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Entre los distintos hepatocitos del lobulillo hepático hay diferencias funcionales No todos los
hepatocitos son iguales. Según la parte del lobulillo hepático en que se encuentran poseen
diferentes propiedades metabólicas, y son vulnerables a diferentes procesos patológicos. Los
hepatocitos del centro del lobulillo (zona 3 del acino) son irrigados por sangre relativamente pobre
en oxigeno y son más vulnerables a lesiones por hipoxia o hipoperfusión. Los hepatocitos de esta
zona central también presentan niveles bajos de enzimas oxidativas, pero niveles altos de esterasas
que generan sustancias intermediarias del metabolismo. Estas son vulnerables a ciertas toxinas,
como, por ejemplo, el paracetamol. Por el contrario, los hepatocitos de la periferia del lobulillo (zona
1 del acino) están bien irrigados y resisten la lesión producida por hipoperfusión. Además, estos
hepatocitos no son dañados por ciertos agentes, ya que carecen de las enzimas que convierten a
aquellos en intermediarios tóxicos. Las hepatopatias se presentan según cuatro entidades clinicas
principales Las principales causas de hepatopatia son toxinas (alcohol y farmacos), infecciones
(virus, bacterias, parásitos), trastornos vasculares y de la excreción biliar, y tumores (primarios o
metastásicos), La enfermedad resultante se manifiesta en forma de cuatro entidades clinicas
principales.
PUNTOS CLAVE:
• Tras lesión hepatocitaria grave, por ejemplo, a consecuencia de necrosis extensa o lesión
metabólica de los hepatocitos
. • Tras un shock sistémico intenso como parte de un fallo multiorgánico, junto con SDRA e
insuficiencia renal aguda.
Como agudización de una hepatopatía crónica, generalmente por hepatitis crónica o cirrosis La
insuficiencia hepática aguda es una enfermedad potencialmente letal, de la que mueren un 80% de
los pacientes.
Ictericia
PUNTOS CLAVE:
La ictericia puede deberse a una alteración del metabolismo de la bilirubina a distintos niveles.
Puede dividirse en dos tipos bioquímicos principales. En la hiperbilirrubinemia no conjugada existe
un exceso de bilirrubina no conjugada en la sangre, Loe trastornos que producen este tipo de
enfermedad son principalmente la generación excesiva de bilirrubina o un metabolismo
hepatocitario anormal. En ella, los niveles sanguíneos raramente superan los 100 umoM Muchos
trastornos originan el tipo de ictericia conocido como hiperbilirrubinemia conjugada, en el que
existe un exceso de bilirrubina conjugada en la sangre. La causa más frecuente es la obstrucción de
la secreción biliar. Las enfermedades que causan una lesión generalizada de los hepatocitos
producen una hiperbilirrubinemia predominantemente conjugada, ya que el principal paso
restrictivo del metabolismo de la bilirrubina es la excreción por los canalículos más que la
conjugación. Los niveles suelen superar los 100 umol/.
Obstrucción extrahepática de las vías bitares: Cálculos biliares Estenosis secundarias a inflamación
o fibrosis Carcinoma del páncreas Compresión de las vías biliares por masas extrínsecas, como
ganglios linfáticos engrosados
son Ictericia
La orina contiene bilirrubina (orina oscura), ya que la bilirrubina conjugada es soluble en agua y
puede excretarse.
Existen dos tipos principales de causas de hiperbilirrubinemia conjugada, como se indica en el anexo
EL HÍGADO ENFERMO
La colestasis extrahepática se debe a la obstrucción de las vías biliares extrahepáticas, por lo que la
estudiaremos junto con las enfermedades de las vias biliares. Dado que muchas de las
enfermedades responsables son subsidiarias de tratamiento quirúrgico, este tipo de problemas
suelen considerar como ictericia quirúrgica. La obstrucción extrahepática produce alteraciones
evidentes en el higado
Hay seis patrones principales de necrosis hepatocitaria, que pueden ser relacionados con la causa
de la lesión hepática
3.La muerte de hepatocitos sólo en algunas zonas (necrosis zonal) es típica de algunas
enfermedades. Por ejemplo, la intoxicación por paracetamol afecta a la zona cetrolobulillar (zona3)
y la intoxicación por fosforo a la zona periportal (zona1)
5.Los patrones de necrosis extensa que forman puentes entre las venas centraleso entre los espacios
porta y las venas centrales se denomina necrosis en puente.
6.La necrosis masiva describe una necrosis de la mayoria de los hepatocitos. Se producen en
lesiones hepáticas fulminantes y en algunos casos de lesión viral o tóxica.
el índice de proliferación celular en el hígado es muy bajo. Tras una lesión hepática, incluida la
hepatectomía parcial, se produce una regeneración de hepatocitos de modo ordenado para
restaurar la función hepática. En casos de lesión crónica repetida, la regeneración puede
distorsionarse con fibrosis, provocando una cirrosis. En otros casos puede aparecer una hiperplasia
nodular.
LAS CÉLULAS DE ITO SON LAS PRECURSORAS DE LAS CÉLULAS SECRETORAS DE COLÁGENO EN LA
FIBROSIS HEPÁTICA
El desarrollo de fibrosis es una complicación importante de varias hepatopatías y uno de los rasgos
característicos de la cirrosis. Se cree que factores de crecimiento inflamatorios, producidos por
respuestas, estimulan la proliferación de células mesenquimales hepáticas y su diferenciación a
fibroblastos secretores de colágeno. Las células mesenquimales implicadas son normalmente poco
llamativas células de Ito, que acumulan grasa y están localizadas en el espacio de Disse.
El hígado recibe sangre a través de la circulación arterial (arteria hepática) y la circulación venosa
portal. La sangre sale del hígado tras pasar por las sinusoides a través de las venas centrales y
hepáticas, que drenan en la vena cava inferior. Como cualquier componente vascular del hígado
puede sufrir enfermedades, pueden presentarse varios síndromes clínicos y patológicos distintos.
El infarto verdadero hepático verdadero es raro debido a su doble riego sanguíneo y a las ricas
anastomosis del flujo sanguíneo a través de las sinusoides.
Endocarditis bacteriana.
Embolización arterial terapéutica del higado o ligadura terapéutica de la arteria hepática realizada
Eclampsia.
Poliarteritis nodosa.
Las zonas de infarto aparecen como áreas de bordes geográficos de tejido necrótico amarillento.
PORTAL HIPERTENSIÓN
La fibrosis de los espacios porta producida por la esquistosomiasis es una causa importante en áreas
endémicas.
Se habla de hipertensión portal idiopaica cuando no se logra encontrar una causa fisica de la
obstrucción. Enfermedad poliquistica del higado.
La oclusión del sistema venoso portal en cualquier punto por delante de los espacios porta suele
deberse a trombosis de la vena porta. Los factores sepsis local, policitemia e hipertensión portal
sinusoidal preexistente secundaria a cirrosis. La obstrucción de las ramas intrahepáticas produce
zonas de infarto venoso, que se observan como zonas congestionadas en forma de cuña. Dichas
áreas se denominan también infartos rojos o infartos predisponentes son de Zahn. En especiales
circunstancias, el aumento del flujo sanguineo por el sistema venoso portal sobrepasa la capacidad
del sistema sinusoidal hepático y produce hipertensión portal. Esto ocurre en algunos casos de
esplenomegalia y algunas malformaciones en arteriovenosas de bazo o intestino.
La hipertensión portal postsinusoidal se debe a enfermedades que obstruyen las venas centrales y
las ramas de las venas hepáticas. La obstrucción de las venas centrales del higado se da en varias
enfermedades y provoca el desarrollo gradual de hipertensión portal. Por ejemplo, el abuso de
alcohol puede provocar obstrucción venosa central con fibrosis, y algunos fármacos citotóxicos
pueden producir fibrosis centrolobulillar y obstrucción de las venas centrales.
La enfermedad venooclusiva del hígado se debe a la ingestión de plantas que contienen alcaloides
tóxicos. Éstos producen fibrosis alrededor de las venas centrales, seguida de obliteración de esas
venas por la fibrosis. Este problema se da en Jamaica y en ciertas zonas de África, en personas que
beben ciertas infusiones de hierbas. La irradiación hepática también puede producir fibrosis de las
venas centrales favorecer el desarrollo de hipertensión portal. y la oclusion de la vena hepática
produce el síndrome de Budd-Chiari. Predisponen a la trombosis n compresión local de la vena
hepática, el carcinoma hepatocelular, la policitemia, el embarazo y el tratamiento anticonceptivo
oral con estrógenos.
La hepatitis, que puede ser aguda o crónica, puede deberse a varias causas, como infecciones
virales, trastornos autoinmunes, reacciones farmacológicas y alcohol.
Sea cual sea la causa que produce la hepatitis aguda, las características clínicas y el aspecto
histológico De la biopsia hepática son siempre similares.
Signos: puede palparse un hígado aumentado y doloroso. Ictericia una semana después del
comienzo de los síntomas, siendo máxima a los 10. Los signos y síntomas suelen ceder en un período
de 3-8 semanas.
Pruebas bioquímicas: la bilirrubina, en su mayor parte conjugada, está muy aumentada; los niveles
de alanina transaminasa (ALT) y aspartato transaminasa (AST) están muy elevados durante la
enfermedad lo que refleja necrosis de células hepáticas, pero disminuyen con la recuperación
clínica; la albúmina sérica permanece normal. La fosfatasa alcalina sérica puede aumentar
ligeramente.
La infección por un virus de la hepatitis no siempre provoca la enfermedad, aunque produce una
serie de síntomas clínicos. Tras la infección inicial los pacientes pueden seguir una de las evoluciones
indicadas
Tipo clínico
El virus de la hepatitis B (VHB) es un virus ADN del grupo hepadna. Este virus es transmitido por
sangre, semen y saliva durante el contacto físico íntimo, inoculándose a través de defectos de la piel
o de las membranas mucosas. Por tanto, la hepatitis B puede ser una enfermedad de transmisión
sexual. El contagio a través de transfusiones de sangre es actualmente raro, debido a la selección
de las donaciones, pero la diseminación de la enfermedad entre adictos a drogas i.v. al compartir
agujas contaminadas es una forma importante de transmisión. También se observa transmisión
vertical de madre a hijo.
1. Hepatitis aguda autolimitada. Es frecuente. Los pacientes se recuperan tras sufrir ictericia,
malestar General y anorexia, y presenta en moneda de Por vida
2. Hepatitis aguda fulminante. Es muy rara y produce necrosis masiva de los hepatocitos.
3. Hepatitis crónica. Ocurre en un 5-10% de los casos. Puede progresar a cirrosis o curarse
4. Estado de portador asintomático. (Puede desarrollar más adelante una hepatitis crónica
La importancia de los portadores crónicos es que son pacientes con riesgo de desarrollar un
carcinoma hepatocelular. Los portadores de hepatitis B presentan variaciones geográficas (0,3% en
Europa occidental clínicamente inadvertida E UU: 20% en el sudeste asiático). Menos del 10% de
los pacientes adultos se utilizan en portadores slcos pero prácticamente todos los recién nacidos
infectados por VHBA partir de la madre serán nortadores crónicos, probablemente debido a la
inmadurez de la inmunitaria, Muchas pruebas diagnósticas se en la identificación de subunidades
virales
El virus de la hepatitis D (VHD) es un virus ARN hepatotrófico. Es un virus defectivo, que requiere
la presencia de infección por VHB para su ensamblaje. En consecuencia, sólo puede producir
enfermedad en presencia de infección por hepatitis B. Su forma de transmisión es igual que la
hepatitis B y afecta principalmente a drogadictos y pacientes en diálisis. El VHD es importante
porque aumenta la gravedad de la hepatitis crónica y puede predisponer al desarrollo de una
hepatitis fulminante. La infección puede adquirirse simultáneamente con la infección por VHB o
posteriormente como sobreinfección. Se detecta por la presencia de anticuerpos frente a VHD en
la sangre.
El periodo de incubación es de unos dos meses iba seguido de hepatitis aguda con fiebre, malestar
general, anorexia e ictericia. La mitad de los casos se recuperan tras un período de unos 2 meses;
en la mitad restante persiste la alteración de las pruebas de función hepática durante más de un
año, y se desarrolla una hepatitis crónica con fases de remisión y de rebrote. De estos últimos casos,
alrededor de la mitad desarrollará hepatitis crónica activa y muchos progresarán a cirrosis, con
riesgo de carcinoma Hepatocelular..
La hepatitis E es producida por un virus ARN similar a los calicivirus. Es de transmisión fecal-oral y
contamina con frecuencia los abastecimientos de agua, produciendo epidemias de hepatitis aguda
Sea cual sea el virus causante, los signos histológicos de hepatitis viral aguda son similares
• Los hepatocitos están hinchados y pueden morir por apoptosis, formando cuerpos de
Councilman eosinófilos.
• Infiltrado focal del hígado por células linfoides, asociado a la necrosis hepatocitaria.
• Aumento del número de células linfoides en los espacios porta.
• La regeneración hepatocelular produce desestructuración del lobulillo.
• Puede verse colestasis leve.En casos de hepatitis aguda de gran intensidad las venas
centrales. La clínica suele de enfermedad aparecer puentes de necrosis entre grave, pero,
si el paciente sobrevive, los hepatocitos se regeneran. En la necrosis masiva fulminante la
mayoría de las células hepáticas se necrosan.
Además de los virus hepatotropos específicos, otros virus también pueden causar hepatitis. Por
ejemplo, la fiebre amarilla es producida por un arbovirus del grupo B, que es endémico en ciertas
partes de Africa y Centroamérica, y se transmite por la picadura de un mosquito. Su histología es
similar a la de la hepatitis aguda. También pueden producir hepatitis aguda el virus de Epstein-Barr
y el citomegalovirus. El virus de la rubéola y el del herpes simple pueden causar hepatitis grave en
la infancia. Virus más exóticos como Lassa, Ebola y Marburg también son causa de hepatitis.
Protozoos:
Amebiasis Entamoeba histolytica :Los abscesos amebianos contienen material necrótico que
recuerda a la pasta de anchoas. Puede abrirse en el abdomen o perforar el diafragma y producir
lesiones torácicas.
Helmintos :
Ascaridiasis Ascaris lumbricoides : Los huevos de los gusanos producen colangitis en las vías biliares.
Duela hepática Clonorchis sinensis : Las duelas colonizan el árbol biliar y producen inflamación
crónica, así como obstrucción biliar. Predisponen a la aparición de carcinoma de vías biliares.
Hidatidosis Echinococcus granulosus :Se forman quistes hepáticos que contienen escólices de
gusanos en desarrollo.
INFECCIONES NO VIRALES
En el hígado pueden asentar varias enfermedades parasitarias te infestación parasitaria del hígado
es un problema importante a nivel mundial. Las principales enfermedades
La infección bacteriana del hígado puede producirse a través de tres vías principales:
Diseminación ascendente a partir de una colonización bacteriana de las vías biliares. Casi siempre
existe como predisponente una obstrucción biliar.
Infección ascendente por las ramas de la vena porta (piemia portal) a partir de un foco séptico
abdominal, por ejemplo, absceso por apendicitis complicada
Diseminación sanguínea sistémica durante una septicemia. Puede producir insuficiencia hepática
aguda grave.
La infección hepática por Leptospira produce la enfermedad de Weil. Provoca fiebre, exantema
purpúrico e insuficiencia renal. El hígado presenta necrosis focal de hepatocitos y colestasis.
La sífilis puede afectar al hígado en infecciones congénitas, con formación de una fibrosis
parenquimatosa difusa. En la sífilis terciaría puede presentarse una necrosis gomosa. que deja
cicatrices profundas (hepar lobatum).
La hepatopatia destructiva crónica puede ser causada por muchos gérmenes diferentes
Varias enfermedades hepáticas que se caracterizan por lesión hepática progresiva a lo largo de
muchos meses o años han sido agrupadas como hepatopatías destructivas crónicas. La
consecuencia más importante a largo plazo de estas enfermedades es un proceso que incluye
pérdida progresiva de hepatocitos, fibrosis (que distorsiona la arquitectura lobullilar normal) y
regeneración de hepatocitos. Cuando este proceso es difuso y progresivo, puede abocar a la cirrosis.
Las hepatopatías destructivas crónicas pueden dividirse en tres grupos principales.
HEPATITIS CRÓNICAS
La hepatitis crónica se define como una inflamación del hígado que se prolonga durante más de 6
Paciente bajo seguimiento médico (someido a pruebas de función hepática y serología repetidas)
tras un episodio de hepatitis aguda. En vez de normalizarse, las pruebas de función hepática
muestran la elevación continua de los niveles de transaminasas séricas durante más de 6 meses.
Paciente que comienza con sintomas inespecíficos como anorexia, malestar general y pérdida de
peso, y en el que se descubren alteraciones en las pruebas de función hepática sugestivas de
hepatitis, con elevación de las cifras de transaminasas. Los estudios descubren una causa de
hepatopatía (viral, autoinmune o tóxica / metabólica) y, cuando la enfermedad se prolonga durante
más de 6 meses, se realiza una biopsia hepática para establecer el tipo de inflamación crónica del
higado.
Muchos están totalmente asintomáticos y pacientes reciben atención médica sólo por habérseles
detectado VHB o VRC en estudios de rutina, por ejemplo, al donar sangre. Es necesaria la biopsia
hepática para determinar el tipo de hepatitis crónica que padecen.
Hay tres tipos principales de hepatitis crónica, con diferente riesgo de desarrollar cirrosis.
En la hepatitis crónica activa (HCA), que también se conoce como «hepatitis crónica agresiva», las
alteraciones inflamatorias se asocian a necrosis continua de hepatocitos. La principal complicación
de este tipo de hepatitis crónica es el desarrollo de cirrosis. En algunos casos, la necrosis se extiende
entre espacios porta contiguos (necrosis en puente) al comienzo de la enfermedad, lo que indica
alto riesgo de progresión rápida a cirrosis.
En la hepatitis crónica persistente (HCP), la inflamación se limita a los espacios porta y no se observa
necrosis de hepatocitos. Generalmente, este tipo de hepatitis crónica no se asocia al desarrollo de
En la hepatitis crónica lobulillar (HCL) existe inflamación de los espacios porta, con inflamación
parenquimatosa en punteado, pero sin necrosis en sacabocados. Este tipo de hepatitis crónica suele
asociarse a etiología viral. Los casos debidos a infección por hepatitis B y positivos para HBeAg
pueden desarrollar más tarde hepatitis crónica activa. Otros casos generalmente no progresan a
cirrosis.
Las pruebas de función hepática permanecen alteradas en la hepatitis crónica, pero con diferencias
características según el tipo. Para poder efectuar el diagnóstico de un nuevo caso hay que realizar
pruebas para enfermedad de Wilson, deficiencia de a1- antitripsina, autoanticuerpos (HCA
autoinmune y cirrosis biliar primaria, y hepatitis vírica.
Tras una infección por los virus de la hepatitis Bo C, una parte de los pacientes que desarrollan
infección viral cersistente y hepatitis crónica. Esto ocurre en menos del 10% de los pacientes con
hepatitis B y en un 50% de los que padecen hepatitis C. Las pruebas de función hepática no se
normalizan en un período de 6 meses y la biopsia hepática muestra uno de los patrones de hepatitis
Crónica.
En la infección por hepatitis B, los hepatocitos presentan un aspecto típico en «vidrio esmerilado».
En estos casos se puede emplear la valoración de HBeAg y anti-HBEA9 para predecir el riesgo de
cirrosis. Los pacientes HBEA9 positivos pueden sufrir conversión de hepatitis crónica persistente o
lobulillar a hepatitis crónica activa, y en ellos está justificado un tratamiento antiviral con interferón.
Los pacientes con hepatitis crónica activa presentan riesgo de cirrosis. Una complicación importante
de la infección crónica por hepatitis B y C es el desarrollo de carcinoma hepatocelular.
Algunos pacientes presentan hepatopatía crónica avanzada sin antecedentes de hepatitis aguda,
pero pueden demostrar la infección viral mediante serología y biopsia hepática. En estos casos se
supone que ha habido una infección aguda subclínica.
HEPATOPATIAS TÓXICAS
El abuso del alcohol es la causa más frecuente de hepatopatía en los países occidentales y las
mujeres tienen mayor tendencia a padecerla que los hombres. El alcohol es una hepatotoxina y el
daño hepático se relaciona con su consumo diario. No existe un limite inferior de seguridad para la
ingesta etilica, aunque se han definido cantidades máximas diarias recomendadas, por debajo de
las cuales el riesgo de lesión hepática es reducido (50-60 g por día en hombres; 3040 g por día en
mujeres) .
La agresión alcohólica del hígado puede provocar un hígado graso, en el cual el depósito de grasa
en los hepatocitos es reversible con la abstinencia.
En la hepatitis alcohólica aguda, la ingestión de gran cantidad de alcohol provoca una verdadera
hepatitis, con necrosis focal de hepatocitos. La enfermedad recuerda una hepatitis viral aguda y las
pruebas de función hepática muestran cifras elevadas de transaminasas y de Y-glutamil
transpeptidasa
Si un paciente con hepatitis alcohólica deja de beber, la inflamación desaparece sin secuelas. Si
continúa la ingesta de alcohol, aparece fibrosis alrededor de las venas centrales en respuesta a la
necrosis hepatocitaria persistente. El resultado final es una fibrosis hepática que puede progresar
a cirrosis.
Los fármacos son una causa muy frecuente de hepatopatía, por lo que una anamnesis farmacológica
cuidadosa es parte fundamental de la valoración de todo el paciente con función hepática alterada.
Los principales fármacos hepatotóxicos pueden dividirse en dos grupos: hepatotoxinas intrínsecas,
que dependencia de la dosis y son predecibles y responsables de una incidencia elevada de toxicidad
hepática; y las hepatotoxinas idiosincráticas, que producen hepatopatía en un pequeño porcentaje
de los sujetos expuestos, por hipersensibilidad o por metabolismo anormal del fármaco.
Todos los tipos de enfermedad hepática pueden ser producidos por fármacos. En vista de que casi
cualquier fármaco puede causar hepatopatía, es aconsejable consultar un texto especializado si se
relacionan los antecedentes farmacológicos con el daño hepático.
HEPATOPATÍAS METABÓLICAS
En la hemocromatosis los hepatocitos son dañados por una acumulación excesiva de hierro. Se
distinguen dos tipos.
ceruloplasmina, la proteína
Se conocen muchos alelos de este gen inhibidor de proteasas (Pi), ya cada uno de ellos se le ha
asignado una letra. El fenotipo normal se conoce como PIMM. El alelo anormal más importante se
denomina Z. Los heterozigotos (PIZM) presentan un mayor riesgo de lesión pulmonar si fuman, con
formación de enfisema Los homozigotos (PİZZ) desarrollan enfisema y hepatopatía.
destrucción hepatocitaria de larga evolución, inflamación crónica secundaria a aquélla, que estimula
la fibrosis, y regeneración de hepatocitos con formación de nódulos.
La fibrosis se debe a factores de crecimiento liberados por las células inflamatorias, las células de
Kupffer y los hepatocitos. Las células inflamatorias pueden formar parte del proceso patológico (p.
Ej., En là hepatitis) o reclutarse en respuesta a la necrosis hepatocitaria. Las células de tipo
miofibroblástico derivadas de las células de Ito, en las que normalmente se almacenan la grasa, son
las responsables de la síntesis de colágeno
. La mejor forma de clasificación de las cirrosis es por su etiología. Las principales causas de cirrosis
son entidades conocidas por su capacidad para producir necrosis hepatocitaria crónica, con fibrosis
y regeneración. En las primeras clasificaciones se describen dos tipos de cirrosis, según el tamaño
de los nódulos regenerativos; los nódulos de la cirrosis micronodular son pequeños, de hasta 3 mm;
los nódulos de la cirrosis macronodular son mayores de 3 mm, y llegan hasta los 2 cm. La cirrosis se
clasifica mejor según la causa de la lesión hepática Esta clasificación tiene poco significado clínico,
aunque existe cierta asociación inconstante con la etiología.
Causas de cirrosis
Frecuentes
hepatopatía alcoólica Criptogenética (no se encuentra ninguna causa pese a los análisis realizados)
Hepatitis crónica por virus de las hepatitis B y C
Infrecuentes
Hepatitis crónica autoinmune y CBP Obstrucción biliar primaria (cirrosis biliar) Fibrosis quística
Infrecuentes
En la práctica clínica la cirosis aparece de dos formas. Puede desarrollarse en pacientes sometidos
a observación médica por una hepatopatía crónica conocida (p. Ej., Hepatitis crónica o hepatopatía
alcohólica) o puede comenzar como enfermedad terminal, tras evolucionar de forma totalmente
subclínica.
Aumento de la trasudación del líquido por aumento de la presión hidrostática en las ramas de la
vena porta
2. Aumento de trasudación de líquido por disminución de la presión oncótica del plasma asociada a
hipo albuminemiahipoalbuminemia secundaria a disminución de la síntesis de albúmina por los
hepatocitos dañados ).
1. Retención de sodio y agua secundaria al estímulo de una retención renal anormal por
mecanismos desconocidos.
En la cirrosis se observa los signos de insuficiencia hepática crónica, lo que constituye un cuadro
clínico bastante estable. Pero es importante saber que los pacientes con insuficiencia hepática
crónica pueden sufrir un deterioro brusco de su estado que origine una insuficiencia hepática aguda.
Los principales factores de esta evolución son ingesta alcoólica importante, infecciones
intercurrentes, hemorragia gastrointestinal (p. Ej., Por varices esofágicas), trombosis venosa portal
y desarrollo de un carcinoma hepático.
La cirrosis biliar es la consecuencia de una obstrucción de larga duración de las vías biliares, que
provoca ictericia obstructiva, necrosis hepatocitaria y fibrosis con nódulos regenerativos.
Las principales causas son la cirrosis biliar primaria, la obstrucción no resuelta de las principales
vías biliares extrahepáticas, también denominada cirrosis biliar secundaria, y la colangitis
esclerosante. Al comenzar la obstrucción biliar se produce edema y expansión de los espacios porta
La cirrosis biliar primaria (CBP) se caracteriza por destrucción crónica de las vías biliares
intrahepáticas.
Su incidencia es diez veces mayor en mujeres que en hombres y es una causa importante de
hepatopatía crónica y cirrosis en mujeres mayores de 50 años.
Fosfatasa alcalina: niveles muy altos (que reflejan alteración de la vía biliar).
Bilirrubina: niveles moderadamente elevados (a pesar de los niveles altos de fosfatasa alcalina).
Inmunología: autoanticuerpos antimitocondriales (título> 1:40) en más del 90% de los casos.
Niveles elevados de IgM sérica.
TUMORES HEPÁTICOS
Los tumores hepáticos benignos pueden derivar de varios tipos de células Los tumores benignos
del hígado surgen a partir de varios tipos celulares. Muchos consideraron hamartomas más que
neoplasias. Los adenomas hepáticos son neoplasias verdaderas que aparecen en forma de nódulos
bien delimitados de hasta 20 cm de diámetro. Se forman en mujeres en edad reproductora y son
favorecidos por los anticonceptivos orales estrogénicos. Su aspecto histológico se parece mucho al
higado normal, salvo que no se observan estructuras portales. Estas lesiones originan problemas,
al poder romperse y causar una hemorragia intraabdominal. Los adenomas de las vías biliares son
Pulmón, mama, colon y estómago son las localizaciones primarias más frecuentes de las metástasis
hepáticas. Muchos otros tumores también metastatizan en el hígado, pero con menor frecuencia.
Es frecuente la afectación por tumores del sistema linforreticular, linfomas malignos y tumores
malignos de la médula ósea, leucemias Las masas tumorales hepáticas pequeñas apenas producen
manifestaciones clínicas, pero si son extensas comprimen los conductos biliares intrahepáticos y
provocan ictericia obstructiva en
Derivados del endotelio vascular, los angiosarcomas son extremadamente malignos que aparecen
en forma de nódulos hemorrágicos multifocales en el hígado. Hay que destacar que son raros, a
menos que haya existido exposición a thorotrast (un agente de contraste radiológico empleado
hasta los años 50),
cloruro de vinilo monomérico (habitualmente empleado en la industria del plástico para fabricar
CPV) arsénico (administrado antiguamente en ciertos «tónicos») o esteroides anabolizantes.
La afectación hepática por enfermedades sistémicas causa con bastante frecuencia hepatomegalia
o alteraciones de las pruebas de función hepática: Amiloidosis: el hígado puede verse afectado por
depósitos de una proteína anormal, el amiloide Sarcoidosis : el hígado es afectado a menudo por la
inflamación granulomatosa en la sarcoidosis sistémica La hematopoyesis extramedular se produce
en el hígado cuando hay desplazamiento de la médula ósea. Esto ocurre sobre todo en las
enfermedades mieloproliferativas Insuficiencia cardiaca Diabetes mellitus: hígado graso y depósitos
de glucógeno.
El trasplante de hígado es cada vez más usado para tratar hepatopatías crónicas, especialmente las
que han progresado a cirrosis. También se emplea para tratar casos de insuficiencia hepática
fulminante secundaria a necrosis hepatocitaria. Las complicaciones patológicas del trasplante son:
rechazo agudo, que afecta al 60% de los pacientes en las primeras semanas (tratable con es-
teroides), y rechazo crónico, que afecta al 15% de los pacientes durante el primer año. La
destrucción inmunológica de los conductos biliares intrahepáticos y la obliteración de los vasos
intrahepáticos conducen a una ictericia colostásica progresiva. Este rechazo no responde a la
inmunosupresión. La estenosis de las vías biliares en los lugares de anastomosis también puede
complicar el trasplante, y la recurrencia de la enfermedad es frecuente en las hepatitis B y C, y en la
cirrosis biliar primaria.
HEPATOPATÍAS INFANTILES
La atresia biliar es una causa de ictericia neonatal En la atresia biliar se produce una destrucción de
las vías biliares que provoca una ictericia grave del recién nacido. Existen dos tipos: Atresia
intrahepática, con ausencia de conductos dentro del hígado. Atresia extrahepática, en cual los
principales conductos extrahepáticos no son permeables. Se cree que estos síndromes son
secundarios a enfermedades inflamatorias intrauterinas, que también pueden producir hepatitis
neonatal, de la que nos ocupamos a continuación. La biopsia hepática muestra una llamativa
proliferación de pequeños conductos biliares en los bordes de los espacios porta. Los niños
afectados desarrollan una ictericia de gran intensidad. La atresia extrahepática puede tratarse con
técnicas de gran derivación quirúrgica. Los niños con enfermedad grave desarrollan ictericia
persistente y cirrosis biliar secundaria.
La hepatitis neonatal es una entidad clínica con muchas causas y que se manifiesta por ictericia
neonatal. Histológicamente existe lesión hepatocitaria, inflamación parenquimatosa y, en muchos
casos, transformación de los hepatocitos en células gigantes (la llamada hepatitis de células
gigantes). Sus principales causas son: Idiopática (no se encuentra ninguna causa), que representa
el 50% de los casos. Deficiencia de alantitripsina, responsable de un 30% de los casos.
Hepatitis viral.
A excepción de los casos asociados a atresia biliar primaria, que requieren una intervención
quirúrgica de derivación biliar, los niños con hepatitis neonatal suelen recuperarse por sí solos.
En la fibrosis quística los neonatos afectados pueden desarrollar ictericia obstructiva, debido al
bloqueo de las vías biliares por una bilis anormalmente viscosa. De los que llegan a la edad adulta,
un 10-15% desarrolla hepatopatía crónica. Es un tipo de cirrosis biliar secundaria debida a
obstrucción crónica de los conductos biliares por bilis viscosa.
Litiasis biliar
Los cálculos de la vesícula biliar y de las vías biliares (colelitiasis) son la causa más frecuente de
enfermedad del árbol biliar. Los cálculos se forman a partir de los componentes de la bilis, contienen
proporciones variables de colesterol, sales cálcicas (fosfatos, carbonatos) y bilirrubina (en forma de
bilirrubinato cálcico). Aunque se ha observado que la mayoría de los componentes tienen varios
componentes, se han definido dos tipos principales de cálculo según su componente principal:
cálculos de colesterol (80% de los casos) y cálculos pigmentarios (20% de los casos).
Los cálculos de colesterol son fomentados por cambios de la solubilidad del colesterol en la bilis
Aparecen cálculos de colesterol en el 20% de las mujeres y el 8% de los hombres, generalmente sin
problema original alguno. Se forman cuando la bilis está sobresaturada de colesterol y las sales
biliares son insuficientes para mantenerlo disuelto. En la mayoría de los casos no son evidentes las
razones de estos cambios.
La disminución de ácidos biliares en la bilis, producida por estrógenos o por pérdidas intestinales
excesivas debido a malabsorción por enfermedad de Crohn o fibrosis quística.
El aumento del colesterol en la bilis, producido por obesidad, sexo femenino y edad avanzada. La
Más del 70% de los cálculos biliares permanecen clínicamente silenciosos. Las principales
complicaciones clínicas de la colelitiasis se deben a la obstrucción del conducto biliar común por un
cálculo. La presencia de cálculos en los conductos biliares provoca hipertrofia muscular y
engrosamiento de la pared de la vesícula biliar (colecistopatía obstructiva). Los cálculos impactados
en el conducto quístico favorecen la inflamación de la vesícula biliar (colecistitis), que puede ser
aguda o crónica (véase más adelante), y los que se forman en los conductos biliares (coledocolitiasis)
favorecen la ictericia obstructiva, la colangitis y la pancreatitis aguda. Los cálculos de la vesícula
biliar predisponen al desarrollo de un carcinoma de la vesícula biliar
La inflamación aguda de la vesícula biliar origina dolor en el cuadrante superior derecho del
abdomen. La vesícula afectada está tumefacta, enrojecida y edematosa e, histológicamente,
presenta inflamación aguda de la pared, con ulceración epitelial focal. La mayoría de los casos se
asocian a cálculos biliares y a menudo el conducto cístico está obstruido por un cálculo. La
inflamación es precipitada por los efectos químicos de la bilis concentrada en la vesícula biliar, pero
puede producirse una infección secundaria por microorganismos intestinales como Escherichia coli.
La infección bacteriana primaría de la vesícula biliar, por ejemplo, por Salmonella, es rara. La
colecistitis aguda puede presentarse en pacientes gravemente enfermos en ausencia de cálculos
biliares, en esos casos se piensa en una diseminación septicémica de la infección. Entre las
complicaciones de la colecistitis aguda están la perforación intraabdominal (con aparición de una
peritonitis biliar) y la infección secundaria que, en casos graves, puede producir un comienzo en la
vesícula, cuya luz se llena de pus.
La colecistitis crónica se debe al efecto crónico de los cálculos biliares. Se produce engrosamiento
y fibrosis de la pared, con un infiltrado infamatorio variable de mucosa y submucosa. La patogenia
de la colecistitis crónica es probablemente multifactorial. Dado que muchas vesículas biliares
extirpadas muestran engrosamiento muscular y fibrosis sin alteraciones infamatorias, sería más
apropiado considerar esos casos como colecistopatía obstructiva. Otros casos se acompañan de
infamación crónica y pueden considerarse como colecistitis crónicas verdaderas. La aparición de la
enfermedad se ha relacionado con anomalías de la contractilidad vesicular (estimulada en presencia
de cálculos), con lesión química directa de la mucosa por la bilis, y con los efectos de episodios
repetidos de colecistitis aguda. Los cambios secundarios son una calcificación extensa de la pared
de la vesícula (vesícula biliar en porcelana) y el desarrollo de un mucocele de la vesícula biliar
La obstrucción del colédoco suele deberse a un cálculo biliar. Otras causas son el carcinoma del
páncreas, el carcinoma de la ampolla de Vater, estenosis fibrosas (a menudo post-operatorias) y el
carcinoma de las vías biliares (al que predispone la infamación crónica y la duela del hígado).
Macroscópicamente, los conductos biliares extra e intrahepáticos aparecen dilatados, signo clínico
de gran importancia que puede detectarse mediante ecografía. El hígado adquiere un color verdoso
y aumenta de tamaño. Dentro del hígado aparecen signos de colestasis extrahepática y puede
desarrollarse una cirrosis biliar secundaria. Una complicación importante es la infección secundaria,
que produce una colangitis ascendente que afecta a los conductos biliares intrahepáticos
La pancreatitis aguda es una causa importante de dolor abdominal intenso y forma parte del
diagnóstico diferencial del abdomen agudo. La infamación aguda intensa y la necrosis del páncreas
originan una liberación de potentes enzimas digestivas, que produce una extensa necrosis tisular
enzimática en la zona, especialmente necrosis grasa Los principales factores que predisponen la
pancreatitis han sido resumido en su patogenia en su muestra en le anexo
Pancreatitis aguda
Una complicación de la pancreatitis aguda es la conversión del páncreas necrótico en un quiste lleno
de líquido serohemático (seudoquiste pancreático). La mayoría de los pacientes con pancreatitis
aguda se recuperan clínicamente. En casos graves puede producirse peritonitis química y shock,
que puede predisponer a un SDRA
Pancreatitis aguda
Medicina de laboratorio
Albúmina sérica: disminución en casos graves, debido a pérdidas con el exudado inflamatorio.
Calcio sérico: disminución en casos graves, debido a depósito en la grasa necrótica y a las pérdidas
con el exudado.
. Fosfatasa alcalina: elevación ligera por edema y obstrucción de la desembocadura del colédoco.
Vasculares / hipopertusión
Aterosclerosis Hipotermia
Infecciones
Paperas
La pancreatitis crónica se debe a la inflamación crónica con fibrosis de la glándula. Las cuatro
características anatomopatológicas de la pancreatitis crónica son inflamación crónica persistente
cicatrización fibrosa, pérdida de elementos del parénquima pancreático y estenosis y ectasias de los
conductos, con formación de cálculos intrapancreáticos. Las principales enfermedades asociadas a
la pancreatitis. A pesar de su importancia en la pancreatitis aguda, los cálculos biliares no parecen
jugar un papel importante en la pancreatitis crónica. Los pacientes sufren ataques repetidos de
dolor abdominal y posteriormente desarrollan malabsorción diabetes mellitus, al destruirse el
parénquima pancreático. La pancreatitis crónica puede complicarse con episodios de pancreatitis
aguda.
En la fibrosis quística, un moco denso obstruye los conductos pancreáticos. La obstrucción provoca
dilatación ductal y atrofia de los acinos pancreáticos. Con el tiempo se destruyen las porciones
exocrina y endocrina del páncreas. Los pacientes padecen insuficiencia pancreática con
malabsorción y diabetes mellitus.
Alcoholismo crónico Representa la mayoría de los casos Se forman tapones de proteínas en los
conductos, que se pueden en conductos obstruyen, se inflaman y se fibrosan
Infrecuentes
TUMORES PANCREÁTICOS
Los tumores benignos del páncreas son raros. Los más frecuentes son los cistoadenomas, que son
masas biên delimitadas y formadas por múltiples cavidades quísticas revestidas de un epitelio
seroso o mucinoso
El carcinoma del páncreas es una de las causas más frecuentes de muerte por cáncer, con una
incidencia creciente en los países occidentales. Aunque se da sobre todo a partir de los 60 años, se
observan casos aislados en pacientes más jóvenes. El único factor ambiental claramente asociado
con el carcinoma del páncreas es el tabaco. Se ha especulado respecto a la participación de factores
dietéticos y carcinógenos químicos, pero no se han determinado riesgos concretos. Las mujeres
diabéticas presentan un mayor riesgo de carcinoma del páncreas.
La mayoría de los carcinomas del páncreas son adenocarcinomas. Su frecuencia varia en las
diferentes partes del mundo. Los carcinomas de la cabeza del páncreas deben producir
precozmente ictericia obstructiva; por ello, estos tumores suelen ser más pequeños en el momento
del diagnóstico que los de otras localizaciones. Histológicamente, la mayoría de los tumores son
adenocarcinomas estroma fibroso prominente. Se han descrito algunas variedades histológicas
menos frecuentes.
Hematógena, al hígado.
Ictericia obstructiva con dilatación palpable indolora de la vesícula biliar (signo de Courvoisier).
Tromboflebitis migratoria, que provoca múltiples trombosis en las venas superficiales y profundas
de las piernas (signo de Trousseau).
El carcinoma del pancreas se asocia a varios síndromes clínicos: El pronóstico del carcinoma del
páncreas es extremadamente malo. El 90% de los pacientes mueren antes de los 6 meses del
diagnóstico. A menudo se realiza cirugía paliativa para evitar la obstrucción de las vias biliares (lo
que alivia la ictericia) y del duodeno. Los tumores de los islotes, neoplasias derivadas de células
neuroendocrinas pancreáticas.