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MÓDULO II
Modelos constitutivos
Modelo Mohr-Coulomb
Modelo Hardening-Soil
Alumno/a jaume REITEC RIBES j.ribes@reitec.cat 2 abril, 2020
Curso de Diseño y Cálculo de Contenciones
Durante el desarrollo del presente curso se tratará de exponer las tipologías más habituales de
muros de contención de tierras, así como la diferente metodología de cálculo de los mismos.
En la fase de cálculo y dimensionamiento es necesario determinar los empujes que la masa de
terreno contenida generará sobre la estructura, lo cual se abordará en un módulo específico,
pero para ello es necesario previamente asignar al suelo unas características intrínsecas, así
como su comportamiento tensodeformacional como medio continuo que permitan avanzar en
el desarrollo del problema.
Así, mediante una correcta caracterización paramétrica del suelo se pueden plantear ciertos
procedimientos numéricos que proporcionan una herramienta para simular y predecir el
comportamiento tensodeformacional de los suelos. Dichos procedimientos, son denominados
modelos constitutivos del suelo (o del macizo rocoso) y su formulación involucra a un conjunto
de parámetros que, mediante la aplicación de un conjunto de relaciones matemáticas, intentan
describir y representar de manera aproximada el comportamiento tensodeformacional de los
materiales. Cuando se habla de comportamiento tensodeformacional de un suelo, se está
aludiendo a cómo éste transmite y desarrolla, a través de su estructura, un determinado cambio
en sus condiciones iniciales. Por tanto, y en resumen, se intenta relacionar entre si las tensiones
producidas en su estructura, a la vez que reproducir las deformaciones asociadas a las mismas.
Esto, sumado a que la realidad de obras y proyectos sufre en la mayoría de los casos de una
información geotécnica bastante limitada, hace que la aplicabilidad de ciertos modelos
constitutivos en lo referente a su dificultad matemática o a la obtención de ciertos parámetros
necesarios en su formulación, sea cuanto menos complicada.
Por ello, el interés se centra en el estudio de la rotura o deformación de los suelos por
deslizamiento relativo o rodadura entre partículas, que macroscópicamente se traduce en
deformaciones de corte. Por ello, cuando se habla de resistencia de los suelos, se entiende
implícitamente "resistencia al corte".
Los primeros estudios relacionados con la resistencia de los suelos fueron realizados por
Coulomb, que en el año 1773 planteó a partir de observaciones reales, que las tierras situadas
tras un muro de contención que vuelca se rompen por deslizamiento a lo largo de una superficie
plana e inclinada.
Para evaluar la resistencia al deslizamiento a lo largo de este plano, Coulomb partió del hecho
experimental de que el deslizamiento entre dos cuerpos sólidos se produce cuando la fuerza
tangencial entre ellos alcanza un valor, Tr, proporcional a la fuerza normal, N, siendo la
constante de proporcionalidad el denominado coeficiente de rozamiento entre ambas
superficies, µr:
𝑇𝑟 = 𝜇𝑟 · 𝑁
Coulomb admitió que los suelos fallan por esfuerzo cortante a lo largo de planos de
deslizamiento y que esencialmente, el mismo mecanismo de fricción mencionado anteriormente
rige la resistencia al esfuerzo cortante en algunos tipos de suelos. De este modo, para suelos
no cohesivos la resistencia al corte viene dada por 𝜏 = 𝜎 · tan 𝜑 donde φ corresponde al ángulo
de fricción interna de las partículas y es propio de cada material.
Además Coulomb pudo observar que en determinados suelos arcillosos, la cohesión era una
importante fuente de resistencia al corte, que además parecía ser independiente de cualquier
presión normal exterior que actuara sobre ella, y por lo tanto, en estos materiales al existir sólo
la cohesión, la resistencia al corte alcanza un valor de 𝜏 = 𝑐 en condiciones de compresión
nula. Coulomb aún no conocía el concepto de tensión total o efectiva (que sería propuesto siglo
y medio más tarde por Terzaghi). El concepto clave es que el agua en el suelo no es capaz de
soportar esfuerzos de corte, por lo que es solo el suelo en sus contactos entre partículas el que
los soporta. Por tanto, para no complicar innecesariamente la explicación en adelante nos
referiremos ya a tensiones efectivas que son las que el suelo ejerce entre partículas sin tener
en cuenta las presiones intersticiales del agua.
De este modo, el criterio de rotura de Coulomb para un suelo, establece que su resistencia
al corte viene dada por la expresión:
𝜏 = 𝑐 + 𝜎 · tan 𝜑
c: Cohesión efectiva
La teoría de Coulomb se complementó con la propuesta por Mohr, la cual elimina la hipótesis
de variación lineal entre los esfuerzos normal y tangencial límites en el plano de rotura. La
ecuación de Coulomb expresa la condición de deslizamiento a lo largo de un determinado
plano, previamente conocido pero la situación no siempre es tan clara, y el plano o planos de
rotura pueden no ser conocidos a priori. Por ello, es preciso formular la condición de rotura en
términos de las tensiones aplicadas según los ejes de coordenadas generales.
Mohr propuso que si se conocen las tensiones principales y sus direcciones, siempre es posible
determinar la tensión normal y tangencial en cualquier otra dirección. Al relacionar en una
misma gráfica σ y 𝜏 , la recta de Coulomb y el círculo de Mohr se puede establecer
analíticamente la relación de Mohr – Coulomb.
Es obvio que los puntos representativos de los planos pésimos, en los que se alcance la
condición de rotura, deben estar en el círculo exterior. Por ello, el criterio de Mohr-Coulomb
implica que la resistencia no depende de la tensión principal intermedia σ2, y la condición de
rotura puede analizarse considerando sólo los planos del haz cuyo eje es σ2.
𝜎1 + 𝜎3 𝜎1 − 𝜎3
[𝑐 · cot(𝜑) + ( )] · 𝑠𝑒𝑛(𝜑) =
2 2
𝜋 𝜑
𝛼= −
4 2
Y también que:
𝜎1 − 𝜎3
𝜏= · 𝑠𝑒𝑛(2 · 𝛼)
2
𝜎1 − 𝜎3 𝜎1 + 𝜎3
− 𝑐 · cos(𝜑) − · 𝑠𝑒𝑛(𝜑) = 0
2 2
𝜎1 + 𝜎3
𝑝=
2
𝜎1 − 𝜎3
𝑞=
2
𝑞 = 𝑐 · cos(𝜑) + 𝑝 · 𝑠𝑒𝑛(𝜑) = 0
𝜏 = 𝑐 + 𝜎 · 𝑡𝑎𝑛(𝜑) = 0
Dicho esto, es habitual que la mayoría de software actual disponga de variedad de modelos
constitutivos disponibles para el usuario, por lo que la primera tarea del usuario de este tipo de
herramientas numéricas es determinar qué modelo disponible tiene que utilizar para la
modelización de su problema geotécnico. La elección, como ya hemos dicho, depende en gran
medida del tipo de suelo a modelizar y del tipo de carga a aplicar. Esto automáticamente
significa que para un proyecto con diferentes estratos de suelo se podrían necesitar diferentes
modelos constitutivos para caracterizar cada una de las capas.
Para un análisis deformacional preciso, también hay que tener en cuenta que la rigidez del
suelo no es constante, ya que depende de diferentes factores. En principio, depende del nivel
de esfuerzo al que está sometido el suelo (más rígido a mayor esfuerzo) y adicionalmente
depende también del rango de deformación al que está sometido (a medida que el suelo se
deforma pierde rigidez). Por tanto, el endurecimiento del suelo puede definirse mediante una
variación, lineal o no, de sus parámetros deformacionales (generalmente el módulo de Young)
en función del nivel de tensiones soportado. Los modelos constitutivos más adecuados para
este tipo de comportamiento son el Hardening Soil (HS) para el endurecimiento en profundidad
y su variante (HS Small) para el endurecimiento a bajas deformaciones.
Figura 24: Respuesta experimental del suelo en ensayos triaxiales drenados y formulación elastoplástica perfecta
de Mohr-Coulomb.
Este criterio de fluencia es una extensión de la ley de tensiones de Coulomb para un estado
general de esfuerzos y es definido a partir de seis funciones formuladas en términos de
tensiones principales.
1 1
𝑓𝑖𝑎 = (𝜎𝑗´ − 𝜎𝑘´ ) + (𝜎𝑗´ + 𝜎𝑘´ ) · sin(𝜙) − 𝑐 · cos (𝜙) ≤ 0
2 2
1 1
𝑓𝑖𝑏 = (𝜎𝑘´ − 𝜎𝑗´ ) + (𝜎𝑘´ + 𝜎𝑗´ ) · sin(𝜙) − 𝑐 · cos (𝜙) ≤ 0
2 2
𝜀 = 𝜀𝑒 + 𝜀𝑝
𝜎 ´ = 𝐷 𝑒 · 𝜀 𝑒 = 𝐷 𝑒 · (𝜀 − 𝜀 𝑝 )
1 1
𝑔𝑖𝑎 = (𝜎𝑗´ − 𝜎𝑘´ ) + (𝜎𝑗´ + 𝜎𝑘´ ) · sin(𝜓)
2 2
1 1
𝑔𝑖𝑏 = (𝜎𝑘´ − 𝜎𝑗´ ) + (𝜎𝑘´ + 𝜎𝑗´ ) · sin(𝜓)
2 2
𝜕𝑔
𝜀𝑝 = 𝜆 ·
𝜕𝜎 ´
Donde el multiplicador plástico λ define el tipo de comportamiento del material, con λ=0 para
comportamiento netamente elástico y λ>0 en el caso de comportamiento plástico.
Las ecuaciones anteriores componen la relación fundamental del modelo Mohr-Coulomb entre
esfuerzos efectivos y deformaciones para elastoplasticidad.
𝜎 ´ = 𝐷 𝑒 · 𝜀 𝑒 = 𝐷 𝑒 · (𝜀 − 𝜀 𝑝 )
De esta forma, la formulación del modelo exige cinco parámetros básicos de entrada:
➢ El módulo de Poisson μ
➢ El ángulo de dilatancia ψ
La comunidad geotécnica está por lo general bastante familiarizada con los cinco parámetros
anteriores, por lo que el modelo de Mohr-Coulomb es el más utilizado en la práctica, a pesar de
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su incapacidad para reproducir adecuadamente los cambios de rigidez del suelo y modelizar
situaciones donde diferentes trayectorias de esfuerzos son experimentadas.
Como ejemplo y como referencia se pueden aportar el valor aproximado de dichos parámetros
para algunos materiales:
• ARENA DENSA:
➢ Ψ = ángulo de dilatancia = 2º
• ARCILLA BLANDA:
➢ Ψ = ángulo de dilatancia = 0º
Sobra decir que lo anterior intenta definir unos órdenes de magnitud, nunca ofrecer unos
parámetros de cálculo para un caso real, que deben responder a una definición lo más estricta
y ajustada posible del comportamiento tensodeformacional del material.
𝑓 = 𝑓̅ − 𝛾 𝑝
La capacidad del modelo para simular el comportamiento del suelo en situaciones carga y
descarga, mediante la definición de un módulo de rigidez en descarga-recarga Eur, la
incorporación de la representación del estado deformacional del suelo en situaciones de
compresión unidimensional (módulo edométrico Eoed) y la consideración de la dependencia de
la rigidez del suelo en función de un estado de esfuerzos específico (parámetro m) constituyen
los desarrollos más importantes de este modelo de endurecimiento.
De esta forma, el modelo Hardening Soil incluye dos elementos primordiales referentes a los
cambios de rigidez experimentados en el suelo:
➢ El endurecimiento por fricción que presentan los suelos en estado plástico (friction
hardening).
La formulación básica del modelo parte de la relación hiperbólica típica observada en las
pruebas triaxiales entre la deformación axial vertical εa, y el esfuerzo desviador q, como se
muestra en la figura siguiente.
Estas curvas observadas en los ensayos experimentales pueden ser descritas mediante la
siguiente expresión:
1 𝑞
𝜀𝑎 = · 𝑞 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑞 < 𝑞𝑓
2 · 𝐸50 1 −
𝑞𝑎
Donde qa es el valor asintótico de la resistencia al corte del suelo, y E50 es el módulo de rigidez
correspondiente al 50 % del esfuerzo desviador de rotura.
𝑚
𝑟𝑒𝑓 𝜎´3 + 𝑐´ · 𝑐𝑜𝑡𝑎𝑛(𝜙´)
𝐸50 = 𝐸50 ·[ ]
𝜎´𝑟𝑒𝑓 + 𝑐´ · 𝑐𝑜𝑡𝑎𝑛(𝜙´)
𝑚
𝑟𝑒𝑓 𝜎´3 + 𝑐´ · 𝑐𝑜𝑡𝑎𝑛(𝜙´)
𝐸𝑢𝑟 = 𝐸𝑢𝑟 ·[ ]
𝜎´𝑟𝑒𝑓 + 𝑐´ · 𝑐𝑜𝑡𝑎𝑛(𝜙´)
𝑚
𝑟𝑒𝑓 𝜎´1 + 𝑐´ · 𝑐𝑜𝑡𝑎𝑛(𝜙´)
𝐸𝑜𝑒𝑑 = 𝐸𝑜𝑒𝑑 · [ ]
𝜎´𝑟𝑒𝑓 + 𝑐´ · 𝑐𝑜𝑡𝑎𝑛(𝜙´)
Como valores típicos promedios en varios suelos se tienen las siguientes relaciones orientativas
entre E50, Eur y Eoed, aunque suelos muy rígidos o muy blandos pueden presentar otras
relaciones.
𝐸𝑢𝑟 = 3 · 𝐸50
𝐸𝑜𝑒𝑑 = 𝐸50
La expresión que establece el esfuerzo desviador de rotura qf, es derivada del criterio de rotura
Mohr-Coulomb involucrando los valores de resistencia de c’ y ϕ’; mientras que qa resulta ser
una fracción de qf dada por la relación Rf, como se describe a continuación:
2 · sin (𝜑´)
𝑞𝑓 = (𝑐´ · cot(𝜑´) − 𝜎3 ´) ·
1 − sin (𝜑´)
𝑞𝑓
𝑞𝑎 =
𝑅𝑓
De este modo cuando q = qf el criterio de rotura se cumple y la plasticidad perfecta ocurre, tal
y como es establecida en el modelo Mohr-Coulomb.
El modelo Hardening Soil se define por un total de once parámetros los cuales se describen a
continuación:
➢ c: cohesión
➢ ψ: ángulo de dilatancia
➢ Eref oed: módulo elástico de rigidez tangente para carga primaria edométrica
• ARENA DENSA:
➢ ψ: ángulo de dilatancia = 2º
➢ Eref oed: módulo elástico de rigidez tangente para carga primaria edométrica = 4.500
t/m2
• ARCILLA BLANDA:
➢ ψ: ángulo de dilatancia = 0º
➢ Eref oed: módulo elástico de rigidez tangente para carga primaria edométrica = 2.000
t/m2
Sobra decir, al igual que en el caso anterior de los parámetros que definen el criterio de Mohr-
Coulomb, que los valores ofrecidos intentan definir unos órdenes de magnitud, nunca ofrecer
unos parámetros de cálculo para un caso concreto, que deben responder a una definición lo
más estricta y ajustada posible del comportamiento tensodeformacional del material.