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El empleado público.

Atención al
ciudadano
marzo 28, 2015 psanchez atención al público, empleado público, ética del servicio
público, información administrativa

EL EMPLEADO PÚBLICO: PRINCIPIOS Y VALORES DEL SERVICIO PÚBLICO. ÉTICA DEL


SERVICIO PÚBLICO. LOS SERVICIOS DE INFORMACIÓN ADMINISTRATIVA Y DE
ATENCIÓN AL CIUDADANO.

FUNCIONAMIENTO DE LA ADMINISTRACIÓN Y EL DESEMPEÑO DE SU PERSONAL

Constitución Española art. 103.1 “La Administración Pública sirve con objetividad los
intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía,
descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la ley y
al Derecho”.

El art. 23.2 establece por su parte que los ciudadanos “Tienen derecho a acceder en
condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que
señalen las leyes”.

Deberes de los empleados públicos. Código de Conducta

Los empleados públicos deberán desempeñar con diligencia las tareas que tengan
asignadas y velar por los intereses generales con sujeción y observancia de la
Constitución y del resto del ordenamiento jurídico, y deberán actuar con arreglo a los
siguientes principios: objetividad, integridad, neutralidad, responsabilidad,
imparcialidad, confidencialidad, dedicación al servicio público, transparencia,
ejemplaridad, austeridad, accesibilidad, eficacia, honradez, promoción del entorno
cultural y medioambiental, y respeto a la igualdad entre mujeres y hombres, que
inspiran el Código de Conducta de los empleados públicos configurado por los
principios éticos y de conducta regulados en los artículos siguientes.

Principios éticos

Los empleados públicos respetarán la Constitución y el resto de normas que integran el


ordenamiento jurídico.
Su actuación perseguirá la satisfacción de los intereses generales de los ciudadanos y se
fundamentará en consideraciones objetivas orientadas hacia la imparcialidad y el
interés común, al margen de cualquier otro factor que exprese posiciones personales,
familiares, corporativas, clientelares o cualesquiera otras que puedan colisionar con
este principio.
Ajustarán su actuación a los principios de lealtad y buena fe con la Administración en la
que presten sus servicios, y con sus superiores, compañeros, subordinados y con los
ciudadanos.
Su conducta se basará en el respeto de los derechos fundamentales y libertades públicas,
evitando toda actuación que pueda producir discriminación alguna por razón de
nacimiento, origen racial o étnico, género, sexo, orientación sexual, religión o
convicciones, opinión, discapacidad, edad o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social.
Se abstendrán en aquellos asuntos en los que tengan un interés personal, así como de
toda actividad privada o interés que pueda suponer un riesgo de plantear conflictos de
intereses con su puesto público.
No contraerán obligaciones económicas ni intervendrán en operaciones financieras,
obligaciones patrimoniales o negocios jurídicos con personas o entidades cuando
pueda suponer un conflicto de intereses con las obligaciones de su puesto público.
No aceptarán ningún trato de favor o situación que implique privilegio o ventaja
injustificada, por parte de personas físicas o entidades privadas.
Actuarán de acuerdo con los principios de eficacia, economía y eficiencia, y vigilarán la
consecución del interés general y el cumplimiento de los objetivos de la organización.
No influirán en la agilización o resolución de trámite o procedimiento administrativo sin
justa causa y, en ningún caso, cuando ello comporte un privilegio en beneficio de los
titulares de los cargos públicos o su entorno familiar y social inmediato o cuando
suponga un menoscabo de los intereses de terceros.
Cumplirán con diligencia las tareas que les correspondan o se les encomienden y, en su
caso, resolverán dentro de plazo los procedimientos o expedientes de su competencia.
Ejercerán sus atribuciones según el principio de dedicación al servicio público
absteniéndose no solo de conductas contrarias al mismo, sino también de cualesquiera
otras que comprometan la neutralidad en el ejercicio de los servicios públicos.
Guardarán secreto de las materias clasificadas u otras cuya difusión esté prohibida
legalmente, y mantendrán la debida discreción sobre aquellos asuntos que conozcan
por razón de su cargo.
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LOS SERVICIOS DE INFORMACIÓN ADMINISTRATIVA Y DE ATENCIÓN AL CIUDADANO.

La información administrativa. La información administrativa es un cauce adecuado a


través del cual los ciudadanos pueden acceder al conocimiento de sus derechos y
obligaciones y a la utilización de los bienes y servicios públicos.

La información encomendada a las unidades y oficinas competentes podrá ser general o


particular.

La información general. Es la información relativa a la identificación, fines, competencia,


estructura, funcionamiento y localización de organismos y unidades administrativas; la
referida a los requisitos jurídicos o técnicos que las disposiciones impongan a los
proyectos, actuaciones o solicitudes que los ciudadanos se propongan realizar; la
referente a la tramitación de procedimientos, a los servicios públicos y prestaciones,
así como a cualesquiera otros datos que aquellos tengan necesidad de conocer en sus
relaciones con las Administraciones públicas, en su conjunto, o con alguno de sus
ámbitos de actuación.
La información general se facilitará obligatoriamente a los ciudadanos, sin exigir para ello
la acreditación de legitimación alguna.

Cuando resulte conveniente una mayor difusión, la información de carácter general deberá
ofrecerse a los grupos sociales o instituciones que estén interesados en su
conocimiento.

Se utilizarán los medios de difusión que en cada circunstancia resulten adecuados,


potenciando aquellos que permitan la información a distancia, ya se trate de
publicaciones, sistemas telefónicos o cualquier otra forma de comunicación que los
avances tecnológicos permitan.

La información particular. Es la concerniente al estado o contenido de los procedimientos


en tramitación, y a la identificación de las autoridades y personal al servicio de las
Administración General del Estado y de las entidades de derecho público vinculadas o
dependientes de la misma bajo cuya responsabilidad se tramiten aquellos
procedimientos. Esta información sólo podrá ser facilitada a las personas que tengan la
condición de interesados en cada procedimiento o a sus representantes legales.

Igualmente podrá referirse a los datos de carácter personal que afecten de alguna forma a
la intimidad o privacidad de las personas físicas. La información sobre documentos
que contengan datos de esta naturaleza estará reservada a las personas a que se
refieran con las limitaciones y en los términos establecidos en la legislación de
protección de datos de carácter personal.

Esta información será aportada por las unidades de gestión de la Administración General
del Estado. No obstante, para asegurar una respuesta ágil y puntual a los
interesados, podrán estar dotadas de las oportunas conexiones con las unidades y
oficinas de información administrativa que colaborarán con aquéllas cuando así se
establezca.

Las funciones de atención al ciudadano. La atención personalizada al ciudadano


comprenderá las funciones siguientes:

a) De recepción y acogida a los ciudadanos, al objeto de facilitarles la orientación y ayuda


que precisen en el momento inicial de su visita, y, en particular, la relativa a la
localización de dependencias y funcionarios.
b) De orientación e información, cuya finalidad es la de ofrecer las aclaraciones y ayudas
de índole práctica que los ciudadanos requieren sobre procedimientos, trámites,
requisitos y documentación para los proyectos, actuaciones o solicitudes que se
propongan realizar, o para acceder al disfrute de un servicio público o beneficiarse de
una prestación.
c) De gestión, en relación con los procedimientos administrativos, que comprenderá la
recepción de la documentación inicial de un expediente cuando así se haya dispuesto
reglamentariamente, así como las actuaciones de trámite y resolución de las
cuestiones cuya urgencia y simplicidad demanden una respuesta inmediata.
d) De recepción de las iniciativas o sugerencias formuladas por los ciudadanos, o por los
propios empleados públicos para mejorar la calidad de los servicios, incrementar el
rendimiento o el ahorro del gasto público, simplificar trámites o suprimir los que sean
innecesarios, o cualquier otra medida que suponga un mayor grado de satisfacción de
la sociedad en sus relaciones con la Administración General del Estado y con las
entidades de derecho público vinculadas o dependientes de la misma.

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