Está en la página 1de 3

CASO RELATIVO A LA SOBERANÍA SOBRE PEDRA BRANCA/PULAU BATU

PUTEH, MIDDLE ROCKS Y SOUTH LEDGE (MALASIA/SINGAPUR) Fallo de 23


de mayo de 2008

La sentencia se emitió el 23 de mayo del año 2008, Este caso fue puesto a la
Corte por un mutuo acuerdo especial hecho en 2003 entre Malaisia y Singapur,
por el que sometían a la Corte una controversia sobre la soberanía de esos tres
islotes situados al este del estrecho de Singapur. La Corte decide en su sentencia
que la soberanía sobre el islote Pedra Branca/Pulau Batu Puteh pertenece a
Singapur, que Middle Rocks pertenece a Malaisia y que la soberanía sobre South
Ledge debe determinarse tras la delimitación de los espacios marinos de las
partes. La sentencia se ocupa extensamente de determinar la soberanía sobre
Pedra Branca/Pulau Batu Puteh, y esencialmente resuelve que históricamente no
era terra nullius y que el Sultanato de Johor poseía un título original sobre el islote,
pero que luego se produce una transferencia de soberanía a Singapur en la que
una carta de respuesta de 21 de septiembre de 1953 del entonces Secretario de
Estado en funciones del Sultanato de Johor sobre la condición del Pedra
Branca/Pulau Batu Puteh (“the Johore Government [did] not claim ownership of
Pedra Branca”) juega un papel esencial según la Corte. Aunque la mayoría por la
que se decide la soberanía de Singapur sobre Pedra Branca/Pulau Batu Puteh es
amplia (12 votos a favor contra), la decisión no deja de ser controvertida, como se
pone de manifiesto en las opiniones disidentes de los jueces Simma y Abraham, y
del juez ad hoc Dugard. Los jueces Simma y Abraham no están convencidos de la
validez de la transferencia de soberanía a Singapur operada por la carta del
Secretario de Estado en funciones del Sultanato de Johor de 21 de septiembre de
1953 y ponen el acento en la falta de elección entre acuerdo tácito y aquiescencia
para determinar el fundamento del título de soberanía, así como en el
incumplimiento de los requisitos necesarios para una transferencia de soberanía a
falta de una acuerdo expreso entre las partes. El juez temporal John Dugard
tampoco estuvo de acuerdo con la concesión de soberanía de Singapur sobre la
isla de Pedra Branca/Pulau Batu Pute, y señaló que la mayoría del tribunal falló
sobre la base de la equidad, no del derecho internacional.
CAZA DE LA BALLENA EN EL ANTÁRTICO (AUSTRALIA c. JAPÓN)
[DECLARACIÓN DE INTERVENCIÓN DE NUEVA ZELANDIA]

El 31 de mayo de 2010, Australia presentó una demanda contra Japón,


alegando que el gobierno japonés había llevado a cabo un importante programa
ballenero bajo el pretexto de la segunda fase del programa de investigación
ballenero antártico de Japón con un permiso especial del JARPA II. Para Australia,
este comportamiento constituye un incumplimiento de las obligaciones de Japón
en virtud de la ICRW, así como de otras obligaciones internacionales para
proteger a los mamíferos marinos y el medio ambiente marino, como se analiza
más adelante.

Al presentar la solicitud, Australia invocó el Artículo 36(2) del Estatuto de la Corte


Internacional de Justicia como base para la jurisdicción de la Corte Internacional
de Justicia, ya que tanto Australia el 22 de marzo de 2002 como Japón el 9 de julio
de 2007 anunciaron que lo reconocería. como vinculante, ipso-fakto y sin convenio
especial, la jurisdicción de la Corte para todas las controversias de naturaleza
jurídica derivadas de la referida norma. La demanda se presentó correctamente
tanto en relación con los procedimientos de la CIJ como con las disposiciones del
marco institucional de la Comisión Ballenera Internacional y la Convención
Ballenera Internacional.

Después de que los plazos para presentar el memorial de Australia y la


reconvención de Japón se fijaron y presentaron dentro de los plazos prescritos, el
12 de septiembre de 2012, Nueva Zelanda solicitó a la CIJ copias de los reclamos
presentados y los documentos de respaldo de conformidad con las
reglamentaciones. Artículo 53 párrafo 1 del Estatuto de la Corte Internacional de
Justicia.

Posteriormente, el 20 de noviembre de 2012, Nueva Zelanda presentó una


declaración de intervención en el Registro de la CIJ como no interviniente en el
procedimiento, invocando las disposiciones del Artículo 63(2) de la Carta. Esa
solicitud de Nueva Zelanda incluía presentaciones de las partes, pero ninguna de
ellas objetó la intervención, por lo que la CIJ la admitió el 6 de febrero de 2013 sin
necesidad de un procedimiento para determinar la admisibilidad o inadmisibilidad
de la declaración de intervención de Nueva Zelanda. .
Tras el cumplimiento de los plazos procesales fijados, las audiencias públicas para
escuchar los argumentos orales y las réplicas ante la CIJ fueron llevadas a cabo
entre el 26 de junio y el 16 de julio de 2013. Finalmente, como se ha mencionado,
el 31 de marzo de 201 la CIJ dictó sentencia, que se centró en dos aspectos
básicamente: por una parte, se dedicó muy brevemente a lo concerniente a la
impugnación de jurisdicción, que fue descartada por la CIJ, y, por otra parte, se
concentró de manera extensa y detallada al alcance jurídico del artículo VIII ICRW
frente al programa JARPA II. La CIJ sentenció que el JARPA II no se ajusta a lo
establecido en el artículo VIII, la CIJ procede a analizar los alegatos de Australia
en virtud de la presunta violación de lo establecido en el parágrafo 7(a) y (b) del
anexo por parte de Japón, por cazar ballenas en el Santuario del Océano Austral.
En ese sentido, la CIJ considera que toda la caza de ballenas que no esté de
conformidad con el artículo VIII de la Convención (salvo la caza de ballenas de
subsistencia realizada por aborígenes) está sujeta al párrafo 7(b) del anexo. De
ello se deduce que Japón no ha actuado de conformidad con sus obligaciones en
virtud del parágrafo 7(b) en cada una de las fases del JARPA II, puesto que cazó
ballenas en esa zona protegida.

En ese orden de ideas, la CIJ falla a favor de las medidas propuestas por
Australia, ante lo cual Japón deberá: “a) abstenerse de autorizar o implementar
cualquier permiso especial de caza de ballenas que no sea para efectos de
investigación científica en el sentido del artículo VIII; b) cesar con efecto inmediato
la aplicación del JARPA II; y c) revocar cualquier autorización, permiso o licencia
que permite la implementación del JARPA II”.  

También podría gustarte