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1.

INTRODUCCIÓN
La teoría de Mohr-Coulomb es un modelo matemático (ver Superficie de fluencia) que
describe la respuesta de materiales quebradizos, tales como hormigón, o agregados
de partículas como el suelo, a esfuerzo cortante, así como tensión normal. La
mayoría de los materiales en ingeniería clásica se comportan siguiendo esta teoría al
menos en una parte del corte. En general, la teoría se aplica a los materiales para los
que la resistencia a la compresión es muy superior a la resistencia a la tracción, caso
de los materiales cerámicos. La teoría explica que el corte de un material se
produce para una combinación entre tensión normal y tensión tangencial, y que
cuanto mayor sea la tensión normal, mayor será la tensión tangencial necesaria
para cortar el material.

El modelo de Mohr-Coulomb establece que la rotura del terreno es por cizallamiento (o


falla) del suelo. Cuando el terreno pierde su capacidad resistente no explota en mil
pedazos, sino que aparece una superficie sobre la que desliza el suelo. A nivel
regional, cuando al terreno se les somete a fuerzas estructurales, el terreno se parte
en dos, y los dos bloques deslizan relativamente el uno sobre el otro.

Gráfica que representa las tensiones tangenciales en el eje de ordenadas y las


tensiones normales en el eje de coordenadas. La rotura se producirá en la línea
marcada.

2. BASES TEORICAS
El criterio de Mohr-Coulomb es uno de los criterios de falla más utilizados en la
mecánica de suelos y la geotecnia para predecir la resistencia de los materiales
frágiles, como los suelos cohesivos y las rocas. Este criterio se basa en la idea de que
la resistencia de un material depende de la fricción interna y de la cohesión entre sus
partículas.

El criterio de Mohr-Coulomb establece que la falla de un material ocurre cuando la


suma de los esfuerzos normales y tangenciales en un plano alcanza un valor crítico.
Para entender mejor este concepto, es necesario introducir el círculo de Mohr, que es
una representación gráfica de los esfuerzos en un material.
El círculo de Mohr es un diagrama de esfuerzo utilizado para representar los esfuerzos
normales y tangenciales en diferentes planos de falla de un material. En el eje
horizontal del diagrama, se representan los esfuerzos normales, mientras que en el eje
vertical se representan los esfuerzos tangenciales. El círculo de Mohr se construye
trazando un círculo con un radio igual a la mitad de la diferencia entre los esfuerzos
principales máximo y mínimo. El centro del círculo se encuentra en el punto medio
entre los esfuerzos principales máximo y mínimo.

Ahora, para aplicar el criterio de Mohr-Coulomb, se deben considerar dos parámetros:


la cohesión (c) y el ángulo de fricción interna (φ) del material. La cohesión representa
la resistencia interna del material a la falla y está presente en los suelos cohesivos
debido a las fuerzas de atracción entre las partículas. El ángulo de fricción interna
indica la resistencia al deslizamiento o al corte del material.

En el círculo de Mohr, el punto que representa el estado de esfuerzo de un material se


encuentra en el eje horizontal en el esfuerzo normal correspondiente y en el eje
vertical en el esfuerzo tangencial correspondiente.

El criterio de Mohr-Coulomb establece que un material fallará cuando el punto de


esfuerzo alcance o cruce la envolvente de falla de Mohr-Coulomb, que es una línea
recta con una pendiente igual al ángulo de fricción φ y que corta el eje de esfuerzos
tangenciales en el valor de la cohesión c.
La ecuación general que describe la envolvente de falla de Mohr-Coulomb es:

τ = c + σ * tan(φ)

Donde:

τ es el esfuerzo tangencial (esfuerzo cortante) en el plano de falla.

c es la cohesión del material.

σ' es el esfuerzo efectivo normal (esfuerzo de compresión) en el plano de falla.

φ es el ángulo de fricción interna del material.

Si el esfuerzo tangencial alcanza o excede el valor dado por la ecuación anterior, el


material fallará en ese plano de falla en particular.

El criterio de Mohr-Coulomb se puede expresar en términos de esfuerzos efectivos.


Los esfuerzos efectivos se definen como la diferencia entre los esfuerzos totales y los
esfuerzos de poros. Los esfuerzos de poros son los esfuerzos transmitidos a través del
agua presente en los espacios entre las partículas del suelo. Al considerar los
esfuerzos efectivos, se tiene en cuenta la presión de poros y se obtienen resultados
más precisos en el análisis de la resistencia y estabilidad del suelo.

El ángulo de fricción interna (φ) es un parámetro clave en el criterio de Mohr-Coulomb.


Este ángulo representa la resistencia al deslizamiento o al corte entre las partículas del
material. Cuanto mayor sea el ángulo de fricción interna, mayor será la resistencia al
corte del material. En otras palabras, un material con un ángulo de fricción interna más
alto requerirá una mayor fuerza tangencial para deslizarse o fallar.

La cohesión (c) es otro parámetro importante en el criterio de Mohr-Coulomb.


Representa la resistencia interna del material debido a las fuerzas de atracción entre
las partículas. La cohesión es típica de los suelos cohesivos, como arcillas y limos,
que contienen agua y exhiben propiedades cohesivas. En contraste, los suelos
granulares, como arenas y gravas, generalmente tienen una cohesión cercana a cero.

El criterio de Mohr-Coulomb es especialmente útil en la geotecnia para analizar la


estabilidad de taludes, excavaciones y cimentaciones. Se pueden realizar pruebas de
laboratorio, como pruebas triaxiales, para determinar los parámetros de cohesión y
ángulo de fricción interna del suelo, y luego utilizar el criterio de Mohr-Coulomb para
evaluar la estabilidad de las estructuras bajo diferentes condiciones de carga.

Es importante tener en cuenta que el criterio de Mohr-Coulomb es una simplificación


de la realidad y no tiene en cuenta todos los factores que pueden influir en la falla de
un material. Sin embargo, sigue siendo ampliamente utilizado debido a su simplicidad
y a su capacidad para proporcionar estimaciones razonables de la resistencia de los
materiales geotécnicos en una amplia variedad de situaciones prácticas.

El criterio de Mohr-Coulomb se aplica principalmente a materiales frágiles, como


suelos cohesivos y rocas, que no exhiben un comportamiento plástico significativo
antes de la falla. Es importante destacar que el criterio de Mohr-Coulomb asume que
la falla ocurre en un plano de corte y que el material se comporta de manera elástica
antes de alcanzar la resistencia máxima.

Es importante destacar que el criterio de Mohr-Coulomb es un modelo simplificado y


no tiene en cuenta otros factores importantes que pueden influir en la resistencia y la
falla de un material. Algunas de estas consideraciones adicionales incluyen la
anisotropía del material, la presencia de discontinuidades o planos de debilidad, la
presión de confinamiento y el comportamiento no lineal del suelo.

En resumen, el criterio de falla de Mohr-Coulomb es un enfoque ampliamente utilizado


para predecir la resistencia y la falla de materiales frágiles en la geotecnia. Se basa en
la representación gráfica de los esfuerzos en el círculo de Mohr y utiliza la cohesión y
el ángulo de fricción interna como parámetros clave. Sin embargo, es importante tener
en cuenta las limitaciones y simplificaciones del criterio de Mohr-Coulomb al aplicarlo
en el análisis de la estabilidad y el diseño geotécnico.

3. CONSTRUCCION DEL CIRCULO DE MOHR-COULOMB

Es un modelo elástico lineal perfectamente plástico y representa una aproximación de


primer orden del comportamiento del suelo. Por un lado, está claro que el material se
comporta linealmente en el rango elástico, definido por dos parámetros como el
módulo de Young (E) y el coeficiente de Poisson μ. Para definir el criterio de rotura del
terreno pasan a ser los parámetros constitutivos del terreno; como son el ángulo de
rozamiento ø y la cohesión C, los que dominan el comportamiento del suelo.

A estos parámetros se le añade el ángulo de dilatación o dilatancia Ψ que se usa para


modelar el cambio de volumen irreversible debido al esfuerzo cortante. En los modelos
plásticos, este criterio adaptado de la dilatancia se utiliza para calcular las tasas de
deformación plástica. En el caso de que se produzca, introduciendo una función de
fluencia f que es una función de la tensión y la deformación. La condición f = 0 está
relacionada con la fluencia plástica.

El modelo de Mohr Coulumb es simple y aplicable al modelo de espacio de tensión


tridimensional para describir el comportamiento plástico. Este modelo encuentra su
aplicación en el análisis de estabilidad de presas, taludes, terraplenes y cimentaciones
someras. En este modelo, el comportamiento de rotura o colapso parcial o total del
suelo se captura en condiciones de drenaje. Sin embargo, la trayectoria de tensión
efectiva seguida en materiales no drenados muestra una variación considerable de las
observaciones.
Como es un modelo elastoplástico, es considerado como una aproximación de primer
orden al comportamiento no lineal del suelo que relaciona la ley de Hooke y la forma
generalizada del criterio de falla Mohr Coulomb. Permite simular el comportamiento de
suelos granulares sueltos o finos normalmente consolidados en dos etapas (un modelo
elástico y luego plástico). Este modelo ignora los efectos del esfuerzo principal
intermedio, lo cual es inconsistente
con resultados experimentales . Muestra predicciones conservadoras de la resistencia
cortante del suelo y no es conveniente su uso en aplicaciones tridimensionales debido
a la presencia de esquinas en la superficie de fluencia lo cual afecta la convergencia
de los modelos . Este modelo no representa el comportamiento elastoplástico
progresivo como se evidencia en la Figura adjunta , únicamente involucra dos
elementos generales: la elasticidad perfecta y la plasticidad asociada al desarrollo de
deformaciones plásticas o irreversibles, tal como se puede ver en la figura adjunta.

Figura . Representación de curva idealizada del modelo Mohr Coulomb a) Respuesta


experimental del suelo en ensayo de compresión triaxial, b) Formulación básica del
modelo elastoplástico perfecto (Mohr Coulomb)

a. IDEALIZACIÓN DEL CIRCULO DE MOHR-COULOMB

Dado un medio elástico en un dominio bidimensional, se considera la


matriz de tensiones de Cauchy [𝝈]𝒙𝒚 en un punto P, referida a un sistema
cartesiano de referencia xy (Figura 1a). Esta matriz se corresponde
biunívocamente con un estado tensional en el punto P. El estado tensional
se obtiene haciendo pasar en la proximidad de P cuatro planos ortogonales
a los ejes x e y, definiendo un elemento diferencial plano. En el punto P,
asociado a cada uno de tales planos, existe un vector tensión, cuyas
componentes intrínsecas normal (𝝈) y tangencial (𝝉) se representan en las
caras del elemento (Figura 1b).
Si por el punto P se hace pasar un plano Π cualquiera, caracterizado a
través de su vector normal ¯𝒏¯𝝅⃗, en P aparece un nuevo vector �tensión 𝒕¯𝝅⃗
asociado al plano Π, cuyas coordenadas cartesianas son (𝒕𝒙, 𝒕𝒚). Sin
embargo, la expresión del vector tensión en función de sus componentes
intrínsecas (𝝈𝒏, 𝝉𝒏) reviste un mayor interés en el ámbito de la ingeniería
(Figura 1c).
(a) (b) (c)
Figura 1. Planteamiento de la
idealizacion
Considerando este punto de partida, el Círculo de Mohr de tensiones es
una herramienta que permite la representación gráfica del infinito conjunto
de vectores�tensión ¯𝒕¯𝝅⃗ = (𝝈𝒏, 𝝉𝒏) en el punto P, expresados a partir de sus
componentes intrínsecas referidas a una orientación ¯𝝅⃗ (el vector normal al
plano Π).

b. Ubicación de los puntos de referencia


Los primeros puntos que definen el Círculo de Mohr son los
denominados puntos de referencia. Se trata de dos pares de
componentes intrínsecas (𝝈𝒏, 𝝉𝒏) que corresponden a dos vectores
tensión en planos conocidos (y sus respectivas orientaciones ¯𝒏¯𝝅)⃗
como por ejemplo, x-y en la Figura 1b.
Para situar estos puntos sobre el sistema de referencia de Mohr, es
necesario tener presente el siguiente criterio de signos:
▪ Las tensiones normales 𝝈𝒏 son positivas cuando se dirigen
hacia fuera de las caras (denotan tracción).
▪ Las tensiones tangenciales 𝝉𝒏 son positivas cuando tienden
a hacer girar el elemento en sentido horario.
Para el estado tensional mostrado en la Figura 1b, las componentes
intrínsecas del vector tensión asociado a la cara de la derecha
(perpendicular al eje x) corresponden al punto x (+𝝈𝒙, —𝝉𝒙𝒚) del gráfico.
Las componentes intrínsecas del vector tensión asociado a la cara
superior (perpendicular al eje y) se representan en el gráfico por el
punto y (+𝝈𝒚, +𝝉𝒙𝒚).
Los puntos x e y determinan los extremos de una diagonal del Círculo
de Mohr (Figura 2). Nótese que los vectores tensión (los puntos del
Círculo de Mohr) se denotan como el vector normal al plano al que se
refieren.
Figura 2. Puntos de referencia x e y en el sistema 𝝈𝒏 — 𝝉𝒏.

El criterio de signos descrito, empleado para situar puntos en el


Círculo de Mohr, difiere del que se usa para la matriz de tensiones de
Cauchy.
El criterio de Cauchy se basa en observar las componentes intrínsecas
del vector tensión en las caras vistas del estado tensional (aquellas
cuyo vector normal exterior lleva sentido positivo según el sistema de
ejes coordenados). En la Figura 3, las caras vistas son la cara de la
derecha (cuyo vector normal es el semieje positivo x) y la cara superior
(cuyo vector normal es el semieje positivo y). Según el criterio de
Cauchy, tanto las tensiones normales 𝝈𝒏 como las tensiones
tangenciales 𝝉𝒏 son positivas si, estando en una cara vista, su sentido
es positivo según el eje coordenado al que son paralelas.

Figura 3. Caras vistas en un estado tensional y matriz de tensiones de


Cauchy.

c. Cálculo del centro y del radio


El centro C del Círculo de Mohr se sitúa en la intersección de la
diagonal que une los puntos x e y con el eje de abscisas 𝝈𝒏, luego la
distancia ¯𝑂¯¯𝐶¯ vale:

El radio R del círculo se obtiene aplicando el teorema de Pitágoras al


triángulo sombreado en la Figura 4.

Figura 4. Centro y radio del Círculo de Mohr.

d. Trazado del círculo


A partir del centro y del radio, es posible trazar gráficamente el Círculo
de Mohr (en concreto, la circunferencia que lo constituye). Para ello,
con la ayuda de un compás, se hace centro en C y se abre una
cantidad igual al radio R (Figura 5).

Figura 5. Trazado del Círculo de Mohr.

Cada uno de los infinitos puntos de la circunferencia representa un vector


tensión
𝒕 = (𝝈𝒏, 𝝉𝒏) en el punto P, referido
¯ ¯𝝅⃗
¯𝝅.⃗

a un plano cuyo vector normal
es 𝒏

e. Cálculo de las tensiones


Los puntos de intersección del Círculo de Mohr con el eje de abscisas
son puntos de tensión tangencial nula, luego corresponden a las
tensiones principales 𝝈𝟏 y 𝝈𝟐 en el punto P (Figura 6). Estas tensiones
se sitúan en los extremos izquierdo

Figura 6. Tensiones principales.

f. Orientación de las direcciones principales de tensión


En las figuras 6 y 7 se observa que las orientaciones de estas
direcciones principales se pueden obtener a partir del Círculo de Mohr,
girando un ángulo
𝟐𝜽 desde el eje x (para obtener la dirección principal 1) o,
alternativamente, desde el eje y (para obtener la dirección principal 2).

Figura 7. Ángulo 𝟐𝜽
entre los ejes de
referencia y las
direcciones
principales.

En la realidad, el ángulo físico a girar será la mitad del ángulo girado en el


círculo:
g. Orientación de las direcciones de τmáx
Como se puede ver en la Figura 8, las direcciones (o planos) de tensión
tangencial máxima se sitúan en los puntos superior e inferior sobre el Círculo
de Mohr. El valor de la tensión tangencial en estas posiciones es igual al radio
R del círculo, y el valor de la tensión normal coincide con la distancia ¯𝑂¯¯𝐶¯.
El ángulo a girar desde las direcciones de referencia es 𝟐𝜸 o 𝟐𝜸'.

Figura 8. Planos de tensión tangencial máxima.

h. Lectura de un vector tensión en cualquier orientación


A partir del Círculo de Mohr, es posible obtener el vector tensión 𝒕 ¯𝝅⃗ = (𝝈𝒏, 𝝉𝒏) en

el punto P respecto de una dirección determinada x’, como la que se obtiene al
girar un ángulo 𝜷 desde el eje x, en sentido antihorario (Figura 9).
En la Figura 9 se puede observar asimismo que:
▪ El ángulo físico a girar en la realidad (𝜷) es la mitad del que se gira
sobre el Círculo de Mohr (𝟐𝜷), aunque con el mismo sentido.
▪ Para obtener las componentes intrínsecas del vector tensión
asociado a la dirección x’ mediante el Círculo de Mohr, hay que girar
un ángulo 𝟐𝜷 en sentido antihorario desde x, mientras que para
obtener las correspondientes a la dirección y’ el ángulo a girar es de
𝟐𝜷 + 180º.
Aplicando relaciones trigonométricas, las componentes intrínsecas en las
direcciones x’-y’ son:
Figura 9. Orientación de la dirección buscada (x’) respecto de la dirección de
referencia (x).

Finalmente, atendiendo a los signos de las tensiones normales y tangenciales


en el Círculo de Mohr, es posible representar el estado tensional referido a los
ejes x’-y’. En este caso, la tensión 𝝉𝒙'𝒚' tiene una ordenada positiva en el Círculo
de Mohr, luego en la representación del estado tensional tenderá a girar el
elemento en sentido horario. En consecuencia, atendiendo al criterio de signos
de Cauchy, la entrada correspondiente en la matriz de tensiones será negativa,
(Figura 10).

Figura 10. Estado tensional y matriz de tensiones referida a los ejes x’-y’.
4. INTERPRETACION DE RESULTADOS
Cuando una porción de suelo está sometida a una tensión normal-vertical-axial (σ1) y a una
radial-horizontal confinamiento (σ3), si aumentamos la tensión vertical, según sean las
propiedades resistentes y la tensión horizontal, el terreno “fallará” una vez superada su
resistencia al esfuerzo cortante. Ojo, no aplicamos ningún esfuerzo cortante (τ), este se
produce en el plano de falla debido al entorno tensional (σ1 y σ3).

En el laboratorio podemos someter distintas probetas a diferentes valores de σ1 y σ3. El


sentido común ya nos dice que cuanto mayor sea la tensión horizontal o de confinamiento,
mayor tensión vertical será necesaria para alcanzar la rotura por falla.

La línea recta que es tangente a los círculos determina el estado tensional donde el suelo no
falla:

τ =σ 1 +tg ( φ ) +c

c: Cohesión del suelo. La adherencia entre las partículas del suelo

φ : Angulo de rozamiento interno. La fricción que existe entre las partículas del suelo.
El análisis de la gráfica nos da otra información interesante: Los ángulos que forma el plano de
cizalla con respecto a la tensión vertical y horizontal.
La conclusión es que el plazo de cizalla forma un ángulo:

π
De α = +φ con respecto a latensión vertical .
2
α φ
De = con respecto a latensión horizontal .
2 2
La obtención de los parámetros de resistencia al corte se puede realizar con los siguientes
ensayos de laboratorio:

● Ensayo triaxial. Se someten varias probetas a distintas presiones de confinamiento (σ3) y


se llevan hasta la rotura aumentando la tensión normal (σ1)
● Ensayo de corte directo. La pastilla, que está confinada en una caja de corte que tiene el
plano de cizalla definido (horizontal), se le somete a una fuerza horizontal. La tensión de
confinamiento se consigue aumentando la carga vertical sobre la pastilla.

El modelo de Mohr-Coulomb, nos dice:

● El suelo tiene una capacidad resistente que depende de su cohesión y ángulo de


rozamiento interno, y de su entorno tensional.
● Que, si consideramos que las arcillas a corto plazo no tienen ángulo de rozamiento interno,
su resistencia al esfuerzo cortante recae únicamente sobre la cohesión (el pegamento entre
las partículas). La capacidad resistente no depende del estado tensional. La envolvente es
una línea horizontal de valor “c”.
● Un suelo totalmente granular, sin cohesión, su capacidad resistente vendrá determinada por
φ y por el estado tensional. Un suelo no cohesivo necesita de una σ1 mayor que cero para
tener capacidad resistente. Es decir, que esté bajo tierra. Pensemos en la arena de la
playa. Sobre nuestras manos el viento se la lleva.
● El terreno rompe por cizallamiento, pero las tensiones que le llevan a esa situación, en
general, no son de cizalla.
● Conocemos la orientación teórica de nuestro plano de cizalla respecto a las tensiones
principales (normal y de confinamiento).
5. APLICACIÓN DE CIRCULO DE MOHR EN COMPACTACIÓN DE SUELOS
Considere una masa de suelo que está en equilibrio, es decir, las tensiones externas a las que
está sometida σ 3 (tensión principal horizontal inicial) y σ 1 (tensión principal vertical inicial) no
0 0

generan ninguna combinación de tensión normal y de tangencial dentro de la masa del suelo
que exceda la curva de resistencia intrínseca del material.

Figura: Estados de tensiones en un suelo: a) En reposo b) Sometido a un proceso de


compactación.
Supongamos que el suelo sufre un proceso de compactación que no produce aumento de la
presión de los poros, es decir, u = 0, y que las cargas son totalmente sostenidas por los granos
del
suelo,
es
decir,
son

tensiones efectivas. Además, sea σ 1 ¿ σ 1 y σ 3= σ 3 . La figura muestra el estado de estrés del


0 0

suelo; Se puede observar que, bajo estas condiciones, el suelo no se ha compactado ya que no
ha sido factible igualar o superar la curva de fuerza intrínseca (ver figura). Supongamos que
elevar el esfuerzo vertical inicial ( σ 1 ) da como resultado σ 1 una presión intersticial leve u; Este
0

nuevo estado de tensión (σ 3 y σ 1) se muestra en la figura mediante el círculo coincidente.


En este caso, las tensiones efectivas de confinamiento y vertical se reducen, lo que resulta en
la condición de tensión indicada por el círculo de diámetro. En el siguiente gráfico, tome nota
del estado inicial del suelo (Círculo de diámetro σ 3 σ 1). Debido al aumento de la presión de los
poros, se ha superado la resistencia del suelo (recta 1), lo que resulta en deformaciones
permanentes, es decir, el suelo se ha compactado. Además, la pendiente de la línea recta
intrínseca después de la compactación ha aumentado (línea recta 2), lo que resulta en un
aumento de la resistencia del suelo.
Figura: a) Estados de tensiones en términos de esfuerzos totales y efectivos

b) Estado de tensiones después de retirar el equipo de compactación en obra.

Si se

admite que la presión del poro y la tensión de confinamiento existen completamente, desde que
se retiró el compactador, la presión vertical ejercida por el compactador desaparece y la única
presión que está presente en esta situación se debe al peso del suelo, si esta presión se
denota como ps y el estado de tensión se analiza como se muestra en la figura, Se observa
que el círculo de diámetro σ 3 σ 1. Basado en el gráfico anterior se descubre que si el círculo σ 3
ps está dentro de la línea de resistencia intrínseca, existe compactación; de lo contrario, el
suelo se descompacta.

6. CONCLUSIONES
● Según sea el material y su permeabilidad al agua y al aire, el comportamiento en el
proceso de compactación, del material será diferente.
● En trabajos de compactación es importante controlar el contenido de agua optimo,
especialmente en el caso de suelos cohesivos, con el fin de evitar los desagradables
problemas de inestabilidad mecánica.
● para que se presente fenómenos de inestabilidad mecánica el suelo se debe encontrar
con un determinado grado de saturación muy próximo a 1, es decir con un contenido de
agua mayor al contenido de agua optimo determinado en los ensayos de compactación
en laboratorio.
● La presión de poro puede favorecer la compactación si no es demasiado alta. en
trabajos de compactación en obra, si se mide la presión de poro y la resistencia, se
puede determinar de forma más controlada la calidad del proceso de compactación.
● El aire en el proceso de compactación juega un papel análogo al del agua y puede ser
incluso más importante. de ahí que si se requiere un proceso de compactación muy
riguroso.
● Si la presión de poro en materiales impermeables es demasiado alta da lugar a que se
presenten fenómenos de inestabilidad mecánica.
● se logró comprobar que la ley de coulomb es adecuada para determinar la carga con la
que fue repelida el móvil.
● en el laboratorio tener cuidado en las fuerzas eléctricas entre las cargas eléctricas del
mismo signo son repulsivas y de diferente de atracción. el campo eléctrico es más fuerte
cuando se está más cerca de la carga que la genera.
● se recomienda ser más cuidadoso al tomar los datos con los sensores foto eléctricos ya
que una al mover un poco éste afecta significativamente en el tiempo.
● se sugiere realizar pruebas de permeabilidad al aire y el agua del material a compactar.

7. BIBLIOGRAFIA
Terzaghi, K., Peck, R. B., & Mesri, G. (1996). Soil Mechanics in Engineering Practice. John
Wiley & Sons.

Das, B. M., & Sobhan, K. (2013). Principles of Geotechnical Engineering. Cengage Learning.
Coduto, D. P., Yeung, M. R., & Kitch, W. A. (2010). Geotechnical Engineering: Principles and
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