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Con base en lo anteriormente expuesto, sírvase señor Juez Constitucional de Tutela, acceder a las
siguientes:
III. PRETENSIONES:
La constitución nacional en su artículo 86, consagra la acción de tutela, a favor de toda persona,
para reclamar la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando
estos resulten vulnerados o amenazados por acción u omisión de cualquier autoridad.
V. SUSTENTO JURIDICO:
El derecho fundamental de los pueblos indígenas a la libre determinación tiene fundamento en los
artículos 1, 7, 70, 171, 176, 246, 286, 329 y 330, entre otros, de la Carta, en el Convenio 169 de la
OIT “Sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes” y otros instrumentos del
derecho internacional de los derechos humanos, como la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los derechos de los pueblos indígenas adoptada en el 2007.
Este derecho comprende al menos tres ámbitos de protección ligados a distintos factores de
interacción, como precisó la Corte en la sentencia T-973 de 2009:
1 Cfr. Sentencia T-514 de 2009. En la sentencia T-973 de 2009, la Corte Constitucional nuevamente definió el derecho de la
siguiente manera: “a decidir por sí mismos los asuntos y aspiraciones propias de su comunidad, en los ámbitos material, cultural,
espiritual, político y jurídico, de acuerdo con sus referentes propios y conforme con los límites que señalen la Constitución y la ley.”
Por su parte, el artículo 4 de la Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas dispone: “Los pueblos indígenas, en
ejercicio de su derecho de libre determinación, tienen derecho a la autonomía o al autogobierno en las cuestiones relacionadas con
sus asuntos internos y locales, así como a disponer de los medios para financiar sus funciones autónomas.” El artículo 5 agrega que
los pueblos indígenas tienen derecho a conservar y reforzar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y
culturales, y a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado.
comunidades, (i) a decidir su forma de gobierno (CP art. 330); (ii) el
derecho a ejercer funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial
(C.P. art. 246) y (iii) el pleno ejercicio del derecho de propiedad de sus
resguardos y territorios, con los límites que señale la Constitución y la ley.
La autonomía política y jurídica, relacionada de este modo con una
autogestión territorial, actúa así como un instrumento de reafirmación de la
identidad de las comunidades indígenas, las cuales, mediante el ejercicio de
sus prácticas tradicionales, avanzan en el fortalecimiento de sus autoridades
internas y en el auto-reconocimiento de sus espacios de expresión
colectiva”.2
Este primer derecho se manifiesta a su vez de distintas formas. Primero, el literal a) del artículo 6
del Convenio 169 reconoce el derecho de las comunidades étnicas a: a) consultar a los pueblos
interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de sus instituciones
representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de
afectarles directamente”. A su turno, el artículo 7-1 del Convenio prevé que las comunidades
tienen derecho a:
Por su parte, el parágrafo del artículo 330 de la Constitución señala que el Gobierno debe
propiciar la participación de los representantes de las comunidades indígenas en la toma de
2 Cfr. Sentencia T-973 de 2009, M.P. Mauricio González Cuervo. En la sentencia C-030 de 2008, M.P. Rodrigo Escobar Gil, la Corte
ya había resaltado los dos primeros componentes del derecho a la libre determinación de las comunidades étnicas: participación en
términos generales y consulta previa.
3 Cfr. Sentencias C-620 de 2003 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, C-208 de 2007 M.P. Rodrigo Escobar Gil y C-702 de 2010 M.P.
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
decisiones relacionadas con la explotación de los recursos naturales de sus territorios. Por su
parte, la Ley 70 prevé la realización de consultas a las comunidades afrocolombianas en cuatro
eventos: (i) en la definición del plan de manejo de las áreas del Sistema de Parques Nacionales
Naturales, cuando en ellos se encuentren familias o personas de comunidades afro que desarrollen
prácticas tradicionales (artículo 22); (ii) en la definición de la organización y el funcionamiento
de los programas especiales de formación técnica, tecnológica y profesional para los miembros de
dichas comunidades (artículo 38); (iii) en la conformación de la “unidad de gestión de proyectos”
que tendrá que existir en los fondos estatales de inversión social, para el apoyo de las
comunidades negras en los procesos de capacitación, identificación, formulación, ejecución y
evaluación de proyectos (artículo 58); y (iv) en el diseño, elaboración y evaluación de los estudios
de impacto ambiental, socio-económico y cultural que se realicen sobre los proyectos que se
pretendan adelantar en las áreas a que se refiere la ley. Estos preceptos reconocen entonces el
derecho fundamental de las comunidades a la consulta previa de cualquier decisión susceptible
de afectarles directamente. El contenido de este derecho será desarrollado más adelante.
Segundo, respecto de otras decisiones que puedan afectar indirectamente a las comunidades,
el artículo 7-3 del mismo Convenio prevé la obligación de los estados parte de “(…) velar por
que, siempre que haya lugar, se efectúen estudios, en cooperación con los pueblos interesados,
a fin de evaluar la incidencia social, espiritual y cultural y sobre el medio ambiente que las
actividades de desarrollo previstas pueden tener sobre esos pueblos. Los resultados de estos
estudios deberán ser consideradas como criterios fundamentales para la ejecución de las
actividades mencionadas.” (negrilla fuera del texto). Así, esta disposición estipula que respecto
de las decisiones que conciernen indirectamente a las comunidades étnicas, éstas tienen derecho a
participar en los respectivos estudios para determinar su incidencia, lo que supone que, por lo
menos, deben ser informadas de los planes, proyectos u otras decisiones que se pretenda tomar.
Así, sobre la diferenciación para efectos de participación entre decisiones que conciernen
directamente o indirectamente a las comunidades étnicas, la Corte precisó lo siguiente en la
sentencia C-030 de 20084:
6 En el Capítulo IX de la Ley 5 de 1992 se regula la participación ciudadana en el estudio de los proyectos de ley, asunto en
relación con el cual, en el artículo 230 se dispone que “Para expresar sus opiniones toda persona, natural o jurídica, podrá presentar
observaciones sobre cualquier proyecto de ley o de acto legislativo cuyo examen y estudio se esté adelantando en alguna de las
Comisiones Constitucionales Permanentes.”
En igual sentido, el artículo 1.2 del Convenio 169 de la OIT señala que“[l]a conciencia de su
identidad indígena o tribal deberá considerarse un criterio fundamental para determinar los
grupos a los que se aplican las disposiciones del presente Convenio.”
El artículo 14 de la Ley 1437 de 2.011 establece, que las peticiones de carácter general o
particular, se resolverán dentro de los quince (15) días siguientes a la fecha de su recibo. Así
mismo, prevé que, en este mismo término, la administración debe informar al solicitante cuando
sea el caso, su imposibilidad de dar respuesta expresando los motivos de la demora y señalando a
la vez el plazo razonable en que se resolverá o dará respuesta, que no podrá exceder del doble del
inicialmente previsto.
Por otra parte, La Honorable Corte Constitucional en Sentencia T – 476 de 2001 M.P. Dr.
Rodrigo Escobar Gil, señaló lo siguiente:
El derecho de petición más allá de permitir elevar inquietudes a la administración, tiene como
componente básico la obligación para las entidades públicas o privadas requeridas de otorgar
una respuesta “…de fondo, clara, precisa y oportuna, haciendo que dicha contestación se
convierta en un elemento esencial del derecho de petición, sin el cual este no se realiza…”
El término legal para resolver mi petición era de 15 días hábiles, el mismo que ha sido superado
con creces, sin explicación o justificación legal alguna por parte de la accionada.
1. Original y Copia para el archivo, así como los documentos relacionados en le acápite de
pruebas.
2. Copia para el traslado a la parte accionada.
VIII. COMPETENCIA:
Es usted, Honorable Juez, competente para conocer la presente acción Constitucional de Tutela,
acorde al Artículo 37 del Decreto 2597 de 1991 y Decreto 1382 de 2000.
X. NOTIFICACIONES:
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FIRMA
CC. No.______________________