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BULLYING LGBT EN SECUNDARIA: ATENCIÓN ESTUDIANTIL DESDE

LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA

Antecedentes:

El bullying es el abuso, maltrato o violencia física, verbal, gesticular y/o tecnológica


entre iguales que tiene lugar en el entorno escolar, por uno o varios agresores/as hacia
otro compañero/a, que se producen de forma repetida e intencionada, y que atentan
contra la integridad física, material o emocional de las víctimas (Vega, 2013; Olweus,
1998).

En referencia a las víctimas, diversos autores ponen de manifiesto que estas suelen
presentar dificultades para hacer frente, por sus propios medios, a dichas situaciones
de violencia o abuso. Asimismo, también destacan los importantes efectos negativos
que dichas situaciones producen en las víctimas.

Destacando principalmente: una baja autoestima, cuadros de ansiedad y/o depresivos,


dificultades de aprendizaje e integración escolar, riesgo de suicidio, fracaso y/o
deserción escolar (Serrate, 2007; Cobo & Tello, 2010; Moratto, Cárdenas & Berbesí,
2012).

En la existencia de este tipo de actos o actitudes, tal y como señalan autores como
Agustín (2009), existen ciertos factores que resultan clave, especialmente: el clima de
convivencia en el centro, las características sociodemográficas y contextuales del
alumnado, la orientación pedagógica del centro educativo y la existencia de vías y/o
protocolos de prevención e intervención ante este tipo de situaciones.

Por otro lado, cabe destacar que autores como Gualdi (2008) señalan que las
principales causas por las que los agresores hacen uso del bullying derivan de la
presencia de determinados rasgos (físicos, del lenguaje y/o comportamentales), así
como de la pertenencia a determinadas comunidades minoritarias y/o grupos
socialmente estigmatizados, entre los que se encuentran las personas lesbianas, gays,
transexuales, bisexuales e intersexuales (LGBT).

Producto de la homofobia, en el entorno escolar se ejerce violencia psicológica, verbal y


física entre iguales hacia personas LGBT e incluso heterosexuales (que no comparten
el perfil heteronormativo). Esto se manifiesta como medio de condena a
comportamientos o actitudes que difieren del modelo heterocentrista (Gualdi et al.,
2008; Samaniego & Bermúdez, 2015; García, 2015). Este tipo de situaciones se
denomina bullying homofóbico, el cual refiere, tal y como señala Agustín (2009) a:

“Cualquier tipo de agresión verbal, física o social entre estudiantes que: bien está
destinada a atacar a determinadas personas por su orientación sexual real o percibida
o la de algún familiar o amigo de la víctima. O bien se produce con otra motivación (por
ejemplo: aumentar el estatus en el grupo), pero se ampara en la supuesta orientación
sexual de la víctima por considerarla especialmente vulnerable. (p. 83).”

También añade que se caracteriza por “la intención de hacer daño (físico o psicológico),
la reiteración de las conductas y el desequilibrio de poder que hace a la víctima
impotente para salir de esa situación por sí sola” (Agustín, 2009, p. 83).

Por otro lado, cabe señalar que el bullying homofóbico se caracteriza por ciertos rasgos
distintivos con el resto de tipologías de acoso escolar entre iguales, destacando
especialmente:

La existencia de lenguaje homofóbico con gran calado.

La exclusión par parte de ciertos colectivos/grupos a las personas LGBT.


La invisibilidad de la diversidad sexual en las aulas y/o la falta de una orientación
definida en la adolescencia por parte de algunos menores.

La existencia de mitos y estereotipos socialmente aceptados respecto a las


personas LGBT.

El hecho de que el entorno social y/o familiar desconozca la orientación sexual


de la víctima.

El posible calado de la LGBT-fobia en el profesorado, equipo directivo del centro,


la familia del menor y/o el propio alumnado.

La posible existencia de contenidos LGBT-fóbicos en los currículums


académicos y/o explicaciones del profesorado.

La interiorización de la LGBT-fobia en las víctimas y el temor a denunciar los


hechos como vía de evidencia de la propia orientación sexual oculta.

La transferencia del estigma a los compañeros que defienden a quienes son


objeto de bullying.

La inexistencia de referentes de ayuda entre la población LGBT.

El temor de las víctimas a ser rechazadas por el profesorado.

(Gualdi et al., 2008; Samaniego & Bermúdez, 2015; Birkett, Espelage & Koenig, 2009;
Mooij, 2015; Kolbertet al., 2015; García, 2015; Martxueta & Etxeberría, 2014; Poteat &
Espelage, 2005).
Otro aspecto importante a la hora de abordar el bullying homofóbico es el referente al
perfil tanto de las víctimas como de los agresores. Estudios, como los realizados por
Gualdi et al. (2008), Martxueta y Etxeberría (2014), De Souza, Pereira y Ferro (2015) o
Antonio, Pinto, Pereira, Farcos y Moleiro (2012), señalan que a pesar de que se
produce tanto por hombres como por mujeres, este tipo de actitudes poseen un mayor
calado en el estudiantado masculino.

También se observa que son los gays en mayor medida objeto de ataques y/o
hostigamiento por parte de sus compañeros/as. Asimismo, se observa que la violencia
verbal y la psicológica son las vías más frecuentes a través de las cuales se materializa
este tipo de bullying (Antonio, Pinto, Pereira, Farcos & Moleiro, 2012; De Souza, Pereira
& Ferro, 2015; Gualdi et al., 2008; D´Augelli, Pilkington & Hershberger, 2002).

Por otra parte, cabe señalar que, al igual que indican los estudios referentes al bullying
a nivel general, este tipo de hostigamiento/ violencia se caracteriza por derivar en
distintas consecuencias en las víctimas tales como depresión, ansiedad, peor auto
concepto o baja autoestima, así como empeoramiento del rendimiento académico,
fracaso y/o deserción escolar y también mayor riesgo de suicidio.

Bastida (2012) señala que el bullying homofóbico es una realidad en las escuelas
mexicanas. Así realiza un análisis de distintas publicaciones en periódicos que
evidencian cinco casos concretos en la Ciudad de México, Aguascalientes y Tabasco.
Por otro lado, el Informe Nacional sobre Violencia de Género en la Educación Básica en
México (México, 2009) indica que la Secretaría de Educación Pública (SEP) evidenció
que el 22% del estudiantado de Educación Básica se identifica como agresores de
bullying homofóbico.
Asimismo, Granados Cosme y Delgado Sánchez (2008), mediante entrevistas a una
muestra de 19 homosexuales de una primaria de la Ciudad de México, observaron
manifestaciones de violencia verbal: burlas, acoso y agresiones físicas, las cuales se
producían principalmente por la forma de hablar de las víctimas y/o por ser identificadas
como afeminados.

También destaca que las víctimas reconocen la existencia de consecuencias derivadas


de esta situación tales como sentimientos de culpa, autor rechazó, tristeza, aislamiento,
depresión e ideas o intentos de suicidio. Del mismo modo, Lozano (2014), mediante un
estudio cualitativo realizado mediante entrevistas a profundidad a 15 hombres gay de la
Ciudad de México, observó que toda la muestra manifestaba haber sufrido bullying
mediante violencia verbal y asilamiento en su etapa formativa (especialmente por
relacionarse con chicas) y que este tuvo efectos negativos en su vida.

También Quintanilla, Sánchez Loyo, Correa Márquez y Luna Flores (2015), a través de
una investigación cualitativa, en el que participaron siete hombres gays, se evidenció la
existencia de pensamientos suicidas entre las víctimas. Cáceres (2011) en otro estudio
realizado con 112 estudiantes de la Ciudad de México observó que el 88.39%
manifestaba haber escuchado insultos homofóbicos, el 58.42% utilizó expresiones
homofóbicas en la escuela y el 50.89% se identificaba como víctima de bullying con
expresiones homofóbicas (entre los cuales se encontraban heterosexuales). Asimismo,
List (2015) evidenció que en una muestra de 148 estudiantes universitarios el 19.59%
indicaba haber presenciado situaciones de bullying homofóbico entre sus
compañeros/as.

Finalmente, también cabe destacar que existen diversos estudios que analizan el
calado de las actitudes homófonas, tanto en el estudiantado preuniversitario como en el
universitario (Lozano, 2009; Moral de la Rubia & Martínez Salvarán, 2010; 2011; Moral
de la Rubia & Valle de la O, 2011; Delgado & Young, 2012)
Justificación:

El bullying homofóbico tiene un impacto significativo en la asistencia, deserción escolar,


rendimiento y éxito académico. (UNESCO, 2013.)

La gráfica a continuación, permite ver la forma como el bullying cercena el derecho a la


educación. Ruíz (2009), hace referencia a un trabajo realizado por Reis (1999) para la
“Safer Schools Coalition of Washington State”. Reis, investigó a la población LGBT
(lesbiana, gay, bisexual, transexual) desde el jardín de infancia a decimosegundo
grado.

Observó que entre quienes sufrían bullying homofóbico unas tres cuartas partes
evitaban áreas del centro educativo; dos tercios tenía dificultades para prestar atención
en clase; un tercio tenía peores calificaciones; una sexta parte cambiaba de escuela y
un porcentaje idéntico abandonaba la escuela.
El bullying homofóbico, entendido como un tipo específico de violencia escolar que se
dirige hacia personas por su orientación sexual y/o identidad de género, percibida o
real, no tiene aún un cabal reconocimiento entre los miembros de las comunidades
escolares de los países de América Latina y el Caribe.

Es necesario visibilizar las diversas formas del bullying homofóbico, para que quienes
trabajan en el sector educativo comprendan mejor su impacto y generen estrategias
integrales para lograr su erradicación.

La insuficiente comprensión acerca de los problemas que el bullying homofóbico


acarrea entre las personas que ven vulnerados sus derechos a la diferencia y al
respeto, trae consigo posiciones miopes o tolerantes que no permiten atajar las
consecuencias y riesgos que éstas desencadenan ni dan la oportunidad a los miembros
de la comunidad educativa de abordar el problema adecuadamente; esto es,
replanteando antivalores y atavismos culturales que generan violencia y discriminación
para buscar una convivencia incluyente que garantice el respeto a los derechos de
todas las personas, y permitan su desarrollo sin ser aquejadas por el acoso, la
persecución y el estigma.

Entre los diversos factores que pueden identificarse como obstáculo para que la
comunidad educativa haga frente al bullying homofóbico se encuentra la insuficiente
comprensión del problema entre docentes, autoridades y otros miembros de dicha
comunidad.

El manejo y prevención del bullying debe considerar que en este problema están
involucrados diversos actores: quienes agreden, los agredidos, quienes presencian y
son testigos de los hechos y, quienes permanecen apáticos.
En tal contexto, el papel que desempeñan los estamentos directivos, docentes y
administrativos es decisivo, bien sea para fomentar el bullying o para desterrarlo, y toda
acción para enfrentar el bullying homofóbico debe incluir a todos los grupos de la
comunidad educativa.

Las instituciones del sector educativo formal tienen que llevar a cabo una doble tarea.
Por una parte, revisar y exponer sus mecanismos que reproducen muchos de los
prejuicios, mitos y actitudes hacia las alternativas sexo genérica, y por otro, realizar
acciones propositivas para eliminar la discriminación y el bullying homofóbico, y generar
espacios libres de todo tipo de violencia.

En tal sentido, se deben considerar situaciones como las siguientes:

 Existe desinformación respecto a sexualidad, género, orientación sexual e


identidad de género, lo cual genera mitos, prejuicios e ideas erróneas.

 Es frecuente encontrar actitudes negativas y de resistencia frente a la diversidad


del alumnado y del profesorado, que incluye específicamente todas las formas
de homofobia, lesbofobia, transfobia y sexismo.

 Persiste una doble moral que genera ambivalencias en torno a la sexualidad.

 Es necesario promover una valoración positiva de las diferentes formas de


expresión del deseo y la identidad, así como todos los valores igualitarios y de
libertad asociados con la democracia como forma de vida, y la convivencia
pacífica basada en el respeto a los derechos humanos.

Es importante desarrollar acciones que permitan:

 Informar y sensibilizar acerca del problema del bullying homofóbico desde una
perspectiva de los derechos humanos, buscando generar las condiciones de
respeto a los mismos y sensibilizar a la comunidad sobre las causas y efectos de
este bullying.

 Apoyar acciones tendientes a conocer el estado que guarda cada institución


educativa en cuanto al bullying homofóbico, tomando en cuenta que este tipo de
violencia siempre está rodeado de la clandestinidad, que las víctimas rara vez lo
denuncian y que los testigos suelen ocultar que lo son. Asimismo, las acciones
del bullying, en ocasiones, son tomadas por la comunidad como “normales”, por
lo que pueden no ser consideradas especialmente inadecuadas y las
consecuencias del acoso pueden considerarse por la propia comunidad como no
tan negativas.

Planteamiento del problema:

El bullying es un fenómeno psicosocial complejo que supone que un alumno/a sufre


conductas violentas de carácter físico, verbal, social o psicológico este comportamiento
se mantiene en el tiempo y se lleva a cabo de manera recurrente (Garaigordobil, 2013).

El bullying y cyberbullying son problemáticas de carácter nacional e internacional. En


los últimos años se puede observar que los comportamientos agresivos entre iguales se
han incrementado en países de Latinoamérica. Los esfuerzos de prevención e
intervención de la intimidación deben centrarse en reducir los porcentajes de víctimas y
perpetradores/as.

Existen pocos estudios que exploran la prevalencia del Bullying y Cyberbullying en


ciudadanos de Latinoamérica, y menos el bullying LGBT fóbico, por ello, es importante:

1. Obtener la prevalencia del bullying y cyberbullying en los/las adolescentes de


México de 13 a 17 años (3º y 4º Educación Secundaria), y complementariamente
la prevalencia del bullying/cyberbullying LGBT fóbico.
2. Identificar las actitudes de los/las adolescentes frente a la diversidad sexual
(conocimiento que tienen de las personas LGBT, conductas agresivas frente a la
diversidad sexual, opinión sobre el trato que se da a las personas LGBT,
actitudes ante las personas LGBT, percepción de las actitudes que tiene la
familia, la escuela y la sociedad frente a los/las adolescentes LGBT.

3. Explorar si existen diferencias en los efectos que tienen el bullying/cyberbullying


en la salud mental (depresión, ansiedad social, sensibilidad interpersonal,
somatización…) comparando los síntomas en víctimas y agresores no-
heterosexuales y heterosexuales.

Tratar el bullying homofóbico como parte del acoso en general lo invisibiliza e impide
que se pueda trabajar en su prevención de una manera correcta. La persona agredida,
en numerosas ocasiones es invisible y desea seguir siéndolo. Descubrir el bullying
homofóbico es señalar el motivo, y esto, en una cultura homofóbica, puede
desencadenar peores consecuencias.

El bullying homofóbico se produce en mayor o menor medida en todos los centros


escolares. Sin embargo, rara vez se habla de ello, se toman medidas contra él y se
estudia esta cuestión. El bullying homofóbico es un problema estructural que no se
refiere a situaciones aisladas y que tiene la suficiente importancia para que no se
descuide.

Por tales motivos, su abordaje, como propone UNESCO, se sitúa en la prevención y en


la obtención de un ambiente de aprendizaje protegido para todos los escolares, incluso
para los que ejercen el bullying (en adelante, bullies) pues nuestro papel como
docentes no es juzgar a las personas sino ayudarlas a vivir mejor.
El bullying homofóbico: es un tipo específico de violencia, común en el contexto escolar,
que se dirige hacia personas por su orientación sexual y/o identidad de género,
percibida o real.

Para algunas personas el uso del adjetivo calificativo de homofóbico puede ser algo
similar a un apellido. Ante esta confusión, es necesario dejar claro que se trata de una
forma de bullying que tiene raíces en la homofobia y que, al ser así, requiere un análisis
más profundo, un abordaje más complejo y una aproximación desde los derechos
humanos, la salud sexual y la educación integral de la sexualidad (EIS).

Es pertinente señalar que, aunque hay características comunes entre el bullying general
y el de tipo homofóbico, existen diferencias sustantivas que nos llevan a considerar a
este último como un tipo específico de violencia escolar. Platero y Gómez (2007), citado
por Salinas, H. lo expresa de la siguiente manera:

“Con los términos acoso escolar homofóbico o bullying homofóbico nos referimos a
aquellos comportamientos violentos por los que un alumno o alumna se expone y/o
queda expuesto repetidamente a la exclusión, aislamiento, amenaza, insultos y
agresiones por parte de sus iguales, una o varias personas que están en su entorno
más próximo, en una relación desigual de poder, donde los agresores o “bullies” se
sirven de la homofobia, el sexismo, y los valores asociados al heterosexismo.

La victima será́ descalificada y deshumanizada, y en general, no podrá́ salir por sí sola
de esta situación, en la que se incluye tanto a jóvenes gays, lesbianas, transexuales y
bisexuales, pero también a cualquier persona que sea percibida o representada fuera
de los patrones de género más normativos”.
Ante la complejidad de abordar el tema del bullying homofóbico con personal docente y
con autoridades del sector educativo, se debe propiciar la interacción de un conjunto
dinámico de conocimientos, valores, habilidades, actitudes y principios que se vayan
estructurando desde la realidad del sujeto o grupo participante.

En este proceso están involucradas las emociones, la revisión de valores, la adquisición


de conocimientos, el desarrollo de habilidades y la aplicación de lo aprendido en
contextos reales. Por tal motivo, para los talleres de sensibilización se requiere una
metodología activa para promover procesos individuales y grupales de aprendizaje a
partir de experiencias directas.

Esta metodología se fundamenta en el aprendizaje significativo, propuesto por la


corriente constructivista, que conlleva el desarrollo de competencias de tipo cognitivo,
procedimental y actitudinal.

De esta manera, el significado del aprendizaje se relaciona con experiencias previas de


los participantes y tiene el potencial de modificar sus actitudes y relaciones. Es un
aprendizaje que reflexiona sobre el hacer incorporando en el análisis nueva información
y llevando las conclusiones hacia nuevas formas de actuar.

“En ocasiones, implicará poner en crisis el sistema de creencias de los participantes, en


particular los prejuicios y estereotipos relacionados con la homofobia, la transfobia y el
género. En todo momento, los principios éticos que subyacen en los derechos humanos
será un referente fuerte para orientar el análisis y la búsqueda de soluciones”.
El bullying homofóbico o la violencia escolar homofóbica, es un tema que algunos
centros escolares no incluyen en sus discusiones, lo que puede reforzar tales
conductas en el ambiente escolar.

La homofobia en las escuelas puede estar en la base de un gran número de las


situaciones de persecución, de muchas más de las que podríamos imaginar en un
principio. El bullying homofóbico es visto, en muchos casos, como un fenómeno sin
importancia.

Se trata de un comportamiento que, al estar tan enraizado en la sociedad y ser tan


cotidiano, pasa desapercibido en la mayoría de los casos. Por lo tanto, es necesario
reconocer que el bullying vulnera los derechos humanos de los y las estudiantes.

Las manifestaciones discriminatorias de carácter homofóbico tienen como


consecuencia la negación de derechos. Al mismo tiempo se generan condiciones que
propician actos violentos que ponen en riesgo la integridad física y mental de la
población LGBT.

La homofobia es un tema de derechos humanos y de no atenderse bajo esta


perspectiva, pone en riesgo “el sistema de libertades, la integridad y la protección de los
derechos humanos de las personas de dicha población” (Informe especial sobre
violaciones a los derechos humanos y delitos cometidos por homofobia).

El bullying homofóbico en los centros educativos afecta el bienestar y la salud de los


estudiantes, hace del espacio escolar un entorno inseguro, afecta el desempeño
académico e impulsa la deserción escolar, menoscabando el derecho a la educación y
otros muchos derechos como son el derecho a la vida y a la libre expresión.
No es aceptable decir que el sector educativo está cumpliendo su función cuando el
bullying homofóbico no está siendo abordado. Nuestros países tienen el compromiso de
tutelar el derecho universal a la educación y de implementar todas las medidas
necesarias para hacer efectivo el de una educación para todos. Dichas medidas se
relacionan con el acceso, la calidad y el ambiente de aprendizaje; el bullying
homofóbico las debilita a las tres.

Referencias

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