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Documentación antigua: Ekai (1274-79, NEN); Ekai (Ekay) (1058, NEN); Equay (1268,
1366, 1591, NEN).
Geografía
Limita al norte con Aoiz, al sur con Villaveta, al este con Meoz y al oeste con
Oleta. Situado en un pequeño llano al sur de Aoiz y derecha del río Irati, en las
inmediaciones de la carretera que va de la capital de provincia a la del partido
judicial. Clima frío y sano, compartiéndole principalmente los vientos de norte y
sur.
Demografía
Evolución demográfica
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
77 77 78 87 88 89 91 92
Historia
El monasterio de Leyre recibió por donación en 1058 una casa del lugar con sus
dependencias y un “molino”. Los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén también
poseyeron heredades en su término desde el siglo XIII.
Hasta comienzos del XIX gobernaban el lugar el diputado del valle de Lónguida y un
regidor elegido entre los vecinos. En 1847 su principal vía de comunicación era un
camino carretil hacia Pamplona. En el siglo XX contó además con el ferrocarril del
Irati y con caja rural.
Arte
Dada la proximidad de Ecay al antiguo camino de peregrinos o “camino francés” a
Santiago de Compostela, cabe pensar que gozara de florecimiento económico y
artístico durante la Edad Media, tal y como todavía se advierte en la parroquia de
San Martín y queda confirmado por los documentos. El templo, construido sobre el
punto más alto del pueblo, se halla bajo la advocación del “apóstol de las Galias”,
San Martín de Tours, obispo y confesor. Es un pequeño edificio, realizado en
piedra, de acusado carácter rural. Presenta en planta una sola nave cubierta con
bóveda de medio cañón apuntando sobre arcos fajones que apean en ménsulas situadas
a mitad de altura de los muros. El ábside de su cabecera se cubre con bóveda de
horno precedida de tramo abovedado con cañón apuntado. La luz llega al interior a
través de la puerta de ingreso, abierta en el segundo tramo del muro de la epístola
y de la estrecha ventana que se localiza en el centro del ábside. Su portada
presenta arco de medio punto rebajado y siete arquivoltas sin decorar que apoyan en
finos baquetones unidos por una moldura ornada con decoración incisa de roleos.
Entre el primitivo tejaroz que la protegía, del que quedan algunos modillones, y el
tejado actual, colocado en un lugar más alto, se sitúa un crismón en bajorrelieve.
La torre campanario se encuentra adosado a los pies del templo; es de dos cuerpos y
del mismo material que aquel. A ella se accede por el interior desde el coro,
situado en alto y en el último tramo de la nave. Por las características formales
señaladas en su arquitectura la iglesia parece corresponder a una fecha avanzada
dentro del siglo XIII, acorde con una tradición románica tardía. En época
posterior, en los siglos XVI a XVII, le fueron añadidas sendas capillas laterales
junto a la cabecera, de planta rectangular y testero recto, a las que se dotó de
bóveda de cañón como sistema de cubierta. Finalmente, se incorporó una pequeña
sacristía en el lado de la epístola, junto a la capilla mayor, a la que se accede
directamente desde el presbiterio.
Pero el mejor ornato del templo lo constituían, originalmente, sus pinturas murales
que, formando diversas composiciones, cubrían a la capilla mayor y las paredes
laterales. Al cabo del tiempo y quizá debido a su deterioro se consideró oportuno
ocultarlas, para lo cual se dispuso un gran retablo de mazonería en la cabecera y
se cubrió con cal el resto de los muros. La decoración mejor conservada es aquella
que ocupa la mayor parte media e inferior del ábside, oculta por el retablo mayor.
Allí se representan pasajes de la leyenda de San Martín encuadrados por fingidas
arquitecturas y enriquecidas por textos explicativos de su significado en la parte
inferior de cada escena. De izquierda a derecha se encuentran: La aparición de
Cristo a San Martín, el Milagro del pino derribado, la Resurrección de un
catecúmeno por el Santo y la Consagración de Martín como obispo de Tours. Del mismo
estilo son otras composiciones semiocultas por el enlucido que ocupan la parte
derecha del presbiterio y el segundo tramo del lado del evangelio. Allí se reconoce
la Detención de San Blas, obispo de Sebasta, por orden del gobernador romano, y a
San Cristóbal con el Niño sobre su hombro izquierdo, respectivamente.
Estilísticamente todas ellas pertenecen al estilo “francogótico” o lineal,
obediente a modelos pictóricos de influencia francesa, de cuidadoso dibujo y
brillante policromía. Se propone su adscripción al taller o talleres que
desarrollaron su actividad en la zona pamplonesa del sureste y en la zona norte de
la provincia de Zaragoza durante el segundo tercio del siglo XIV, con interesantes
realizaciones en el campo de la pintura mural y de la pintura sobre tabla.