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¿Teletrabajo o trabajo remoto?

Como consecuencia de la emergencia sanitaria y el aislamiento social obligatorio en los que nos
encontramos, el gobierno ha venido implementando diversas iniciativas que promuevan la reactivación
económica de las empresas y la continuidad laboral de sus trabajadores. Sin embargo, muchas de las normas
publicadas por el gobierno no necesariamente han sido bien comunicadas y particularmente en el ámbito
laboral se han presentado muchas confusiones al respecto que pueden originar una mala interpretación y
por ende contingencias a futuro.

En ese sentido, se hace necesario marcar la diferencia entre el Teletrabajo y la figura del trabajo remoto,
pues si bien son modalidades de trabajo similares, distan mucho una de otra respecto a las formalidades y
requisitos para su aplicación.

Teletrabajo.- esta modalidad especial de prestación de servicios se encuentra regulado desde hace algunos
años en nuestro ordenamiento legal, sin embargo, por desconocimiento y/o falta de practicidad en su
aplicación, no ha sido muy utilizado por los empleadores peruanos. Esta modalidad de prestación de
servicios permite la ejecución de las labores del “teletrabajador” sin la necesidad de la presencia física en
la empresa para la cual labora., empleando medios de comunicación tecnológicos y/o análogos (microsoft
teams, skype, zoom, whatsapp, por e-mail o por teléfono, por ejemplo).

Los equipos y materiales son otorgados por el empleador y la empresa deberá compensar al colaborador la
totalidad de los gastos vinculados al cumplimiento de sus funciones (internet, luz, etc.)

No afecta la naturaleza del vínculo laboral pero le genera al empleador la obligación de garantizar y
supervisar el cumplimiento de la normativa vigente en cuanto a la seguridad y salud en el trabajo, protección
y confidencialidad de datos, a su vez, su implementación requiere un acuerdo entre las partes (convenios,
adendas, etc.), durante el tiempo que las partes consideren pertinente.

Trabajo remoto.- modalidad de trabajo excepcional que aparece a raíz de la emergencia sanitaria y actual
coyuntura nacional de aislamiento obligatorio, la cual consiste en la ejecución de labores del trabajador
desde su domicilio o el lugar de aislamiento domiciliario, a través de medios de comunicación tecnológicos,
análogos u otros, muy similar al teletrabajo.

Los equipos y materiales para la ejecución de las labores, pueden ser otorgados por el empleador, por el
mismo trabajador, o de manera compartida, según lo que acuerden las partes.

En esta modalidad de prestación de servicios excepcional, no existe la obligación del empleador de


compensar al trabajador por los recursos que el trabajador emplee, pues primará lo que acuerden las partes.

Asimismo, a diferencia del teletrabajo, en el trabajo remoto bastará la comunicación del empleador en la
que deje constancia que el lugar de prestación de servicios del trabajador ha variado, así como la obligación
de sólo recomendar y sugerir aspectos de seguridad y salud en el trabajo, pues no está contemplado la
supervisión e implementación de medidas de SST, como si ocurre en el teletrabajo, esto a raíz del
aislamiento social obligatorio lo cual hace poco factible la supervisión del empleador en este aspecto.

Cabe indicar que la figura del trabajo remoto es una medida temporal y que probablemente no se extenderá
en el tiempo, pues una vez levantado el aislamiento social obligatorio es muy probable que el trabajo remoto
pierda eficacia, y las empresas peruanas vuelvan a mirar al teletrabajo como la modalidad de prestación de
servicios a futuro.

Actualmente el ejecutivo se encuentra trabajando en la modificación de la ley del teletrabajo y su


reglamento, para que su aplicación sea más atractiva y flexible para los empleadores.

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