CIERRE DEL MÓDULO II

Atención a la diversidad
PARTICIPANTE: Ruth Pamela Enciso Solís
N° de CI: 3.995.587
Análisis del cortometraje acerca de la inclusión.
Lo que se visualiza en el video presentado es la realidad de lo expuesto, en
cuanto a vivencia inclusiva refiere, "Nadie sabía que iba a poder hacer, lo que sí
era seguro, que de poder iba a poder distinto", palabras de la disertante en el
material audiovisual presentado.
La mejor forma de estar preparados para la discapacidad es valorar la diversidad
como parte de lo cotidiano. Valorando a cada alumno, a cada persona por lo que
puede dar, el curarse fue aprender a convivir con lo que uno pasa.
Lo faltante es hacer llevar a cabo la más simple situación y que el camino sea más
fácil de lo dificultoso que de por sí ya se visualiza y se siente “No somos
pobrecitos. No somos tampoco angelitos. No somos especiales. Especiales son
las pizzas..." lo dicho en este apartado denotan las ganas de sobresalir ante las
adversidades que la vida presenta.
Buscar métodos, formas, maneras de convivencia y estrategias de inclusión, ante
la inminente diversidad por la que surge a diario, buscar nuevas metodologías
para poder encaminar al ser humano y que este sea capaz e independiente en su
dia a día.
Somos capaces de una forma diferente, como todos los individuos. O como decía
un amigo, todos somos discapacitados, aunque a unos se les ve, y a la mayoría
no se nos nota a simple vista.
La atención a los alumnos con discapacidad ha ido evolucionando desde una
respuesta mayoritariamente segregadora como la que se daba en los Centros de
Educación Especial hacia una escuela integradora e inclusiva que reconoce el
derecho del alumno diferente a compartir y convivir en los mismos lugares que el
resto de los niños. Pero esta evolución no se logra simplemente por formularla o
dictar leyes acordes al cambio propuesto, sino que requiere de actuaciones diarias
y constantes de los principales actores del proceso educativo, que son los
profesores y otras personas que directamente trabajan con los alumnos. Serán los
comportamientos cotidianos de estas personas los que generen una comprensión
y comportamiento diferentes de los compañeros de aula y de otras personas que
se relacionan con los alumnos con discapacidad
El aula y el centro educativo son los principales responsables de generar actitudes
y valores positivos hacia el resto de las personas, hacia otros alumnos. Solamente
con una acción decidida y planificada de la escuela y sus profesores puede
esperarse la reducción y eliminación de discriminaciones a otros alumnos y
personas por motivos de discapacidad, procedencia, lengua, género, raza, religión
o cualquier otra condición. La escuela para todos se basa en diseñar y desarrollar
un ambiente integrador, y esto significa estar informado de las diferentes
necesidades de cada individuo, comprender esas necesidades, aceptar al alumno
diferente y ofrecer ayudas, apoyos y adaptaciones en el centro y en la comunidad.
El apoyo que necesita el alumno con discapacidad es muy variado y debe
planificarse individualmente. No obstante, todos los alumnos pueden y deben
aprender a colaborar con los alumnos con necesidades especiales contribuyendo,
cuando corresponda, a superar y compensar las limitaciones del mismo.
Es imprescindible saber que existe la diversidad en la sociedad, en las aulas,
hasta en la familia misma, donde no solo pregona la discapacidad, si no, etnias,
colores, formas de pensar o ideologías, entre otros, por lo que conocer las formas
de enfrentar cada aspecto y/o condición para poder seguir en el camino de valores
éticos y morales, en el margen del respeto y comprensión.