no sólo el lenguaje verbal, si-
lisis. En segundo lugar, del punto de vista no también las formas audiovisuales de
operacional, una estructura es la interde- comunicación.
pendencia de elementos de un conjunto
de dinámicas que interactúan recíproca- b) Las semióticas de segunda generación
mente. Aclarado así el término, resulta
comprensible que la idea de estructuralis- A partir de los años 1970, los estudios
mo resultó útil para indagar una gran va- semióticos sufrieron un viraje hacia nue-
riedad de fenómenos: C.Levi-Strauss la vas posturas teóricas y metodológicas. La

6 Ver de Roland Barthes: La aventura semiológica. Edit. Paidós, Buenos Aires, 1994.
7 En 1955 Claude Lévi-Strauss escribió Tristes trópicos, y en 1958 publicó Antropología estructural. En
1963 El pensamiento salvaje; en 1964 comenzó a publicar sus Mitologías.
8 La obra de R. Jakobson abarca más de quinientos títulos. Su enfoque estructuralista se refleja por ejem-
plo en su importante trabajo Ensayos de lingüística general. (Seix Barral, Barcelona 1981).
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semiótica postestructuralista, se abrió ca- centrales y reconstruirlo en torno a otros


mino a medida que fueron desaparecien- temas que han sido marginados. La rein-
do los modelos teóricos dominantes que terpretación de un texto, significa poner
pretendían acaparar la totalidad de las ex- en el centro al lector, el cual lo puede “re-
plicaciones, como sucedía con el funcio- construir” incluso desde los elementos ex-
nalismo y el estructuralismo. Progresiva- cluidos. A nivel más amplio, se postulaba
mente se impusieron hipótesis más plura- realizar una cultura que se debía constan-
listas que contribuyeron a cambiar los en- temente desintegrar y volver a combinar.
foques de los estudios y los proyectos de Esta hipótesis –propia de reflexiones en
investigación. En semiótica se revisaron sociedades desarrolladas– tuvo matices di-
las formas en que se relacionaban los sig- ferentes en Europa y en Estados Unidos.
nos, los individuos o actores y las redes so- Por cierto que en América Latina se privi-
ciales. Entre esos elementos ya no existía legió un enfoque social del deconstructi-
aquella unidad que aparentemente se pre- vismo.
tendía. Por lo cual se empezaron a indagar En el surco de estas reflexiones, tam-
otros hechos extra-lingüísticos y otros bién R. Barthes aportó valiosas ideas para
procesos comunicativos. En las semióticas la concreta lectura de los textos.
de esta nueva generación hallamos diver- La hermenéutica cuyos máximos expo-
sos pensadores que se interesaron por el nentes fueron el filósofo alemán Gadamer
análisis de textos concretos de los lengua- H. y el francés P. Ricoeur. Esta corriente
jes. No se trató de un horizonte completa- analizó los factores que intervienen en la
mente homogéneo, ya que aparecieron interpretación de los lenguajes y de los
concepciones teóricas diversificadas, pero mensajes. Se trata, por tanto de interpretar
todas, de una manera u otra, confluyeron al mismo ser humano. Gadamer explica el
en la indagación semiótica. En síntesis po- distanciamiento alienante que se da en el
demos nombrar las siguientes tendencias hombre, respecto a su experiencia de per-
principales: tenencia. En ese espacio se produce tam-
El deconstruccionismo que tuvo en la fi- bién la experiencia hermenéutica, y que él
gura de J.Derrida su agente principal.9 Es- divide en tres esferas: la estética, la históri-
te pensador de origen argelino, pero que ca y la lingüística. Esta última permite do-
vivió en Francia, propugnó que al estudiar minar las estructuras de los textos de
un determinado texto, era necesario des- nuestra cultura, por eso atraviesa las dos
centralizarlo, apartarse de sus símbolos esferas anteriores.10

9 Jacques Derrida con sus Gramatologia y La escritura y la diferencia (1967), dio a conocer su pensamien-
to que modificaba el modo de enfocar y de leer la realidad mediante la deconstrucción.
10 Ver de Hans Georg Gadamer: Verdad y método.
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P. Ricoeur por su parte, habla de la velaba insuficiente y demasiado estática


mutua interdependencia que se establece para dar razón de la dinámica del texto.
entre las explicaciones de los fenómenos y Éste, en efecto, no refleja exactamente las
la comprensión de los mismos, creando, de ideas que el autor ha querido expresar, eso
esa manera, el “círculo hermenéutico”: es empobrecer el texto, el lector tiene tam-
“...la correlación entre explicación y com- bién un rol activo; no es un simple deco-
prensión, y viceversa, entre comprensión y dificador, su tarea es más creativa e inteli-
explicación, constituye el círculo hermenéu- gente.
tico.”11 Esta noción puede aclararse si aña- Al plantearse estas nuevas cuestiones,
dimos que el “orden hermenéutico” es las teorías semióticas de segunda genera-
uno de los cuatro órdenes de la semántica ción reelaboraron su base conceptual, asu-
de los textos (junto al orden sintagmático, miendo otros referentes. Aparece la figura
el orden paradigmático y el referencial). El del lector como un interlocutor, y el men-
círculo hermenéutico incluiría un movi- saje es considerado un texto, es decir, un
miento en torno a cada uno de esos órde- campo metodológico que se lee en forma
nes. transversal, no cerrado sino abierto a nue-
Las teorías del lector implícito que in- vas significaciones que desbordan la in-
cluyen autores como J.Lotman, Iser, tencionalidad del autor y que abarca otros
Booth, Chatman, afirman la hipótesis de espacios y experiencias lúdicas.
que el verdadero lector de un texto no es el A nivel metodológico surge la noción
individuo concreto, sino una instancia de contrato, para aludir al pacto enunciati-
simbólica que se activa al interior del tex- vo que interviene como lazo de unión sim-
to. Debe aclararse que el término texto no bólica entre el autor y el lector del texto.
debe ser referido solamente a los escritos Con estas nuevas prescripciones las
literarios, sino que se extienden a cual- teorías de esta segunda tradición semióti-
quier producción audiovisual y mediática. ca, aparecen con dos rasgos distintivos: en
El nuevo problema que estas semióti- primer lugar se indaga el proceso generati-
cas debían enfrentar era el funcionamien- vo del texto y se considera el relato como
to del texto. Pero al mismo tiempo tenían el lugar de intercambio y de contrato; esto
pendientes aún los interrogantes concep- es notorio en la corriente francesa con ex-
tuales no resueltos por las semióticas de la ponentes como A.J. Greimas, Brémond,
primera generación, más concretamente: Genette, E. Verón (durante su investiga-
la noción de estructura, ya que ella se re- ción en Francia).

11 Ricoeur Paul: Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II. Ed. Fondo de Cultura Económica. Mé-
xico, Buenos Aires, 2001. Es la traducción de Du texte à l’Action. Essais d’herméneutique II (1986), una
recopilación de trabajos como continuación del anterior de 1969: Le conflit des interprétations
18 / Victorino Zecchetto

En segundo lugar hay un acercamiento terlocutor, a partir de los límites que el


interpretativo al texto, considerado como mismo texto sugiere, pero yendo más allá.
objeto de fruición y lugar de interacción. Esta nueva tendencia emergente traía im-
Aquí se ubica el aporte de investigadores plícita la pregunta acerca de los actores so-
italianos con las teorías de la cooperación ciales y cuál sería la perspectiva con la cual
textual de U. Eco, de la conversación au- había que postular su estudio.
diovisual de G. Bettitini y las pasiones de Para responder a estas cuestiones, era
los hablantes sugeridas por Paolo Fabbri. necesario abrir la semiótica al cognosciti-
En América Latina ambas corrientes deja- vismo de otras disciplinas que ayudaran a
ron sentir su influjo en los estudios de la redefinir algunos núcleos centrales de la
comunicación. Consideramos pertinentes indagación sobre los sujetos de la comuni-
a esas líneas algunos trabajos de Orozco cación, analizar su postura mental, las es-
Guillermo (México), J. Martín Barbero trategias de sus acciones, y las situaciones
(Colombia), Oscar Steimberg, Piccini Ma- en que la desarrollaban. De manera gene-
bel, Lilia Chamberlani (Argentina), María ral podemos afirmar que se instaló un
T. Quiroz (Perú), Faustino Pérez (Repú- nuevo paradigma, pero con un enfoque
blica Dominicana), Ana María Fadul plural: el interaccionismo. Éste se caracte-
(Brasil), entre otros. riza por la descripción de la comunicación
En resumen, en estas teorías aparece en sus múltiples aspectos, de las formas
claro el interés por decir no sólo qué es un discursivas y el análisis de los anunciados
texto, sino también cómo comunica. ubicados en sus contextos empíricos.12
Diversas disciplinas contribuyen a definir
c) Las semióticas de tercera generación contenidos y métodos semióticos: la so-
ciolingüística, la psicología social, la so-
A mediados de 1980 vemos aparecer ciología cognitiva, la kinésica y proxémica,
un nuevo escenario semiótico, más com- los estudios etnográficos, etcétera. El pos-
plejo aún. Las semióticas anteriores ha- tulado epistemológico de base, consistió
bían aportado el interés por los “actores” en aceptar que los textos y discursos son
que desarrollaban roles sociales. Ahora se construcciones sociales realizadas por
plantean dos nuevos problemas: a nivel múltiples actores. En adelante, para la se-
empírico se quiere responder a la pregun- miótica el lector es considerado como un
ta: ¿cómo interactúa un texto en su con- interlocutor que el texto halla delante de sí;
texto de recepción? En el plano textual se el texto a su vez, construye a su lector o es-
trataba de diseñar el perfil y el rol del in-

12 Ver por ejemplo de Kebrat-Oreccioni Catherine: Les cultures de la conversation en “Le Langage” – Scien-
ces Humanines, nº 27 – Paris. Déc- 1999 Jan. 2000 p. 38 – 41-
La danza de los signos / 19

pectador dándole un espacio activo y nes de la enunciación. Al acentuar la im-


guiándolo por cierto recorrido. Este enfo- portancia de los contextos de la enuncia-
que general ha sido asumido -aún con ción, se puso de relieve las implicaciones
matices diversos- por varias escuelas y au- particulares que se crean en las situaciones
tores. La llamada “escuela de Costanza” concretas de la comunicación lingüística,
aportó fecundas reflexiones, lo mismo que donde los enunciados asumen determina-
las teorías de interacción social estudiada das significaciones, que desbordan los có-
por la escuela de Palo Alto; la Escuela de digos estrictamente semánticos. El mapa
Birmingham que analizó las relaciones de las teorías que -directa o indirectamen-
procedimentales de los diálogos y la es- te- se apoyan en estos postulados de inves-
tructura de sus léxicos; la Escuela de Gine- tigación es muy rico, variado y complejo,
bra que propuso una tipología de los in- aquí hallamos los grandes estudios de la
tercambios entre actores de diferentes pragmática del lenguaje de Seirle, Grice,
rangos.13 Lo mismo hizo Halliday M. que Sperberg y Wilson, Anscombre, Ducrot.16,
estudió como se usa el lenguaje dentro de R. Odin y su semioanálisis, la semioprag-
las diversas situaciones sociales.14 En Es- mática de Casetti, U. Eco y sus circunstan-
paña se destaca Ana María Vigara T. por cias enunciativas.
sus aportaciones al estudio del español co- A su vez, toda la corriente de la semió-
loquial, desde el chiste hasta los estilos tica social o sociosemiótica concedió un
conversacionales.15 nuevo espacio al estudio de los contextos,
Como podemos constatar, en lo meto- mostrando que en la producción social de
dológico emergió la figura teórica del con- sentido, no sólo actúan como agentes los
texto y sus circunstancias enunciativas. Con emisores de los mensajes, ni tampoco sólo
esto se salía de las ambigüedades de los las audiencias, sino que ambos tejen una
enunciados abstractos, y se tomaba en red, de modo que los medios y el público
cuenta la interacción pragmática de la co- preceptor se interrelacionan activamente
municación. Los trabajos de la pragmática en la construcción de signos y discursos de
lingüística inaugurada por J. Austin donde emergen los sentidos de la vida co-
(1962) tuvieron amplia repercusión en el tidiana al circular en las estructuras de la
desarrollo de otras indagaciones sobre la sociedad.17
interacción comunicativa y las condicio-

13 Cabe nombrar de esta escuela a E. Roulet.


14 Halliday Michael: Langage and Social Semiotic. Baltimore: University Park Press, 1978
15 Cfr. Ana María Vigara T. : Morfosintaxis del español coloquial. Esbozo estilístico. Edit. Gredos, Madrid
1992.
16 En el capítulo sobre la pragmática del lenguaje retomaremos estos investigadores, para explicar un po-
co su pensamiento respecto al lenguaje.
17 Ver el valioso trabajo de Klaus Bruhn Jensen: La semiótica social de las comunicaciones de masa.
Ed. Bosch Comunicación, Barcelona, 1997-
20 / Victorino Zecchetto

Resumiendo, estas semióticas de terce- La semántica, por este motivo, es conside-


ra generación, además de preocuparse por rada una rama empírica de la semiótica,
indicar cómo se comunica un texto, pres- ya el estudio del sentido y de los significa-
tan atención al modo como los actores dos del lenguaje humano, hace referencia
mediáticos interactúan en los más diversos a las relaciones concretas de los signos con
contextos. las cosas.
El conocimiento de los significados de
4. La división de la semiótica en los signos supone, pues, prestar atención a
tres ramas las “res designata”, es decir, a los objetos, a
los hechos y a los fenómenos que los sig-
A partir del siglo XX la semiótica se ha nos señalan. Así por ejemplo, los hablan-
sistematizado y se ha dado un estatuto tes de una lengua, al usar los signos lin-
científico. Como otras ciencias se subdivi- güísticos o los enunciados, proceden a in-
de en varias disciplinas. La división pro- dicar cosas, situaciones, eventos, senti-
puesta por Morris es aún ampliamente mientos, conceptos, etcétera. Todo ello
aceptada. Él distingue tres ramas en la se- presupone la presencia de criterios de ín-
miótica: la Semántica, la Pragmática y la dole semántica para el uso de los signos y
Sintáctica. Cada una de ellas posee objeti- sus significados. Hay, por tanto, una doble
vos y métodos específicos. perspectiva en la práctica semántica: una
¿En base a qué criterios se establece es- “intensional” por cuanto todo signo o
ta triple división ? El punto de arranque enunciado designan alguna índole propia
son las relaciones diádicas que establecen o nota de los objetos; otra perspectiva es
los signos. “extensional” pues señala o alude al tipo o
conjunto de cosas u objetos a los cuales se
a) La semántica
aplican las propiedades indicadas en los
En primer lugar pueden estudiarse las signos o enunciados.
relaciones de los signos con los objetos a Evitamos aquí aplicar el término “se-
los que son aplicables, es decir, a lo que los mántica” a otros sistemas formales, como
signos quieren significar al referirse o al la teoría de los modelos de Tarski o la de
denominar cualquier tipos de seres o de Goguen, que están teniendo aplicaciones
entidades. Esta relación se denomina Di- en los actuales estudios sobre los lenguajes
mensión Semántica de la semiosis, y su es- de programación informática.18
tudio se llama sencillamente “Semántica”.

18 La llamada “Teoría de los modelos” tuvo su principal exponente en Tarski (1901 – 1983). Dicha teoría
apuntó a estudiar las estructuras matemáticas considerando las leyes que le obedecen. Tarski describió
los conceptos fundamentales de esa semántica, cuyo lenguaje fue aplicado a la programación. A su vez,
el investigador en informática Goguen, afirma en su Teoría de las Instituciones, que la teoría general de
la abstracción es una teoría semántica.

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