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5° AÑO LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

GUÍA DE TRABAJO N°9

OA 3: Relacionar situaciones de su vida con aspectos de una narración.

No olvides subrayar las ideas que te parezcan relevantes mientras lees. También
puedes tomar notas al margen del texto.

¿Te has sentido identificado alguna vez con una historia o un personaje de ficción?

A veces reconocemos en los textos situaciones vividas anteriormente, que fueron


relevantes y marcaron un momento importante por su intensidad o importancia.
Reconocer las relaciones entre tus propias experiencias y lo que lees te ayudará a
mejorar la comprensión del texto, ya que activa tu memoria y te atrae hacia los personajes
y/o a la historia.
Algunos puntos a considerar para realizar esta tarea:
→ No solo sirven tus propias experiencias para relacionar las situaciones de una
narración, sino también lo que observas a tu alrededor, lo que te rodea, las experiencias
de los demás. → Puede que los aspectos de tu vida no sean exactamente iguales a lo
que observas en una narración. Puede relacionarse en las causas de una acción, en sus
efectos o consecuencias, en las opiniones o intereses, en los valores, entre otros.

Observa el siguiente cómic y luego destaca el número cuyo texto responda a la


pregunta “¿De qué habla el gato en el texto?”

1. El
aumento del
negocio
tecnológico.

2. La
adicción al teléfono
celular.

3. La preocupación por la familia.


5° AÑO LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

¿Has vivido, escuchado o visto una situación similar? Descríbela:

Lee el siguiente texto y luego responde la pregunta asociada.


La madriguera abarrotada

Un conejo construyó una estupenda madriguera en la que vivía felizmente. Lo hizo tan
bien, que cuando llegaron unas grandes lluvias que inundaron prácticamente todo el
bosque y las casas de numerosos animales, la suya quedó a salvo. Pronto empezaron el
resto de animales a pedirle que les dejara pasar aquel invierno en su casa, uno detrás de
otro, hasta que la madriguera estaba totalmente llena y no cabía nadie más, pero al
conejo no le importó la incomodidad porque se sentía generoso.
Un día de primavera, cuando todos habían vuelto a rehacer sus casas, el conejo andaba
paseando tan despistado que no se dio cuenta de que un lince planeaba atraparle. Uno
de los animales que había vivido en casa del conejo le advirtió justo antes de ser cazado,
y le ofreció cobijo. El lince destrozó su casa, pero el conejo pudo escapar hasta llegar a
ocultarse en casa de otro de sus amigos. Así, durante todo un día, el lince persiguió al
conejo de cueva en cueva y de madriguera en madriguera, pero éste pudo salvarse
ayudado por todos aquellos a quienes había ofrecido cobijo, y aun por muchos otros que
estuvieron encantados de ayudarle.
Y se sintió enormemente feliz, no sólo de escapar del lince, sino de haber llegado a tener
tantos amigos gracias a su generosidad.

 “¿De qué trata el cuento?” Presta atención al título, a los personajes y a las acciones
que realizan.
 Enumera los 6 principales acontecimientos del texto. Guíate por el ejemplo:
1. Un conejo construyó una madriguera que era muy firme ante adversidades.

Responde las siguientes actividades:

¿Te has sentido alguna vez como Manolito? ¿Conoces a alguien que se siente así?
Relata brevemente la situación, sin exponer nombres ni lugares.
5° AÑO LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

Sara, la coja Sara


era coja de nacimiento. Hacía un año que había llegado al pueblo para vivir con su nueva
familia. Ella estaba muy contenta y muy feliz, aunque algunas noches tenía pesadillas,
pero nada que su nueva mamá no pudiera solucionar con sus abrazos y nanas.
Sin embargo, en el colegio los niños le hacían el vacío o se metían con ella. Nunca la
llamaban por su nombre, sino que utilizaban su discapacidad para insultarla.
En una semana Sara celebraría su cumpleaños. Eran pocos los niños que iban a acudir a
su fiesta y no porque ellos quisieran, sino porque sus padres les obligaban por su amistad
con la familia de Sara. Cuando llegó el día había caras tristes, excepto la de Sara. Pidió
permiso para hacer ella un regalo a todos los niños que habían asistido a su cumpleaños
antes de abrir ella sus paquetes.
Fue entonces cuando Sara quiso regalar a los niños su historia. Comenzó contando que
antes vivían en un bonito país llamado Siria. Que tenía muchos amigos y siempre estaban
jugando en la calle. Les explicó lo feliz que era allí. Pero un día empezaron a estallar
bombas y todos se prepararon para dejar sus casas en busca de una tierra en paz y que
les acogiera. Como ella era coja, un camión de la Cruz Roja la recogió un viernes por la
tarde para que no tuviera que andar tanto. Su familia y vecinos la seguirían en la mañana
siguiente. Sin embargo, nuevas bombas cayeron esa noche en el barrio y Sara nunca
más supo de ellos.
Sara sabía que su cojera le había salvado la vida y con cada balanceo de su cuerpo
recordaba a sus hermanos y viejos amigos, así como todo lo que suponía su antigua
tierra. Ser coja para ella siempre sería importante.
Desde ese día ningún niño volvió a llamarla coja ni a hacerle vacío. Todos se disculparon
con ella y aprendieron que ser diferente no sólo no es malo, sino que puede
enriquecernos a todos.

¿Qué aspecto en común tiene tu vida con alguna situación presente en el texto?
Explica la relación.
5° AÑO LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

GUÍA DE TRABAJO N°10

OA 3: Recomendar una narración leída

Piensa en el último dibujo animado nuevo que hayas visto: ¿lo recomendarías?
Fundamenta tu respuesta con al menos dos argumentos o razones

Lee el siguiente texto y luego responde la pregunta asociada.

El león y el mosquito
Esopo

Un león descansaba bajo la sombra de un frondoso árbol cuando un mosquito pasó


zumbando a su alrededor. Enfurecido, el león le dijo al mosquito:
—¿Cómo te atreves a acercarte tanto? Vete, o te destruiré con mis garras.
Sin embargo, el mosquito era muy jactancioso y conocía bien sus propias habilidades y
las ventajas de su diminuto tamaño.
—¡No te tengo miedo! —exclamó el mosquito—. Puedes ser mucho más fuerte que yo,
pero tus afilados dientes y garras no me harán el menor daño. Para comprobarlo, te
desafío a un combate.
En ese momento, el mosquito atacó al león picándolo en la nariz, las orejas y la cola. El
león, aún más enfurecido a causa del dolor, intentó atrapar al mosquito, pero terminó
lastimándose gravemente con sus garras.
Lleno de orgullo, el mosquito comenzó a volar sin mirar hacia a donde iba. Fue de esta
manera que tropezó con una telaraña y quedó atrapado entre los hilos de seda. Entonces,
se dijo entre lamentos:
– Qué triste es mi final; vencer al rey de todas las bestias y acabar devorado por una
insignificante araña.
Moraleja: Ninguna victoria dura para siempre.

¿Recomiendas a tus amigos la lectura de este cuento? Fundamenta tu respuesta


con al menos dos argumentos o razones.
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5° AÑO LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

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El cartero del otro mundo

Un día que Pedro Urdemales amaneció sin dinero en los bolsillos, se le ocurrió la
siguiente estratagema para hacerse de dinero. Se montó en un burro con la cara para
atrás y entró al pueblo gritando:
— ¡El cartero del otro mundo! ¿quién manda cartas para el cielo? ¿quién manda cartas
para el cielo?
—Muchos salieron a la bulla, pero nadie le encargaba nada, hasta que una mujer lo llamó
y le preguntó:
— ¿Usted viene del cielo?
— Si, señora, y luego me voy de regreso. Soy el cartero de San Pedro.
— ¡Quién lo hubiera sabido con tiempo para haberle escrito a mi marido, que se murió
hace un mes!
— Ya no hay tiempo de escribir, señora., porque ando apurado, pero si usted quiere
mandar a su marido plata, ropa y algunas cositas de comer, porque está muy pobre y muy
flaco, puede enviárselas conmigo.
— ¡Ay, cuánto le agradezco su buena voluntad! En un momentito voy a arreglarle un
paquete para que le lleve de todo.
Y efectivamente, poco rato después la mujer le entregaba un gran paquete con toda clase
de ropas de hombre, una gallina asada y doscientos pesos en buenos billetes, y le
encargaba que todo lo diera a su marido personalmente y que no olvidara decirle que
siempre lo tenía muy presente en sus oraciones para que Dios le aumentara la gloria.
Pedro se despidió de ella y siempre montado en el burro con la cabeza para atrás, se
alejó gritando:
— ¡Que se va el cartero!, ¿nadie manda cartas para el cielo? —Y en cuanto salió del
pueblo se montó como debía y apretó a correr a todo lo que daba el burro
Cuando se vio lejos, libre ya de cuidados y temores, se bajó de la cabalgadura y se
cambió la ropa vieja que llevaba puesta, por la que le había entregado la mujer, que
estaba como nueva, y se comió muy tranquilamente la gallina.
Con los doscientos pesos tuvo Pedro para mantenerse y divertirse algunos días.

¿Recomiendas a tus padres la lectura de este cuento? Fundamenta tu respuesta


con al menos dos argumentos.

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