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Erradicación Del Trabajo Infantil

Índice

Introducción 2

¿Que se entiende por Trabajo Infantil? 3

Trabajo Infantil en Chile 4

Convenios que Regulan la Normativa Legal en Chile para la Erradicacion del Trabajo
Infantil 4
Convenio N° 138. 4
Convenio N° 182 6

Ley 21.271 7

Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la


Protección del Adolescente Trabajador 2015-2025 9
Enfoque de derechos 10
Enfoque de género 10
Enfoque de protección social 11
Enfoque de familia La familia 11
Enfoque de responsabilidad compartida 12
Enfoque de interculturalidad 12
Enfoque de descentralización 13
Enfoque de gestión por resultados (GR) 13

Conclusión 15

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Introducción
Para comenzar es importante mencionar que el trabajo infantil es una realidad que
existe a nivel mundial y que es una problemática que necesita especial preocupacion de
entidades que buscan garantizar la proteccion de los derechos fundamentales de los niños,
niñas y adolecentes.Entidades como la UNICEF o la OIT se han preocupado de generar las
instancias necesarias para la discucion de esta problematicas con la finalidad de erradicar el
trabajo infantil a nivel mundial.

En este trabajo se analizará en primers intancia lo que se entiende por trabajo


infantil, nombrando las principales caracteristicas que deben poseer siertas actividades para
que puedan catalogarse como tal, ademas de mencionar porque la realizacion de estas
actividades son perjudiciales en el desarrollo de los niños niñas y adolescentes.

A continuación se mencionan las cifras reales que afectan en Chile con respecto a
esta situación, lo que nos sitúa en la situación actual que se vive y en la importancia de
generar estrategias que puedan dar una pronta solución a esta terrible realidad. Cabe
mencionar además que las políticas públicas nacionales han creado instrumentos para
poder combatir esta problemática.

Finalmente se mencionan los enfoques que desarrolla el Ministerio del Trabajo y


Prevision Social las cuales buscan eliminar esta problemática y asientan las principales
preocupaciones que influyen en la perpetuacion del trabajo infantil.

2
¿Que se entiende por Trabajo Infantil?
No todas las actividades que un niño, niña o adolescente realiza puede considerarse
como ‘’Trabajo Infantil’’ que debe ser erradicado, por el contrario, se entiende que hay
actividades laborales que se consideran positivas, ya que no atentan atentan contra su
salud, su desarrollo personal ni interfieren con su escolarización. Además, cabe mencionar
que hay actividades que son consideradas como provechosas para el desarrollo infantil,
como por ejemplo la colaboración de los niños, niñas y adolescentes en actividades
domésticas la cooperación que pueden prestar en un negocio familiar o las actividades que
realizan fuera del horario escolar o en vacaciones las cuales se traducen en una ganancia
monetaria para ellos. Estas acciones generan experiencias positivas en los niños, niñas y
jóvenes, ya que los dotan de calificaciones y experiencias que los ayudan a ser miembros
productivos de la sociedad en su edad adulta.

El término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños
de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y
psicológico.

Así pues, se alude al trabajo que:

● es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño; y/o
● interfiere con su escolarización puesto que: les priva de la posibilidad de asistir a
clases; les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o les exige combinar
el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo.

Cuándo calificar o no de “trabajo infantil” a una actividad específica dependerá de la


edad del niño o la niña, el tipo de trabajo en cuestión, la cantidad de horas que le dedica y
las condiciones en que lo realiza.

Sin duda, el tema es de la máxima preocupación, por diversos factores. En primer


lugar, la situación natural de vulnerabilidad en la que se encuentran las personas
menores de edad. En segundo lugar, por los efectos nocivos que tiene para el desarrollo
integral. En tercer lugar, porque generalmente el trabajo infantil no permite o no es
conciliable con la escolaridad. Y, por último, el trabajo infantil perpetúa situaciones de
pobreza, desigualdad y vulnerabilidad.

Sin duda, los cambios introducidos en la legislación resuelven en cierta medida el


problema en cuanto al trabajo infantil, pero no contempla una solución integral al mismo.
El gran problema hoy en día es que muchos niños, niñas y adolescentes se ven obligados a
trabajar por la situación económica en la que viven sus familias, debiendo a temprana edad
colaborar financieramente en sus hogares. Esta situación vulnera los derechos de los
niños, niñas y adolescentes y podría ser objeto de una medida de protección a favor
de ellos y en contra de los padres o tutores ante los Tribunales de Familia. En estos

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casos, más que una sanción propiamente tal se debe trabajar con los adultos que tengan el
cuidado personal, para concientizar sobre los efectos negativos del trabajo infantil, pero esta
medida no es suficiente, ya que mientras se mantenga la situación de vulnerabilidad social y
económica de la familia el trabajo infantil permanecerá.

Trabajo Infantil en Chile


:
Actualmente el trabajo infantil en chile es una realidad que si bien no está al mismo
nivel que en otros paises de latinoamerica, es una problematica real en nuestro pais. Segun
cifras establecidas por la Encuesta Nacional de Actividades de Niños, Niñas y
Adolescentes (EANNA) señala que existen en el país 219.624 niñas y niños en trabajo
infantil, al considerar la frontera de la producción del Sistema de Cuentas Nacionales. Tal
magnitud representa el 6,6% de la población infantil entre 5 y 17 años de edad (OIT,
MINTRAB y MDS, 2013).

En la macrozona Norte , el 5,3% de los niños, niñas y adolescentes (NNA) entre 5 y


17 años realizan alguna actividad económica. Esta es la macrozona que concentra el menor
porcentaje de NNA ocupados en actividades económicas en Chile, le sigue la macrozona
Centro (5,9%), Metropolitana (7,1%), y finalmente la macrozona Sur, que es la que
concentra el mayor porcentaje de NNA ocupados (10,1%).

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La distribución del trabajo infantil según la rama de actividad revela que el porcentaje
más alto se ubica en el comercio mayor y menor, con el 45,2%. Le sigue la agricultura,
caza, silvicultura y pesca que representa menos de la mitad de la cifra anterior, es decir, el
21,6% de niñas, niños y adolescentes (NNA) en trabajo infantil en ese sector. En términos
de la distribución por sexo, las niñas participan más que los niños en actividades de
comercio mayor/menor y en servicios comunales, mientras que los niños tienen mayor
participación en agricultura y construcción.

Una mirada a la intensidad del trabajo infantil según el promedio semanal de horas
trabajadas entrega un panorama más completo del efecto de este en términos de reducción
del tiempo de estudio y recreación de niñas, niños y adolescentes. En el gráfico 7 se
observa que el 22,8% de los niños en trabajo infantil entre las edades de 15 a 17 años
dedica más de 20 horas semanales en promedio a trabajar. En el caso de niñas y niños
entre 9 y 14 años, el 16,6% supera las 15 horas trabajadas en promedio a la semana.

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Convenios que Regulan la Normativa Legal en
Chile para la Erradicacion del Trabajo Infantil

Convenio N° 138.
Este instrumento internacional fue aprobado por la OIT, en el año 1973. El Convenio
N° 138, ratificado por nuestro país en el año 1999, tiene como tema principal la edad
mínima para la incorporación al trabajo, consecuencia de este cuerpo normativo fue el
aumento de 14 a 15 años como la edad mínima para la admisión al empleo. esta normativa
tiene por objeto unir diversas normas que permitan la anulación del trabajo infantil, de hecho
se establece que agrupa diversas leyes dispersas para eliminar de forma definitiva y
permanente el trabajo de menores. De hecho, en el artículo uno de dicho convenio, el cual
establece el horizonte y objetivo primordial del mismo, cual es una política general y
sistemática que permita la erradicación efectiva y completa del trabajo infantil, y no restringe
que la edad mínima para entrar al mercado laboral pueda ser superior a los 15 años, pero sí
se opone a que la edad mínima pueda llegar a ser inferior. Es importante, al mismo tiempo,
destacar que el desarrollo tanto mental como psíquico de los menores en forma normal y
apropiada en relación a su edad, es el principal aspecto positivo de esta norma
internacional. El artículo segundo, propone la edad exacta o mínima desde la cual se puede
permitir a un menor entrar a realizar labores, estableciendo que, “no deberá ser inferior a la
edad en que cesa la obligación escolar, a quince años”.

En Chile, la edad mínima para entrar al mercado laboral establecido por esta norma
de la OIT, es a los 15 años, pero no es suficiente si lo que se quiere es la completa
erradicación y normal formación de los menores. En nuestra nación, como se establece en
la legislación civil, para que una persona pase a ser mayor de edad debe cumplir los 18
años, y además, la edad en que un adolescente sale o egresa de la educación media es a
la misma edad de los dieciocho años, por lo cual es dable concluir que, lo pertinente sería
que esa fuera la edad mínima para poder entrar a trabajar, para efectos de permitir un
completo e integral desarrollo educacional del menor. El artículo 3 del Convenio, coincide en
que la edad de admisión al trabajo sea a los dieciocho años, pero lo lamentable es que lo
hace sólo respecto de un determinado tipo de trabajos, que serían los peligrosos para la
salud, la moralidad o seguridad de dichas personas. Esto no quiere decir que se
desapruebe esta norma, sino que se piensa que debería ser ampliada, abarcando un
espectro más amplio de trabajos.

Este convenio es un paso importante en la erradicación del trabajo infantil, pero no


es suficiente. Aquí sólo se regula una edad mínima para entrar a trabajar, la cual no es cien
por ciento acertada, en la medida de que podría ser superior, a efectos de permitir un mejor
desarrollo de los menores. El artículo séptimo establece ciertas directrices al referirse a los
trabajos ligeros, que reflejan un poco mejor a lo que realmente se apunta con esta norma,

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cuando dice que, “la legislación nacional podrá permitir el empleo o el trabajo de personas
de trece a quince años de edad en trabajos ligeros, a condición de que éstos:

a) no sean susceptibles de perjudicar su salud o desarrollo;

b) no sean de tal naturaleza que puedan perjudicar su asistencia a la escuela.

El artículo sexto, por ejemplo, señala que si el trabajo efectuado por los niños se
lleva a cabo en escuelas de enseñanza general, profesional o técnica, o en otras
instituciones cuyo objeto sea la formación integral de las personas, el Convenio N°138 de la
OIT no será aplicable, ya que se estaría cumpliendo con la educación, el desarrollo, la salud
y orientación de las personas, no siendo necesarias las prohibiciones de edad. Pero para
lograr todo ello se piensa que la edad mínima que se establece en el instrumento en
estudio, no es suficiente, sino que es necesario un aumento paulatino de la misma, que por
lo menos llegue hasta la edad de los dieciocho años, para permitir de esa manera un normal
desarrollo de los menores, conforme a la naturaleza humana. Con respecto Convenio
Internacional se puede decir que es un punto de partida importante en la lucha contra el
trabajo infantil.

Convenio N° 182
El convenio N° 182, al igual que el convenio N° 138 fue aprobado por la OIT, pero
éste lo fue en el año 1999. Por su lado, el Convenio N° 182 fue ratificado por el Congreso
de nuestro país en el año 2000 y trata sobre la erradicación de las Peores formas de
Trabajo Infantil. Dentro de los principales fundamentos que llevaron a la creación de este
instrumento, encontramos el afán de eliminación de este tipo de trabajo infantil, además de
la prohibición del mismo. Claramente estas formas de trabajo infantil conllevan un ribete de
erradicación aún más importante que los otros tipos, ya que estos afectan directamente los
derechos o garantías constitucionales que protegen a cualquier persona, independiente de
su edad. Por ello es importante señalar lo que expone el artículo 3 de este convenio al
individualizar cuáles son las peores formas del trabajo infantil: “En primer lugar todas las
formas de esclavitud, como la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la
condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u
obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados; En segundo lugar la utilización, el
reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o
actuaciones pornográficas; En tercer lugar la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños
para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de
estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y Por
último el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es
probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños”.

Por lo que podemos apreciar, la enumeración que establece este artículo son
situaciones que atentan claramente en contra de los derechos esenciales de las personas,
por lo que normalmente configuraría un hecho ilícito penado por la ley. Por tanto, si lo
realiza un menor de edad, revestirá un grado de gravedad aún más alto, ya que ellos se

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encuentran en una etapa de formación, siendo su reinserción o rehabilitación mucho más
compleja y agotadora. El artículo 1 establece de forma exacta que, cada miembro que
suscriba y acepte este Convenio, deberá comenzar inmediatamente a generar las medidas
y políticas suficientes para, en primer término, prohibir las peores formas del trabajo de
menores, y en segundo, eliminar dichas formas del espectro social y laboral.

Para lograrlo, es necesario constituir las instituciones que se encarguen de la


fiscalización, prevención y represión de este tipo de labores, cuestión que el convenio deja
encargado a cada nación que elija suscribir dicho documento. Pero no sólo es prioritario que
existan instituciones gubernamentales, también es fundamental que, como lo establece el
artículo 6, participen los privados, que son generalmente los que contratan a los menores.
No basta solamente una acción estatal, sino que es necesario una participación activa por
parte de los empleadores privados, generando una conciencia fuerte de que contratar
menores de edad puede atentar seriamente su desarrollo personal. Uno de los principales
factores que llevan a un menor a entrar al mercado laboral es la pobreza que rodea su
entorno social, siendo muy escasos los recursos que pueden cubrir sus necesidades, por lo
cual se ve obligado a trabajar. El presente instrumento coincide en que la pobreza es uno de
los principales factores de esta problemática.

Aumentar el PIB (producto interior bruto) per cápita es una forma de ponerle término
a la pobreza, al igual que la educación, pero que también es necesario generar instancias
que permitan la reinserción y rehabilitación de los menores que se encuentran bajo la
influencia de las peores formas del trabajo infantil. La prohibición de las peores formas del
trabajo infantil, se constituyó para buscar una salida a los paupérrimos resultados
alcanzados, logró generar ciertos resquemores en varios estudios y personalidades
internacionales porque, a mayor abundamiento, si se hace un análisis detallado nos
daremos cuenta que el convenio 138 es considerablemente anterior al 182 y, ya que estaría
incorporando algo que ya se había discutido previamente, cuestión que vendría a validar la
idea de que el objetivo de la erradicación no se estaría cumpliendo. Con el orden de ideas
señaladas previamente, señalan que, “la hoja de ruta (para eliminar el trabajo infantil,
consensuada por aclamación en la Conferencia Mundial sobre Trabajo Infantil de la Haya)
no sólo se refiere a las “peores formas de trabajo infantil” sino también se declara la
prohibición y “la eliminación de toda forma de trabajo infantil” como una “necesidad moral“.

La ratificación de los convenios internacionales exige a los países adecuar sus leyes
en materia de infancia y adolescencia, de modo de establecer marcos legales adecuados
que consagren mecanismos que permitan hacer efectivos los derechos de niños, niñas y
adolescentes y que tiendan a la erradicación del trabajo infantil. A pesar de que el país no
cuenta con una ley específica de infancia como es el caso de otros países, el Consejo
Nacional de la Infancia se constituyó como una instancia asesora de la presidencia con el
fin de generar una nueva Ley de Garantía Universal de Derechos de la Niñez y bajo este
marco se desarrolle una política y un plan nacional de infancia 2015-2025.

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Ley 21.271
Es la nueva normativa que protege a los niños, niñas y adolescentes en el mundo del
trabajo.
La norma establece que los adolescentes entre 15 a 18 años podrán trabajar siempre que
no se trate de trabajos peligrosos y que no perjudique su asistencia regular a clase o su
participación en programas de orientación formación profesional.
Prohíbe la contratación de niños niña y adolecente sin edad de trabajar, es decir menores
de 14 años.
La ley establece los trabajos que no podrán ser desempeñados por niños, niñas y
adolescentes, incluyendo aquellos que requieran fuerzas excesivas, ni en actividades que
puedan resultar peligrosas para su salud, seguridad o moralidad.
La ley sanciona al empleador que contrate a un menor infringiendo las reglas que autorizan
el trabajo adolescente protegido.

Y al que contrate a niñas, niños o adolescentes sin edad para trabajar serán sancionados
con multas diferenciadas según el tamaño de la empresa infractora, teniendo en cuenta la
gravedad de la infracción, su reiteración y el número de personas involucradas,
incrementándose en caso de realizar trabajos calificados como peligrosos, y de
reincidencia.

Los empleadores que infrinjan esta norma se arriesgan a multas que van de 10 UTM hasta
300 UTM unidades tributarias mensuales.

La presente ley modifica el Código del Trabajo en lo relativo a la protección de los niños,
niñas y adolescentes. Con este fin, la ley clasifica los siguientes rangos de edad:

a).- Mayor de edad: toda persona que ha cumplido 18 años, respecto de quienes se podrá
contratar libremente;

b).- Adolescente con edad para trabajar: toda persona que ha cumplido 15 y pero que sea
menor de 18 años, quienes pueden ser contratados para la prestación de sus servicios
previo cumplimiento de los requisitos y condiciones que establece el Código;

c).- Adolescente sin edad para trabajar: toda persona entre 14 y 15 años;

d).- Niño o niña: toda persona que no ha cumplido 14 años,

La ley prohíbe la contratación de niños, niñas y adolescentes sin edad para trabajar, con
la sola excepción de los casos en el Tribunal de Familia los autorice para celebrar contratos
que les permitan participar en espectáculos de teatro, cine, radio, televisión, circo u otras
actividades similares, con el debido resguardo de su interés superior, madurez y grado de
desarrollo.

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Respecto de los adolescentes con edad para trabajar, la ley establece las siguientes
reglas:

1.- El servicio a desempeñar debe poder ser calificado como "trabajo adolescente
protegido", cuyos requisitos son:

a) Que no se trate de trabajo peligroso, entendiéndose por tal aquel que por su naturaleza o
por las condiciones en que se lleva a cabo es probable que dañe o afecte su salud,
seguridad o desarrollo físico y/o psicológico.

b) Que por su naturaleza no perjudiquen su asistencia regular a clases y/o su participación


en programas de orientación o formación profesional.

2.- Debe contar con autorización por escrito del padre o madre, ambos o quien lo tenga
bajo su cuidado personal; a falta de éstos, de quien tenga su representación legal; o a falta
de los anteriores, del Inspector del Trabajo respectivo, conforme al procedimiento que se
establece;

3.- Debe acreditar que se encuentra cursando actualmente su Educación Básica o Media,
o haberlas concluido, mediante certificado;

4.- La jornada laboral del adolescente no podrá superar las 30 horas semanales,
distribuidas en un máximo de 6 horas diarias durante el año escolar, y hasta 8 horas diarias
durante el período de vacaciones. Durante el año escolar, la suma total del tiempo diario
destinado a actividades educativas y jornada de trabajo no podrá ser superior a doce horas.
En ningún caso será procedente el desempeño en jornada extraordinaria, como tampoco el
trabajo nocturno, en el intervalo que media entre las veintiuna y las ocho horas.

5.- El empleador que contrate adolescentes deberá informar a la Oficina Local de la Niñez
o al órgano de protección administrativa de la niñez que corresponda de la contratación
respectiva, dejando constancia del cumplimiento de los requisitos legales.

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Estrategia Nacional para la Prevención y
Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del
Adolescente Trabajador 2015-2025

El Ministerio del Trabajo y Previsión Social, busca construir una sociedad con
igualdad de oportunidades, donde la trayectoria de los trabajadores hacia el trabajo decente
esté asegurada. Erradicar el trabajo infantil constituye un componente principal de este
compromiso, al asegurar el derecho de los niños al juego y a la educación. Niños que no
trabajan y adolescentes que trabajan de manera protegida se transforman en trabajadores
mejor calificados y más productivos en el mañana. Invertir hoy en erradicar el trabajo infantil
implica cosechar en el futuro un mejor trabajo para los chilenos y chilenas. Para el
desarrollo de la Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y
la Protección del Adolescente Trabajador 2015-2025 se determinaron varios enfoques que
buscan dirigir la acción hacia el cumplimiento de dicha meta. Estos enfoques abarcan todas
aquellas áreas que se consideran prioritarias para ejecutar un plan de acción relacionado
con la erradicación del trabajo infantil. Los enfoques que se presentan a continuación se
establecieron sobre la base del diagnóstico de la realidad del trabajo infantil en Chile como
una guía en donde las diferentes intervenciones se lleven a cabo.

1. Enfoque de derechos
Este enfoque de derechos plantea orientar las acciones de esta estrategia a partir de
los antecedentes básicos: el carácter de sujeto de derecho de toda persona. La
Convención de los Derechos del Niño reconoce a los NNA como sujetos de derecho,
esto significa relevar la igualdad de estos y la necesidad de identificar responsabilidades
en relación con la protección de sus derechos. Cuando los derechos constituyen la base
sobre la que se fundan las políticas públicas, los esfuerzos se dirigen a la restitución de
los mismos, lo que representa un giro desde el asistencialismo hacia la promoción del
desarrollo humano pleno “los derechos humanos y el desarrollo humano comparten una
visión y un propósito común: garantizar la libertad, el bienestar y la dignidad de cada ser
humano” (PNUD, 2015). Los NNA en trabajo infantil ven vulnerados sus derechos
consagrados en la Convención al interrumpir su desarrollo integral por realizar labores
que les exigen dejar de lado actividades prioritarias, como son el estudio y la recreación.
Así también, en muchas ocasiones, el trabajo infantil atenta directamente contra su
salud. La realidad de trabajo infantil en Chile requiere entonces de intervenciones
específicas enfocadas en la prevención y en la restitución de derechos de las niñas,
niños y adolescentes que acojan, pero no discriminen según factores como género,
condición socioeconómica, etnia, religión o discapacidad.

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2. Enfoque de género
Si bien Chile ha disminuido sus niveles de pobreza, aún existen importantes
desigualdades. Una de ellas, y quizás una de las prioritarias de la agenda pública, es la
discriminación política, económica, social y cultural que experimentan las mujeres
chilenas, quienes representan más del 50% de la población.

Este enfoque responde al compromiso que asumió Chile de transversalizar la


perspectiva de género en el diseño de políticas públicas, integrándose sistemáticamente
en todas las estructuras: políticas, programas, procesos de personal y proyectos
(Guerrero, 2005).

Al contrastar la magnitud y características específicas del trabajo infantil según la


variable de género se evidencian amplias diferencias entre niñas, niños y adolescentes.
Las adolescentes tienen una mayor participación en actividades domésticas respecto de
los hombres, lo que, aunque no constituye trabajo infantil, da cuenta del rol que se suele
asociar a las mujeres. De igual modo, los niños y adolescentes varones muestran una
presencia mucho mayor en trabajos peligrosos. Tal contexto revela una realidad que
encuentra su fundamento en rasgos culturales que otorgan y naturalizan roles
específicos para hombres y mujeres.

Es importante señalar que este enfoque considera la categoría de género a partir de la


noción de identidad de género, que permite desmitificar el rol de género socialmente
determinado, pues determinar tareas y responsabilidades específicas para cada género
solo ayuda a perpetuar la justificación del involucramiento de niñas y niños en trabajo
infantil.

3. Enfoque de protección social


Existe una estrecha relación entre vulnerabilidad económica, ciclos económicos del
país y factores de riesgo asociados a la probabilidad de ingresar a trabajo infantil. Es en
los hogares más pobres donde se recurre al trabajo infantil con el fin de hacer frente a la
incertidumbre. Se debe reconocer la necesidad de generar condiciones de desarrollo
suficientes para la erradicación del trabajo infantil y protección del adolescente
trabajador, a fin de establecer pisos de protección social que sean una barrera para
estos.

La noción de piso de protección social se encuentra presente en la Recomendación


202 de la OIT del 2012, definida como “un conjunto integrado de políticas sociales
diseñado para garantizar a toda persona la seguridad de los ingresos y el acceso a los
servicios sociales esenciales, prestando especial atención a los grupos vulnerables y
protegiendo y capacitando a las personas a lo largo del ciclo de vida” (OIT, 2011).

Establecer la protección social como un enfoque de esta estrategia implica focalizar


los esfuerzos en la población más vulnerable, aquella que requiere de aportes del
Estado para poder alcanzar niveles mínimos de sustentabilidad en el tiempo, la misma

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que hoy concentra el 70% del trabajo infantil del país. Es así como la estrategia busca
utilizar como base la red de protección social existente en el país para las intervenciones
contra el trabajo infantil. Es decir, esta se apoyará en aquello que hoy ha demostrado
funcionar para abordar la vulnerabilidad de la población y, a partir de ello, realizar un
trabajo con la comunidad para erradicar el trabajo infantil.

4. Enfoque de familia La familia


La familia cumple una función educativa que consiste en la más temprana
socialización de los niños y niñas en sus hábitos, valores y conductas. Cumple también
una función económica, ya que en ella se satisfacen las necesidades básicas.

Una función solidaria, donde se genera un espacio de afecto y socorro mutuo y una
función protectora, que da seguridad y cuidado a niños, personas con discapacidad y
adultos mayores (BCN, 2014). Todas estas funciones definen a la familia como el primer
agente socializador y afectivo del individuo con el que los niños y niñas aprenden a
relacionarse con el entorno.

Es importante señalar que no se abordará la familia a partir de una única definición,


sino más bien desde las funciones y roles que ésta debiera desempeñar, en donde
cobran gran relevancia las de cuidado, apoyo y afiliación que ella ofrece a sus
miembros.

Lo anterior se traduce en que la familia representa tanto el eje de orientación de esta


estrategia como su principal unidad de intervención. La familia como eje de orientación
de la política social supone un especial énfasis en el ciclo vital, introduciendo una mirada
anticipatoria, donde la inversión de hoy es una respuesta para el futuro (Serrano, 2005).
Por lo demás, la familia como unidad de intervención se entiende a partir de la
convicción de que representa el camino más certero para llegar al grupo humano que
rodea a cada individuo y que influye significativamente en este.

5. Enfoque de responsabilidad compartida


Se refiere a la articulación y corresponsabilidad de los actores estatales, privados y
de la sociedad civil frente al trabajo infantil y sus peores formas. Esto considera a la
sociedad en su conjunto, la comunidad cercana y, por supuesto, la familia.

El trabajo infantil es un fenómeno que tiene varios factores asociados, donde


convergen variables tanto económicas como sociales. En ese contexto, la política de
empleo, los ciclos económicos, las condiciones laborales, la situación sindical, la
estructura de la sociedad del país en general, entre muchos otros, deben ser
considerados a la hora de establecer una meta como la erradicación del trabajo infantil.

Es por esta razón que el enfoque de responsabilidad compartida se fundamenta en


la idea de que los adultos son los responsables de prevenir y erradicar el trabajo infantil

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y sus peores formas, y que tal responsabilidad recae, a su vez, en todos los sectores de
la sociedad.

La particular condición de susceptibilidad ante riesgos e influencias del entorno que


tienen los NNA los convierten en sujetos de atención preferente por parte de todos los
actores que puedan contribuir a generar las condiciones específicas para el despliegue
de sus habilidades (UNICEF, FOSIS, Programa Puente, 2008). Así, tanto asociaciones
de empleadores como de trabajadores y ONG son llamadas a participar y hacer propia
la tarea de erradicar y prevenir el trabajo infantil.

6. Enfoque de interculturalidad
El enfoque intercultural es necesario en la medida en que una política pública
coherente e integral debe ser capaz de proveer respuestas flexibles y adaptadas a la
diversidad cultural existente en el territorio nacional, en este caso, acciones e
intervenciones diferenciadas según las características que pueda revestir el trabajo
infantil en cada contexto. En efecto, la Convención sobre los Derechos del Niño
manifiesta en su preámbulo que para la protección y el desarrollo armonioso de la
infancia deben ser tenidas en cuenta las tradiciones y valores culturales propios de cada
niño y niña.

El enfoque intercultural no solo toma en consideración la variable indígena que es a


lo que tradicionalmente asociamos este concepto, pues la interculturalidad se entiende
en un sentido mucho más amplio: busca identificar los factores que hacen de cada
contexto uno distinto en términos culturales y, en función de ello, determinar la manera
en que debe abordarse el trabajo infantil. La intención es generar intervenciones
coherentes y alineadas a lo largo del país, pero que atiendan a los rasgos culturales
propios de ciertos grupos o espacios. Para efectos de la estrategia, adquieren particular
importancia, además de la población indígena, las comunidades de migrantes y el
mundo rural, ya que en ellas son identificables rasgos culturales distintivos en términos
de valores, tradiciones, costumbres, etc. que inciden en las características del trabajo
infantil y en su percepción respecto del mismo.

7. Enfoque de descentralización
En el diagnóstico han quedado expresadas las diferencias en el tipo de trabajo
infantil a lo largo de Chile, tanto en las macro zonas como en cada región entre sí. Por
esta razón, la estrategia para la erradicación del trabajo infantil y la prevención del
adolescente trabajador busca descentralizar sus intervenciones y así dar una mejor
respuesta a las distintas realidades. Entendemos que son las regiones quienes mejor
conocen su realidad, razón por la que se han integrado a la construcción de la
estrategia, reconociéndose como una herramienta para entregar autonomía en la forma
de implementar la estrategia en sus territorios. En este contexto, el Ministerio del
Trabajo y Previsión Social quiere implementar la estrategia nacional con un enfoque de

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descentralización, teniendo en consideración las particularidades de cada región y la
certeza de que las autoridades locales tienen el conocimiento más acabado de la
situación regional. Para ello se cuenta con Comités Regionales para la Prevención y
Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del Adolescente Trabajador, estos están
compuestos por autoridades regionales de organismos vinculados con la temática y por
medio de los que surgió no solo el diagnóstico, sino también el diseño de las estrategias
regionales. Dichas estrategias consideran estudios desagregados, implementación
flexible y apropiada para cada contexto regional y, sobre todo, el establecimiento de una
red de organizaciones por la infancia que actuará de forma articulada y sistemática para
abordar de manera integral el trabajo infantil y adolescente.

8. Enfoque de gestión por resultados (GR)


El enfoque de GR corresponde a un conjunto de actividades necesarias, integradas
y articuladas que proveen productos (bienes o servicios) tendientes a lograr resultados
específicos en una población. A su vez, el proceso que se desarrolla según el enfoque
de gestión por resultados promueve la innovación, la capacidad de delegar
responsabilidades entre los actores involucrados y, en general, una cultura de gestión
que apunta a la transparencia. Para el caso de esta estrategia, la gestión por resultados
posibilita la construcción articulada de intervenciones, al mismo tiempo que una mejora
de los niveles de eficacia y eficiencia de la acción del Estado. En una política de carácter
intersectorial este enfoque exige que se definan con claridad cuáles son los organismos
responsables y sus respectivas acciones en pos de las metas definidas.

Mediante el presente enfoque el Ministerio del Trabajo y Previsión Social toma el


compromiso de implementar una política pública que esté basada en objetivos e
indicadores que sean medibles en el corto, mediano y largo plazo. Lo anterior, con el fin
de establecer un sistema que permita hacer una constante revisión del cumplimiento de
los mismos, generando un espacio para corregir a tiempo errores y, a su vez, replicar
buenas prácticas.

Observatorio contra el trabajo infantil


El Observatorio contra el Trabajo Infantil fue creado en junio de 2014. El objetivo de
este es dotar al país de insumos estadísticos y analíticos para así contar con una base
sólida para la construcción de las políticas públicas relacionadas con infancia y
adolescencia. Esta instancia tiene un rol fundamental en la creación, medición y
seguimiento de la Estrategia Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil y Protección
del Trabajo Adolescente, para de esta manera ir comprobando los avances, así como
adaptando aquellas políticas que requieran ajustes. Los objetivos específicos de este
Observatorio son:

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● Actuar como órgano permanente de recogida, sistematización y análisis de
información disponible en diferentes fuentes nacionales e internacionales relativas a
infancia.
● Crear y difundir estudios e informes técnicos referente a diversos aspectos
relacionados con la infancia, la adolescencia y el trabajo.
● Evaluar el impacto en la sociedad de las políticas públicas relacionadas con infancia,
adolescencia y trabajo y proponer iniciativas que permitan dar seguimiento a estas o
generar nuevas.
● Analizar la encuesta EANNA, focalizando y disgregando la información por género,
edad, región, etnia, entre otros, además de formular indicadores fijos que sean
medibles periódicamente.
● Generar una estrategia de comunicación en los medios con enfoque educativo.
● Realizar periódicamente seminarios, foros y mesas de expertos acerca de infancia,
adolescencia y trabajo.
● Actuar como principal coordinador y articulador entre los diversos grupos de trabajo,
fundaciones, centros de estudios, instituciones, entre otros, relacionados con
infancia, adolescencia y trabajo.

Siglas de Importancia en la Erradicacion del


Trabajo Infantil
OIT” Organismo Internacional del Trabajo”

EANNA “Encuesta Nacional de Actividades de niños, niñas y adolescentes”

TI “Trabajo Infantil”

PFTI “Trabajo Peligroso de trabajo infantil”

ESCNNA “Explotación sexual comercial de niñas, niñas y adolescentes”

SNN “Sistema de cuentas nacionales”

OPD “Oficina de protección de los derechos”

GR” Gestión de resultados”

NBI “Necesidades básicas insatisfechas”

PNUD “Programas de naciones unidas para el desarrollo”

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Conclusión
En este trabajo podemos concluir que hay muchas estrategias para erradicar el
trabajo infantil, esto tiene como objetivo bajar el porcentaje de NNA menores de 15 años en
el ámbito laboral.
Aunque sabemos que el efecto de esta pandemia ha subido mucho el porcentaje del
trabajo infantil, por la cesantía de los padres. Los NNA han tenido que tomar
responsabilidades que no le competen a tan temprana edad.
Para que los NNA no trabajen se necesita una sociedad más justa y más educada
para que puedan tener una infancia feliz.
El trabajo infantil abusivo siempre tiene efectos negativos en los NNA, y afecta su
salud, el desarrollo físico - mental, para enfrentar la vida y esta sociedad.
Como futuras trabajadoras social, todas estas estrategias adquiridas nos facilitarán
nuestro desempeño para poder abordar estos casos de vulnerabilidad y explotación laboral
en los NNA, en la cual muchos de estos casos ,son de familias problemáticas y
disfuncionales ,en la cual tendremos más conocimiento para derivar a las áreas de
protección para los NNA y sus familias.
Nuestro gran desafío como trabajadoras sociales será promover, motivar, que la
educación es el gran factor de cambio para erradicar la pobreza en nuestra sociedad, y a la
vez empoderar a los NNA que ellos con educación no se vulneraran sus derechos a futuro.

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Bibliografía
1. https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1150357
2. https://www.uss.cl/blog/erradicacion-trabajo-infantil/
3. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/---sro-santiago/docu
ments/publication/wcms_380838.pdf
4.

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