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Aporte de la Sociología al Derecho

El derecho es una realidad sumamente completa, al decir esto podemos reflejarlo en la


atribución de disimiles significados, pero también encontramos una uniformidad en
cuanto a afirmar que el derecho posee tres dimensiones, una dimensión valorativa, una
dimensión normativa y una “dimensión social”, ya que esta constituye una obra humana
que resulta de circunstancias puramente sociales, así como también económicas,
culturales, y que busca garantizar la satisfacción de necesidades específicas, a la vez que
desempeña funciones concretas. Es entonces la Sociología Jurídica la que se encarga del
estudio de la dimensión social, de la problemática que surge de las reciprocas relaciones
entre el Derecho y la sociedad.

La sociología jurídica también estudia la influencia de los factores sociales, como la


influencia del derecho en la sociedad. Se recoge también como una doctrina de una rama
especializada, además de autónoma e independiente dentro de la Sociología General, que
tiene un origen reciente ubicado en el siglo XIX.

Investiga los factores sociales de todo tipo (político, económico, cultural y moral) que
influye en la creación, mantenimiento, modificación e incluso desaparición del derecho y
de los valores jurídicos, entendiendo el Derecho en un sentido amplio que incluye,
además de las normas al sistema jurídico tal como es realmente aplicado y las diversas
instituciones, órganos y profesiones que operan dentro de él; investiga también los
factores sociales que influyen en la eficacia o ineficacia del Derecho, tratando de explicar,
entre otras cosas, las causas de la no aceptación social o de la no aplicación de un Derecho
vigente o de concretas normas jurídicas, así como las causas que impiden o que
determinan que una normatividad vivida en una sociedad llegue a convertirse en un
Derecho vigente.

En otro orden la Sociología Jurídica estudia la influencia del Derecho y de los valores
jurídicos sobre la realidad social, desarrollando ejes como el de las funciones del Derecho
en la sociedad considerada en su conjunto, el de los efectos sociales de normas o
instituciones jurídicas concretas, el de la función de los juristas en la sociedad, entre otras
temáticas.

Es necesario focalizar que estudiosos de esta rama de la Sociología, señalan como objeto
de la Sociología Jurídica dos problemas fundamentales: el “problema del Derecho en la
sociedad”, relativo a la posición, función y fin del Derecho en la sociedad considerada en
su conjunto y el “problema de la sociedad en el Derecho”, es decir, de los factores sociales
que están presentes e influyen en el ámbito del Derecho y que pueden dar lugar a un
Derecho libre, vivo, latente o en formación, al lado de Derecho formalmente vigente.

En el presente texto tenemos como objetivo analizar el concepto, características e


importancia de la Sociología Jurídica, para el estudio en la formación de profesionales del
Derecho, en aras de lograr una formación más sólida y generar competencias valorativas
de los fenómenos que se desarrollan a su alrededor y consecuentemente la comprensión
y retroalimentación de estos fenómenos con las normas que en su amplitud los regulan.

Debemos entender la Sociología del Derecho como “la parte especial de la Sociología que
describe y explica la influencia del derecho en la vida social y a su vez de qué modo los
fenómenos sociales y culturales se convierten en normas e instituciones jurídicas y por
qué”. Adviértase que estamos describiendo un sendero de “doble mano”, es decir, por
una parte, indagamos cómo influye el sistema normativo en la vida social y por la otra, de
qué modo la sociedad propicia la creación de nuevas normas e instituciones jurídicas.  Por
ello y si pensamos objetivamente, la Sociología del Derecho tiene tanta legitimidad e
importancia como la Sociología Económica, la Sociología Educativa o la Sociología Política
con la que tiene una relación estrecha, en razón que las decisiones legítimas se imparten a
través de normas.   Esto explica, a su vez, el extraordinario desarrollo que ha tenido como
campo de investigación científica en el último siglo.
La Sociología Jurídica, puede precisarse como una rama de la Sociología en General o,
diremos, en relación de la nueva convención, de la Sociología General. Es una rama de la
Sociología General, con el mismo título que lo es, por ejemplo, la Sociología Religiosa, la
Sociología Económica, la Sociología del Conocimiento o la Sociología de la Educación. Es
aquella especialidad de la Sociología General que tiene por objeto una variedad de
fenómenos sociales: los fenómenos jurídicos o fenómenos de Derecho. La palabra
fenómeno es capital, ya que marca de golpe la intención de mantenernos dentro de las
apariencias y de renunciar a alcanzar sus atributos. Es decir, los de fenómenos jurídicos.
Como el Derecho sólo existe en virtud de la sociedad, se puede permitir que todos los
fenómenos jurídicos sean, de alguna manera o al menos, fenómenos sociales. La premisa
reversa, empero, no es cierta. No todos los fenómenos sociales son fenómenos jurídicos.
Existe lo social no jurídico, formado por lo que se denomina los fenómenos de costumbres
o usos sociales. La persona que, en un comedor, comienza por la sopa y termina con el
postre y que luego de su consumo pide la cuenta, brinda repetidamente el espectáculo de
un fenómeno de costumbres (primero al ingerir lo salado antes que lo dulce ha observado
una regla no escrita de las sociedades occidentales) y después un fenómeno de Derecho
(se ha sentido obligada en virtud de un contrato ha de pagar lo consumido).
Cabe asimismo una concepción amplia de la Sociología Jurídica que la desarrolle a todos
los fenómenos sociales en los cuales se acierte algún elemento del Derecho, aunque este
dispositivo se halle surtido con otros y no en estado puro. Así pensada, la Sociología
Jurídica no tiene que restringir sus indagaciones a los fenómenos primarios, sino que
puede comprender fenómenos secundarios y derivados, tales como la familia, la
propiedad, el contrato, la responsabilidad, etc. El hecho de que en estos fenómenos
existan contribuciones de la sociedad que no pasan a través del Derecho, no es requisito
capaz para declarar ineficaz respecto de ellos a la Sociología Jurídica y competente, por el
contrario, a la Sociología General o a cualquier otra especialidad separada de esta última.
Es legítimo colegir de la pluralidad de efectos unas capacidades asistentes. No intimamos
deducir que la Sociología Jurídica haya de cortar para ella sola la cara que le interese y
renunciar a las otras (las costumbres, la ética, la economía, etc.) a la Sociología General.
Un desmembramiento similar del fenómeno social sería algo adulterado. Las dos
Sociologías, la general y la particular, tienen una aptitud semejante para aprisionar el
fenómeno íntegramente. En suma, se deberá aprehenderlo en el orden que le es propio.
Verbigracia, en el caso del matrimonio, la Sociología General indagará primero las
relaciones de costumbres, los factores económicos, entre otros, y hallará las reglas
jurídicas singularmente en el perímetro, como una causa eventual de tirantez, mientras
que la Sociología Jurídica partirá de las pautas y sólo inmediatamente inquirirá la forma en
que las reglas resultan sustentadas, o por lo inverso, evacuadas de su intríngulis por los
usos sociales, por la economía, etc. La variedad misma de las maneras debe admitir una
dominante penetración del fenómeno. La Sociología Jurídica respecto al Derecho y para
serle útil a este, debe tratar de cumplir una doble finalidad, una función científica y una
función práctica. La sociología del derecho parte de la premisa de que el derecho se
manifiesta en un contexto social, y no tiene sentido sin él.

La sociología jurídica tiene como objeto de estudio las relaciones entre derecho y el
comportamiento social. Sin embargo, cada vez es más evidente el vínculo con otras
ciencias que pueden tener temas comunes de interés, como lo antropología, la economía,
la política y la historia y que a su vez los estudios sociojurídicos se aproximan a uso de
métodos y enfoques propios de estas disciplinas. Hoyen día es muy difícil en la práctica y
esforzarse por marcar líneas divisorias puede ser un esfuerzo vano toda vez que lo que es
realmente importante es el resultado final de los estudios y formulaciones teóricas. Por
otra parte, cada vez es más difusa la línea que separa los distintos objetos de estudio, así
como sus métodos y propósitos. En el ámbito de las ciencias sociales y humanas, la
interdisciplinariedad implica una aproximación entre diferentes disciplinas, métodos y en
ocasiones profesionales, para dar una explicación de una realidad cada vez más compleja.

Hoy en día marcar una frontera entre la sociología jurídica y otras disciplinas sociales
resulta inocuo, también sabemos que es necesario establecer alguna identidad epistémica
entre las diferentes disciplinas. Lo ciertos es que la sociología jurídica posee una vocación
interdisciplinaria y transdiciplinaria. Situación positiva ya que a través de ella se promueve
un abordaje del conocimiento integral que da cabida a un espacio más abierto para la
creación del conocimiento.

La interdisciplinariedad permite abordar diversos problemas teóricos y sociales de la


relación derecho y sociedad con mejores herramientas conceptuales y metodológicas.
Estas relaciones relevantes a través del vínculo con temas como la violencia política, la
democracia, el narcotráfico, los derechos humanos, los estudios de relacionados con el
derecho y género y el pluralismo jurídico, así como los efectos de la globalización en el
derecho, obliga a los sociólogos del derecho a desarrollar creativos con otras disciplinas.
Otro ejemplo de la mirada interdisciplinaria se encuentra en la ubicación de una serie de
trabajos teóricos e investigaciones relacionadas con temas sociojurídicos que también son
abordados otras disciplinas. Nos referimos a una extensa producción de la sociología, la
economía, la filosofía social y la antropología nacionales, que han tratado sobre la
violencia política, la democracia, la organización territorial, el narcotráfico, la organización
de la familia y los movimientos sociales. Esos trabajos, que la mayoría de las veces superan
en calidad y cantidad a los provenientes de la sociología jurídica, en ocasiones, hacen
alusiones tangenciales al papel social o a la estructura del derecho, pero el epicentro de
sus reflexiones no involucra a lo jurídico. Por tanto, al estar ausente la especificidad de lo
jurídico como cuestión principal, son propios de otras especialidades no jurídicas de la
sociología, o de la antropología o la economía, como tampoco las distintas acciones y
procesos de organización que han dado lugar a su producción. Aun cuando por su calidad
y porque versan sobre temas que constituyen objeto central de estudio de la sociología
del derecho, son textos y fuentes de referencia indispensables para las labores de
investigación y docencia sociojurídicas.

Un sociólogo del derecho parte, como investigador de la realidad, de la observación de


conductas. Aquí surgen caminos más amplios, porque se recorre el que va del hecho a la
norma, y no el inverso. Más bien, no sólo del “hecho a la norma”, sino del hecho a los
distintos tipos de normas, o conjuntos normativos que pueden explicarla. Frente a una
conducta alcanzada por el derecho, la pregunta del sociólogo no es si se ajuste o no se
ajuste al derecho, sino: ¿a qué sistema normativo se ajuste, si no al derecho? ¿Qué norma
explica la conducta, y qué compatibilidad existe con la norma jurídica que pretende
alcanzarla? ¿Es un tipo de norma irracional la que justifica el acto? Nótese que también
podría preguntarse si se trata de una “acción social”, esto es, con sentido para el actor, y
en caso negativo, marginar la conducta del campo sociológico.
Es también importante mencionar que la sociología jurídica es categórica, al tratar de
determinar sobre qué categorías debe ser construida: si sobre las jurídicas o sobre las
sociológicas. Parece a los juristas, natural optar por las primeras, y así sugerir una
sociología jurídica paralela a cada rama del derecho: sociología del derecho civil, penal,
constitucional, político, rural, etc.

Debe concluirse, por lo expuesto, que la sociología del derecho independizada


científicamente de la ciencia del derecho es algo más que un tema accesorio: es el
requisito ineludible para que la ciencia que nos ocupa sea posible. Las construcciones de la
ciencia del derecho, y sus constructores, son datos (fenómenos jurídicos), del mismo
modo-que lo son los productores de la sociología jurídica. Si no se afirma este carácter
independiente y amplio, no podrá avanzarse ni teórica ni empíricamente.

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